El siglo XVIII constituye la génesis de las democracias liberales modernas. Y gran parte de esa contribución fue posible gracias a autores y libros de la Ilustración francesa, algunos de ellos poco conocidos, que se convirtieron en las obras más leídas en la Europa del momento. Eran los best-sellers prohibidos que circularon como la pólvora pese a los intentos de las autoridades civiles y eclesiásticas por impedir su edición y lectura. Una censura que, pasados los siglos, encontramos cada vez más en nuestros días a través de la corrección política o de la llamada cultura de la cancelación.
[Seguir leyendo] Tras la cortina: la pasión por los libros prohibidos. Diálogo