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Mito(bio)logia

18 de Enero de 2017 a las 12:05 h

Estudios con los genes y proteínas Cerberus en renacuajos. Fuente

Por su interés, reproducimos dos artículos del biólogo Carlos Lobato Fernández, publicados en su blog Naukas. Os invitamos a leerlos.

1ª PARTE. Hércules.

Hércules, también llamado a veces Heracles, es uno de los héroes mitológicos más conocidos y populares, sino el más célebre de todos. Este semidiós, hijo de Zeus y de la reina Alcmena, es el paradigma de la virilidad y entre sus características destacan su fortaleza y su orgullo, siendo abundantes los relatos y mitos en torno a él, aunque los más conocidos son los doce trabajos o pruebas que tuvo que realizar.

Concretamente uno de esos trabajos, el quinto, consistía en que Hércules tenía que limpiar los establos del rey Áugeas o Augías, que fue uno de los expedicionarios que acompañó a Jasón formando parte de sus Argonautas (De ellos tendremos que hablar en otra ocasión). El ganado de Augías no sufría enfermedades, por designio divino, lo que hizo que tuviera el mayor rebaño de todo el país. Además doce fieros toros que le había regalado su padre Helios, el dios del Sol, defendían al resto de sus animales, por lo que tampoco los depredadores podían mermar su rebaño. Aunque tener tantos animales tenía un inconveniente, y era de sobra conocido que sus establos acumularan grandes cantidades de excrementos, puesto que nunca habían sido limpiados.

Hasta que se le asignó esa tarea a Hércules, en parte para humillarlo y ridiculizarlo, y en parte por intentar que no saliera victorioso, tras haber matado anteriormente a terribles monstruos. Pero Hércules, lejos de avergonzarse o echarse atrás tiró de astucia e inteligencia y desvió el cauce los ríos Alfeo y Peneo, creando un canal que atravesaba los establos de Augías y que consiguió dejar limpios gracias al agua que pasó por allí.

Augías, con su hijo Fileo de testigo, había pactado entregar parte de su ganado a Hércules si hacía su trabajo, pero se negó a llevarlo a cabo alegando que no había sido él, sino los ríos los encargados de hacerlo. A su hijo Fileo lo desterró y a partir de entonces entró en conflicto con Hércules. Tras una guerra complicada, Hércules venció, matando a Augías y colocando a su hijo desterrado Fileo, en el trono.

Existe una mariposa de la familia de los hespéridos, cuyo nombre científico es Astraptes augeas, en honor al rey Augías, y otra especie llamada Hylephila phyleus, en honor a su hijo. La pequeña Hylephila phyleus es una mariposa norteamericana de apenas 2,5 cm de largo presenta un marcado dimorfismo sexual, siendo los machos de color naranja o amarillos con manchas negras, y las hembras de color marrón oscuro, con manchas amarillas o anaranjadas. Astraptes augeas también es pequeña, pero de coloración más oscura, con bellos tonos azulados. Se distribuye solo por algunas zonas de Centroamérica.

El nombre de la familia a la que pertenecen estas mariposas, Hesperiidae, proviene del jardín de las Hespérides, un maravilloso entorno natural cuidado por ninfas en un lejano rincón de occidente, que la tradición situaba en el Norte de África, en Tartessos, al sur de la Península Ibérica o en el lago Tritón, en Libia. El nombre Hespérides podía hacer referencia tanto al jardín como a las ninfas que lo cuidaban, y de ahí que sea un nombre más que apropiado para un grupo de mariposas. Por cierto, y para terminar de enlazar con el héroe, el trabajo número once de Hércules fue robar una manzana de oro del Jardín de las Hespérides.

Entre trabajo y trabajo, Hércules tuvo una serie de aventuras secundarias, que también aparecen recogidas en diversas fuentes, y entre ellas nos hallamos con el encuentro que tuvo con un personaje llamado Aqueloo (Achelous). Aqueloo era un poderoso espíritu del agua, considerado como el dios del río del mismo nombre, situado entre Etolia y Acarnania, siendo incluso considerado a veces como el padre de todas las deidades de los ríos o el padre de las sirenas, y por lo tanto muy venerado y respetado en la Antigua Grecia. Su encuentro con Hércules viene de que era uno de los pretendientes de Deyanira, que llegó a convertirse en la tercera esposa del héroe, por lo que entraron en conflicto por ella. En boca de la propia Deyanira pone Sófocles un bonito fragmento en el que relata como se sentía por ser una mujer normal cortejada por un dios:

"Mi pretendiente fue el río Aqueloo,
que tomó tres formas para preguntar a mi padre:
un toro rampante, luego de una serpiente retorciéndose
de colores brillantes, y de nuevo a un hombre
con rostro de bueyes, y de las sombras oscuras de su barba
corriente y chorros de agua cayeron hacia abajo.
Tal era mi pretendiente."

Curiosamente, la descripción de Aqueloo en sus distintas etapas de cortejo de Deyanira coinciden con las características de las tres partes principales del curso de un río: el curso alto sería el toro rampante, coincidiendo con el agua que baja con mucha fuerza de la montaña, y donde predomina la erosión; el curso medio sería la serpiente de colores brillantes retorciéndose, como metáfora de los meandros del río, con predominio del transporte de sedimentos; y el curso bajo, el hombre con barba, que a mi entender simboliza el delta de un río, con el predominio de la sedimentación. Una bonita comparación entre la metamorfosis de la deidad y el modelado fluvial en clima templado.

Las luchas de Aqueloo y Hércules están llenas de este mismo simbolismo y a veces el primero se transformaba en serpiente y otras veces en toro, de hecho fue mientras estaba transformado en toro cuando Hércules le arrancó uno de sus cuernos, que se relaciona con el cuerno de la abundancia o Cornucopia. Y como Aqueloo era también el río, sinuoso y bravo, que tenía dos brazos y que inundaba las tierras circundantes con abundantes crecidas, se cuenta que fue el propio Hércules quien uniformó su cauce poniéndole diques y reuniéndolo en un sólo lecho. El cauce arreglado del Aqueloo fue la causa de la riqueza de la zona que regaba con sus aguas (y de ahí la relación con el cuerno de la abundancia que comentamos antes).

Esta historia es tan interesante y fascinante que al famoso paleontólogo Scott Sampson (¡el mismo del a serie de dibujos animados Dinotrén!) le llamó la atención, y la usó de base para bautizar al dinosaurio ceratópsido Achelousaurus horneri. Este animal es un fósil de transición entre dinosaurios ceratópsidos con cuernos y dinosaurios sin cuernos, lo que el Dr. Scott relacionó con la perdida del cuerno de Aqueloo en sus peleas con Hércules. Con el epíteto horneri, Sampson hace un doble homenaje, a esta historia de los cuernos (recordemos que Horn en inglés se puede traducir como Cuerno o asta) y al también famoso paleontólogo Jack Horner. El nombre genérico, Achelousaurus, es en honor a la deidad de los ríos.

Ya hemos visto que Hércules era capaz de hacer todo tipo de trabajos, desde enderezar un río, hasta limpiar unas cuadras, pero en lo que realmente destacó fue en acabar con todo tipo de monstruos y criaturas mitológicas y reales, como es el caso de su enfrentamiento con Anteo (Antaios), un gigante.

Anteo era un gigante que se cuenta que fundó una ciudad llamada Tingis, la actual Tánger, en el Estrecho de Gibraltar, también conocido como Las Columnas de Hércules. El gigante Anteo era bastante fuerte y bravucón, y no dudaba en desafiar a todo aquel que atravesara sus dominios, resultando invencible, puesto que ganaba todas sus peleas. Se dice que mataba a sus contrincantes, con cuyos cráneos llegó a construir un templo dedicado a Poseidón. Pero fue invencible hasta que se topó con Hércules, que logró tumbarlo por tres veces durante su pelea, aunque sin conseguir derrotarlo del todo. Pero Hércules fue listo y observó que Anteo volvía con energías renovadas cada vez que su cuerpo tocaba el suelo, puesto que al ser hijo de Gea, la diosa de la Tierra, esta misma le daba nuevas fuerzas. Por ello ideó una forma de derrotar a Anteo, que consistió simplemente en elevarlo en el aire y asfixiarlo antes de que este pudiera tocar tierra. De esta forma Hércules venció al invencible Anteo, combinando fuerza e inteligencia.

Existió una especie de abubilla gigante, llamada abubilla de Santa Elena, cuyo nombre científico es Upupa antaios, en honor al gigante de la leyenda que hemos contado anteriormente. Esta abubilla, emparentada con las actuales, pero mucho más grande vivía en la isla de Santa Elena (la misma donde fue deportado Napoleón), y así lo atestiguan varios de los fósiles encontrados. Probablemente se tratara de un ave no voladora, que se alimentaba de la tijereta gigante de Santa Elena, un enorme artrópodo del que no se tienen pistas desde 1967, y que lleva el curioso nombre de Labidura herculeana, en honor al héroe protagonista de este post. Labidura herculeana es un dermáptero, concretamente una tijereta, bastante impresionante, que alcanzaba casi los 9 cm de longitud, frente a los 2 escasos cm que suelen medir otras especies de tijeretas. Paradójicamente, en la vida real era el Anteo aviano quien derrotaba al Hércules artrópodo, al contrario que en la historia mitológica, donde la pelea terminó con Hércules como ganador.

Y no quiero terminar sin mencionar al extraordinario escarabajo Hércules, o científicamente hablando, Dynastes hercules, un coleóptero de gran tamaño, llamado de esta manera por su gran fortaleza y el enorme tamaño que pueden alcanzar, con hasta 17 cm en algunos machos, lo que lo convierte en una de las especies de escarabajos más grandes que existen. Los machos tienen dos largas prolongaciones en forma de cuernos, uno en el tórax y otro en la cabeza, que a veces crecen incluso más que la longitud del cuerpo del insecto. Pero estos cuernos no se encuentran en las hembras, por lo que el dimorfismo sexual en dicha especie es muy acusado. Y ahora que hablamos de machos y hembras, y volviendo a Hércules, me gustaría finalizar mencionando que a pesar de que la versión del héroe que nos presentan las leyendas, o incluso las versiones más simpaticonas de éste, como la de la película animada de Disney, solo enmascaran una historia, aunque mitológica, mucho más cruda y tristemente acorde con la realidad que vivimos en la actualidad, y es que a todos los efectos, Hércules era un maltratador y un asesino, puesto que todo lo relacionado con los doce trabajos con los que comenzamos, no eran más que un castigo divino por haber asesinado a sus hijos y a su esposa Megara (la Meg de la película de Disney). Creo que dicho esto me quedo con el escarabajo Hércules mejor que con el personaje en el que se inspira.

Existe otra especie de escarabajo rinoceronte que lleva por nombre vulgar escarabajo centauro. Se trata del Augosoma centaurus, un escarabajo africano cuyos adultos son sorprendentemente parecidos a los coleópteros americanos del género Dynastes, mencionados en el párrafo anterior. El nombre de este insecto también nos lleva inevitablemente a relacionarlo con Hércules, puesto que este personaje también tuvo un encuentro con un centauro mitológico, concretamente Neso, que intentó secuestrar y violar a su esposa Deyanira. Hercules, desde la otra orilla del río vio la escena y le lanzó una flecha untada con veneno de la Hidra de Lerna, a la que había derrotado en uno de sus trabajos, con la que derrotó al monstruo mitad hombre, mitad caballo.

2ª PARTE. Las Moiras y el Inframundo.

¿Quién controla el destino de las personas? En la antigua Grecia, la personificación de dioses o entidades que controlan el destino se hizo patente con la aparición de las Moiras. La palabra Moira, en griego, significa repartidora, y en este caso hace referencia al reparto de los "diferentes destinos" a cada persona. En un principio existía una sola Moira, pero según los distintos relatos, se habla de dos o tres, aunque con variaciones en los personajes. Pero poco a poco tomó fuerza la consideración de que eran tres, y así se estableció desde aproximadamente el siglo II d. C., dotándolas de un nombre, una personalidad y unos poderes o habilidades a cada una de ellas.

La primera Moira es Cloto, cuyo nombre se puede traducir como hilandera, y era la encargada de hilar la hebra del hilo de la vida con una rueca y un huso. A Cloto se le solía invocar originalmente en el noveno mes de gestación, cuando un bebé estaba a punto de nacer. De las tres Moiras, era la más joven, y se pensaba que era hija de Zeus y Nix, la personificación de la noche o diosa primordial de la oscuridad.

Existe un género de erizos corazón, un tipo de equinodermos, como los erizos y estrellas de mar, que toma como nombre Moiropsis, en homenaje a nuestras tres protagonistas, y hay otro que directamente se llama Moira, en el que está contenida una especie que homenajea a Cloto, recibiendo el nombre científico de Moira clotho. Esta especie, que puede alcanzar tamaños que rondan los 3,3 cm de longitud, vive en los sedimentos fangosos o en las arenas finas, a profundidades de entre 50 y 450 m, en zonas cercanas a Centroamérica. Una de sus características es desplazarse lentamente por estos sedimentos para buscar nuevas áreas con mayor contenido orgánico con el que alimentarse. Como es de suponer también hay especies para sus hermanas dentro de este mismo género, de esta manera, existen Moira lachesinella y Moira atropos.

La segunda de las Moiras es Láquesis, cuyo nombre significa, La que echa a suertes, y su tarea era controlar la duración de la vida de las personas, usando para ello su vara de medir, con la que determinaba la longitud del hilo de la vida de cada persona. Según ciertos relatos, también es hija de Zeus y Nix, aunque en otros la paternidad se la atribuyen a Erebo, uno de los dioses primordiales, junto con Nix. Por cierto, Nix es el nombre que recibe un satélite del sistema binario constituido por Plutón y Caronte, siguiendo de esta manera la línea de nomenclatura de Plutón y sus lunas, cuyos nombres están relacionados con elementos del Inframundo de la mitología griega.

Acherontia lachesis es una polilla perteneciente a la familia de los esfíngidos, que posee un diseño en la parte dorsal de su tórax que recuerda vagamente a una calavera humana, lo suficiente para ser conocida, junto con otras dos especies del mismo género, como polillas de la muertepolillas de cabeza de muerto o esfinges de la calavera. A esta especie en concreto también se le conoce como ladrón de abejas, puesto que son animales de hábitos nocturnos con un gran gusto por la miel. De esta manera, imitando los olores de las abejas, pueden colarse en las colmenas para alimentarse de la miel y salir ilesas sin ser atacadas por estos insectos. El nombre específico de esta polilla, lachesis, hace referencia a la Moira Láquesis, mientras que su nombre genérico, Acherontia, es un homenaje a otro elemento mitológico importante: el río Aqueronte, uno de los ríos del inframundo, por el que viajaba el barquero Caronte, transportando el alma de los muertos en su barca. La palabra griega para este río, acheron, significa dolor o aflicción. Otro de los ríos del inframundo griego, por el que también navegaba Caronte es el Estigia o Stix, que significa odio, y también da nombre a otra especie del mismo género de polillas, la Acherontia stix. Por cierto, hablábamos anteriormente del género de equinodermos Moira, donde también hay una especie denominada Moira stygia, dedicada al río o a la laguna Estigia.

Como dato curioso sobre Acherontia stix, podemos contar que apareció en la famosa obra El silencio de los corderos, ya que una pupa o capullo de este animal es una de las principales pistas de la investigación, cuando es encontrada en el paladar de una víctima de asesinato. En la película correspondiente, la polilla nombrada es Acherontia stix, sin embargo, la que vemos tanto en la pantalla, como en los carteles, pertenece a otra especie de la que hablaremos un poco más adelante. Al igual que la especie anterior, también puede alimentarse de miel usando la misma estrategia, y también tiene la misma distribución, siendo ambas polillas asiáticas. La mosca Lomatia lateralis, fue nombrada en su día como Stygia lateralis, nombre que ha quedado como sinónimo.

Volviendo a la Moira Lachesis, su nombre también sirve para denominar a un género de serpientes venenosas sudamericanas, en el que hay cuatro especies. Debido al veneno que son capaces de inocular y al miedo que provocan, puesto que alcanzan tamaños bastante grandes en comparación con otras víboras, se les nombró en honor de esta Moira. El nombre común de estas víboras suele ser cascabela muda, puesto que tienen una espina córnea en su cola que puede vibrar y hacer sonidos a modo de cascabel si la serpiente es molestada, de la misma manera que hacen los crótalos. Las tres especies que se incluyen en este género son Lachesis mutaLachesis melanocephala y Lachesis stenophrys.

Y la relación de Láchesis con la Ciencia no termina en los animales, puesto que también podemos encontrarla en el nombre de un asteroide de tipo espectral C, de unos 174 km de diámetro, que orbita en el Cinturón de asteroides, y que se llama (120) Lachesis.

Hemos mencionado a Caronte, el barquero, y como bien nos cuenta Daniel Torregrosa en su maravillosa serie sobre la influencia de la mitología en la Ciencia, hay un montón de homenajes a este curioso personaje en la nomenclatura binomial de los seres vivos: Nos encontramos por ejemplo un género de caracolas marinas, Charonia, con algunos representantes como Charonia lampasCharonia variegata y Charonia tritonis, con doble mención mitológica, a Caronte y a Tritón, una deidad marina. También existe un género de mariposas de la familia Pieridae, de nombre muy parecido, Charonias, y un genero de dinosaurios cuyo nombre genérico es Charonosaurus.

Caronte también es el nombre que recibe el que fue conocido como el primero de los satélites de Plutón, pero que por el hecho de que tanto Plutón como Caronte giren alrededor del centro de masas del sistema que forman, es normal considerar hoy en día a ambos cuerpos celestes como un sistema de planetas enanos doble.

Pero regresemos al hilo conductor con el que iniciamos el post, y conozcamos a la última de las Moiras, que recibe el nombre de Átropos, que significa La que no gira y que se puede traducir por inevitable. Era la mayor de las tres y la encargada de cortar el hilo de la vida cuando llegaba la hora de la muerte de una persona, utilizando para ello sus tijeras. En la mitología romana era llamada Morta, Muerte, y ha dado origen a la imagen de la Parca o Muerte en nuestros días, representada por el típico esqueleto, cuya calavera está cubierta por una capucha, aunque se han sustituido las tijeras por la típica guadaña con la que siega las vidas en vez de cortarlas.

Un erizo corazón del género Moira, que ya comentamos antes, homenajea a este personaje llamándose Moira atropos. La especie Moira clotho, de la que ya hemos hablado, a veces es clasificada como una subespecie de la anterior, llamándose ambas Moira atropos atropos y Moira atropos clotho, respectivamente. En cualquier caso las dos Moiras quedan homenajeadas aquí.

Pero la más conocida quizás sea la polilla Acherontia atropos, la esfinge de la calavera europea, que al igual que las dos especies anteriormente explicadas, también presenta una mancha con forma de calavera en su tórax. La pareidolia que produce esta imagen es tan poderosa que provoca un miedo bastante irracional en muchas personas, que la ven como un enviado de la muerte cuando una de estas polillas entra en sus casas. En El silencio de los corderos, la polilla que aparece en las imágenes y en el cartel es una Acherontia atropos, aunque en dicho cartel, el dibujo de la calavera ha sido sustituido por una composición realizada con cuerpos humanos desnudos que forman una calavera, obra del genial Salvador Dalí.

En las plantas, la conocida por el nombre vulgar de belladona, también se refiere a Átropos en su nombre científico, que es Atropa belladona. En este caso el nombre de la Moira va acompañado de la palabra belladona, que en italiano significaría mujer bella, lo cual puede asociarse a la idea de la Muerte como una bella mujer, un recurso también usado a veces en la literatura. La belladona es un arbusto con flores de color morado y un mal olor característico que produce varias sustancias alcaloides, como la hiosciamina, la atropina o la escopolamina, derivados del tropano, por lo que se puede consisderar una planta venenosa, capaz de provocar tanto estados de coma o muerte en humanos, si es mal administrada, como cuadros de delirio y alucinaciones en dosis más pequeñas pero tóxicas. Es muy conocido su uso como midriático en oftalmología, puesto que produce dilatación de las pupilas. También es un buen antiespasmódico, antiasmático y anticolinérgico.

La atropina toma su nombre también de Átropos y es un alcaloide producto del metabolismo secundario de la belladona y de otras plantas de la familia de las solanáceas. Actúa como un antagonista competitivo del receptor muscarínico de acetilcolina que puede suprimir los efectos del sistema nervioso parasimpático. Por ello, su administración afecta el corazón, los ojos y el tubo digestivo, entre otras estructuras. Su uso se conoce desde antiguo en la India. En el Imperio Romano y en la Edad Media, este arbusto se usaba a menudo para producir envenenamiento de lenta evolución, muy difícil de detectar, lo que llevo a Linneo a nombrarla en honor a Átropos, la encargada de dar la muerte. Las antiguas brujas también le daban un buen uso a la planta y al compuesto químico, como bien nos contó Rosa Porcel en su charla "El poder de las brujas" de Bilbao durante el pasado evento Naukas 16.

La muerte, el inframundo y los seres que lo pueblan en la mitología griega, como las Moiras, son bastante inspiradores para los científicos que tienen que nombrar a las nuevas especies que se descubren. Ya hablé de algunas especies en honor a Hades, el dios del inframundo, en el artículo que escribí para la Cátedra de Cultura Científica de la UPV titulado Nomenclatura mitológico-biológica. Estas especies eran las polillas nocturnas Hades noctulaHades hecateHades hecamede y Elysius hades y las polillas diurnas del genero Hadesina. Por cierto, hemos hablado antes del planeta enano Plutón, cuyo nombre no es más que la versión romana de Hades.

Hades, significa literalmente, el invisible, y en un principio servía solo para nombrar al dios del Inframundo, aunque después pasó también a denominar el infierno mitológico griego. En los antiguos mitos griegos, el reino de Hades era oscuro y sombrío, y era considerado como la morada de los muertos, a la que iban todos los mortales cuando fallecían. Posteriormente se introdujo la idea de que las personas eran juzgadas tras su muerte y se los recompensaba o castigaba. Una vez que alguien entraba en el Hades, no podía volver, excepto si eras un héroe, como Hércules y Teseo, que si consiguieron entrar y salir.

Rapala hades es una mariposa licaénida africana, al igual que Anthene hades, que llevan a este Ser en su nombre. Como  vemos esta bastante extendido su uso en la nomenclatura de los lepidópteros. Supongo que, de haber existido, al dios del inframundo no le haría ni gota de gracia que su nombre lo llevaran varias especies de delicadas mariposas, en vez de otros seres mas terribles. Pero si se enfadara por ello, podríamos intentar calmar su enfado mostrándole algunos homenajes más que hay entre los nombres de los seres vivos.

Un animal con aspecto más terrible y que contentaría más a Hades, puede ser Hadoprion, un género de gusanos marinos poliquetos ya extintos. La primera parte del nombre se refiere al dios, mientras que -prion significa sierra, debido a la semejanza de los dientes de este animal con el utensilio nombrado. En mi opinión, un gusano marino extraño con dientes de cuchilla como una sierra es un animal mucho más apropiados ser nombrado en homenaje a este dios infernal.

Otro terrorífico ejemplo puede ser la especie Geophilus hadesi, una escolopendra endémica de las montañas Velebit en Croacia, que habita en cuevas. Las escolopendras son un tipo de ciempiés, es decir, son miriápodos. Dentro de este grupo son quilópodos, es decir ciempiés, que se distinguen de los diplópodos, también conocidos como milpiés, en que sólo tienen un par de patas por cada segmento o metámero de su cuerpo, mientras que los milpiés tienen dos pares por metámero. En general son unos depredadores muy efectivos que cuentas con unos apéndices bucales muy desarrollados conectados a unas glándulas de veneno que usan para capturar a sus presas.

Y vamos terminando ya este paseo por el inframundo con la mención a Cerbero, el fiero perro de tres cabezas de Hades, que guardaba la puerta del infierno mitológico griego y aseguraba que los muertos no salieran, y por supuesto que los vivos no entraran. Como no podía ser de otra manera, también encontramos organismos que lo llevan en su nombre.

Thermarces cerberus es un pez abisal, es decir que vive a grandes profundidades, en el la zona de la dorsal del Este del Pacífico y en el rift de las Galápagos. El hecho de que se mueva en profundidades de unos 2300 metros y cerca de chimeneas hidrotermales donde la temperatura ronda los 300º C, han influido positivamente en que esta especie de pez haya sido nombrado como el Can Cerbero.

El grillotopo Scapteriscus cerberus, habita en el continente americano y se caracteriza por llevar una vida totalmente subterranea, a la que están adaptados perfectamente. Los grillotopos, llamados también alacranes cebolleros por estos lares, tienen una modificación en sus patas delanteras que las hacen perfectas para cavar; en el caso de Scateriscus cerberus cuenta con dos garras afiladas y una especie de cuchilla con un reborde afilado o diente en cada una de sus patas, mientras que otros grillotopos tienen tres o cuatro garras. Y si, aparte del hecho de llevar una vida subterránea, pensamos que un grillotopo no es digno de llevar el nombre de un ser infernal, quedémonos con la idea de que a casi todas las especies del género Scapteriscus se les conoce como "los grillos más perjudiciales del nuevo mundo", puesto que son plaga del césped, de pastos y jardines, así como del arroz y del los pimientos. La especie australiana Scapteriscus didactylus es el terror de los campos de golf, ya que perjudica seriamente su césped.

La última mención al Perro de tres cabezas es una curiosidad que nombraré sin entrar en demasiado detalle y es que existe un grupo de genes y de proteínas en los vertebrados, que bajo la denominación de Cerberus, actúan codificando la información los primeros para sintetizar a las segundas, que tienen función señalizadora, contribuyendo a la formación correcta de la cabeza y a la asimetría izquierda-derecha de ciertos órganos cefálicos. Aunque este grupo de genes Cerberus, varíen ligeramente de una especie a otra, sus funciones generales parecen ser similares.

Fuente: www.naukas.com

 

 

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