Participantes: estudiantes de las diplomaturas de Terapia Ocupacional y Educación Infantil del Centro Superior de Estudios Universitarios La Salle (UAM): David Pascual, Irene González, Jara Loira, Dominique González, Mar Ramos y Mª Isabel Várez
Coordinador: Javier Abad. Profesor titular del CSEU La Salle. Asignatura: "Taller de artesanía, pintura y diseño"
*(Desleídos): disueltos y desunidos en partes algunos cuerpos por medio de un líquido.
La muestra "Des-leídos" pretende crear una reflexión y una mirada nueva acerca del libro como objeto y soporte artístico para la metáfora visual. En esta propuesta de exposición se pretende rescatar, promocionar y dar una nueva dimensión al objeto-libro desde la transformación, la sorpresa, el humor, la ironía y la provocación creativa. Los libros han sido alterados de forma intencionada en su función de mediadores de cultura mediante descontextualizaciones, yuxtaposición con otros objetos, sustitución de significados por otros nuevos en el juego de la transferencia del signo escrito a la imagen visual.
Los libros "desleídos" o no-leídos están "disueltos" (según la definición de esta palabra) en otros elementos o contextos que se perciben ambiguos a través de la polisemia de las palabras que se refieren a la lectura y al estudio. Algunos de los títulos de las obras hacen referencia a ello, como "empollados" (expresión de sobra conocida acerca del estudio con intensidad): nidos con huevos que están construidos sobre los libros como metáfora del origen y nacimiento del saber, o "enfrascados" (enfrascarse en la lectura se utiliza como expresión de ensimismamiento), libros introducidos en recipientes llenos de líquidos como idea de preservación o "conserva" del zumo de la cultura.
La función primordial del libro queda de esta forma alterada. Lo de menos es su concepto gráfico, contenido o mensaje. Más bien sirven de contenedor, pedestal, caja, receptáculo, escondite, peana, soporte, recipiente, agujero (para jugar a las canicas), etc. Es decir, el libro no leído es el no-libro en un
non site para almacenar y preservar información: el expositor se asemeja a una alacena donde se guarda el "alimento" de la cultura mediante libros convertidos en vituallas o transformados en "bocatas" en la estética de los restaurantes de comida rápida.
Los libros también pueden ser contenedores de las emociones y del recuerdo a través de puntos de lectura creativos o cubiertos de la arena que queda entre las páginas del libro leído en la playa en las vacaciones de verano. Libros encadenados en un juego semiótico con el título del libro, "libros parlantes" mediante unos pequeños transistores a bajo volumen ocultos entre las páginas, libros deshojados y tendidos al aire para que se sequen y sólo permanezca la verdadera esencia que se encuentra en la reflexión del espectador.
Javier Abad
