La BUC va a iniciar en los próximos meses su
proceso de evaluación con el fin de obtener el Certificado
de Calidad de los Servicios Bibliotecarios otorgado por la
Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación
(ANECA), organismo dependiente de la Secretaría de Estado
de Universidades e Investigación del Ministerio de Educación
y Ciencia.
La evaluación de
bibliotecas universitarias es un proceso que se inicia con
el I Plan de la Calidad de las Universidades, del Consejo
de Universidades. Entre el I y II Plan, ambos ya concluidos,
ya se han evaluado bibliotecas universitarias como la de Barcelona,
Politécnica de Cataluña, Pompeu Fabra, Autónoma de Barcelona,
Carlos III, La Rioja, Salamanca, Córdoba, Málaga, Granada,
Sevilla, Lleida, Gerona, etc.
Ahora nos toca
a nosotros. Consideramos que estamos en condiciones de iniciar
el largo proceso de evaluación. La evolución y el desarrollo
de nuestros servicios durante los últimos años, la considerable
mejora de las instalaciones, la satisfacción de nuestros usuarios,
la integración de la biblioteca en la institución, la normalización
de los procesos, la sistematización de la cantidad de datos
estadísticos de que disponemos, etc., nos facultan para autoevaluarnos
y presentarnos a la Certificación de Calidad de los Servicios
Bibliotecarios que convoca la ANECA.
¿Por qué
y para qué la evaluación?
La evaluación
es un proceso. Aunque la dinámica y la tendencia de la mayoría
de los procesos de evaluación tiende a constituirse en un
fin en sí mismo, la
finalidad debe ser la mejora
de los servicios que se ofrecen. Nos evaluamos, pues, para
conocer bien, mejor de lo que ya sabemos, todo cuanto hacemos,
cómo, porqué y para qué y para quién trabajamos, con la principal
finalidad de mejorar. El Certificado de Calidad, en caso de
ser concedido, constituye un reconocimiento público a la calidad
de los servicios bibliotecarios de la Universidad, además
de facultar a la biblioteca para la obtención de subvenciones
que contribuyan a la financiación de las propuestas de mejora
establecidas en el correspondiente autoestudio de evaluación
acreditado.
El nuevo Espacio
Europeo de Enseñanza Superior (EEES) pone el acento, más que
en la docencia pura, en los procesos de estudio y aprendizaje,
en los cuales, la biblioteca ocupa un papel primordial. Aprendizaje
y estudio para cuyo desempeño se van a considerar de manera
especial las horas que el estudiante va a dedicar al trabajo
de investigación documental y bibliográfica en la biblioteca.
Para el profesor, la llamada actividad
académica va a primar sobre la carga
docente, de modo que no sólo van a considerarse las
horas lectivas sino también el tiempo que un docente va a
dedicar a organizar y supervisar el trabajo de sus alumnos,
orientarles en la bibliografía e inculcarles el trabajo en
la biblioteca con todos los recursos y herramientas que aquélla
les ofrece. El cambio profundo en los hábitos y metodología
de estudio de los alumnos va a inferir necesariamente una
transformación del concepto de biblioteca. De ser la sala
de estudio de apuntes y manuales, la nueva biblioteca universitaria
deviene centro dinámico de acceso y difusión de la información
científica con todos los recursos tecnológicos, informativos
y documentales al servicio del estudiante y del profesor e
investigador, en el marco del nuevo espacio europeo de educación
superior.
La biblioteca universitaria
ya ha experimentado cambios sustanciales durante los últimos
años en sus métodos de trabajo, en sus servicios e incluso
en su concepción y filosofía. Su favorable posición estratégica
le convierte en pieza clave del nuevo modelo europeo de enseñanza-aprendizaje:
profesionales sobradamente cualificados, buenos recursos de
información, avanzadas tecnologías o servicios de gran calidad
hacen de la biblioteca centros de especial relieve en el panorama
educativo que se impone. Por esas razones, acaso sea el servicio
universitario que más y mejor se está adaptando al nuevo paradigma.
Y para completar su adecuación total deberá ampliar y mejorar
aún más sus servicios, actualizar los conocimientos profesionales
en un proceso continuo de formación permanente, desarrollar
nuevos lenguajes o adecuarse a las nuevas herramientas tecnológicas
que permitan integrar recursos de muy diversa índole.
“El análisis de la organización universitaria,
y en particular de los servicios bibliotecarios hace que se
considere como una unidad de evaluación el conjunto de los
servicios bibliotecarios de una universidad aunque se tengan
en consideración las diferentes unidades espaciales de prestación
de servicios (bibliotecas). El proceso de evaluación, así
como sus objetivos, deberá considerar tanto las dimensiones
transversales de los servicios bibliotecarios (unidad y homogeneidad
del propio servicio bibliotecario) como las dimensiones específicas
de cada uno de los puntos de servicio o bibliotecas”.
(Consejo
de Coordinación Universitaria. II Plan de Calidad de las Universidades:
Guía de evaluación de Bibliotecas)
¿Cómo es
el proceso de evaluación?
El proceso de evaluación
comprende dos fases, ya establecidas en las convocatorias
anteriores del I y II Planes de Calidad, e igualmente contempladas
en la última Convocatoria de 24 de agosto de 2004 de la Secretaría
de Estado de Universidades e Investigación para la obtención
del Certificado de Calidad de los Servicios Bibliotecarios
(BOE de 7 de septiembre de 2004).
La primera
fase es la autoevaluación interna de los servicios
bibliotecarios en su conjunto, que consiste en el estudio
pormenorizado de tres grandes elementos, la definición de
sus puntos fuertes y débiles y las propuestas de mejora, todo
ello reflejado en el correspondiente Informe de Autoevaluación
Interna.
La segunda fase
constituye la evaluación externa llevada a cabo por expertos
de otras universidades, que elaborarán el correspondiente
Informe de Evaluación Externo.
La fase
de Autoevaluación Interna
En la Primera fase,
de Autoevaluación Interna, se analizarán, según la mencionada
convocatoria de 24 de agosto, los siguientes elementos:
1. Elementos basados
en datos.
1.1
Recursos: financieros, bibliográficos, espacio físico, etcétera.
1.2
Resultados: circulación, préstamo interbibliotecario, formación
de
usuarios,
uso de recursos electrónicos, etcétera.
1.3
Grado de satisfacción de los usuarios.
2. Elementos
relacionados con los procesos.
2.1
Grado de integración de la biblioteca en la institución.
2.2
Nivel de relación de la biblioteca y sus usuarios: biblioteca/docencia;
biblioteca/investigación.
2.3
Gestión, organización y procesos.
2.4
Política de personal: capacitación, formación promoción, etcétera.
3. Elementos
relacionados con la mejora derivada del proceso de
evaluación.
3.1
Criterios referidos a los planes de mejora y su desarrollo.
3.2
Criterios referidos a la participación activa de la biblioteca
en
proyectos
de innovación y cooperación.
Para ello, se constituirá
un Comité de Autoevaluación Interna
(CAI) con sus respectivos Grupos de Trabajo.
La
evaluación externa y el informe final de resultados.
La segunda fase
del proceso es la evaluación externa. Una vez elaborado el
autoestudio y el correspondiente Informe de Autoevaluación
Interna, un Comité de Evaluación Externa (CEE), compuesto
por expertos evaluadores de diferentes universidades: bibliotecarios
y profesores de universidades ajenas a la evaluada, propuestos
por la ANECA, estudiará el Informe de Autoevaluación y visitará
los servicios bibliotecarios, se entrevistará con los profesionales,
autoridades y usuarios y elaborará su propio informe y su
posterior dictamen de evaluación.
Por último, un
Informe final público de resultados, como síntesis de los
informes interno y externo, constituirá el final de todo el
proceso, que culminará en la concesión o denegación por la
ANECA del correspondiente Certificado de Calidad de los Servicios
Bibliotecarios. Certificado que, en caso de concederse, facultará
a la biblioteca para solicitar las subvenciones contempladas
en la convocatoria correspondiente, de conformidad con lo
dispuesto en la legislación vigente y demás normas de aplicación,
como la Ley General Presupuestaria, Ley de subvenciones, etc.
La finalidad de
las subvenciones es la financiación de los proyectos de mejora
establecidos en el informe de autoevaluación, “que
sirvan para afrontar el nuevo modelo de biblioteca como centro
de recursos para el apoyo a la docencia, el aprendizaje y
la investigación, fomentar la innovación en servicios y reforzar
la cooperación bibliotecaria” (Resolución de 24 de
agosto de 2004 de la SEUI por la que se convoca el Certificado
de Calidad de los Servicios de Biblioteca de las Universidades.
BOE de 7 de septiembre de 2004).
El Certificado de Calidad se concede al servicio
bibliotecario considerado en su conjunto, es decir, no a servicios
bibliotecarios determinados ni a bibliotecas de centros, de
áreas o de campus. Por consiguiente, la autoevaluación interna
previa se llevará a cabo de los servicios, la estructura,
la gestión o los objetivos marcados. Tiene una validez de
dos cursos académicos. |