Documento de Trabajo 9801-9802.

Cátedra Jean Monnet de Integración Económica

Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales

 

7. RELACIONES COMERCIALES Y DE COOPERACIÓN ENTRE LA UNIÓN EUROPEA Y AMÉRICA LATINA

Andrés Rebolledo

 

7.1. INTRODUCCIÓN: UN MARCO HISTÓRICO GLOBAL

En el marco de las políticas exteriores de la Unión Europea (UE) diseñadas en base a un sistema de preferencias respecto a terceros países, América Latina (AL) ha estado desde siempre considerada en las últimas posiciones - si no en la última - de esta clasificación. Históricamente, esto se constata tanto por los limitados vínculos institucionales como por la poca importancia de las relaciones económicas y comerciales entre ambas regiones.

Sin embargo, durante los últimos años se aprecia que esta situación ha sufrido un importante cambio de tendencia. Esto se produce en un contexto de cambio global de localización de las diferentes regiones del mundo en la "pirámide de preferencias" de relaciones externas de la UE. Actualmente, en la cúspide aparecen los países de Europa del Este y los países bálticos, los cuales tienen perspectivas de adhesión y han desplazado a los tradicionales países asociados a la UE de Africa, Caribe y Pacífico (ACP).

Esta nueva jerarquización no se ha producido en un contexto exento de dificultades al interior de la UE: existen importantes países que han ejercido presión para equilibrar las relaciones externas de la UE. Lo anterior ha llevado a la configuración de una relación de privilegio para con los países de Europa del Este (PECOS), lo cual constituye una manifestación de la importancia de esta zona, tanto desde el punto de vista económico como político, para los Estados miembros de la UE.

Según esta nueva estrategia, los países de la región del Mediterráneo pasan a constituir una nueva categoría dentro de los países en vías de desarrollo (PVD) y el resto de los PVD son diferenciados de acuerdo al interés económico y político en ellos. La consecuencia ha sido una "recomposición" de los vínculos externos de la UE con los PVD que ha provocado una desvalorización relativa de los países ACP y, por el contrario, un creciente interés en las zonas emergentes de América Latina y Asia.

Nuestro objetivo aquí es realizar una descripción histórica de la relación birregional entre la UE y AL, aunque poniendo mayor énfasis en el período más reciente. Para ello, el estudio se valdrá del comportamiento de las más importantes variables económicas referentes al comercio, la inversión y la cooperación al desarrollo.

Se adopta este enfoque en consideración de la extensa literatura ya existente acerca de la vinculación institucional entre estas dos áreas del mundo; no obstante, centraremos nuestra atención en los antecedentes más novedosos y recientes a este respecto.

Estas nuevas iniciativas birregionales responden tanto a renovadas vocaciones políticas entre ambas regiones como a significativos cambios económicos ocurridos durante los últimos años. Por una parte, la UE ha consolidado su mercado común y ha emprendido su última ampliación el año 1995. Por otra, AL vive una floreciente etapa de "revitalización" de la integración económica regional; un proceso de consolidación de las reformas estructurales en sus economías nacionales; un relativo buen comportamiento económico los años recientes, y el mantenimiento prolongado de regímenes políticos democráticos a lo largo de casi toda la región.

Por lo tanto, dado el objetivo enunciado, el estudio se plantea con un carácter más bien descriptivo, en tanto pretende mostrar cuál ha sido la evolución de la relación birregional hasta su estado actual e intenta esbozar algunas predicciones para su futuro. Para estos efectos el trabajo se organiza de la siguiente manera: en primer lugar se revisarán las iniciativas más recientes que afectan la relación birregional tanto en el ámbito económico como político; luego, en una tercera sección se emprenderá una revisión histórica de los flujos comerciales entre ambas regiones y los efectos sobre ellos de importantes medidas de política comercial implementadas por la UE; las secciones siguientes tratarán, también desde una perspectiva histórica, tanto el comportamiento de los flujos de inversión birregional como de cooperación al desarrollo; finalmente, en consideración de lo estudiado a lo largo del trabajo, se desarrollan las conclusiones.

 

 

7.2. ANTECEDENTES MAS RECIENTES DE LA RELACIÓN BIRREGIONAL

El cambio de énfasis en las relaciones de la UE con AL coincide con el inicio de la presente década; es decir, el fortalecimiento de los vínculos birregionales se produce a partir de los primeros años 90. En este período confluyen numerosos factores en favor de la aproximación de ambas regiones del mundo, convirtiéndose AL en un socio de gran interés estratégico para la UE.

Aunque, arbitrariamente, podríamos situar el inicio de esta nueva etapa en las relaciones birregionales a partir del documento emitido por la Comisión referido a las "orientaciones para la cooperación con los países en desarrollo de AL y Asia", en junio del año 1990. Desde entonces, se han adoptado numerosas iniciativas con el fin de reforzar esta relación tanto en el plano político y comercial como en la cooperación económica.

 

7.2.1. Relaciones políticas: Foros de diálogo

En el plano político, un hecho de la máxima importancia ha sido la instauración, a partir del año 1990, del foro institucionalizado de diálogo político entre el Consejo Europeo y el Grupo de Río (principal foro latinoamericano de coordinación intrarregional que reúne a los Jefes de Gobierno de los países latinoamericanos). Desde la creación de esta instancia birregional de diálogo se han efectuado cumbres al más alto nivel de forma alterna en cada región, siendo las últimas en París el año 1995 y en Cochabamba - Bolivia - en 1996.

Este foro permanente, que informalmente tiene sus orígenes el año 1986, ha sido clave en cuanto al impulso de las nuevas iniciativas tomadas por la UE respecto a AL, las cuales, a su vez, son el reflejo del "nuevo clima de asociación que caracteriza ahora las relaciones entre ambas regiones" y que ha contribuido de manera significativa al mejor entendimiento entre las partes.

El diálogo político entre la UE y AL no sólo se encuentra instrumentalizado a través de mecanismos de ámbito regional; también debe considerarse la importancia de foros más antiguos y de carácter subregional como el "Diálogo de San José", foro que ha vinculado desde el año 1984 a la UE con los países centroamericanos, y que ha sido muy importante en el proceso de pacificación y democratización de esta subregión de AL.

De igual forma, las conferencias semestrales entre el Parlamento Europeo y el Parlamento Latinoamericano han permitido profundizar el diálogo político entre ambas regiones, reforzando la dimensión parlamentaria de este acercamiento político birregional.

 

7.2.2. Acuerdos de Asociación

7.2.2.1.- Nueva política

En el plano económico, los acuerdos suscritos recientemente por la UE con MERCOSUR y con Chile son una clara manifestación de este nuevo enfoque de colaboración, además de ser la muestra de una política de mayor "pragmatismo" y "diversificación" por parte de la UE, que ha iniciado este nuevo acercamiento con AL a través de instrumentos específicos con países o subagrupaciones regionales en consideración de la heterogeneidad del subcontinente latinoamericano.

Estas iniciativas de asociación constituyen la manifestación más significativa del cambio de estatus de la relación birregional con AL en el marco de una política exterior preferencial de la UE. Además, la suscripción del acuerdo con MERCOSUR puede ser considerado como una clara señal de apoyo de parte de la UE al proceso de construcción de la integración latinoamericana en torno a tan significante agrupación económica subregional.

Los acuerdos suscritos tanto con MERCOSUR como con Chile constituyen aún sólo "acuerdos marcos" que se plantean como objetivo final "la asociación política y económica entre ambas partes". Dicha asociación tendrá como fin encaminarse hacia una cooperación política más estrecha, incluyéndose un mecanismo de consulta y contemplándose la "progresiva y recíproca liberalización de todo el comercio bilateral en conjunto con la promoción de inversiones y de la cooperación al desarrollo".

Estos acuerdos, esencialmente, cubren los siguientes temas: cooperación comercial, liberalización de los intercambios comerciales en compatibilidad con las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), el fomento de las inversiones recíprocas y la cooperación en áreas potenciales como investigación y desarrollo, industria, medio ambiente, telecomunicaciones, política audiovisual y de la información.

La Comisión también ha propuesto fortalecer los vínculos de la UE con México. Se plantea la suscripción de un acuerdo de cooperación económica y consultas políticas de características similares a los anteriores, de forma que tampoco contemplaría el libre comercio a corto plazo sino una liberalización paulatina y recíproca del comercio.

Este último acuerdo podría ser postergado si se consideran los problemas económicos que atraviesa México, los cuales, han hecho surgir fuertes voces contrarias a un eventual acuerdo con la UE en ese país, sosteniendo que, dado el momento de crisis financiera, sería muy perjudicial una apertura adicional de sus mercados, ya que importantes sectores productivos nacionales podrían verse afectados por el carácter competitivo del eventual socio europeo. Ello sólo traería mayor inestabilidad e incertidumbre al panorama económico y político mexicano.

Por otra parte, el acuerdo es de gran interés para México dado que, producto de la "graduación" introducida en el nuevo SPG de la UE, perderá gran parte de su acceso preferente al mercado comunitario, el cual podría ser restablecido mediante un acuerdo de libre comercio. Esto último explica además el énfasis puesto por México en el componente comercial del acuerdo y su interés por adelantar la zona de libre comercio antes de otros objetivos.

A modo de conclusión, cabe señalar que todas estas iniciativas recientes reflejan el claro interés de la UE por consolidar y mejorar sus posiciones comerciales de inversión y tecnológicas en una región como la latinoamericana con un alto potencial de crecimiento. Por su parte, además de reflejar el interés económico de la UE por AL como zona emergente, estos instrumentos de cooperación económica también recogen los intereses latinoamericanos. A América Latina le interesa reforzar su posición en la economía mundial en un contexto internacional tendiente hacia la fragmentación y formación de bloques económicos. Es decir, en el intento de AL de "diversificar" sus relaciones económicas con el mundo, la UE juega un papel fundamental tanto como suministradora de capitales y tecnología como de mercados para la exportación.

7.2.2.2. Acuerdo UE-MERCOSUR

Dada la significación política y económica de la suscripción de este acuerdo y su importancia como "modelo" para el futuro de la relación de la UE con los países de AL, se ha decidido incluir un epígrafe que brevemente analice su proceso de suscripción y su futuro.

En primer lugar, es importante señalar nuevamente que este acuerdo hasta el momento sólo constituye un Acuerdo-Marco que se plantea una cooperación económica y comercial interregional en el largo plazo. De la misma forma, también se contemplan contactos estrechos entre las autoridades, con objeto de convertir el proyecto progresivamente en una asociación política.

Por lo tanto, el acuerdo es concebido según etapas sucesivas. En primer lugar, el propio Acuerdo-Marco crea un Consejo de Cooperación, una Comisión Mixta y una Subcomisión Comercial. Esta última es la más importante, en tanto se encargará de preparar la posterior liberalización de los intercambios y su compatibilización con las reglas de la OMC. Por su parte, es la Comisión Mixta la encargada de preparar la primera reunión en la que se diseñará el acuerdo de asociación en todos sus aspectos.

En el futuro, la suscripción de este acuerdo plantea interesantes desafíos. MERCOSUR, por ejemplo, deberá dotarse de una eficiente y amplia maquinaria negociadora que esté en condiciones de reflejar en sus acuerdos con la UE los intereses de la sociedad, principalmente de su sector empresarial privado.

No obstante lo anterior, el mayor desafío pendiente en la asociación entre estos bloques económicos, sin duda lo constituye el tratamiento que recibirá en la zona de libre comercio, el universo de los productos agrícolas. Es conocido el proteccionismo europeo en este sector, destinándose millones de ecus a programas de ajuste. Por otra parte, también es sabido el interés de MERCOSUR por liberalizar el sector en consideración de su potencial exportador. Si se optara por una cobertura limitada sólo a los productos industriales, el acuerdo perdería gran parte de su potencial de comercio, dada la composición de las exportaciones de MERCOSUR. Ahora bien, si se emprende la liberalización de estas producciones, también conllevaría problemas en la UE dadas las limitaciones que impone en este sentido la política agraria común.

7.2.2.3. Iniciativas en el tema de las inversiones extranjeras directas

En cuanto a la vinculación institucional en el área de las inversiones extranjeras, en marzo de 1994 se creó el "Programa de Cooperación Empresarial y Promoción de Inversiones" (AL-INVEST), cuyo objetivo es la cooperación empresarial birregional en los campos tecnológico e industrial y el establecimiento de joint-ventures. Los instrumentos para esto son diferentes redes de información entre operadores económicos de Europa y Latinoamérica. En el marco de este programa, el año 1992 se creó oficialmente el "European Community Investment Partners" (ECIP) con el objeto de fomentar la creación de empresas conjuntas entre agentes europeos y latinoamericanos aportando recursos complementarios a los disponibles por las empresas.

Otro importante programa para la cooperación entre empresas de ambas regiones, y que también se encuentra en el marco del AL-INVEST, es la "Red de Cooperación Económica" (COOPECO) especializada en la búsqueda de socios birregionales potenciales. Un elemento central de este programa es la creación de Eurocentros de Cooperación Empresarial en AL para promover la cooperación. El primero ha sido instalado el año 1992 en Santiago de Chile y un segundo en la ciudad de Sao Paulo en 1995.

 

7.2.2.4. Cooperación al desarrollo: acuerdos de tercera generación

En relación a la cooperación económica y al desarrollo, la suscripción de los llamados "acuerdos de tercera generación" y las nuevas formas de cooperación constituyen los rasgos distintivos durante los años más recientes.

La denominación de "acuerdos de tercera generación" (ATG) alude a cuatro rasgos que los caracterizan y diferencian en relación a los anteriores, a saber: la incorporación de la "fundamentación democrática" de la cooperación; la incorporación de una cláusula evolutiva que permite la extensión a otros campos de la cooperación; la cooperación avanzada que complementa la asistencia tradicional con mecanismos asociativos que contribuyan a mejorar la eficiencia de los sistemas productivos, y la diversificación de los ámbitos e instrumentos de cooperación. Por lo tanto, los ATG amplían la gama de posibilidades de cooperación, entre otras, a áreas como la cooperación industrial, la científico-tecnológica, entre instituciones financieras, la promoción de inversiones y la formación de recursos humanos.

A pesar de la amplitud de los temas incluidos en los ATG, es importante señalar que éstos siguen sin contemplar la liberalización comercial, lo cual sí se ha hecho en los acuerdos más recientes llamados de cuarta generación. Con anterioridad a estos últimos, los temas relacionados con el acceso de las exportaciones latinoamericanas a los mercados de la UE sólo habían sido tratados en el marco del SPG comunitario.

En el marco de la revisión de los acuerdos suscritos con los países y subregiones de AL, con el fin de adecuarlos a los nuevos criterios de cooperación económica, la Comisión Europea, durante el bienio 1993-1994, ha concluido la negociación de ATG con la totalidad de los países latinoamericanos, excepto Cuba.

Por otra parte, bajo este contexto de cambio cualitativo en la relación birregional, donde la Comisión Europea orienta su acción más al apoyo a las relaciones económicas birregionales que a las ayudas asistencialistas, la cooperación de la UE con la región también ha modificado su perfil, centrándose más bien en el establecimiento de redes de cooperación entre agentes económicos de ambas regiones. Bajo este nuevo concepto de cooperación e integración entre redes del sector privado, existen algunos proyectos medulares que son estudiados en el Anexo II del presente trabajo.

Otra importante innovación en la cooperación de la UE con AL surge de la extensión de las actividades del Banco Europeo de Inversiones (BEI) fuera de la UE, según fue aprobado el 15 de febrero de 1994, con lo cual a la promoción de las inversiones se le agrega la financiación de las mismas, y además se permite la financiación a proyectos de mayor envergadura que los financiados en parte por el ECIP.

Una mención particular se hace necesaria para el caso de Cuba, dado que, como se señaló anteriormente, es el único país de AL con el que la UE todavía no ha celebrado un acuerdo de cooperación. A pesar de ello, el comercio entre ambas partes es libre en virtud del SPG en que participa Cuba, y además las relaciones diplomáticas son normales.

Sobre el tratamiento dado a Cuba en la política exterior comunitaria se ha debatido insistentemente durante los últimos años al interior de la UE, como consecuencia de los avances recientes en la transición hacia la liberalización tanto económica como política en este país. El principal objetivo que tiene la estrategia adoptada por la UE es apoyar este proceso de reformas con el objeto de restablecer definitivamente en Cuba unas relaciones internacionales normales con la comunidad internacional. Se propone por tanto la instauración de un amplio programa en este sentido, el cual debería apoyarse no sólo en interlocutores cubanos sino también en otros países vecinos y especialmente interesados en el desarrollo económico y político cubano.

7.3. LAS RELACIONES COMERCIALES BIRREGIONALES: UN ANÁLISIS HISTORICO

En esta sección se presenta un breve repaso del comportamiento histórico de los flujos de comercio birregional y un análisis más detallado de las cifras de años más recientes. Además se aportan algunas ideas que pretenden contribuir al estudio de los efectos sobre el comercio birregional de hechos como la consolidación del Mercado Unico Europeo y de acciones de política comercial por parte de la UE como la modificación del SPG y la suscripción de acuerdos comerciales con terceros países.

 

7.3.1. Evolución del intercambio comercial

7.3.1.1. Apreciación global del comercio

En términos globales, durante los últimos treinta años se observa que los flujos de comercio birregional podrían ser definidos a través de tres relevantes tendencias:

1)La reducida y decreciente participación de AL en el comercio exterior de la UE, lo cual hasta los años 80 se produce además en combinación con un desequilibrio permanente de la balanza comercial desfavorable a AL;

2)Una composición distinta de los flujos de exportación de ambas regiones marcada por diferentes grados de valor agregado;

3)La escasa diversificación del intercambio comercial tanto en referencia a la concentración sólo en 4 o 5 países de ambas regiones como en pocos productos comerciados.

 

 

CUADRO I: COMERCIO DE LA UE CON AMÉRICA LATINA

( millones de dólares)

AÑOS

IMPORTACIONES

VALOR extra-UE c/rPVD

(%) (%)

EXPORTACIONES

VALOR extra-UE PVD

(%) (%)

1960* 2777 2126

1970* 4907 3652

1980 23216 5,9 12,9 19156 6,3 15,4

1985 24615 7,5 19,4 12866 4,1 12,1

1986 21621 6,1 18,9 15379 4,2 13,5

1987 24276 5,8 18,1 17266 4,1 13,3

1988 29532 6,0 20,1 17470 3,8 12,1

1989 31123 5,9 19,3 18575 3,8 12,0

1990 34506 5,5 17,8 21712 3,7 11,6

1991 34201 5,3 17,4 24085 4,3 12,7

1992 33858 5,1 17,0 28294 4,7 13,4

1993 27415 4,6 15,5 29790 5,0 14,3

1994 34527 5,1 17,0 36526 5,4 15,6

1995** 39000 44000

* Valores en millones de ECU's

** Cifras provisionales

Fuentes: EUROSTAT e IRELA

 

En el Cuadro Nº1 se observa que a partir de la década de los 60, el intercambio comercial entre la UE y los países de la ALADI se incrementa progresiva y significativamente, en especial, durante los años 70, aunque pierde dinamismo en la década de los 80. Dado que la importancia de AL en el comercio de la UE ha disminuido progresivamente, se desprende que este dinamismo del comercio birregional se ha producido a tasas inferiores que el comercio de la UE con el resto del mundo.

En relación a fechas recientes, resulta interesante comentar la fuerte recuperación de las exportaciones de AL hacia el mercado de la UE - importaciones de la UE - los últimos dos años (1994-95), luego de su persistente caída en los primeros años 90's. Por lo demás, este aumento no hace más que "recoger" la expansión exportadora de la región, dado que el incremento de las ventas hacia UE se produce a tasas similares a las de las exportaciones totales de la región latinoamericana al mundo (en torno al 20%).

En cuanto a las exportaciones de la UE hacia el mercado latinoamericano, durante los últimos años se verifica el mismo dinamismo que se viene registrando desde ya hace una década, en que han crecido ininterrumpidamente a una tasa promedio anual del 13,3%

En relación al comportamiento de la balanza comercial birregional, ésta ha sido tradicionalmente superavitaria a favor de AL y con una tendencia creciente hasta el año 1989. Sin embargo, esta situación se modifica a partir de este año, cuando el saldo comercial positivo comienza a caer para AL, llegando incluso, durante los últimos tres años, a ser deficitario para AL.

Es decir, desde el año 1993, se registra un excedente comercial para la UE, lo cual viene a reflejar el proceso de apertura y crecimiento económico de la región latinoamericana durante este período. Por su parte, el menor ritmo de crecimiento de las ventas latinoamericanas al mercado europeo da cuenta de los problemas de crecimiento en Europa en el mismo período. El déficit para AL persiste hasta el año 1995, siendo cada vez mayor.

En relación a este punto, es importante notar el menor aprovechamiento relativo por parte de la UE de la apertura económica de la región latinoamericana. Desde el año 1992, AL ha registrado déficit comerciales globales con el resto del mundo, de los cuales - para el año 1994 - la UE explica menos del 10%. El resto de este déficit comercial, AL lo registra principalmente con EE.UU, Japón y algunos NICs.

En cuanto a la composición de la balanza comercial, ésta permanece relativamente estable en el tiempo. Se producen permanentes balances excedentarios para AL en aquellos productos con escaso grado de elaboración y contenido tecnológico: alimentos, bebidas, tabacos, materias primas agrícolas, combustibles y lubricantes, minerales y metales. Hasta el año 1993, las partidas anteriores más que compensaban el constante déficit que, por otra parte, AL registra en su intercambio con la UE en rubros como maquinaria, equipos de transporte y productos químicos.

 

7.3.1.2. Importancia de cada región como socio comercial

No obstante el dinamismo del comercio birregional a partir de la constitución de la CEE, la región latinoamericana permanece como un socio comercial minoritario para la UE, e incluso ha perdido importancia si se analiza este extenso período de tiempo.

A pesar que desde el punto de vista de las importaciones extrarregionales de la UE, Latinoamérica aumentó su participación, tanto con respecto a las realizadas desde el mundo como desde los países en vías de desarrollo (PVD), aún permanece a niveles muy por debajo de los alcanzados a mediados de los años 80.

Como lo indica el mismo Cuadro Nº1, el año 1994 la participación de AL ha sido de un 5,1% y un 17,0% de las importaciones extracomunitarias desde el mundo y desde los PVD respectivamente. Esto pone en evidencia las dificultades de AL para comerciar con la UE, lo que podría explicarse tanto por el lado de la oferta, por una inadecuada canasta de bienes exportables y una deficiente infraestructura comercial, como por el lado de la demanda, debido a las restricciones impuestas en el acceso al mercado europeo.

Lo mismo sucede con las exportaciones de la UE en donde en 1994 el mercado latinoamericano representa sólo un 5,4% de sus exportaciones extrarregionales totales y un 15,6% de sus exportaciones hacia los PVD.

Por otra parte, y según se desprende del Cuadro Nº2, para Latinoamérica la UE sí es un socio comercial importante, representando durante todo el período que se inicia con la creación de la CEE en torno a un cuarto y un quinto de su comercio con el mundo. Aunque esto es así, hay que mencionar que durante los últimos años la UE viene sistemáticamente perdiendo importancia relativa como socio comercial para la región.

Las cifras del año 1994 indican que la participación de la UE en las exportaciones latinoamericanas fue de un 18,3%, constituyéndose en el segundo socio comercial de la región después de EE.UU. No obstante, se encuentra muy por debajo de este país, el cual durante los últimos años ha venido además incrementando su importancia como mercado para AL (llegando a explicar el año 1994 el 43,5% de las ventas de la región). Esto contrasta con la pérdida de importancia relativa de la UE como mercado para AL, considerando que desde el año 1991 su participación ha bajado casi 10 puntos porcentuales.

Esta tendencia podría profundizarse en el mediano plazo, como consecuencia de la consolidación de esquemas de integración subregional como Mercosur o el TLC y su consiguiente aumento en el comercio al interior de los mismos. De hecho, cada vez más aumenta la importancia de las exportaciones intrarregionales latinoamericanas en las ventas totales de la región.

Como también se puede ver en el Cuadro Nº2, lo mismo sucede en lo que se refiere a la importancia de la UE en las importaciones globales latinoamericanas. Se observa que ésta disminuye desde el año 1990, no así en el caso de Japón y Estados Unidos, lo que es otra manifestación del menor aprovechamiento relativo por parte de la UE respecto a estos dos países del proceso de apertura comercial vivido en la región los últimos años.

 

 

CUADRO II: PRINCIPALES SOCIOS COMERCIALES DE AMÉRICA LATINA (porcentajes)

AÑO EXPORTACIONES IMPORTACIONES

EE.UU Japón UE AL EE.UU Japón UE AL

1990 38,1 5,8 23,9 13,4 38,4 5,8 21,5 17,3

1991 36,8 5,9 23,2 15,8 40,4 6,1 20,3 17,5

1992 35,0 5,1 23,6 18,5 41,4 6,5 19,7 18,1

1993 43,8 4,2 17,5 18,4 44,0 6,6 18,1 16,9

1994 43,5 4,6 18,3 17,4 44,2 6,1 19,0 16,0

Fuente: FMI e IRELA.

 

7.3.1.3. Asimetría estructural y concentración del intercambio

La estructura del intercambio comercial birregional se caracteriza por el hecho de que los países de AL exportan bienes primarios con bajo valor añadido y contenido tecnológico, en tanto sus importaciones desde la UE corresponden al patrón comercial exactamente inverso. Esta situación se ha mantenido por décadas correspondiendo al tradicional flujo comercial tipo "Norte-Sur". En términos generales, el 80% de las exportaciones de AL lo constituyen: alimentos, bebidas, tabacos (en torno al 40%) y materias primas agrícolas, combustibles, lubricantes, minerales y metales (en torno al 40%). El 20% restante corresponde a bienes industriales. (ver Cuadro Nº3)

Esta situación ha sido permanente en el tiempo, aunque con algo menos de intensidad los últimos años. El año 1994, los bienes industriales representaron el 28,8% del total de las exportaciones de AL hacia la UE, destacando el dinamismo de ciertas manufacturas al ser el único sector - a excepción de bebidas y tabaco - que ha aumentado sus exportaciones durante el período 1990-1993, con lo cual ha doblado su participación en las exportaciones de la región registrando una tasa de crecimiento anual de 10,9%.

En relación a las exportaciones de la UE hacia AL, la característica estructural de la composición del comercio birregional se ha profundizado los últimos años. El año 1994, las exportaciones de productos industriales representaron casi el 90% del total exportado, de los cuales más de la mitad corresponde a máquinas y equipos de transporte. Además, la participación de AL en las exportaciones europeas de este sector ha aumentado, tanto respecto al total de las exportaciones extracomunitarias como frente a las realizadas a los PVD.

Por otra parte, las exportaciones latinoamericanas a la UE reflejan su alta dependencia respecto de pocos productos básicos. Una consecuencia de esta situación se manifiesta el año 1993, cuando el precio de los principales productos de exportación de la región - café, oleaginosas, metales, minerales y petróleo -bajaron considerablemente, lo que, conjuntamente con el período recesivo europeo, hizo caer las exportaciones totales en un 18,5%. En contraste, el año 1994 estos productos subieron su precio y la economía europea evidenció una recuperación, con lo cual las exportaciones aumentaron en un 19,2%.

Además, las exportaciones de AL no sólo se concentran en pocos productos; también estos flujos se encuentran altamente concentrados en unos pocos países. El principal exportador latinoamericano a la UE es, con diferencia, Brasil, representando el año 1994 el 38,5%. Si a estas exportaciones se le agrega México, ambos países explican casi la mitad de ellas.

De hecho, sólo seis países latinoamericanos que individualmente representan más del 5% en las exportaciones regionales a la UE, al considerarse en conjunto (Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia y Venezuela) absorben algo más del 80% del total de los envíos a Europa.

Igual concentración se verifica en los destinos de estas exportaciones a la UE. Sólo cinco Estados miembros - Alemania, Italia, Reino Unido, Francia y Países Bajos - adquieren el 75% de las ventas latinoamericanas en el mercado europeo. Alemania se mantiene como el destinatario más importante con una participación del 24% en las compras europeas de AL.

La concentración del comercio también se observa en cuanto a las exportaciones de la UE a AL; los envíos de Europa a la región se originan principalmente en Alemania, Italia y Francia. Alemania representa alrededor de un tercio de éstas. En cuanto a los países destinatarios, los mismos seis principales países exportadores latinoamericanos absorben más del 80% de las ventas europeas; nuevamente Brasil es el principal destino, recibiendo el 24,3%, seguido por México con un 23,1%.

 

CUADRO III: ESTRUCTURA DEL COMERCIO DE LA UE CON AMÉRICA LATINA POR GRUPOS DE PRODUCTOS

(cifras en millones de dólares y como porcentajes)

1 9 9 4

EXPORTACIONES IMPORTACIONES

GRUPO DE PRODUCTOS Valor % Valor %

ALIMENTOS 1628 4,7 12478 38,2

Bebidas y tabacos 670 1,9 692 2,1

Materias primas 362 1,0 6415 19,6

Combustibles 274 0,8 2354 7,2

Aceites, grasas y ceras 121 0,3 198 0,6

PRODUCTOS INDUSTRIALES 30389 88,2 9424 28,8

Productos químicos 5490 15,9 1016 3,1

Manufacturas básicas 3933 11,4 4837 14,8

Maquinaria .y equipo de transporte 17836 51,8 2392 7,3

Otros artículos manufacturados 3130 9,0 1179 3,6

PRODUCTOS NO CLASIFICADOS 979 2,8 1049 3,2

TOTAL 34423 100 32610 100

Fuente: EUROSTAT, IRELA.

 

7.3.1.4.- Flujos comerciales subregionales

Se incluye esta breve subsección, debido a la importancia que han cobrado los últimos años las diferentes agrupaciones subregionales latinoamericanas, ya sea como manifestaciones de nuevos proyectos de integración económica o como revitalización de antiguos modelos ya existentes al interior de la región. Por lo tanto, es menester analizar su comportamiento en forma individual, en tanto que será su desempeño y la convergencia entre ellos lo que haga posible, en el largo plazo, la construcción de una real integración a escala regional.

En la mayoría de los casos, EE.UU sigue explicando la mayor proporción de comercio de estas subregiones con el mundo. No obstante, esto no se da en el caso de MERCOSUR, pues su comercio global se encuentra más equilibradamente repartido. El año 1994, la importancia relativa de la UE, EE.UU y AL como mercados de destino de las exportaciones de esta agrupación, fue de alrededor de un 25% cada uno. En relación a sus importaciones, la región más importante es Latinoamérica, con 28,7%, seguida muy de cerca por la UE, con un 26,2%.

Por otra parte, MERCOSUR persiste como el principal socio comercial de la UE en AL, así como la UE como principal socio comercial extrarregional de MERCOSUR en el mundo. El año 1993, el 53% de las importaciones de la UE desde Latinoamérica provienen de esta agrupación, y el 40% de los envíos a la región tienen como destinatario a estos países. La consecuencia es un déficit comercial de la UE con esta subregión, explicado principalmente por los flujos comerciales con Brasil.

En relación a otras subregiones, el Grupo de los Tres (G3) se consolida como el segundo socio comercial en la región de la UE. El año 1993 representó el 23% de las compras de la UE en AL y el 38% de sus exportaciones a la región. En cuanto a mercado de destino comparte una posición muy similar al MERCOSUR, lo cual se explica principalmente por México, que es el principal destinatario de las exportaciones europeas a nivel individual y el país con el cual la UE genera sus mayores excedentes comerciales en la región. Para esta agrupación, el peso relativo de la UE es modesto en relación con el de los EE.UU, representando el 8,4% de sus exportaciones y el 15% de sus importaciones.

En cuanto al Grupo Andino (GRAN), los últimos años la UE ha perdido cierta relevancia como socio comercial. El año 1993, el GRAN exportó 32.155 millones de dólares a la UE, que representó el 15,8% de sus exportaciones globales (el año 1990, fue el 18%). A su vez importó desde la UE 29.743 millones de dólares, 19,7% de los totales.

Finalmente, en cuanto a la importancia relativa de la UE como mercado para las exportaciones latinoamericanas, el Mercado Común Centroamericano (MCCA) se ha convertido en la segunda subregión más orientada hacia la UE después de MERCOSUR. Sin embargo, es la subregión que proporcionalmente menos importa desde la UE. El 18,4% de sus exportaciones totales tuvieron como destinatario a la UE: el año 1993, 6.608 millones de dólares. El mismo año, el MCCA importó 10.216 millones de dólares, representando el 12,8% de las importaciones globales de la subregión.

 

7.3.2. La reforma del Sistema de Preferencias Generalizadas y sus posibles consecuencias

El 1 de enero de 1995 entró en vigencia la reforma del SPG, que venía siendo estudiada por la UE desde el año 1990. El "nuevo sistema" sólo es aplicable a los bienes industriales, prorrogándose el antiguo sistema, por un período de un año, para los productos agrícolas, al cabo del cual el nuevo los incluirá.

Esta reforma hace frente a varias de las críticas del sistema por parte de los países latinoamericanos. El nuevo SPG establece aranceles por período de cuatro años para los productos industriales con revisiones anuales. Se eliminan todas las restricciones cuantitativas y los preferencias sobre el arancel externo común comunitario (AEC) pasan a depender del grado de sensibilidad del sector en cuestión. La nueva clasificación de los productos es:

- muy sensibles: pagan el 85% del AEC.

- sensibles: pagan el 70% del AEC.

- semisensibles: pagan el 35% del AEC.

- no sensibles: exentos del AEC.

Además, se prorrogan por cuatro años las preferencias SPG otorgadas a los países andinos - Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú - y a los seis países centroamericanos, dentro del marco de la cooperación de la UE en la lucha contra la droga. A los productos agrícolas, se les otorga preferencias sólo por un año. Todas estas concesiones son extendidas a Venezuela.

El nuevo sistema introduce la graduación por niveles de ingresos de los PVD y por sus estructuras de exportación al mercado comunitario. Dado que el sistema se orienta a los países menos desarrollados, algunos países perderán gradualmente sus preferencias en determinados sectores productivos. Los países más afectados por esta medida serán Argentina, Brasil, Chile y México, mientras se beneficiarán algunos de la región andina y centroamericana.

Las cifras indican la importancia del SPG para las exportaciones latinoamericanas, en consideración al crecimiento de sus ventas que han logrado acogerse a los beneficios del sistema (ver Cuadro Nº4). El año 1993, un 22,7% de las exportaciones latinoamericanas se beneficiaron del SPG. A su vez, dicho año, el sistema aumentó su cobertura, es decir, de las exportaciones latinoamericanas sujetas a aranceles aduaneros en la UE, un 65,4% estaban incluidas en el SPG. Finalmente, mejoró la utilización del sistema por parte de AL si se considera que el 63,6% de las exportaciones de la región cubiertas por el SPG se beneficiaron efectivamente de él.

 

 

CUADRO IV: UTILIZACIÓN DEL SPG DE LA UE POR AMÉRICA LATINA

(cifras en millones de dólares y como porcentajes)

AÑO 1980 1985 1990 1993

Imp. acogidas al SPG(1) 2435 2700 5317 5836

Cobertura del SPG(2) 49,1 51,7 59,3 65,4

Uso del SPG(3) 48,5 56,9 52,7 63,6

Importancia del SPG(4) 12,7 13,7 16,3 22,7

(1) Importaciones que recibieron efectivamente el trato SPG

(2) Es el coeficiente entre las importaciones de productos incluidos en el SPG y el total de importaciones sujetas a arancel en la UE

(3) Coeficiente porcentual entre las importaciones que se benefician en efecto del trato SPG y el total de importaciones incluidas en el SPG

(4) Definida como coeficiente entre las importaciones que se benefician efectivamente del SPG y las importaciones totales

Fuente: Comisión Europea, DG I K 3 - Sector SPG e IRELA

 

En este punto, es importante señalar que en muchas ocasiones el SPG comunitario se tiende a evaluar en función de su oferta comunitaria de importaciones preferenciales a los países beneficiarios (o sea, su cobertura); no obstante, es obvio que esto no necesariamente indica el grado de aprovechamiento real de las concesiones arancelarias, pues existen diversos requisitos adicionales para acceder a estas preferencias. En ocasiones, son medidas restrictivas como cupos o ciertas normas de origen, o simplemente la imposibilidad competitiva de parte del país beneficiario para poder exportar hacia el mercado comunitario.

En el caso de los bienes agrícolas las limitaciones del sistema son aún mayores en lo que se refiere al grado de aprovechamiento real de las concesiones arancelarias. Además, hay que considerar que estas pequeñas porciones de exportaciones que gozan de acceso privilegiado al mercado comunitario, no necesariamente disfrutan de franquicias totales, pues algunos productos sólo aprovechan una rebaja parcial del arancel comunitario, por lo que el aprovechamiento del trato preferencial es aún menor.

 

7.3.3. El Mercado Único Europeo (MUE) y el comercio birregional

Los efectos del MUE en las exportaciones de AL hacia la UE se deberían manifestar más abiertamente en el medio plazo, es decir, hacia la segunda mitad de la década de los 90, y además estarán condicionados por los acontecimientos y tendencias en la economía mundial; entre ellos, la situación económica en los países industrializados, las consecuencias de la Ronda Uruguay, las repercusiones de la reciente crisis financiera en AL y la consolidación del proceso de integración latinoamericano.

No obstante, algunos efectos globales para las relaciones comerciales birregionales podrían ser aventurados en función del tipo de impacto esperado en las exportaciones latinoamericanas a la UE.

Por ejemplo, como consecuencia de la mayor eficiencia económica que supone la mayor competencia por el MUE, las economías europeas probablemente aumentarán sus ingresos, con lo cual se producirá un incremento en la demanda de importaciones; es decir, una forma de creación de comercio favorables para las exportaciones de países extracomunitarios, entre ellos los latinoamericanos.

El efecto anterior se vería atenuado si algunos sectores exportadores latinoamericanos no reforzaran su propia competitividad frente al aumento en ella de las empresas europeas como consecuencia del MUE. Es decir, habría un cierto efecto desviación de comercio adverso para los exportadores latinoamericanos.

Por otra parte, cabría esperar que la armonización de las regulaciones europeas en diversas áreas, para la consecución del MUE, tenga algunas repercusiones en el comercio entre ambas regiones. Por ejemplo, la armonización fiscal que conlleva la disminución del impuesto sobre el valor añadido para muchos productos alimenticios podría tener un impacto positivo en las exportaciones latinoamericanas de este sector.

Respecto a otro tipo de armonizaciones como las normas técnicas, medioambientales y fitosanitarias, serían beneficiosas para los exportadores de AL en la medida en que con ellas se deberán adecuar sólo a una norma común y no a un conjunto de 15 potencialmente distintas, lo cual reduce costes de información y comercialización. Además, se facilita el acceso a mercados nacionales pequeños que, por su tamaño, impedían una atención singular. Sin embargo, estas armonizaciones podrían perjudicar a algunos exportadores latinoamericanos con menos recursos para adaptarse a las nuevas disposiciones en la medida en que éstas se asimilen a las del país "más exigente".

La mayor competencia inducida por el MUE, tanto en el mercado europeo como con respecto a terceros países industrializados - EE.UU, Japón y otros - provocará una baja de precio en el ámbito de los bienes industriales, con lo cual, en general, los términos de intercambio de AL se verían mejorados.

En conclusión, el MUE generará costes y beneficios para los productores y exportadores de la región latinoamericana, los cuales variarán según sea el sector y producto de que se trate. Estimaciones al respecto indican las siguientes conclusiones:

- Los sectores de la economía latinoamericana que obtendrán ganancias del MUE, aunque con un crecimiento moderado, serán: café, maderas, flores cortadas, frutas exóticas y hortalizas.

- Los más afectados negativamente serán: metales y minerales, productos petroleros y algunas manufacturas como el caucho y los productos plásticos.

- Los sectores afectados marginalmente serán: azúcar, cacao, tabaco, cereales y productos oleaginosos.

Todos estos resultados están estrechamente condicionados, entre otras muchas cosas, por la magnitud del crecimiento económico de la UE, pues de él, en parte, depende la buena marcha del proceso de integración del mercado europeo.

 

7.3.4. Otros instrumentos de política comercial de la UE y sus consecuencias en el comercio birregional

Durante el trienio 1993-1995 se han producido diversas acciones de la UE en materia de su política exterior y comercial, en el marco de la llamada "pirámide preferencial" respecto a sus socios extrarregionales.

Uno de los hechos de mayor relevancia en la política exterior de la UE ha sido la adhesión de Austria, Finlandia y Suecia - 1 de enero de 1995 -. Se espera que esta ampliación de la UE no afecte significativamente los flujos comerciales entre la UE y AL, entre otras, por las siguientes razones:

- estos tres países ya se encontraban ampliamente integrados a la UE, como consecuencia del acuerdo Espacio Económico Europeo - excepto para los bienes agrícolas -, por lo que el efecto en el crecimiento del conjunto de la economía europea se espera relativamente bajo. Por ende, también en el incremento de la demanda de importaciones desde el mundo y AL.

- las corrientes comerciales actuales entre los nuevos miembros y AL son poco significativas para ambos grupos de países. Este comercio representa tan sólo el 6% del comercio actual latinoamericano con la UE.

- los aranceles externos aplicados por estos tres nuevos miembros para los bienes industriales ya estaban bastante asimilados al AEC comunitario, por lo cual no cambiarán, en este ámbito, las condiciones de acceso para AL a estos mercados.

En el ámbito de los bienes agrícolas, los exportadores latinoamericanos podrían verse afectados, pues con el ingreso de los nuevos miembros éstos podrían incurrir en un desvío de sus compras hacia países del sur de la UE en desmedro de AL, en consideración de lo similar de las producciones agrícolas de estos países con AL.

Otro hecho de importante consideración para las futuras relaciones comerciales entre AL y la UE es la política de la UE hacia los seis países de Europa Central y Oriental (PECOS) - Polonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Rumania y Bulgaria -, con los cuales, desde principio de los años 90, viene firmando acuerdos que ofrecen acceso privilegiado al MUE. Estos acuerdos prevén la creación de una zona de libre comercio para bienes industriales en un plazo de 10 años, complementada con altos niveles de ayuda técnica y financiera. Además, los PECOS obtienen acceso preferente para algunos bienes agrícolas incluidos en la PAC.

Los efectos que los acuerdos UE-PECOS tendrán para las exportaciones latinoamericanas hacia el mercado de la UE son, al menos, inciertos. Se producirá desviación comercial en contra de AL si su oferta de exportación es competitiva con la de los PECOS, lo cual será muy probable para el caso de los textiles, acero y algunas producciones agrícolas. Sin embargo, las propias resistencias de productores internos europeos a la apertura de sus mercados a los PECOS, ayudará a mantener los flujos de exportación latinoamericanos ya existentes.

Por otra parte, en el largo plazo, estos acuerdos podrían resultar beneficiosos para la región en la medida que se consoliden las transformaciones de las economías de los PECOS y con ello aumente su poder de compra. Además, con el ingreso pleno de los PECOS a la UE se produciría una presión adicional a la modificación de la PAC - dado el coste adicional que supone la ampliación de la UE a estos países -, liberalizándose el sector agrícola, lo que redundaría en importantes beneficios para los exportadores latinoamericanos del sector.

Otro asunto que se debe analizar es la estrategia comunitaria dirigida a la construcción a inicios del próximo siglo de un espacio económico euro-mediterráneo. La UE se ha planteado como meta la consecución de una zona de libre comercio a ambos lados del Mediterráneo en el 2010. Con este objeto, han comenzado a firmarse sendos acuerdos de asociación con los países de la región que contemplan la liberalización de los intercambios comerciales.

Las consecuencias de estos acuerdos euro-mediterráneos para las exportaciones latinoamericanas a la UE de productos industriales no serán significativas, ya que actualmente gran parte de las exportaciones mediterráneas de estos productos goza de libre acceso al mercado comunitario. Aunque, para las exportaciones agrícolas de AL se podrían esperar efectos negativos, ya que en muchas categorías de estos productos compiten directamente con los países mediterráneos.

Por último, hay que mencionar ciertos hechos que suponen algunos beneficios implícitos para AL. Las preferencias otorgadas por la UE a los países ACP en los últimos tiempos se han visto erosionadas como consecuencia de las rebajas arancelarias acordadas por la UE en la Ronda Uruguay, así como por las preferencias otorgadas por la UE a los PECOS y a los países mediterráneos. Con esto, la discriminación que suponían los Acuerdos de Lomé para AL se ve atenuada, excepto en algunas importantes categorías de productos como es el caso de las exportaciones latinoamericanas de plátanos.

 

 

7.4. INVERSIONES BIRREGIONALES

Históricamente los flujos de inversión extranjera directa (IED) en AL han provenido de EE.UU y de los países de la UE, además en una proporción equilibrada (aproximadamente 45% cada uno). Japón ha sido el tercer inversionista importante presente en AL. Sin embargo, los últimos años la UE ha perdido importancia relativa como proveedor de capitales para la región. Actualmente alrededor de un tercio de la IED en AL proviene de la UE.

El año 1994, el flujo de IED total en AL fue de alrededor de 20.000 millones de dólares. En cuanto a la UE, España y Reino Unido son, con diferencia, los principales inversores europeos en la región: en conjunto explican el 50% de los flujos totales de la UE hacia AL (ver Cuadro Nº5)

En cuanto a la composición de la IED de la UE en AL, históricamente ha tendido a concentrarse en sectores de producción secundario. Sin embargo, progresivamente se viene desplazando hacia los servicios. Además, al igual que en el comercio birregional, los flujos se concentran básicamente en aquellos países económicamente más importantes (Argentina, Brasil y México).

Hacia fines de la década de los 80 se produce un retorno de capitales hacia la región latinoamericana. De este proceso participa activamente la UE, en especial en lo que se refiere a los programas de conversión de la deuda externa por IED y a los procesos de privatización.

CUADRO V: ORIGEN DE LOS FLUJOS DE IED EN AMÉRICA LATINA

(cifras en millones de dólares)

(media anual)

País 1980-84 1985-89 1990-94 1993 1994

UE 1176 1265 1952 916 4446

Austria 5 4 22

Bélgica 9 21

Dinamarca 2 9 25 3

Finlandia 6 18 15 18

Francia 232 107 171 334 102

Alemania 321 242 368 38 675

Italia 84 110 23

Países Bajos 70 70 307 303 382

Portugal 1

España 151 106 531 76 2058

Suecia 8 12 4

Reino Unido 310 605 527 216 1328

EEUU 1263 941 6732 8325 11582

JAPON 435 149 386 132 568

Fuente: BID/IRELA

 

 

Por su parte, como consecuencia de la reformas liberalizadoras de las economías latinoamericanas, los últimos años también se han producido salidas de capitales regionales para ser invertidos en el exterior. En su mayoría este fenómeno se ha concretado al interior de la región. Sin embargo, algunas inversiones han llegado hasta la UE con el fin principal de participar directamente en el MUE (Petróleos Venezuela en Alemania y Petróleos Mexicanos en España).

 

 

7.5. ASPECTOS GENERALES DE LA COOPERACIÓN AL DESARROLLO DE LA UNIÓN EUROPEA HACIA AMÉRICA LATINA

La cooperación económica y al desarrollo es un área que tradicionalmente ha recibido gran atención en el marco de las relaciones institucionales entre la UE y AL. En su etapa más reciente, la atención se ha centrado tanto en los aspectos generales de la cooperación como en áreas específicas de ella. En general, los temas tratados se centran en torno al cumplimiento por parte de la UE del objetivo de la cesión del 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) comunitario para la ayuda oficial al desarrollo, con objeto de aumentar los recursos disponibles para la cooperación con AL. En esta sección se analizan los métodos de aplicación de los instrumentos de cooperación, así como la necesidad de una mayor coordinación y evaluación por parte de la Comisión y los organismos bilaterales de cooperación de estos instrumentos.

En cuanto a las áreas específicas, es de interés de ambas partes priorizar las siguientes: la lucha contra la pobreza, el refuerzo de los servicios básicos para atender las necesidades de los sectores sociales más afectados, la promoción de la mujer, los niños abandonados, la educación, la cultura y el medio ambiente.

Esta sección del trabajo se organiza de la siguiente manera: en primer lugar, se hacen algunos comentarios respecto la evolución más reciente de los recursos de cooperación destinados por la UE a AL; además, algunas series se recogen en los Cuadros Nº6 y Nº7; en segundo lugar se estudia la política de cooperación de la UE en el marco del Tratado de Maastricht y sus consecuencias para AL; en tercer lugar, se analizan las eventuales consecuencias para la cooperación con AL debido a la reciente ampliación de la UE; por último, se indican cuáles han sido las principales tendencias de los recursos destinados a la cooperación con AL por parte de los países de la UE.

 

CUADRO VI: ORIGEN BILATERAL DE LA ASISTENCIA OFICIAL PARA EL DESARROLLO RECIBIDA POR AMÉRICA LATINA

(desembolsos netos en millones de dólares)

País/año 1985-1989 1990-1994 1991 1992 1993 1994

Austria 34 112 26 13 31 30

Bélgica 98 224 34 61 50 43

Dinamarca 49 161 32 35 38 33

Finlandia 78 110 38 23 19 7

Francia 698 1112 289 171 268 188

Alemania 1724 2473 471 536 552 432

Irlanda 2 1

Italia 964 1634 425 334 276 261

Luxemburgo 24 3 4 7 8

Países Bajos 618 923 140 206 199 189

Portugal 1 1

España 239 1590 255 382 460 353

Suecia 219 496 117 117 97 103

Reino Unido 89 201 39 44 43 49

Comisión Europea 435 1154 179 244 282 288

UE** 5246 10215 2048 2169 2321 1984

EE.UU 5317 4396 1174 570 600 986

JAPON 1824 3567 787 762 728 809

Otros CAD* 726 1089 225 241 193 223

TOTAL CAD 13113 19267 4234 3742 3842 4002

* Comité de Ayuda al Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)

** Se refiere a los 15 Estados miembros y a la Comisión Europea. No se ha incluido a Grecia, país que no pertenece al CAD.

Fuentes: OCDE e IRELA

 

 

7.5.1. Evolución reciente de los recursos destinados

La importancia de la UE y sus Estados miembros como proveedor de Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) hacia AL ha aumentado los últimos años, representando el año 1994 en torno al 60% de todos los recursos recibidos por la región del total del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE. Se espera que esta tendencia se profundice en consideración de la reciente adhesión de los tres nuevos Estados miembros a la UE, los cuales han sido importantes donantes individuales.

La cooperación de la UE con AL a través de la Comisión Europea en el bienio 1993-1994 registró un gran incremento en relación a los fondos destinados los años anteriores. El año 1993, la Comisión aportó 425,4 millones de ECUs, lo que representó un aumento del 12% sobre el año anterior (y más del doble del nivel medio del período 1980-1992). El año 1994, estos fondos se incrementaron en un 9,3%, alcanzando los 463,8 millones de ECUs y 1.139 proyectos.

En cuanto a la diversificación respecto a las partidas de la cooperación de la UE con AL, en el período 1993-1994 se observa lo siguiente:

- la importancia relativa de la asistencia financiera y técnica (AFT), luego de caer desde principios de la década pasada, cuando era la más importante, se ha mantenido durante este bienio en el 39%. Por otra parte, se ha extendido a un número mayor de ámbitos como la lucha contra las drogas, la democratización y la administración publica, la vertiente humana y cultural del desarrollo, y los programas dirigidos a niños, minorías étnicas y derechos humanos.

- en cuanto a la ayuda humanitaria, si bien ha aumentado en términos absolutos durante los últimos años, su participación en la cooperación total de la UE con la región ha disminuido. El año 1994 representó el 28,3%, menos que en 1993, cuando fue el 31,4%.

- esta situación se explica por la redefinición de las subpartidas prioritarias dentro de este rubro, donde ha perdido importancia la ayuda alimentaria, que el año 1994 sólo representó el 4,2% del total de la cooperación - el año 1993 fue el 11,6% -. Ello contrasta con la mayor significación de la "cooperación mediante las ONG's" implantadas en AL, que el año 1994 registró un total de 55,3 millones de ECUs, más de una tercera parte de la ayuda humanitaria total.

- Otro importante cambio dentro de este rubro es lo que se refiere a la ayuda de emergencia, la cual cobró carácter institucional con la creación de la Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea el 1 de abril de 1992 (ECHO), y que durante el año 1993 asignó un total de 1,3 millones de ECUs. Con la suscripción del memorándum sobre ayuda humanitaria entre la Comisión Europea y el Gobierno cubano, una importante porción de estos fondos han sido destinados a dicho país.

- el tema del medio ambiente durante los últimos años ha cobrado gran importancia en la política de la UE hacia AL. En cuanto a los fondos comprometidos para la cooperación, destaca a partir del año 1992 el incremento en la participación de este área dentro de la cooperación total. En el bienio 1993-1994, la UE a través de las dos partidas asignadas para el medio ambiente - una general y otra para las selvas tropicales -, destinó 51,6 millones de ECUs, que representa el 5,7% del total de la cooperación de ambos años, situación que contrasta con los valores inferiores al 1% los años anteriores.

- la cooperación económica a partir de la década de los 90 se ha visto incrementada en cuanto a los recursos destinados y a su importancia respecto del total de la cooperación comunitaria con la región. Durante los años 1993 y 1994 se asignaron 81,2 y 80,6 millones de ECUs respectivamente, que explican alrededor del 18% de los recursos hacia la región cada año.

- la inclusión de nuevos ámbitos dentro de la cooperación económica, tales como ciencia y tecnología, promoción de inversiones y acciones en el marco de los acuerdos de tercera generación, revelan la tendencia hacia la profundización de un nuevo tipo de relación birregional, lo cual se verá reflejado en el rumbo de la cooperación los próximos años.

 

CUADRO VII: COOPERACIÓN DE LA COMISIÓN EUROPEA CON AMÉRICA LATINA POR LÍNEAS PRESUPUESTARIAS

(compromisos en millones de ECU's)

Año 1991 1992 1993 1994

Cooperación financiera 134,3 152,5 168,2 202,2

Cooperación económica 37,4 64,7 81,2 80,6

Ayuda humanitaria 114,9 120,3 133,5 132,0

Medio ambiente 3,4 26,3 27,3 24,3

Otras ayudas 10,8 10,3 15,2 24,7

TOTAL COOPERACION 300,8 374,1 425,4 463,8

Fuentes: Comisión Europea e IRELA.

 

7.5.2. La cooperación en el Tratado de Maastricht

Con la firma del Tratado de Maastricht se le da a la cooperación para el desarrollo la categoría de política comunitaria, definiéndola como complementaria a la que realizan los Estados miembros. Además el Tratado plantea formalmente la coordinación de las políticas entre la UE y sus Estados miembros y la concertación de sus programas de ayuda. Según esto se podría esperar en largo plazo una convergencia de las políticas de cooperación hacia la construcción de una política común al respecto.

En términos generales, es presumible que en el caso de AL el progreso de una política común europea sea más probable que en otras regiones del mundo, pues, como lo muestran experiencias pasadas, cuando se trata de esta región se ha llegado más fácil a consensos en la UE, dadas las relativas coincidencias en cuanto a puntos de vista y acciones entre los Estados miembros respecto a ella. Paradójicamente, esto se podría explicar en el histórico menor interés relativo de la UE por AL en relación a otras áreas del mundo, con lo cual les ha sido más fácil llegar a estos consensos.

Cabría esperar algunos beneficios para AL de esta coordinación. Se propiciaría el uso más eficiente de los recursos al permitirse que se aúnen capacidades financieras y técnicas de diferentes países, todo lo cual permitirá emprender proyectos más ambiciosos. Por otra parte, el resultado para los países receptores de AL podría ser una mayor coordinación entre ellos, lo que significaría un fomento a la integración regional y el desarrollo de proyectos comunes. Por último, disminuiría la vulnerabilidad de los países receptores ante las presiones de índole política de Estados individuales miembros de la UE que se harían sentir con menos intensidad en el marco de una política común.

No obstante, también se podrían esperar ciertos costes para los países latinoamericanos de esta coordinación. La posibilidad de beneficiarse de la competencia entre países donantes disminuiría en el caso de la fusión de las políticas de los países comunitarios. Además, la coordinación podría implicar el establecimiento de las prioridades por consenso, en donde el papel de AL en la decisión sería relativamente secundario.

Aún se ve lejana la coordinación real entre las políticas de cooperación de los países miembros de la UE, debido principalmente a las divergencias de intereses y prioridades nacionales. Sin embargo, en mayo de 1994 el Consejo encargó a la Comisión la elaboración de una propuesta de lineamentos básicos para una futura política de desarrollo de la UE. Además, por primera vez los Estados miembros y la Comisión acordaron una coordinación operativa en cuanto a formulación de estrategias y ejecución de proyectos en seis países, entre ellos dos de AL: Costa Rica y Perú.

 

7.5.3. Las consecuencias de la ampliación de la UE

Como consecuencias de la adhesión de Austria, Finlandia y Suecia a la UE cabe esperar algunas consecuencias para los flujos de AOD de la UE hacia AL. No es probable que se produzcan cambios en la localización geográfica de los fondos comunitarios dado que los nuevos miembros coinciden con la UE-12 en centrar su ayuda en Africa y crecientemente en Europa del Este. Sin embargo, podría alterarse la naturaleza de la cooperación si se considera el mayor énfasis que estos países dan a la participación directa de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), a los países más pobres de los PVD, a la protección del medio ambiente y a la mayor condicionalidad de los fondos. Estas prioridades podrían ser traspasadas a los otros países miembros y a la Comisión como consecuencia de la coordinación requerida por el Tratado de Maastricht. Por último, el crecimiento económico que cabría esperar para estos tres países derivado de la adhesión a la UE, aumentará la AOD dado el propósito de mantener o aumentar la ayuda como proporción del PIB.

Estos tres países son importantes donantes, aunque modestos en relación a la cooperación total de la UE con los PVD: representan en conjunto el 6% de la AOD total de los países del CAD, comparado con el 48% de los países de la UE-12. Por otra parte, los nuevos Estados miembros son contribuyentes netos al presupuesto comunitario, lo que podría ampliar el margen para la AOD para los PVD, entre ellos, los latinoamericanos.

El año 1993, los nuevos Estados miembros contribuyeron con 146 millones de ECUs en AOD a AL; Suecia representa dos tercio de ésta. Parte de esta AOD pasará a engrosar directamente el presupuesto comunitario para la cooperación con los PVD, lo cual significará un redistribución de fondos desde fuentes bilaterales a multilaterales.

Esta redistribución podría provocar un cierto "efecto desviación" perjudicial para AL ,producto de los Acuerdos de Asociación de la UE con los países de Mediterráneo y las consiguientes obligaciones para con estos países. Además, el resto de la ayuda bilateral entregada a la UE, lo más probable es que se destine a otras regiones más prioritarias para estos tres países. Además, la convergencia entre las políticas de los Estados miembros y las de los países nórdicos ingresados, podría tener un efecto perjudicial para AL, en la medida que los tres nuevos miembros se asimilaran a la estructura de la AOD de la UE-12, que dedica una mayor proporción de su AOD hacia otras regiones distintas a Latinoamérica.

En consecuencia, se espera que, en general, los efectos para AL de la ampliación de la UE sean más bien neutros, pues si bien disminuirán los flujos bilaterales y probablemente se desviarán parte de estos recursos "multilateralizados" en desmedro de la región, por otra parte, los presupuestos comunitarios se verán incrementados y estos países, con el crecimiento derivado de su adhesión a la UE, compensarán los efectos negativos.

 

7.5.4. Cooperación bilateral de los Estados miembros de la UE

La cooperación de la UE es complementaria a la sus Estados miembros, la cual, además, es cuantitativamente mucho más importante. El año 1994, los países de la UE han contribuido con poco más de la mitad de los flujos de cooperación bilaterales totales recibidos por AL, alcanzando los 2.000 millones de dólares.

Respecto a la proporción que representa AL del total de la AOD de los Estados miembros de la UE, ésta fue de 7,3% aunque con significativas diferencias entre países. Para España este valor alcanzó el 54%, para Alemania, Italia y Holanda se situó en torno del 10% y Francia y Suecia se acercaron al promedio europeo. Estos seis países explican, además, el 80% de los fondos destinados a la región.

La mayoría de los países miembros de la UE se han mantenido durante el año 1993 por encima del 0,3% del PIB promedio destinado por los miembros del CAD; sin embargo, sólo tres cumplen con la meta de la ONU de destinar, como mínimo, el 0,7% del PNB a AOD: Suecia, Dinamarca y Países Bajos.

En cuanto a los destinos para el año 1994, cinco países (Argentina, Bolivia, México, Nicaragua y Perú), explican más de la mitad de los flujos bilaterales europeos a la región. Entre éstos figuran países con rentas per cápita relativamente altas y también muy bajas, lo que viene a reflejar las diferentes motivaciones de la AOD europea, que va desde la lucha contra la pobreza hasta el refuerzo de los lazos económicos y culturales. A nivel subregional, aquellas áreas de menor renta reciben una mayor proporción de la AOD, es decir, el Grupo Andino y América Central.

Respecto a los países donantes, se observa una diversidad de situaciones en cuanto a las prioridades que otorgan a sectores y subregiones. Alemania es el principal Estado europeo donante y el primer donante para un gran número de países latinoamericanos. España se ha convertido en el segundo Estado donante - desplazando a Italia - con casi el 20% de la AOD otorgada por Europa; además, se ha constituido en el principal país donante europeo para seis países de la región. Esto se explica en parte por los Fondos de Ayuda al Desarrollo, que conceden créditos concesionarios para apoyar las exportaciones españolas.

Se observa como tendencia general que los países europeos tienden a concentrar sus ayudas en países específicos según sean sus vínculos históricos y culturales con los países receptores. Por ejemplo el año 1993, el 42% de la AOD de Italia a la región fue destinada a Argentina, así como Francia y Suecia fueron los principales donantes en países como Haití y Nicaragua respectivamente.

 

 

7.6. CONCLUSIONES

El rasgo principal de la relación reciente entre AL y la UE se refiere al gran cambio cualitativo que ésta ha sufrido. Esta "nueva forma de colaboración" tiene como fundamento el cambio de enfoque de la UE hacia la AL y, por supuesto, la nueva situación tanto política como económica de la región latinoamericana.

La UE "internaliza" en la definición de su estrategia la gran heterogeneidad de los países latinoamericanos, y como tal emprende una adecuación de sus instrumentos de política exterior según las características de cada país. Por otra parte, la UE da cuenta de la mutación de la situación económica y política de AL y se plantea la necesidad de garantizar una mayor presencia europea en este proceso.

América Latina, por su parte, se perfila crecientemente como una zona emergente en el mundo. Se constata la consolidación de los procesos de reforma estructural de sus economías nacionales, en donde la apertura al comercio internacional ha sido un elemento clave y se plantea como un gran potencial de crecimiento futuro. Además, se produce el mayor cambio político de la historia (después de la independencia) al coincidir por primera vez regímenes democráticos a lo largo de casi toda la región. Con todo, aún persisten grandes desigualdades entre países, que son inclusive mayores en el interior de cada uno de ellos.

Respecto a la evolución futura del intercambio comercial entre ambas regiones, no cabe esperar una tendencia clara. Por una parte, el proceso de regionalización en AL en torno al proceso de integración contemporáneo más relevante (léase MERCOSUR) supone flujos de comercio intrarregional crecientes en desmedro de los intercambios extrarregionales. Por otra parte, la propia consolidación de los proyectos integradores en AL en el largo plazo incentivará el comercio entre ambas regiones como consecuencia del mayor crecimiento propiciado por esta integración económica.

Las recientes tendencias integradoras en AL se concretan bajo una estrategia de "regionalismo abierto", la cual condiciona la implementación de acuerdos comerciales tanto en su carácter abierto como no discriminatorio. Es decir, la "nueva integración latinoamericana" de los años 90 se emprende en el marco de un objetivo mayor, cual es alcanzar mayores niveles de competitividad internacional, para lo que se requiere la plena inserción de la economía latinoamericana en la economía mundial. Según esta concepción, los instrumentos para alcanzar el objetivo planteado son esencialmente complementarios, de manera que iniciativas subregionales de integración pueden perfectamente convivir con acciones de política comercial en el plano unilateral y multilateral.

Como consecuencia de esta estrategia comercial, las economías latinoamericanas en su conjunto se sitúan actualmente entre las más abiertas al comercio exterior del mundo. Este hecho ofrece una gran oportunidad a la UE de participar en este proceso, sin dejar que sólo sean EE.UU y Japón los que se beneficien de esta apertura. De cualquier forma, acciones recientes de acercamiento entre ambas regiones tales como la suscripción de nuevos acuerdos de cooperación o los acuerdos tendientes a la formación de un área de libre comercio de la UE con MERCOSUR y Chile permiten esperar un incremento en las corrientes comerciales futuras entre ambas regiones.

En referencia al estrechamiento de los vínculos políticos, se ha plasmado en niveles específicos. Por una parte, se crea un foro de diálogo permanente y global entre el Consejo Europeo y el Grupo de Río; por otro, se intensifican los lazos políticos con agrupaciones subregionales y con países específicos. En conjunto con lo anterior, se refuerzan lazos políticos históricos como han sido los encuentros interparlamentarios.

En cuanto a la cooperación económica, el elemento más destacado se refiere al cambio de orientación que la UE ha dado a su política al respecto con AL. Según este nuevo enfoque, AL es considerada más bien como un socio activo que como un tradicional beneficiario de flujos financieros de cooperación. En cuanto a las prioridades en esta nueva estrategia, resultan ser básicamente las mismas de siempre, salvo en lo que se refiere al énfasis puesto por la UE en el apoyo institucional al proceso de integración latinoamericana en virtud de la experiencia única que en este campo representa la UE.

ANEXO I: PRINCIPALES INDICADORES SOCIOECONÓMICOS DE AMÉRICA LATINA

 

PAIS Pobl PIB p/c Crecim. Deuda Servicio Inflación

US$ real externa deuda 1980-93

(1) (2) (3) (4) (5) (6)

México 90 2284 1,6 32,8 31,5 57,9

AMERICA CENTRAL

Costa Rica 3,3 1860 2,5 48,1 18,1 22,1

El Salvador 5,5 1186 1,6 21,0 14,9 17,0

Guatemala 10 950 1,7 22,4 13,2 16,8

Honduras 5,3 788 2,9 101,2 31,5 8,2

Nicaragua 4,1 502 -1,8 695,4 29,1 644,6

Panamá 2,5 2419 1,8 101,6 3,1 2,1

PAISES ANDINOS

Bolivia 7,1 1033 1,1 61,9 59,4 187,1

Colombia 35,7 1598 3,7 32,3 29,4 24,9

Ecuador 11 1347 2,4 98,8 25,7 46,4

Perú 22,9 1496 -0,5 46,1 n.d 316,1

Venezuela 20,9 3482 2,1 62,6 22,8 23,9

MERCOSUR

Argentina 34 4747 0,8 28,6 46,0 374,3

Brasil 157 2120 2,1 26,3 24,4 423,4

Paraguay 4,7 1573 2,8 20,4 58,7 25,0

Uruguay 3,1 3168 1,3 54,3 14,9 66,7

Chile 13,8 3130 5,1 44,7 23,4 20,1

Cuba 10,8

TOTAL 441

(1) Millones de habitantes, año 1993.

(2) PIB per capita, año 1994.

(3) Tasa de crecimiento real, período 1980-1993.

(4) Deuda externa total sobre el PIB, en porcentaje, año 1993.

(5) Servicio de la deuda medido en % de las exportaciones, año 1993.

(6) Tasa de inflación media anual, período 1980-1993.

Fuente: Comisión Europea (1995).

 

 

 

ANEXO II: OTRAS PROGRAMAS COMUNITARIOS DE COOPERACIÓN CON AMÉRICA LATINA

 

· Programa "América Latina-Formación Académica" (ALFA), que pretende contribuir a reforzar el potencial científico y tecnológico de los países de América Latina y aspira a incrementar la movilidad de los posgraduados y estudiantes universitarios de ambas regiones. Este programa fue inaugurado el 5 de mayo de 1994, en Coimbra, Portugal, y se han asignado un total de 32 millones de ECUS para un período de cinco años.

· Otro aspecto significativo en la cooperación de la UE es el relacionado con la formación de recursos humanos en el marco del "Programa FOR UE Grupo de Río" orientado a la formación de pequeños y medianos empresarios, y administradores públicos, con una línea presupuestaria de 8 millones de ECU's, para tres años. Para ello se han creado Eurocentros de Formación Empresarial en Chile y Brasil y de Formación del Sector Público en Argentina y Venezuela. Además, la capacitación en políticas de integración regional se realiza, desde noviembre de 1992, en el Centro de Formación para la Integración Regional (CEFIR), instalado en Montevideo, Uruguay.

· Finalmente, en el marco de los instrumentos para cooperación científica y tecnológica, orientados principalmente a las actividades de investigación fundamental y preindustrial, se han asignado, durante 1993 y 1994, en torno a los 20 millones de ECU's para cada uno de estos años.

 


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