Durante más de cuarenta años, el escritor Benito Pérez Galdós fue vecino de Santander. Este narrador de la historia de la literatura española edificó una casa, San Quintín, en la calle que hoy lleva su nombre en esta ciudad y pasó en ella los largos veraneos de entonces, siendo mucho más que un visitante habitual, pues aquí tuvo vivencias afectivas de gran calado, cultivó amistad con figuras de esta tierra de la talla de Menéndez Pelayo, José María de Pereda o José Estrañi, y sobre todo, en este refugio vino a escribir una parte considerable de su obra de madurez.
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