En la clásica novela china El sueño del pabellón rojo, escrita por Cao Xueqin a mediados del siglo XVIII, se narra en uno de sus casi innumerables episodios como cierta Miaoyu, tras tomar los hábitos de monja budista, viajó a la capital del imperio para adorar, por una parte, las reliquias de la diosa de la maternidad, Guanyin, pero también para conocer mejor los textos canónicos budistas. Buscaba los testimonios más antiguos, y en la ciudad se hallaban unos «cánones escritos en hojas de pattra» (cap. XVIII). Aquellos libros de Buda eran, sin duda, muy antiguos, pues el autor destacaba que no estaban copiados sobre papel, sino sobre hojas de pattra, es decir sobre láminas fabricadas con dos tipos particulares de palmera o palma, denominadas científicamente como Corypha umbraculifera o como Broussonetia papyrifera. El nombre botánico de esta planta hace referencia precisamente a su función como soporte escriptorio entre la India e Indochina, de manera semejante al del papiro del Nilo. [Seguir leyendo]
[Seguir leyendo] La historia milenaria del pothi