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¿Por qué pudo haber vida hace 4.000 millones de años? Antonio Ruiz de Elvira

15 de Marzo de 2017 a las 15:13 h

¿Qué es la vida?  No parece muy difícil saberlo.  Los procesos físicos aumentan siempre la deslocalización de las moléculas de los sistemas, aumentan la entropía de los mismos. Pero hay reacciones químicas que, mediante aporte constante de energía, consiguen que aumente la localización de moléculas, que disminuya localmente la entropía en alguna pequeña región del espacio a costa de que aumente la entropía global.

En estas reacciones con aporte de energía, algunas moléculas se unen a otras hasta formar algún tipo de estructura que funciona como un molde o patrón para duplicarse.

La idea es sencilla aunque probablemente no es la que surgió en la Tierra.

 

 

Esas moléculas van incorporando otras en una cadena y esa cadena una vez formada, engancha a la misma otras que la duplican Si una molécula A engancha siempre con E y otra B con F y otra más con G y una cuarta con H, al crecer la cadena de las (ACBD) ira creciendo también la cadena de las (EFGH), hasta que la cadena sea tan larga que deje de crecer y se separen las (ABCD)  de las (EFGH). Ambas cadenas separadas volverán a atraer  las moléculas correspondientes entre sí, para seguir formando cadenas siempre con las mismas secuencias: Se producen progenitores y descendientes de ese tipo de cadenas.

 

Esta es la definición más elemental de la vida: la captura de energía para duplicarse. Hoy día una buena cantidad de personas nacen, crecen, se reproducen y mueren, sin hacer mucho más en su tiempo, salvo capturar la energía necesaria para la duplicación molecular.  Las hormigas llevan unos 300 millones de años sin hacer otra cosa, y las bacterias probablemente miles de millones de años.

 

La vida son estructuras estables basadas en la disipación de energía. Los átomos soportan cualquier cantidad de energía. De hecho se forman en las reacciones nucleares. Solo las uniones entre átomos son susceptibles de deshacerse si la cantidad de energía que reciben es demasiado grande, pero el "demasiado" depende mucho del tipo de esas uniones, y de estas algunas resisten fuerzas enormes.

 

Si cogemos hilos de lana en tirabuzones y echamos nos en otros, luego es difícil separarlos. Las meras estructuras geométricas inanimadas se unen entre sí. Todos hemos tenido que desenrollar cables de ordenadores que se han hecho una madeja. Hemos dicho "parecen vivos". Las uniones son propiedades de la naturaleza. Lo característico de la vida son uniones que se duplican, que se copian de manera más o menos (mucho más que menos) fiable.

 

Esas uniones duplicantes simples duraron, por lo que sabemos un par de miles de millones de años, sin hacerse más complicadas. Probablemente las condiciones de acidez (o basicidad) de sus entornos, y la radiación que caía sobre el planeta deshacían combinaciones más complejas.

 

Pero muy lentamente (¿Alguien aprecia realmente lo que son mil millones de años?) las rocas liberaron gases, las aguas crecieron en volumen y la superficie de nuestra casa fue resultando más protectora de uniones más débiles.

 

Cadenas moleculares distintas pudieron unirse entre sí. Cuando esas cadenas significaron envoltorios resistentes la vida inició otra etapa: Una etapa de expansión por ambientes hostiles a la misma hasta entonces. Los procesos de absorción de moléculas, ensamblaje y crecimiento podían entonces hacerse dentro de la membrana de protección, que solo se abría, en circunstancias favorables, para la duplicación. Esto son las bacterias, mientras que los virus son las cadenas primitivas que buscan, sin membranas, como ensamblase y duplicarse, de una manera automática.

 

Se piensa que las bacterias (con los virus), vivieron solas en una Tierra todavía bastante hostil durante otros mil millones de años (de nuevo, ¿qué son mil millones de años?).

 

Hace unos 700 millones de años la atmósfera del planeta frenaba ya las radiaciones letales procedentes del espacio, y las aguas continentales y de los océanos habían adquirido un grado de acidez amable para las uniones entre bacterias: Empezaron a crecer organismos multicelulares, formados por uniones de derivados o modificados de las bacterias  y al crecer, mediante las protecciones que iban adquiriendo, podían ocupar  cada vez entornos más complicados, vivir tanto en charcos como encima de las rocas (los antepasados de los líquenes).

 

Las fuerzas atómicas de enlace son inmensamente poderosas y capaces de realizar los enlaces moleculares de manera automática. Es evidente que las mismas fuerzas, en otros entornos, entre distintos átomos, destruyen también esos enlaces creados.

 

El paso del tiempo es un juego larguísimo entre unas fuerzas y otras, pero es preciso aceptar que las fuerzas de enlace son capaces de formar estructuras vivas sin necesidad alguna de "chispa vital".

 

A lo largo de los eones la complejidad de las estructuras vivas ha llegado al ser humano, que sin embargo convive con virus y bacterias  de hace miles de millones de años.  El ser humano ha enlazado estructuras sin necesidad de enlaces moleculares, vía esencialmente el sonido y la luz, y últimamente el resto del espectro electromagnético; y ha creado membranas con ladrillos, hierro y cemento. 

 

En cierta medida que los literatos, artistas y científicos se esfuerzan en dilucidar, somos células interactuantes de organismos más complejos que cada uno de nosotros.  Si consideramos que a nivel atómico y molecular lo que más hay es vacío, que los átomos están enlazados por fuerzas eléctricas pero no se tocan, los enlaces entre personas en las sociedades no son muy distintos de los enlaces moleculares en las células.

 

¿Pueden las células de nuestro cuerpo estudiar lo que es el cuerpo humano del que forman parte? De aquí deriva pare de la dificultad de entender el comportamiento de las sociedades de las que formamos parte, y que nos ayudan a pervivir un cierto tiempo, pero que también a veces nos destruyen.

 

Leo que Suecia implanta o va a implantar de nuevo el servicio militar obligatorio por miedo a una Rusia que vislumbra la cobardía de los EEUU.  Nosotros nos vacunamos contra la gripe, por ejemplo, para generar anticuerpos ante el ataque de virus primitivos que automáticamente se duplican dentro de nuestros cuerpos utilizando los recursos que necesitamos para que se dupliquen nuestras propias moléculas.

 

Esta es la vida, pero a lo largo de le evolución que he descrito se produjo una mutación esencial: Una parte de nosotros puede actuar  de manera independiente de las fuerzas atómicas o moleculares, integras en códigos genéticos.

 

Esa parte, que podemos llamar intelectual, cultural, nos dice que atacar a otros para duplicarnos nosotros no ha servido de nada ni siquiera a los virus, y que desde hace 4.200 millones de años ha sido mejor ensamblar que destruir.  Es ese conocimiento automático lo que nos lleva a evolucionar en el sentido de la amabilidad y la cooperación, en vez de la mera supervivencia de tipo viral.

 

Hoy el Brexit, el Trumpismo, los mensajes de Le Pen, son el intento de rodearse de membranas y atacar a los demás. Pero la vida se ha hecho significativa (se han creado cantatas y sinfonías, fugas para órgano y esculturas de Miguel Ángel,  la Ilíada y el Quijote, el Partenón de Atenas  y el Panteón de Roma, ..., hemos creado la ciencia) gracias a la cooperación, en vez de la destrucción de unos por otros.

 

La historia de la vida nos da lecciones sobre nuestra propia historia, sobre nuestro propio comportamiento.

 

Lo veo todos los días pues trabajo en Alcalá de Henares y vivo en Madrid y hago cada día 100 km por carretera: Están los conductores que saben que ir a 150 km/h (si la carretera estuviese vacía) les llevaría a tardar 12 minutos entre Alcalá y Madrid, mientras que ir a 120 km/ les hace tardar 15 minutos: Una diferencia de 3 minutos. Nada. Y sin embargo hay esos conductores que lo que quieren es anular al resto de los que usan la carretera, para quedarse ellos solos, y adelantan por la derecha maldiciendo y pitando para seguir en fila sin avanzar más que el adelantado durante 10 kilómetros.  Y están los que enlazan unos con otros y cooperan en la carretera generando buen espíritu y amabilidad y llegando, sin cabreos, al mismo sitio en el mismo tiempo.

 

¡Aprendamos de la historia de la vida!

 

¡Delenda est pollutio!

 

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