Documento de Trabajo 9801-9802.

Cátedra Jean Monnet de Integración Económica

Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales

 

9. LAS RELACIONES ENTRE LA UNIÓN EUROPEA Y ASIA

Pablo Ruiz

 

I. INTRODUCCIÓN

A principios de los años 70 la CEE se vio obligada a elegir entre una visión regionalista o universalista de sus relaciones exteriores. Las antiguas potencias coloniales -Francia y el Reino Unido fundamentalmente- apostaron por un enfoque regionalista que privilegiase a sus ex-colonias frente a otras zonas del planeta. Así nació la "pirámide de preferencias comunitaria" en la que Asia ha venido ocupando un lugar marginal.

La indiferencia comunitaria hacia Asia obedece a distintas razones. En primer lugar económicas. El Asia de principios de setenta era un continente subdesarrollado y sus expectativas de crecimiento eran mucho más modestas que las de América Latina. En segundo lugar, políticas. Asia era además un continente muy inestable donde la lucha de bloques -numerosos países se hallaban en la órbita comunista- y la precaria situación social provocaban continuos conflictos armados. Su lejanía geográfica y la falta de valedores entre los países miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE) acababa por enterrar cualquier iniciativa comunitaria en favor de un incremento de la inversión o de las relaciones comerciales. En este contexto, el Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG) que -a instancias de la UNCTAD- instauró la CEE en 1971 fue, durante años, el único punto de conexión establecido con la región.

Este panorama se ha modificado sustancialmente en los últimos años. En el interior, la CEE de los Seis ha evolucionado hasta convertirse en la Unión Europea (UE) de los Quince. Un área económica que se ha erigido en la primera potencia comercial mundial.

En el exterior, el fin de la guerra fría ha modificado sustancialmente el marco de las relaciones internacionales. La globalización de la economía ha aumentado el grado de interdependencia entre los diferentes países y limitado el papel de los Estados -y bloques económicos- en este proceso. En este contexto, cuestiones relativas a inserción en la economía internacional, como la competitividad, la apertura de nuevos mercados o los estándares internacionales en materia laboral o medioambiental, afectan directamente a los intereses de la UE.

La conjunción de estas variables -tanto endógenas como exógenas- ha obligado a la UE a revisar su pirámide de preferencias. De esta manera se decide universalizar en pocos años el mapa de las relaciones exteriores. Y es en este nuevo escenario donde las relaciones entre la UE y Asia sufren una auténtica metamorfosis. Del último lugar en la pirámide, Asia ha pasado a figurar entre las prioridades de la Unión.

Ahora bien ¿a qué Asia nos referimos? La UE ha optado por una definición que comprende 26 países, dejando al margen las repúblicas asiáticas de la CEI y el Consejo del Golfo, con el que ya existe un Acuerdo birregional.

En la actualidad dos son las áreas más relevantes en las relaciones bilaterales: la economía y la seguridad.

En el ámbito económico, el interés de la UE por Asia es notorio. Asia es hoy el polo más dinámico de la economía mundial y nada hace indicar que esta tendencia vaya a cambiar a medio plazo. Por esta razón, la Unión observa con atención el papel que los EEUU y Japón puedan jugar en el futuro en la zona, ya que el regionalismo abierto que inspira el proceso de integración de la Asia-Pacific Economic Cooperation (APEC) amenaza con marginar a la UE de los mercados asiáticos. "Es necesario que la Unión refuerce con carácter urgente su presencia económica en Asia si desea seguir desempeñando un papel dirigente en la economía mundial"

En el ámbito de la seguridad, las relaciones euroasiáticas son asimismo importantes. El desarrollo sostenible no es un concepto retórico cuando se analiza el crecimiento económico de China o la India, y sus más de 2.000 millones de habitantes. Otros ámbitos de la seguridad son también prioritarios para la Unión: la agenda política ante las Naciones Unidas, el control armamentístico, la no proliferación nuclear, los derechos humanos y los estupefacientes. Aunque, como veremos, unos preocupan más que otros.

La UE no es ajena todas estas cuestiones. Ahora bien ¿cómo superar las desconfianzas recíprocas?, ¿cómo abordar cuestiones como el respeto de los derechos humanos? Y a nivel metodológico, ¿cuál es el ámbito idóneo de cooperación? Ante este dilema la UE ha optado por abrir simultáneamente dos vías de negociación: una global, con la creación de un marco de diálogo conjunto Asia/UE, y otra bilateral, de compromisos más concretos entre la UE y los diferentes países asiáticos.

 

 

9.2. EL MARCO GLOBAL DE RELACIONES

El marco global es el reflejo práctico de la nueva actitud de la UE hacia Asia, a la que, según la Comisión, "hay que otorgar una prioridad mayor". Con el fracaso de la I Cumbre UE-ASEAN como punto de referencia, la Comisión adoptaba una nueva estrategia para Asia donde planteaba la necesidad de un enfoque global y horizontal de relaciones con dicho continente. La Cumbre Euroasiática se celebró en marzo de 1996 en Bangkok (Tailandia). A ella acudieron los quince Estados miembros de la UE y diez países asiáticos: los "siete" de la ASEAN (Indonesia, Malasia, Tailandia, Filipinas, Brunei, Singapur y Vietnam), China, Japón y Corea del Sur (Taiwan quedaba excluida por la participación de China).

El objetivo de la Cumbre Euroasiática era el de desarrollar una "nueva asociación" entre ambos continentes. El primer ministro tailandés proponía "establecer un modelo de cooperación de un nivel similar al de APEC". La UE, por boca de su vicepresidente, Manuel Marín, se mostraba más realista al plantear, como primer objetivo, "la necesidad de mejorar la imagen recíproca actual de las respectivas opiniones públicas. Para los europeos Asia representa el dumping social y un peligro para el empleo en Europa. Para los asiáticos Europa es el rechazo a la competencia, el proteccionismo, la costumbre de dar lecciones de moral al mundo entero".

Lo cierto es que la Cumbre se abordó desde una óptica multidisciplinar: política, comercio, inversiones y cooperación. Los países firmantes se comprometieron a facilitar actuaciones conjuntas ante la OMC en materia de inversiones y derechos de propiedad intelectual, cooperación en ciencia, tecnología e investigación, "sociedad global de información", medio ambiente, cultura y finalmente la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) a los Países Menos Desarrollados (PMD) asiáticos. Asimismo, la Cumbre pretende mejorar el diálogo político bilateral. En cuanto al seguimiento práctico del acuerdo, se decidió:

 

a) Estructura institucional.

Celebrar otra Cumbre en el Reino Unido en 1998 y otra en Corea del Sur en el año 2000. La UE pretende invitar a próximas Cumbres a la India, Pakistán, Australia y Nueva Zelanda, contra la opinión de algunos países asiáticos. El marco de diálogo político es, pues, bastante impreciso, si bien supone un avance respecto a la situación anterior.

b) Agenda económica.

-Formalizar reuniones periódicas de los ministros de economía. La primera se celebrará en Japón en 1997, para discutir la agenda económica.

-Constituir una reunión de altos funcionarios en julio de 1996 en Bruselas para tratar de liberalizar el comercio y las inversiones, partiendo de los temas que están discutiéndose en la OMC.

- Elaborar "un plan euroasiático para la promoción de inversiones", compuesto por un grupo de trabajo de constitución mixta (público-privado). Esta acción para la inversión ha generado ya algunos resultados. El primero, un informe monotemático elaborado conjuntamente por la Comisión y la UNCTAD. El segundo, la celebración de una conferencia sobre el tema en Ginebra en abril de 1996.

-Celebrar a finales de 1996 la reunión constitutiva del "Foro Económico Asia/Europa" para mejorar la cooperación empresarial y una "Bussines Conference" en 1997.

-Realizar un estudio sobre las comunicaciones entre regiones, al que probablemente sucederá una conferencia sobre el tema.

-Crear en Tailandia un Centro Euro-asiático de Tecnología del Medio Ambiente con el fin de apoyar la I+D conjunta en el sector.

 

c) Agenda cultural.

Está previsto crear una "Fundación Asia-Europa" que promueva el intercambio de ciudadanos y estudiantes, así como instaurar un programa universitario Asia-Europa, bautizado como Confucius, inspirado en el programa Erasmus de intercambios europeos.

La cuestión de los derechos humanos (Timor Este y el Tibet, entre otros) quedó en un segundo plano, remitiéndose de forma genérica a la Carta de las Naciones Unidas. La idea de que Asia prima los derechos sociales -educación, sanidad, reducción de la pobreza- sobre las libertades individuales -más occidentales- tiene cierto fundamento. Ahora bien, ¿ por qué legitimar los juicios sumarísimos en China, las violaciones de los derechos humanos en el Timor Este o el trabajo infantil en Myanmar, cuando muchos países asiáticos no cometen los mismos atropellos? La UE ha optado por mirar hacia otro lado, en la convicción de que esta "diplomacia comercial" es más efectiva que la vía de la presión en la defensa de los derechos humanos. Así lo confirmaba el Presidente de la UE, Lamberto Dini, cuando proclamaba al final de la reunión: "Estamos muy satisfechos de la cumbre, presidida por la informalidad, la flexibilidad y el pragmatismo. Queremos mantener este formato".

Por otra parte, hay que comentar que la UE participa regularmente en el Foro de la ASEAN, donde se abordan las distintas cuestiones de seguridad que afectan al continente. Estas reuniones, en las que están presentes numerosos países asiáticos así como las potencias occidentales, se celebran con posterioridad a las propias de la ASEAN.

En suma, las relaciones UE-Asia presentan motivaciones y características bien diferentes a las que rigen las relaciones con otras regiones. Los intereses económicos -dinamización del comercio bilateral e incremento de las inversiones, básicamente- son el catalizador de los esfuerzos negociadores. Así, no es extraño que las relaciones con Asia se mueven más en el plano de la reciprocidad -como ocurre con los EEUU o Japón - que en la asimetría que caracteriza la cooperación con los países ACP o el Mediterráneo, por ejemplo.

 

9.3. RELACIONES ECONÓMICAS BILATERALES

9.3.1.Visión global de las relaciones económicas

Resulta difícil analizar globalmente los países asiáticos, habida cuenta del abismo entre los distintos niveles de desarrollo. Junto a países como Japón, Corea del Sur, Taiwan, Singapur y Hong Kong, que superan los 10.000$ de renta per cápita, otros muchos se encuentran aún clasificados como PMD. No obstante, una visión panorámica de las relaciones económicas entre la UE y Asia puede servir de base para el análisis bilateral.

Las relaciones comerciales han estado marcadas por la creciente competitividad de los países asiáticos en la economía mundial. Este dinamismo se ha traducido en una expansión espectacular del comercio exterior asiático en los últimos años. Paralelamente, el comercio bilateral UE-Asia alcanzaba en 1993 los 221.724 millones de ecus y un déficit comercial considerable, 34.896 millones de ecus. A título comparativo, la suma del comercio bilateral de la UE con América Latina, EEUU y Canadá arrojaba cifras similares (232.279 millones de ecus), aunque, en este caso, la balanza comercial era ligeramente positiva para la UE (97 millones de ecus).

En cuanto a la distribución geográfica de este comercio (ver cuadro 1), cabe señalar que Japón continúa siendo el primer socio comercial de la UE y el principal responsable del déficit comercial. Sin embargo, observamos que tanto los tres dragones como la ASEAN representan casi un cuarto del comercio bilateral (el 23% y el 21% respectivamente). Se advierte asimismo el peso creciente de China en las relaciones económicas birregionales y en especial en el déficit bilateral de la UE. La India, por su parte, mantiene un nivel constante de comercio con la UE, aunque sustancialmente inferior al que por su magnitud le corresponde.

 

CUADRO I: DISTRIBUCIÓN DEL COMERCIO BILATERAL UE-ASIA (1993)

(en millones de ecus)

 

Comercio total

Balanza comercial

Cuota del comercio bilateral (%)

Japón 70.223 -25.077 31,6
3 Dragones (1) 51.147 1.071 23,0
ASEAN 48.588 -2.748 21,9
China 30.840 -8.236 13,9
India 12.112 348 5,4
Otros 8.814 -254 4,2
Total 221.724 -34.896 100 100

Fuente: Eurostat y elaboración propia

1 Los tres dragones son Hong Kong, Corea del Sur y Taiwan, ya que Singapur aparece registrado como ASEAN

Otro aspecto relevante del comercio bilateral es el de su composición. Las exportaciones de Asia con destino a la UE han ido ganando progresivamente en valor agregado, gracias a las exitosas políticas de diversificación llevadas a cabo por estos países en las últimas décadas. El ritmo y el grado de esta diversificación es, como veremos, muy variable.

La inserción en la economía mundial de Asia se completa con el capítulo financiero. Como señala Carrada Bravo: "El área de Asia-Pacífico es, con diferencia, la que aglutina un mayor porcentaje de Inversión Extranjera Directa". La presencia de la UE en la zona sigue siendo modesta, pues las inversiones europeas apenas suponen el 10% del total, siendo tradicionalmente superada por los EEUU, Japón y recientemente también por Taiwan, Hong Kong y Corea del Sur. A este respecto no conviene olvidar que la Comisión apenas dispone de competencia en materia de inversiones, ya que las decisiones importantes siguen en manos de los Estados miembros.

Por otra parte, la UE es el segundo donante de Ayuda Oficial al Desarrollo en Asia con unos 2.000 millones $ anuales entre 1976 y 1991. La AOD se ha centrado tradicionalmente en la desarrollo rural y la ayuda alimentaria. En los últimos años, la cooperación económica ha experimentado una importante evolución. Por otra parte, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha abierto una línea de crédito (100 millones de ecus el primer año) de la que se han beneficiado numerosos países asiáticos.

La AOD de la UE hacia Asia es inferior a la destinada por la UE a otras regiones. No obstante, es digno de mención que Asia es la principal beneficiaria del Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG) acaparando el 72% de las importaciones de la UE efectuadas con arreglo a este sistema en 1992.

Paralelamente al marco de actuación global, la UE adoptó una estrategia de relaciones y acuerdos bilaterales que reforzarán sus lazos políticos y económicos con la región. Dividiremos su análisis en cuatro apartados: la ASEAN, China, los dragones y finalmente, el resto de los países que han negociado -o negocian en la actualidad- acuerdos con la UE.

 

 

9.3.2 Las relaciones con la ASEAN

La Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN) es el único proceso de integración regional en los países en desarrollo -anterior a la década de los 80- que no se ha extinguido con el paso del tiempo. Y es que el objetivo originario de la ASEAN no era económico, sino más bien político: hacer un frente común contra el comunismo en la región. No obstante, en fechas recientes los países miembros han decidido profundizar en la integración económica, a través de la firma de un acuerdo de libre comercio. Asimismo, la ASEAN se plantea actualmente una nueva ampliación.

A finales de los 60 -fecha de nacimiento de la ASEAN- la relación bilateral era claramente asimétrica. Entre 1968 y 1971, el 80% de las exportaciones de la ASEAN a la CEE eran bienes primarios (caucho, estaño, mandioca, etc.), mientras el 90% de sus importaciones de la UE eran bienes manufacturados.

En la década de los 70 las relaciones comerciales evolucionaron de forma sorprendente, especialmente entre 1975 y 1980 en que el comercio bilateral se triplicó. Por otra parte, éste experimentó un cambio cualitativo. Las exportaciones de la ASEAN ganaron valor agregado, siendo la CEE el destino preferido de los productos manufacturados. Esta diversificación de las exportaciones tiene más valor conforme las medidas de protección de la CEE (el Acuerdo Multifibras, las barreras no arancelarias y el arancel escalonado) se iban sofisticando.

En 1980, la ASEAN firmó un acuerdo bilateral con la CEE. El comercio era a priori el asunto fundamental para ambas partes. Sin embargo, este punto no fue el más satisfactorio de la ronda de negociaciones. El apartado relativo a la cooperación económica era considerablemente más ambicioso.

Curiosamente, el balance del comercio bilateral es francamente positivo para ambas partes. La CEE recuperaba en 1990 parte del terreno perdido en los 70 con respecto a sus principales competidores -Japón y EEUU- y la ASEAN alcanzaba una cuota del 5% del comercio extra-comunitario. La primera característica del comercio CEE-ASEAN en los 80 es, por tanto, la expansión del volumen de los intercambios, especialmente entre 1986 y 1992. En esos años el comercio bilateral pasó de 17.707 a 41.693 millones de ecus (la mayor progresión del comercio extra-CEE en ese período).

CUADRO II: EVOLUCIÓN DEL COMERCIO UE-ASEAN (1980-1994)
Años

1980

1985

1990

1991

1992

1993

1994

Importaciones

6.889

9.972

16.784

19.947

22.411

25.538

29.777

Exportaciones

5.316

9.810

16.083

17.282

19.282

23.177

27.805

Fuente: Kwo-Wei Kung 1996 y Eurostat 1996

0

A mediados de de los 80 comienzan los problemas de la balanza comercial bilateral. El déficit comercial de la CEE con la ASEAN alcanzó su punto álgido en 1992 con 157 millones de ecus, disminuyendo ligeramente en 1993 y 1994.

Uno de los aspectos que contribuyó al espectacular incremento de las exportaciones de la ASEAN a la CEE es el grado de aprovechamiento del SPG comunitario, que ha pasado de un 17.3% en 1980 a un 30.9% en 1989. De hecho cinco países de la ASEAN se encuentran entre los doce usuarios más importantes del SPG comunitario.

Junto a un incremento del volumen del comercio bilateral se observa que la tendencia sostenida en los 70 a una mayor calidad de las exportaciones de las ASEAN tuvo continuidad en los años 80. Así, entre 1980 y 1991 la proporción de productos manufacturados en dichas exportaciones ha pasado del 44% a más del 75%.

El segundo gran pilar del Acuerdo era la cooperación económica. Hubo que esperar hasta mediados de los 80 para que el espíritu del Acuerdo se hiciese realidad. Así, entre 1986 y 1989 las inversiones de la CEE se multiplicaron, pasando de 374 a 1.301 millones de dólares (superando en este capítulo a los EEUU). Sin embargo, Japón sigue siendo con gran diferencia el primer inversor en la ASEAN (y en todos los países miembros).

Finalmente hay que hacer mención a que el Acuerdo UE-ASEAN ha sido el marco de referencia de las relaciones de la UE con cada uno de los países miembros. El fracaso de la Cumbre UE-ASEAN en febrero de 1997 ha impedido la firma de un nuevo acuerdo, considerablemente más ambicioso. Las reticencias de la UE en cuanto a una posible ampliación de la UE a Myanmar, así como en el respeto de los derechos humanos en el Timor Este, han sido obstáculos insalvables en dichas negociaciones.

 

9.3.3. Las relaciones con China

Las relaciones bilaterales UE-China forman junto a las de la ASEAN el eje central de la nueva estrategia. Para la UE el futuro de las relaciones con China es fundamental, como se recoge en el documento de la Comisión: "La nueva política a largo plazo para las relaciones China-Europa".

La CEE estableció relaciones diplomáticas con Pekín en 1975. Pero fue en 1984 (fecha clave de la reforma económica) cuando firmó un Acuerdo de Comercio y Cooperación con este país.

La evolución económica de China ha sido, en los últimos años, muy favorable. Con tasas de crecimiento del PNB próximas al 10%, su comercio exterior creció entre 1979 y 1994 a un ritmo del 16% anual. Asimismo, conviene recordar que Hong Kong -quinta potencia comercial mundial- y Macao pasarán a manos chinas en breve, con lo que su posición económica internacional se verá considerablemente reforzada.

No debe sorprendernos, por tanto, que el comercio bilateral entre la UE y China se haya multiplicado por 13 desde el comienzo de las reformas. De hecho, China es hoy el cuarto socio comercial de la UE con un 3.3% del total del comercio extracomunitario y el primer beneficiario del SPG comunitario con un 25% del total.

La UE, sin embargo, sigue ocupando un segundo plano para los intereses chinos. Su cuota de importaciones chinas apenas alcanza el 10%, al igual que ocurre con Japón o EEUU. Uno de los motivos de preocupación para la UE es la balanza comercial. Como se observa en el cuadro 3, el déficit comercial no ha dejado de crecer en los últimos años.

CUADRO III: BALANZA COMERCIAL UE-CHINA 1990-1994
 

1990

1991

1992

1993

1994

Exportaciones 263 5.603 6.852 11.338 12.506
Importaciones 10.587 14.974 16.787 19.633 22.691
Saldo -5.324 -9.021 -9.936 -8.295 -10.185

Fuente: Eurostat

En cuanto a la composición del comercio cabe señalar que en torno a las tres cuartas partes de las exportaciones chinas a la UE son manufacturas de consumo, como textiles y prendas de vestir, juguetes y calzado, entre otras. Las exportaciones de la UE se caracterizan por su alto valor agregado. Observamos que -al igual que en el caso de la ASEAN- el comercio no responde en la actualidad al patrón Norte-Sur de comercio.

Por otra parte, China está adquiriendo "un papel preponderante" como lugar de destino de la IED dentro del área del Asia-Pacífico. Una vez más, la UE es en China un inversor mucho menos potente que los EEUU y Japón. Las inversiones efectivamente realizadas en China en 1993 alcanzaban los 2.549 millones de dólares, la mitad que las de EEUU y Japón, que rondaban los 5.200 millones dólares.

Otro aspecto muy relevante en las futuras relaciones bilaterales debe de ser el desarrollo sostenible de China. "No es posible pasar por alto las consecuencias para el medio ambiente de que un país tan gigantesco alcance en el futuro niveles occidentales de consumo y contaminación". Asimismo, la candidatura de China a la OMC será, sin duda, otro de los puntos importantes en la agenda bilateral en los próximos años.

 

9.3.4. Las relaciones con los dragones

a) Visión global

Las relaciones de la UE con los dragones -Corea del Sur, Taiwan, Hong Kong y Singapur- han estado tradicionalmente marcadas por la competencia de sus productos en el mercado internacional. El dinamismo económico de estos cuatro países -basado en gran parte en el incremento de la productividad- les ha permitido encabezar los índices mundiales de competitividad. Su comercio exterior ha evolucionado hasta una cuota del 10.5% del comercio mundial, con un alto valor agregado en sus exportaciones (en torno al 90% son bienes manufacturados). Sin embargo, su peso en el comercio extra-UE es menor, con una cuota del 6.9% en 1994.

La IED de la UE hacia los dragones ha estado condicionada por los controles que estos países -especialmente en Corea y Taiwan- han venido ejerciendo sobre este tipo de flujos. Al contrario de lo que ocurre con los países de la ASEAN, la IED en Corea y Taiwan ha jugado un papel secundario en su modelo de desarrollo económico.

La UE no ha firmado hasta la fecha acuerdos de comercio y cooperación con Hong Kong, Taiwan y Corea del Sur, aunque sí lo ha hecho con Singapur en calidad de país miembro de la ASEAN. El SPG, del que -salvo Taiwan- se han beneficiado tradicionalmente ha sido suspendido por el alto nivel de desarrollo alcanzado por estos países.

Es evidente que el marco de relaciones con los dragones no es el idóneo, pero las especiales características de Hong Kong y Taiwan hacen difícil una solución a través de acuerdos internacionales. En el caso de Taiwan, la OMC podría ser, a medio plazo, el marco para acuerdos bilaterales, ya sean formales o informales.

b) El acuerdo UE-Corea del Sur

Corea del Sur tiene el PIB más elevado de los cuatro dragones (330.000 millones de dólares). Su sector exterior es relativamente menos importante que el de Taiwan o Hong Kong. El comercio bilateral UE-Corea del Sur se cuadruplicó en diez años (1984-1994), representando un 1.7% del comercio exterior de la UE en 1994. Ese mismo año su déficit comercial con la UE ascendió a 1.300 millones de ecus.

No debe extrañarnos por tanto de que junto a la suspensión del SPG se mantengan otras restricciones en sectores como el textil, el acero, la construcción naval o el calzado. Corea del Sur, por su parte, sigue siendo un país sumamente proteccionista en sectores clave para la UE, como el automovilístico.

Al margen de su participación en el proceso global, Corea del Sur ha reforzado sus relaciones bilaterales con la UE a través de un Acuerdo Marco de Comercio y Cooperación. Este acuerdo -pendiente de ratificación- abarca un amplio espectro de sectores: ciencia y tecnología reglamentos técnicos, normas, certificados y estandarización, cooperación económica e industrial, lucha contra el tráfico de estupefacientes y blanqueo de dinero, cooperación en temas medioambientales, energía, construcción naval y protección intelectual. Contempla además una cláusula evolutiva en función del interés de las partes en perfeccionar el Acuerdo.

 

9.3.5. La UE y otros países asiáticos

Las relaciones con China y la ASEAN son la espina dorsal de la nueva estrategia de la UE para Asia. Sin embargo, además de las relaciones con la ASEAN, China y los dragones, la UE ha lanzado una serie de iniciativas encaminadas a mejorar sus relaciones con el resto del continente asiático.

a) La India

La India -con 800 millones de habitantes- es un país clave en la zona tanto desde el punto de vista político (conflictos, energía nuclear, medio ambiente) como económico (crecimiento moderado en la última década).

El comercio de la UE con la India representa un 1.3% del total extracomunitario y la balanza comercial está equilibrada. Un aspecto digno de mención con respecto a la India es el peso que el Estado ha tenido en el desarrollo económico del país (en 1990 el 80% del empleo organizado estaba en el sector público). Sin embargo, a raíz de la puesta en marcha de un Programa de Ajuste Estructural se ha producido un cambio de su estructura económica muy importante. En 1993 la UE, sabedora de estas nuevas oportunidades, suscribía un nuevo acuerdo con este país. Los resultados no han sido los esperados. En recientes conversaciones bilaterales se planteaba ya una profundización del acuerdo pues "la situación geoestratégica de la India y la apertura de su mercado que podría representar una plataforma inicial para la UE en Asia, justifican una relación contractual más importante". En este sentido, es digno de mención que la UE es el primer donante de AOD en la India (muy por delante de EEUU y Japón).

Por otra parte, la UE apuesta decididamente por la participación de la India en próximas Cumbres euroasiáticas, a pesar de los recelos de los países de la ASEAN. El futuro de las relaciones UE-India es, sin embargo, incierto tanto por la situación interna del país como por la resistencia de su gobierno a la firma del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.

b) Nepal, Sri Lanka y Vietnam

La UE ha suscrito en el curso de 1995 sendos acuerdos de cooperación con estos tres países encaminados a mejorar el acceso a los mercados, las inversiones, el desarrollo sostenible, la cooperación económica y la ayuda al desarrollo.

Entre estos tres destaca el Acuerdo con Vietnam por las altas tasas de crecimiento en el país -en su transición al capitalismo-, las oportunidades de inversión y la amplitud de su mercado (71 millones de habitantes).

c) Pakistán, Bangladesh, Camboya y Laos

El 8 de mayo de 1996 la Comisión de la UE remitía al Consejo el mandato de negociación para nuevos acuerdos de cooperación con estos cuatro países asiáticos. Los dos primeros, Pakistán y Bangladesh, ya disponían de acuerdos de cooperación comercial y económica con la CE (1976 y 1986 respectivamente). Estos acuerdos serán de tercera generación (no preferenciales) y se asentarán en cuatro pilares: comercio, desarrollo, cooperación económica y sectores como el medio ambiente y la cooperación regional.

Por otra parte, hay que señalar que Pakistán también ha sido invitado -aunque no de forma oficial- a participar en la próxima cumbre euroasiática en el Reino Unido.

9.4.CONCLUSIONES

En los últimos años la Unión Europea ha reorientado sus prioridades geoestratégicas. En este nuevo escenario, Asia ha pasado ser una prioridad de las relaciones exteriores de la Unión.

En el plano económico, Asia será, en pocos años, la mayor región económica del mundo. Por esta razón, las relaciones económicas con Asia serán determinantes en la inserción de la UE en la economía mundial. El balance de las dos últimas décadas, habida cuenta del desarrollo económico vivido en esta región, es decepcionante. No es extraño, por tanto, que los objetivos prioritarios de la nueva estrategia de la UE sean los de mejorar el acceso a los mercados asiáticos e incrementar las inversiones en la región.

El nuevo impulso a las relaciones tampoco debe magnificarse. En la coyuntura actual, la posibilidad de crear una Asociación de un perfil similar a la APEC es bastante remota. Más realista parece una estrategia basada en cuatro pilares: la extensión progresiva de las Cumbres euroasiáticas, la generalización de los Acuerdos bilaterales de tercera y cuarta generación -en función del interés recíproco-, la formalización de negociaciones previas a las reuniones de la OMC y finalmente, el mantenimiento del SPG como piedra angular de la política de desarrollo hacia la región.

En cuanto a la AOD, la UE se marca un doble objetivo: apoyar las reformas económicas en los países en transición y contribuir a la erradicación de la pobreza en la región. Habida cuenta de la escasez de fondos para AOD, lo más probable es que el SPG, la cooperación económica y los préstamos del BEI sean los tres instrumentos principales de ayuda a la región (en especial a los PMD).

En el plano político, la UE parece muy interesada en mejorar el diálogo bilateral con Asia -hasta ahora simbólico- en temas como la seguridad nuclear, el tráfico de armas o el medio ambiente. Por el momento, estas cuestiones son abordadas en el Foro de la ASEAN, de carácter multilateral. En todo caso, el respeto de los derechos humanos en la región se erige en el principal obstáculo para las relaciones bilaterales.

Asia, por su parte, parece decidida a dinamizar sus relaciones bilaterales con la UE, con un doble objetivo: fortalecer su posición internacional -tanto política como económica- y diversificar sus riesgos, evitando así una dependencia excesiva de Japón y los EEUU.

El futuro de las relaciones bilaterales parece bastante prometedor, a juzgar por del número de iniciativas "asiáticas" lanzadas por la UE en los dos últimos años. Pero no va a resultar fácil lograr los objetivos propuestos. Abrir mercados en Asia implicará, a medio y largo plazo, concesiones por parte de la UE, con todo lo que ello significa. La Cumbre de 1996 es el primer paso de un largo camino.

 

ANEXO I: PRINCIPALES INDICADORES SOCIOECONÓMICOS DE LOS PAÍSES ASIÁTICOS
Países

Población

(1992)

PNB miles de millones de

dólares

(1992)

PNB per cápita

Dólares Tasa media de crecimiento anual (1993) (1980-1993)

Posición en el Indice de Desarrollo Humano

(1993)

Japón

124

3.508

31.490

3.4

3

Corea del Sur

44

296

7.660

8.2

29

China

1.166

442

490

8.2

108

Taiwan

21

211

10.215 a

-

-

Hong Kong

6

89

18.060 b

5.4 b

22

Macao

0.5

3

9.000 *

-

-

Mongolia

2

3

390

0.2

113

Corea del Norte

23

23

1.064 *

-

83

Brunei

0.3

6*

21.150 *

-

36

Indonesia

184

123

740

4.2

102

Malasia

19

52

3.140

3.5

53

Filipinas

64

50

850

-0.6

95

Singapur

3

44

19.850

6.1

34

Tailandia

58

107

2.110

6.4

52

Camboya

9

2*

200 *

-

156

Laos

4

1

280

-

138

Vietnam

68

15*

170

-

121

Birmania

44

8*

188*

-

133

India

884

271

300

3.0

135

Pakistán

119

50

430

3.1

134

Sri Lanka

17

10

600

2.7

89

Nepal

20

3

190

2.0

151

Bangladesh

113

25

220

2.1

143

Maldivas

0.2

0.1

500 a

-

107

Bután

1.5

0.3

180 a

-

159

Afganistán

22

2.4*

150*

-

169

Fuente: World Bank Atlas en COM (95) 279 final, Banco Mundial 1995 e Informe de Desarrollo Humano 1996

* Datos de 1991

a Este dato se refiere a 1992

b Los datos se refieren al PIB

 


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