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Sobrevivir con la culpa

Mª Cruz Hermida Ballesteros 27 de Octubre de 2009 a las 09:11 h

No había leído nada de Ian McEwan hasta que me recomendaron Expiación. El inicio de su lectura me agradó y enseguida me atrapó, pero sin saber muy bien qué iba a encontrar más adelante y sin pensar que me sorprendería tanto y que llegaría a fascinarme hasta tal punto.  No era consciente de estar ante una buenísima obra, ganadora de varios premios literarios (Los Angeles Times Book Prize for Fiction de 2002, National Book Critics Circle for Fiction de 2002, entre ellos) y finalista en otros tantos certámenes.     

Todo empieza en un caluroso día del verano de 1935 en la mansión que los Tallis poseen en la campiña inglesa. Esa noche van a festejar con familiares y amigos la finalización de los estudios de sus dos hijos mayores, Leon y Cecilia, que regresan al hogar. Mientras tanto, Briony, la pequeña de la casa, da los últimos toques a una obra de teatro que será representada durante la velada. Y aunque la atmosfera recreada por el escritor nos envuelve en la tranquilidad y el estatismo de la vida cotidiana, sentimos aflorar una tensión latente y un anhelo de cambios en los personajes que, como una premonición, no augura nada bueno.  

 

        Efectivamente, desde ese día ya nada será igual: el comportamiento de un miembro de la familia determinará para siempre la vida de los Tallis que, además, se verán inmersos en la vorágine de la historia: la guerra marcará definitivamente su destino.

 

¿Qué acto de su conducta puede llevar a una persona a intentar borrar su culpa? ¿Qué fatales consecuencias pueden derivarse de su acción para tener que purificarse?

 

A pesar de las connotaciones religiosas que en nuestra civilización de raíces judeo-cristianas tiene el título de la novela,  en ella la expiación adquiere unos tintes verdaderamente humanos, alejados de cualquier creencia. Se manifiesta en el proceso de madurez personal y crecimiento intelectual del culpable, que no queda en absoluto denigrado, pues, ¿quién no comete errores? A partir del momento en que es consciente de su comportamiento, decide convertir su vida y su carrera profesional en un acto de homenaje permanente a aquéllos a los que tanto daño causó, para enaltecerlos y ennoblecerlos. Aprende a convivir con la culpa, a sobrevivir con la culpa.

 

Ian McEwan ofrece en esta obra una mezcla de ficción y realidad, un entretejido de tiempo y personas que nos muestra su dominio  de la técnica literaria a la hora de componer diferentes tipos de relatos (romántico, bélico). Su estilo narrativo, siempre impecable, es exquisito y delicado en la primera parte, pero se vuelve contundente y realista cuando nos cuenta la crudeza y el horror de la guerra; por otro lado, sus descripciones minuciosas y preciosistas nos dejan percibir hasta el más mínimo detalle los colores y los matices de un atardecer.

 

Nos encontramos ante una novela que absorbe, emociona y sorprende porque nos acerCarátula de la películaca a lo más recóndito del ser humano y nos hace reflexionar sobre nuestro poder para cambiar el destino propio y el de los demás.

 

 

La versión cinematográfica, protagonizada por James McAvoy y Keira Knightley, se rodó en 2007 a las órdenes de Joe Wright.

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