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El hombre sin atributos de Robert Musil

Carlos Lombas 13 de Julio de 2009 a las 08:53 h

"La risa cura, es la obra social más barata y efectiva del mundo".   Robert Musil

Morir de fe en sí mismo

Ulrich, el hombre sin atributos de Musil, vive en consonancia con un pragmatismo extraído de la noble experiencia de su vida y del criterio que le hace objetivo ante los demás y  frente al mundo. Esa alegría irónica  le da integridad dentro de los convencionalismos burgueses  del fin del imperio austrohúngaro y en el camino a la insípida sociedad moderna.

Volver a leer a Musil veinte años después, es un relajante repaso a la historia de finales del siglo XIX y la primera veinte del siglo XX, desde el espíritu  irreal de la inconsciente  idea de eternidad para la sangre azul  hasta la consolidación del camino hacia su deterioro, con la gran fuerza poética que esa generación de escritores austriacos pobló la literatura, tales como Broch o Joseph Roth.

Dicen sus analistas que toda la obra de Musil es una despedida y el anuncio de una catástrofe y la búsqueda de un tiempo perdido, pero releyendo El hombre sin atributos lo que más trasluce es el agotamiento cultural y un deterioro de los valores  que hicieron pervivir una sociedad en la que las tradiciones permanecían intactas, y a través de Ulrich va profetizando el derrumbe, que siempre se acompañado de socavamiento y revolución interna, para exteriorizarse en masa y trágicamente. Como así lo desplego la primera guerra mundial.

No olvidemos su novela anterior Las tribulaciones del estudiante Törless, una obra  clásica de aprendizaje que podría ser el prefacio a esta monumental novela inacabada. El hombre sin atributos está  escrita con estilo nuevo, lejos de romanticismos, un tanto amarga y presuntuosa, que se desliza entre las obsesiones y la exactitud matemática, colocando la realidad emocional al lado de la intelectual sin interrumpirse una a la otra y ambas pobladas de erótica y mística. 

Mientras la leí, casi estoy seguro que el mundo se paro por segunda vez.

Robert Musil nació el 6 de noviembre de 1880 en el seno de una familia de la baja nobleza ("Edler") en Klagenfurt (Austria). A los 10 años entró en una escuela de cadetes y posteriormente en la academia militar; no llegó a terminar sus estudios por su repentino interés por la matemática que le llevó al Politécnico. Cursó estudios de ingeniería, lógica y psicología experimental en la Universidad de Berlín, posteriormente enseñó ingeniería mientras escribía su primera novela, Las tribulaciones del joven Törless (1906), retrato de unos adolescentes en un colegio militar. Gracias al éxito que tuvo su novela, abandonó la enseñanza y comenzó a compaginar su trabajo como bibliotecario y editor en Die neue Rundschau, con la escritura de dos novelas cortas nada sentimentales acerca de las relaciones sexuales publicadas como Uniones (1911). Con el estallido de la I Guerra Mundial, sirvió en el ejército imperial y después fue funcionario civil en la nueva República de Austria, de 1919 hasta 1922, antes de dedicarse por completo a la escritura y de publicar un libro de narraciones cortas, Tres mujeres, en 1924. Desde 1920 trabajó en su obra cumbre a la que dedicaría toda su vida, Der Mann ohne Eigenschaften (El hombre sin atributos) que consagró a su autor como una de las grandes figuras de la literatura contemporánea. Excepto dos años en Berlín (1931-1933), vivió en Viena hasta la anexión de Austria por la Alemania nazi en 1938, después de la cual se trasladó a Suiza. Pese al reconocimiento de la obra por parte de la crítica, Robert Musil se hallaba en la pobreza, cuando falleció en Ginebra un 15 de Abril de 1942, sin reconocimiento de su genio. (Biografía de ddoos)

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