Entregué el azul mas azul de la primavera, la roja pasión del estío, la dorada madurez del otoño. Dejadme ahora, solo y libre, adentrarme en el invierno final, abrigado por el rescoldo de lo que fue o pudo ser mi vida.
[Seguir leyendo] Árbol fieramente humano. En recuerdo de Marcos Ana