El Colegio Imperial de Madrid tuvo desde sus inicios una biblioteca adaptada a sus necesidades educativas y de devoción. Pero, coincidiendo con la fundación en su sede de unos Estudios reales, el jesuita Claude Clément redacta un tratado de biblioteconomía que, a través de la iconografía de su portada, de la dedicatoria y de la introducción solicita al rey Felipe IV de España la creación en su sede de la gran biblioteca de la Contrarreforma, a semejanza de la que su abuelo Felipe II fundó en el Monasterio de El Escorial.
[Seguir leyendo] La biblioteca del Colegio Imperial de Madrid, templo de las musas Ad maiorem gloriam Dei