Italia. Primera mitad del siglo XVII.
La familia Barberini, mecenas y una de las más influyentes de Italia se vincula con el fenómeno del feminismo que surgió en esa época en Roma.
Gracias a sus políticas, protección y encargos, mujeres como la pintora Artemisia Gentileschi, la arquitecta Plautilla Bricci o la pintora y grabadora Anna Maria Vaiani pudieron comenzar sus carreras, alcanzar la excelencia en su profesión artística y abrir el largo camino hacia la emancipación femenina.
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