La censura de libros puede entenderse como una forma de limitar y erradicar el disenso religioso y político, como un instrumento de control social y de creación de convicciones, y como un medio de acceder a las conciencias de los individuos mediante la vigilancia de la lectura y la intervención en la textualidad. Sus herramientas más visibles, aunque no las únicas, son la prohibición de libros, su transformación mediante el expurgo -que recorta o tacha selectivamente pasajes de un manuscrito o un impreso-, la actividad de calificación o diagnóstico que determina que un texto es herético, erróneo, escandaloso, peligroso, injurioso o temerario, o la representación de la lectura de los libros malos como un envenenamiento de las almas o de las conciencias. Este volumen propone a los lectores una reflexión sobre la censura y sobre su impacto en el patrimonio bibliográfico y en la cultura y la historia intelectual europea. Está dedicado a los índices de libros prohibidos y expurgados y a su contenido, esto es: a los libros vedados, intervenidos, tachados y mutilados, y también a los perdidos, quemados, emparedados o arrojados a los pozos
[Seguir leyendo] En abierto, el catálogo de la exposición "Malos Libros: la censura en la españa moderna"