Había pasado por delante del quiosco y entrevisto su título (La certeza absoluta y otras ficciones), así como ojeado la tapa posterior (La estadística ha sido descrita como la práctica de “torturar a los números para que confiesen”); pero no tenía tiempo para leerlo. No sé qué innombrables expectativas me sugerían ambas cosas (¿desenmascararía a quienes nos consideran inteligentes ciudadanos y se empeñan constantemente en engañarnos? ¿Descubriría los grandes fraudes habidos a lo largo de la historia? ¿…?) que acabé por comprarlo días después y encontrar la adecuada disculpa práctica para leerlo. Las expectativas, por supuesto, no se cumplieron; pero quedaron al descubierto otras interesantes posibilidades.
[Seguir leyendo] Lo importante es aleatorizar