Silva, Feliciano: Choronica del muy valiente y esforçado principe y cauallero de la ardiente espada Amadis de Grecia, hijo de Lisuarte de Grecia, Emperador de Constantinopla, y de Trapisonda y Rey de Rodas : que tracta de sus grandes hechos en Armas y de los sus altos, y estraños amores.
[Lisboa] : Simon Lopez, 1596. – [2], 232 h. ; Fol.
BHI [BH FLL Res.261].
El Amadís de Grecia de Feliciano de Silva se publicó por primera vez en Cuenca, en los talleres de Cristóbal Francés, a costa de Atanasio de Salcedo en 1530. Es el noveno libro del exitoso ciclo del Amadís de Gaula, que tendrá en Silva uno de sus escritores más entregados, ya que a su pluma se debe también el séptimo libro de la saga (Lisuarte de Grecia), así como la extensa y exitosa serie de Floriseles, que llegan a completar los libros décimo y undécimo. Le corresponderá al humanista Pedro de Luján terminar la saga castellana de los Amadises con el Silves de la Selva, que se publica por primera vez en Sevilla en 1546. No hemos de olvidar que, según se lee en el primer capítulo del Quijote, Feliciano de Silva es uno de los autores más admirados y queridos por el hidalgo Alonso Quijano.
Con el Amadís de Grecia se confirma la gran distancia que separa a todos los niveles la narrativa de Silva de la línea heterodoxa de la saga, representada por el Florisando y el Lisuarte de Díaz (libros quinto y séptimo respectivamente). Argumentalmente, el noveno continúa directamente el séptimo de la serie. No podía ser de otro modo, ya que el escritor de Ciudad Rodrigo clama indignado porque Juan Díaz se le ha adelantado al redactar una crónica que, según él, “daña” la continuidad de la ficticia historia del linaje amadisiano. Pero si Feliciano retoma el argumento de su libro anterior, ahora se muestra menos dependiente de la tradición inaugurada por Rodríguez de Montalvo y emprende un camino más personal que sitúa a su Amadís de Grecia en una posición intermedia dentro del conjunto de su propia novelística. De hecho, muchos de los elementos que posteriormente llevará hasta la exageración en sus Floriseles ya se encuentran presentes aquí. Aunque en la obra predomina la narración, el autor cede con más frecuencia la palabra a sus personajes y ciertos parlamentos ya dejan entrever el estilo retórico y conceptuoso que abundará en libros posteriores, como el siempre recordado “la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra hermosura”. La multiplicación de los personajes favorece la proliferación de aventuras, de manera que resulta imposible hablar de uniformidad estructural. Mientras el discurso se atomiza en innumerables aventuras independientes, Silva complica la trama haciendo que los intereses de los personajes choquen entre sí, hasta el punto de que las relaciones amorosas de caballeros y damas constituyen un complejo entramado sentimental. El mirobrigense no sólo se conforma con forzar los motivos heredados, busca nuevas alternativas en otras tradiciones literarias paralelas. Muy probablemente la lectura del Primaleón le anima a que sus caballeros recurran al disfraz para conseguir acercarse a su amada. Entonces vemos que Amadís de Grecia se convierte temporalmente en la doncella Nereida (2ª, LXXXVII) hasta que logra disfrutar de los amores de la hermosa princesa Niquea. Pero Feliciano también introduce elementos que con la consolidación de la estética renacentista darán lugar a otros géneros narrativos. En los capítulos finales de la segunda parte de la obra aparece el pastor Darinel, uno de los personajes que en los libros siguientes será el portavoz de un estilo amoroso platónico y espiritual. A pesar de su condición social, la pureza de sus sentimientos hacia la princesa Silvia idealizan su conducta y lo transforman en un ser superior.
La irrupción del elemento bucólico en el Amadís de Grecia ha sido quizás el aspecto más reiterado por la crítica literaria y el que le ha valido al autor el apelativo de precursor de la ficción pastoril. Ahora bien, la riqueza del texto no reside únicamente en este tema. En principio, podemos decir que el noveno de la saga es todo lo contrario del Florisando y, en muchos sentidos, también se diferencia de las propuestas literarias e ideológicas de Montalvo, el inaugurador de la familia amadisiana. Amadís de Grecia nunca llega a ser un caballero cruzado al estilo de Esplandián y Florisando, una de cuyas metas, sino la única, es la destrucción del infiel. Y no ha de olvidarse que Amadís de Grecia se educa en una corte de la India bajo la tutela del rey Magadén. Si a través de la formación que ha recibido conoce los dogmas de la religión de los infieles, tampoco se plantea imponerla a la fuerza. Su visión del mundo es menos dogmática y maniquea que la escrita en los textos anteriores. Por el contrario, sus palabras abren una nueva alternativa más tolerante y que supera las barreras religiosas.
El Amadís de Grecia gozó de mucho éxito en las prensas, y se reedita continuamente; la última reedición se data en Lisboa en 1596. Portugal seguirá impregnada por el espíritu caballeresco más allá de principios del siglo xvii, y su industria editorial ha pervivido mejor que la castellana a los malos aires económicos de las continuas bancarrotas de Felipe II, por lo que puede seguir asumiendo la inversión de los infolios caballerescos, ya sean en castellano como en portugués. De este modo, de la propia imprenta de Jorge Rodríguez, la que dará a la luz una de las ediciones piratas del Quijote en 1605, saldrá en estos años ediciones que continúan la saga del Palmeirim de Inglaterra, como la Quinta e sexta parte de Palmeirim de Inglaterra, que lleva por título: Chronica do famoso principe Dom Clarisol de Bretanha filho do Principe dom Duardos de Bretanha..& dos principes Lindamor, Clarisebo, impresa en 1602, del que se conserva un ejemplar en la Biblioteca Histórica “Marqués de Valdecilla” (signatura: BH FLL Res.265).
El ejemplar conservado en la Biblioteca Histórica “Marqués de Valdecilla” perteneció a la biblioteca de la Condesa de Campo Alange.
Eisenberg, D. y Marín Pina, M.ª C., Bibliografía de los libros de caballerías castellanos, Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2000. – Silva, F. de, Amadís de Grecia, ed. de Ana Bueno y Carmen Laspuertas, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2004 / Emilio J. Sales Dasí, “Las continuaciones heterodoxas (el Florisando” [1510] de Páez de Ribera y el Lisuarte de Grecia [1526] de Juan Díez) y ortodoxas (el Lisuarte de Grecia [1514]) y el Amadís de Grecia [1530] de Feliciano de Silva) del Amadís de Gaula, Edad de Oro, 21, 1999, pp. 117-152.
J.M.L.M. y E.S.D.