Hoy más que nunca yo soy mi casa. En este confinamiento parece que A cada rato, lunes. Sentimos asombro y desaliento al mismo tiempo y, más de uno está planeando la fuga con gran astucia. Tenemos sed de ver paisajes de Filipinas o simplemente una puesta de sol sentados frente al estanque. ¡Oh hermoso mundo! Ahora, las calles están vacías y parecemos los invisibles. Solo se nos ve, cuando salimos a las ventanas para aplaudir a nuestros sanitarios, los héroes. Y lloramos, lloramos mucho por los que se van, sin un adiós.
[Seguir leyendo] Una historia sacada de Odilo