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Autor: Gonzalo Escribano
Título: Las relaciones comerciales entre Marruecos y la Unión Europea a la luz de la Ronda Uruguay.
Resumen:
La conclusión de las negociaciones de la Ronda Uruguay ha despertado gran interés en varios campos de la economía Una de las interrogantes que se han levantado es la concerniente a los efectos de los acuerdos alcanzados sobre los Países en Desarrollo (PED).
INDICE.
I. Introducción. pag. 4
II. El comercio exterior marroquí. pag. 5
III. Política comercial marroquí. pag. 7
IV.Las relaciones comerciales entre Marruecos y la
Unión Europea. pag. 9
V. Efectos de la Ronda Uruguay sobre el comercio de
manufacturas con la Unión Europea. pag. 11
VI. Efectos de la Ronda Uruguay sobre el comercio
agrario con la Unión Europea. pag. 12
VII. Otras consecuencias de la Ronda Uruguay en las
relaciones comerciales Marruecos- Unión Europea. pag. 15
VIII. Conclusión. pag. 16
NOTAS pag. 17
BIBLIOGRAFIA pag. 19
ANEXO ESTADISTICO pag. 21
Tabla 1: Ratios del comercio exterior, 1979-1990.
Tabla 2; Gráficos 1 y 2: Distribución geográfica del comercio, 1981-1990.
Tabla 3; Gráfico 3: Distribución del comercio exterior por categorias de la SITC, 1990.
Tabla 4; Gráficos 4 y 5: Exportaciones, importaciones y saldo comercial, 1980-1990.
Gráfico 6: Proporción del déficit comercial en el PIB, 1980-1992.
Tabla 5: Evolución de exportaciones e importaciones agrarias.
Gráfico 7: Principales importaciones y
exportaciones agrarias, 1991.
I.INTRODUCCION.
La conclusión de la Ronda Uruguay tiende a presentarse desde algunos ámbitos como un juego de suma cero, en el que las ventajas obtenidas por algunos países (léase países desarrollados) se verían compensadas por perjuicios proporcionales ocasionados a un segundo grupo de países (países en desarrollo). Tal concepción es errónea, pues el comercio internacional no está sujeto al juego mercantilista de suma cero y en consecuencia los enfoques basados en dicha propuesta deben ser rechazados. Sin embargo, algunos de los resultados de la Ronda presentan sin duda elementos negativos para determinados países en desarrollo. Los temores de estos países se resumen en tres puntos:
1. El incremento de precios en determinados productos agrícolas, al reducirse las subvenciones a los mismos en los países desarrollados, y muy especialmente en la Unión Europea.
2. La erosión de ventajas de los países menos desarrollados, adquiridas mediante el acceso privilegiado a los mercados de las naciones más ricas, en virtud del Sistema de Preferencias Generalizadas y de los acuerdos de la Convención de Lomé.
3. La protección que otorga la Ronda Uruguay a la
propiedad intelectual, con los consiguientes pagos por patentes y derechos de autor cuyo
principal destino serán los países desarrollados .
Marruecos presenta una situación específica que no
permite enmarcarlo con el resto de países en desarrollo, pues disfruta de un acuerdo de
cooperación con la Unión Europea, en función del cual goza de determinadas ventajas de
acceso al mercado comunitario. El objeto de este trabajo es realizar un análisis
cualitativo de las oportunidades y riesgos que para Marruecos presenta la firma de los
acuerdos de la Ronda Uruguay el pasado 15 de Abril de 1994, precisamente en Marrakech.
Para ello trazaré en el siguiente apartado la estructura básica del comercio exterior
marroquí como base de la argumentación posterior. El tercer apartado se ocupa de esbozar
la política comercial marroquí y en el cuarto se exponen las líneas maestras del
acuerdo de cooperación con la Unión Europea y de los protocolos adicionales. En los
epígrafes quinto y sexto se examinan las principales partidas del comercio exterior
marroquí que pueden verse afectadas, tanto positiva cómo negativamente, por los
distintos acuerdos alcanzados. Un séptimo apartado trata de la erosión de ventajas
adquiridas que para Marruecos supone la Ronda Uruguay. En el epígrafe octavo se recogen
las conclusiones del trabajo.
II. EL COMERCIO EXTERIOR MARROQUI.
Marruecos presenta en sus intercambios comerciales los
rasgos de una economía en desarrollo con pasado colonial: un elevado peso del comercio
exterior en el conjunto de la economía, una marcada concentración geográfica de los
flujos comerciales y una especialización en productos primarios y de bajo valor añadido.
II.1.- El papel del comercio exterior en la economía
marroquí. En el periodo colonial la economía marroquí estuvo orientada a abastecer
a la metrópoli (Francia) y a complementarse con ella. Tras la independencia se aplicaron
políticas de industrialización por sustitución de importaciones, pero el papel del
comercio exterior siguió siendo importante. En los años ochenta el giro hacia una
estrategia exportadora mantuvo la importancia del sector exterior en la economía
nacional, situando a Marruecos a la cabeza de los países grandes en términos de apertura
comercial (exportaciones más importaciones sobre el PIB) .
En la tabla 1 puede apreciarse la evolución
de la apertura comercial en los años ochenta: a lo largo de todo el período el ratio
oscila entorno al 50%. El ratio saldo comercial sobre PIB muestra un déficit crónico de
balanza comercial, aunque se observa una tendencia clara a la reducción del déficit, que
pasa del -13% del PIB en 1979 al -6% en 1992. La cobertura de las importaciones mediante
las exportaciones varía ampliamente en el período recogido en la tabla 1, pero la
tendencia en la década de los ochenta apunta a una mejoría, pasando del 62% en 1980 al
78% en 1992. La varianza se explica por los resultados agrícolas, muy dependientes de
incidencias climáticas, correspondiendo los años de menor cobertura a sequías
prolongadas. Puede afirmarse por tanto que el intercambio comercial con el exterior ocupa
un lugar destacado en la economía marroquí.
II.2.- Distribución geográfica del comercio exterior
marroquí. La distribución geográfica presenta una concentración muy marcada: en la
tabla 2 se observa cómo la Unión Europea suministra entre el 43% en 1981 y el 54%
en 1990 de las importaciones marroquís, y las exportaciones de Marruecos destinadas a ese
bloque regional suponen entre el 50% en 1981 y el 65% en 1990. Simultáneamente, en los gráficos
1 y 2 se aprecia la creciente participación de la Unión Europea en el comercio
marroquí. Merece destacarse el bajo nivel de intercambios con el resto de Africa, que
aunque con tendencia al alza presenta valores inferiores al 6% para las importaciones y al
8% para las exportaciones realizadas por Marruecos, cifras que expresan indirectamente la
escasa significación de la Unión del Magreb Arabe en el comercio de Marruecos. El origen
de semejante estructura geográfica debe buscarse en la época colonial y en las
preferencias comunitarias otorgadas a Marruecos, en parte debidas a su condición de
ex-colonia francesa. La dependencia del mercado comunitario y la baja diversificación
geográfica de los intercambios son por tanto una característica fundamental del comercio
exterior marroquí.
II.3.- La estructura sectorial de los intercambios.
La estructura por productos del comercio exterior marroquí puede observarse en la tabla
3 y gráfico 3. La tabla 3 presenta la composición de los intercambios en grupos de
productos para 1990, tanto para las importaciones como para las exportaciones,
desagregando algunas partidas de especial importancia. El gráfico 3 representa los
valores de la tabla 3, y en el se aprecian las principales exportaciones e importaciones
marroquís. La partida de alimentos (0 en la clasificación tipo para el comercio
internacional- CTCI o SITC) presenta un importante saldo favorable a Marruecos, debido a
las exportaciones de pescado y sus preparados y de frutas y vegetales, que superan la
elevada cifra de importaciones cerealistas (partidas 0.3, 0.5 y 0.4 respectivamente).El
grupo de materias primas no combustibles (partida 2 de la SITC) presenta un saldo
ligeramente negativo para Marruecos, cuya principal exportación en ese grupo de productos
son los fertilizantes brutos (partida 2.7). El tercer grupo de productos, los combustibles
minerales, refleja la dependencia energética de Marruecos, que debe importar la mayor
parte de la energía que utiliza. Para los productos químicos (partida 5) el saldo
de los intercambios es positivo para Marruecos, gracias a sus exportaciones de ácido
fosfórico y de fertilizantes manufacturados (partidas 5.2224 y 5.62). El grupo de artículos
manufacturados presenta un saldo muy desfavorable para Marruecos: las importaciones de
artículos textiles y de hierro y acero (6.5 y 6.7), inputs imprescindibles para la
industria marroquí, superan ampliamente a las exportaciones de artículos textiles (6.5),
principal partida exportadora de este grupo de productos. El mayor desequilibrio comercial
se produce en la maquinaria y equipo de transporte, partida que aglutina los bienes
de capital. Este grupo de productos es cuantitativamente el más importante y el que
presenta un saldo adverso más elevado para Marruecos. Por último la partida 8, otros
artículos manufacturados, muestra un saldo positivo para Marruecos aportado por los
vestidos y accesorios (grupo de productos 8.4).
En consecuencia, el comercio por productos refleja el
estadio de desarrollo en que se encuentra Marruecos: exporta productos primarios
(productos pesqueros, frutas y vegetales, fertilizantes brutos) y manufacturas de bajo
valor añadido (ácidos fosfóricos, fertilizantes manufacturados, artículos textiles y
vestidos) e importa cereales, productos energéticos, artículos manufacturados (textiles,
hierro y acero) y maquinaria y equipos de transporte. Se observa la dependencia de
productos energéticos y de contenido tecnológico. Esta última sería aún más
explícita si se incluyera el comercio de armamentos, una partida muy importante del
comercio exterior marroquí que algunas estimaciones sitúan en el 20% del total de las
compras al exterior (nivel similar al de las compras de alimentos o de energia).
III. POLITICA COMERCIAL MARROQUI.
Las primeras políticas comerciales instrumentadas tras la
descolonización apuntaban hacia la sustitución de importaciones. Cuando la etapa de
sustitución fácil se agotó aparecieron los límites de dicha política: elevada
intensidad importadora de las empresas sustitutivas, ineficiencia y baja competitividad
del sector industrial nacional, aparición de un déficit comercial estructural creciente
y finalmente explosión de la crisis de la deuda a finales de los años setenta. La deuda
exterior va a ser objeto de sucesivos reescalonamientos en el marco de un programa de
ajuste estructural auspiciado por el Fondo Monetario y el Banco Mundial, y la política
comercial se dirige hacia la liberalización del comercio exterior y el fomento de las
exportaciones.
El programa de ajuste estructural se adopta en el
verano de 1983 y contiene numerosas medidas de política comercial: (i) en primer lugar la
liberalización de los intercambios exteriores: se transfieren productos de la lista
"B" a la lista "A" , se suprimen los depósitos previos a la
importación, se reducen los contingentes y los aranceles caen desde un nivel máximo del
464% en 1983 al 35% en 1994 para los productos manufacturados. Los productos
agroalimentarios tienen un status de excepción, pudiendo llegar los derechos aduaneros al
50%, o incluso más si se benefician de la aplicación del equivalente tarifario
instaurado en la Ronda Uruguay para sustituir las barreras no arancelarias. Estas medidas
estructurales redujeron sustancialmente las barreras arancelarias y cuantitativas a la
importación y su variación entre productos (Leymarie y Tripier, 1992, p. 64). En 1987 se
produce la adhesión al GATT. (ii) Se crean incentivos directos a la exportación y se
eliminan desincentivos: supresión del impuesto a la exportación, importación sin
licencia para exportadores, créditos preferenciales a la exportación y a la creación de
empresas exportadoras, así como reducción de trámites administrativos. (iii) Tanto la
política sectorial cómo la industrial se desplazan desde la sustitución de
importaciones hacia la promoción de exportaciones: énfasis en la importancia de la
agricultura exportadora, mayor importancia otorgada a los sectores industriales
exportadores, apertura a la inversión extranjera directa en sectores exportadores y
criterios financieros y competitivos rigurosos para las industrias sustitutivas (El Malki,
1988, pp. 86-88). (iiii) Se reforma el sistema de cambios y se tiende a la convertibilidad
de la divisa. Desde 1983 y en mayor medida en 1985 (cuando el Dirham se convirtió en
moneda flotante) la divisa marroquí se depreció constantemente hasta alcanzar su punto
de equilibrio en 1986.
A finales de 1993 se empieza a aplicar la ley de
comercio exterior , estableciendo protección tarifaria para los productos con
rentabilidad económica y protección contingentaria para las nuevas producciones durante
cinco años prorrogables por tres años más, siempre para productos de rentabilidad
económica . También se instaura un "prélèvement" fiscal a la importación y
una restitución a la exportación para determinados productos agrícolas. Finalmente se
instrumentan medidas de salvaguardia de la producción nacional bien mediante un derecho
compensador, bien mediante un derecho anti-dumping .
Otras medidas tienen también implicaciones de política
comercial: así las empresas exportadoras cuentan con facilidades en la obtención de
divisas para la prospección de mercados, no tienen restricciones de crédito y el código
de los exportadores les asegura la exoneración total del impuesto sobre beneficios
profesionales los cinco primeros años de exportaciones y una rebaja del 50% los cinco
siguientes a condición de realizar una cifra de negocio superior a dos millones de
Dirhams.
La tabla 4 y los gráficos 4, 5 y 6 muestran
el cambio de tendencia del déficit comercial marroquí en los años ochenta. El gráfico
6 es el más significativo: representa la parte del déficit comercial sobre el PIB,
apreciándose el descenso del ratio hasta niveles mínimos en 1988, año de cosechas
excepcionales. Después el ratio vuelve a aumentar pero siempre a niveles muy inferiores a
los de comienzos de la década. Los datos avalan de esta forma el nuevo rumbo de la
política comercial emprendido en 1983.
A pesar del esfuerzo liberalizador realizado la economía
marroquí sigue estando muy protegida, tanto por un arancel elevado (a la tarifa máxima
del 35% para las manufacturas hay que añadir un "prélèvement" fiscal a la
importación del 12,5%) cómo por un sistema de licencias y contingentes y por
subvenciones a la producción interna. La tarificación de contingentes y progresiva
eliminación de otras barreras no arancelarias, así como las rebajas y consolidaciones
arancelarias alcanzadas en la Ronda Uruguay, van en la misma dirección que el programa de
ajuste monitarizado por el Fondo Monetario y el Banco Mundial en Marruecos desde 1983. Por
tanto ambos procesos se consolidan mutuamente, y no son previsibles grandes tensiones en
la extensión de la liberalización comercial marroquí que además como país en
desarrollo se beneficiará de las mejores condiciones y excepciones otorgadas en la Ronda
Uruguay a ese grupo de países.
IV. LAS RELACIONES COMERCIALES ENTRE
MARRUECOS Y LA CEE
Las relaciones comerciales entre Marruecos y la Comunidad
se rigen por el acuerdo de cooperación CEE-Marruecos firmado en Rabat el 26 de abril de
1976, por un protocolo adicional de 1988 y por la "política mediterránea
renovada", aplicada desde 1992 .
1. Acuerdo de cooperación CEE-Marruecos. El acuerdo
de 1976 contempla el libre acceso al mercado comunitario de todos los productos
industriales exportados por Marruecos. Sin embargo posteriormente el acuerdo fué
modificado en relación a los productos textiles, sometiendo éstos a una restricción
voluntaria a la exportación para proteger a los productores comunitarios del sector.
Respecto a los productos agrícolas incluídos en el anexo II del Tratado de Roma
(productos sujetos a la política agraria común-PAC) se otorgaba un trato preferencial ,
con reducciones en los derechos de aduana del 40 al 80% según los productos, a la
mayoría de las exportaciones agrarias marroquís: frutas y verduras frescas y en
conserva, vino, aceite de oliva y productos pesqueros. Los productos beneficiarios de
tales concesiones arancelarias suponían el 80% de las exportaciones agrícolas marroquís
a la comunidad. Restricciones de calendario se aplicaban a algunos productos: tomates,
patatas, ajos, cebollas...
2. Protocolo adicional de 1988. Ideado para tener en
cuenta la ampliación de la comunidad a España y Portugal y aplicado a los países
mediterráneos no comunitarios. El protocolo prevee la eliminación progresiva de
aranceles para la mayoría de productos agrícolas beneficiarios de una concesión en
virtud del acuerdo de cooperación al mismo ritmo que el acordado para España y Portugal
(1 de enero de 1996). No obstante, esta eliminación de aranceles está limitada para
determinados productos agrícolas sensibles a las cantidades exportadas tradicionalmente
por Marruecos. Por encima de esas cantidades se aplica la reducción arancelaria
contemplada en el acuerdo de cooperación. La aplicación de esas cantidades se hace
mediante contingentes arancelarios o cantidades de referencia para los productos menos
importantes. Las cantidades de referencia son de hecho una claúsula de salvaguardia al
permitir a la comunidad aplicar un contingente arancelario sobre los productos a ellas
sujetos, aunque hasta el momento no se ha empleado esta posibilidad (Jouve y Belghazi,
1993, p. 83). Además el protocolo concede trato preferencial a nuevos productos
agrícolas como kiwis y flores.
3. La política mediterránea renovada. Aplicada a
partir de 1992, la iniciativa supone desde el punto de vista comercial la mejora del
acceso al mercado comunitario de los productos agrícolas de los países mediterráneos no
comunitarios, y profundiza el régimen preferencial del acuerdo de cooperación de 1976 y
del protocolo adicional de 1988. En primer lugar se acelera el proceso de eliminación
progresiva de los derechos aduaneros previsto en el protocolo adicional, suprimiendo los
aranceles residuales el 1 de enero de 1993 y no en 1996. Por otro lado, aunque las cuotas
(tanto contingentes arancelarios como cantidades de referencia) se mantienen para los
productos sensibles, su "techo" se eleva en el periodo 1992-1995 un 5% (un 3%
para los productos considerados más sensibles: cítricos, vino, flores, tomates...).
Además los textiles sometidos a restricción voluntaria de exportaciones han quedado
reducidos a una estrecha gama de productos, pues en la práctica los cupos tienden a ser
sobrepasados.
El trato preferencial otorgado por la CEE es por tanto muy
ventajoso para Marruecos: puede exportar libre de arancel sus materias primas y productos
industriales, exceptuando algún producto textil sujeto a restricción voluntaria a la
exportación; sus productos agrícolas reciben trato preferencial con importantes
reducciones arancelarias y progresivo aumento de las cuotas para productos sensibles, o
incluso entran sin pagar aranceles en el mercado comunitario cuando no se trata de
productos sensibles.
El trato preferencial concedido a Marruecos por la CEE no
es recíproco, y los productos comunitarios entran en Marruecos en condiciones de nación
más favorecida.
V. EFECTOS DE LA RONDA URUGUAY SOBRE EL
COMERCIO DE MANUFACTURAS CON LA UNION
EUROPEA.
El comercio de manufacturas entre la Unión Europea y
Marruecos es muy importante para Marruecos. Del lado de las importaciones marroquís,
los productos químicos, artículos manufacturados, maquinaria y equipo y otros artículos
manufacturados (partidas 5, 6, 7 y 8 de la CTCI respectivamente) suponían en 1990 el 62%
de las importaciones totales. En el caso de las importaciones de productos manufacturados
originarios de la Unión Europea el porcentaje se eleva hasta el 86% de las importaciones
totales procedentes de la Unión en 1990 (FMI, 1993, p. 90).
La protección otorgada a la producción manufacturera
marroquí es elevada. En primer lugar el arancel medio es alto: 13% en 1992. Además la
protección efectiva de que gozan las manufacturas es igualmente importante, pues el
arancel sobre productos finales es siempre mayor que el que soportan los productos brutos
o semielaborados (Zouaoui, 1994, p. 321). Por último la ley de comercio exterior de 1993
contempla la posibilidad de elevar la protección para productos de nueva fabricación en
Marruecos, tanto por vía arancelaria como contingentaria.
Los acuerdos de la Ronda Uruguay preveen importantes
rebajas y consolidaciones arancelarias y la tarificación de barreras no arancelarias para
las manufacturas. A pesar de las excepciones y condiciones especiales obtenidas por los
países en desarrollo en la ronda, Marruecos deberá facilitar rebajas y consolidaciones
arancelarias, y modificar sus normativas de contingentes, licencias, anti-dumping y
compensatoria. Es de esperar por tanto que la ronda se traduzca en una menor protección
del mercado interno marroquí. El efecto sobre la economía de Marruecos no habrá de ser
traumático, puesto que desde 1983 se viene desmantelando progresivamente el anterior
régimen proteccionista. Paralelamente, dado el peso de los bienes de equipo en las
importaciones marroquís de manufacturas, las rebajas arancelarias abaratarán las
importaciones de maquinaria y por tanto contribuirán al desarrollo industrial del país
(considerando que el grado de sustitución es muy bajo para estos productos). Para los
bienes de consumo, los más protegidos, la reducción en la protección supondrá elevar
la presión competitiva del mercado interno. Este grupo de productos, junto con los
agrarios, sería el más afectado por la disminución de la protección.
Por el lado de las exportaciones los efectos
directos de la liberalización del mercado comunitario no serán importantes, pues todas
las exportaciones de manufacturas (con la excepción de contados productos textiles que
además rebasan sistemáticamente las cuotas asignadas en las restricciones voluntarias a
la exportación) tienen libre acceso al mercado comunitario en virtud del régimen
preferencial.
En 1990 las exportaciones de productos químicos,
artículos manufacturados, maquinaria y otros artículos manufacturados (partidas 5, 6, 7
y 8 de la CTCI) supusieron el 54% de las exportaciones totales marroquís y una
proporción similar de las exportaciones con destino en la CEE. Dado el regimen
preferencial de que disfruta Marruecos el único factor importante de la ronda reside en
la eliminación progresiva de las restricciones cuantitativas a las importaciones textiles
efectuadas por la comunidad. Sin embargo, la relevancia directa para Marruecos del acuerdo
sobre textiles es escasa, pues tras la aplicación de la política mediterránea renovada
apenas subsisten trabas a las importaciones comunitarias de textiles procedentes de
Marruecos.
VI. EFECTOS DE LA RONDA URUGUAY SOBRE
EL COMERCIO AGRARIO CON LA UNION EUROPEA.
La necesidad de deslindar los intercambios agrícolas del
resto de transacciones comerciales entre la Unión Europea y Marruecos se debe al trato
especial que estos productos reciben en las respectivas economías y en los acuerdos
finales de la Ronda Uruguay, así como a su especial importancia en la economía de
Marruecos. Los productos agrícolas afectados por la política agraria comunitaria
quedaron fuera del acuerdo de cooperación de 1976, para ser progresivamente incorporados
en el protocolo adicional de 1988 y más tarde en el marco de la política mediterránea
renovada, en los términos mencionados en el apartado IV.
Las exportaciones de productos agrícolas
constituyen una importante fuente de divisas para Marruecos: en 1990 las exportaciones de
frutas y verduras alcanzaron los 500 millones de dólares (tabla 3), es decir un 12% de
las exportaciones totales. Esta proporción se amplía en el intercambio con la CEE: sólo
los cítricos representan el 25% de las exportaciones totales marroquís a la comunidad
(Nuñez Villaverde y Lorca Corrons, 1992, p. 3810). El acceso de las principales
exportaciones marroquís al mercado comunitario se produce por contingentes arancelarios y
períodos de tiempo dentro de los cuales se aplican las preferencias. Por ejemplo, para
1994:
-Tomates: 92 811 toneladas del 15-11-93 al 30-4-94, libre
de derechos contingentarios.
-Naranjas frescas: 284.875 toneladas del 1-7-93 al 30-6-94,
libre de derechos contingentarios.
-Mandarinas y otros agrios: 118.250 toneladas del 1-7-93 al
30-6-94, libre de derechos contingentarios .
Una vez superada la cantidad contingentada, se continúa
aplicando el trato arancelario preferencial, con reducciones en las tarifas en función
del producto de que se trate.
No obstante, la concesión del régimen preferencial a las
importaciones agrícolas con origen en Marruecos no exime a éstas del mecanismo de
precios de referencia. Cuando las importaciones agrarias originadas en Marruecos entran en
la comunidad a un precio inferior al de referencia éste se activa, elevando el precio
final en el mercado comunitario del producto en cuestión. Este mecanismo se ha convertido
en la principal protección frente a los productos agrarios marroquís, y ha sido muy
criticado por Marruecos (que sin embargo ha adoptado un sistema similar para la
protección de su mercado interno agrario a partir de la ley de comercio exterior de
1993).
La Ronda Uruguay supone la arancelización de todas las
medidas de protección, incluidos los derechos variables. En el acuerdo se estipula el
procedimiento de cálculo de los equivalentes arancelarios: la diferencia entre el precio
interior al por mayor y el precio exterior CIF en el período de referencia 1986-1988
(Timermans, 1994, p. 33). El efecto más importante para las exportaciones agrarias
marroquís reside por tanto en la desaparición progresiva del mecanismo comunitario de
precios de referencia y de contingentes, que facilitará el acceso en condiciones más
competitivas al mercado comunitario de los productos agrícolas procedentes de Marruecos.
En relación a las importaciones agrarias efectuadas
por Marruecos, responden principalmente al déficit en cuatro productos alimentarios de
base: trigo tierno, aceites de semilla, azucar y productos lácteos suponen el 50% de las
importaciones agrarias (tabla 5 y gráfico 7). Para la carne se dá una
autosuficiencia de carácter precario y aparente, pues el consumo está en descenso y las
importaciones no están autorizadas.
Uno de los temores generalizados entre los países en
desarrollo de cara a la conclusión de la Ronda Uruguay consiste en el incremento de
precios a la importación en determinados productos agrícolas antes fuertemente
subvencionados, como los cereales, que además ocupan un lugar importante en la dieta de
los países pobres. Es el caso de Marruecos, importador neto de cereales, siendo éstos el
primer producto alimentario consumido por la población: un 22% del gasto anual en
alimentos por habitante y un 10% del gasto anual total por habitante (Magda, 1994, p.327,
cuadro 6). Es evidente que el aumento de precios de los cereales reviste una especial
importancia para países deficitarios en ese grupo de productos, sobre todo teniendo en
cuenta que suponen elevados porcentajes del consumo de alimentos, del gasto total y de las
importaciones agrícolas (18% en Marruecos en 1991).
El mercado agrario marroquí se encuentra muy protegido, y
la ley de comercio exterior contempla medidas especiales de protección en el sector
agrícola. Debe considerarse que Marruecos arrastra una larga historia de déficits
alimentarios y que sólo mediante un importante esfuerzo en la década pasada logró
mejorar su abastecimiento agrícola interno. La vecindad con la comunidad, que subvenciona
sus exportaciones agrarias, empuja a Marruecos a proteger su mercado interior para
incentivar la producción agrícola y elevar el grado de autoabastecimiento en los
productos deficitarios.
Es en el comercio agrario donde mejor se aprecia el
contraste entre riesgos y oportunidades que para Marruecos supone la conclusión de la
ronda. De un lado encuentra oportunidades importantes en el desmantelamiento gradual de la
PAC (arancelización de derechos variables y cuotas, y posterior reducción de esos
aranceles), que permitirá un acceso más amplio al mercado comunitario para los cítricos
y hortalizas marroquís. La otra cara de la moneda está en los riesgos que supone un
previsible aumento en los precios de cereales y productos lácteos cuando la comunidad
deba reducir las subvenciones de que disfrutaban ambos productos. El vector resultante es
difícil de calcular, pero cuantitativamente las exportaciones de cítricos y hortalizas
superan desde 1987 a las importaciones de cereales y productos lácteos, la tasa de
cobertura agrícola se sitúa por encima de 1 y la balanza agrícola marroquí muestra
saldo positivo. Desde un punto de vista cualitativo, la mayor liberalización del comercio
agrario reforzará las ventajas naturales de Marruecos en sus productos tradicionales,
mientras que el aumento de precios de cereales y lácteos subrayará la necesidad de
proseguir el esfuerzo emprendido para reducir la dependencia alimentaria (en la tabla 5
puede apreciarse el descenso en las importaciones de cereales y el incremento en las
exportaciones de cítricos y hortalizas).
VII. OTRAS CONSECUENCIAS DE LA RONDA URUGUAY EN
LAS RELACIONES COMERCIALES MARRUECOS-UE.
Como ya se expuso en la introducción, uno de los temas que más ha preocupado a los países en desarrollo ha sido el de la erosión de ventajas adquiridas mediante trato preferencial. En efecto, una rebaja multilateral en los aranceles deteriora la posición de los países que disfrutaban de acceso privilegiado a los mercados desarrollados. Las relaciones comerciales de Marruecos con la UE son paradigmáticas a este respecto: Marruecos, junto con otros países terceros mediterráneos, se beneficia de un acceso preferencial al mercado comunitario y la mejora general en el acceso a ese mercado supone mayor presión competitiva exterior.
El efecto de las preferencias arancelarias otorgadas por la
comunidad a los países en desarrollo es muy discutido. Tales preferencias actúan del
lado de la demanda, reduciendo el nivel de protección comunitario y en consecuencia
aumentando la competitividad de los países beneficiarios en relación a los países no
incluídos en el sistema preferencial. El factor determinante en los efectos de las
concesiones preferenciales reside, sin embargo, en la respuesta de la oferta en los
países beneficiarios. Así, las economías orientadas hacia el mercado exterior obtienen
mayor rendimiento del sistema preferencial comunitario al contar con sistemas productivos
más competitivos y capaces de acometer un esfuerzo exportador. Es importante reseñar que
el grupo de países en desarrollo que ha ganado mayor cuota de mercado en la comunidad es
el de los países asiáticos, muchos de los cuales no disfrutan de régimen preferencial.
En cambio, los países de Africa, Caribe y Pacífico (ACP) han reducido su cuota de
participación en las importaciones europeas pese a las ventajas de acceso que les otorga
el Sistema de Preferencias Generalizadas.
Los países terceros mediterráneos, por su parte, han
incrementado ligeramente su participación en las importaciones comunitarias (del 8,3% en
1980 al 8,8% en 1991). El papel de las preferencias comunitarias en este resultado ha sido
importante para Marruecos y Túnez, países que han emprendido reformas tendentes a la
liberalización interna y externa de sus mercados, las cuales han permitido a la oferta
una respuesta a las ventajas adquiridas mediante el trato preferencial comunitario
(Jordán Galduf, 1994, p. 97). Por tanto el efecto benéfico de la política mediterránea
renovada en la economía marroquí depende de las reformas económicas emprendidas en el
propio país.
A la hora de valorar los riesgos de erosión en las
preferencias asignadas a los países terceros mediterráneos debe considerarse no tanto la
existencia del régimen preferencial como la capacidad de respuesta marroquí al mismo. La
reducción de ventajas adquiridas en virtud de la política mediterránea renovada
afectará a Marruecos en la medida en que los países no beneficiarios de trato
preferencial sepan aprovechar las reducciones arancelarias que implica la Ronda Uruguay.
No obstante, es importante razonar que el origen de la erosión en las ventajas adquiridas
mediante trato preferencial reside precisamente en la concesión previa de dicho trato a
determinados países. Por tanto el eventual perjuicio no debe atribuirse a la Ronda
Uruguay, pues la reducción arancelaria y contingentaria multilateral actúa de manera
más neutral y equitativa que la forma arbitraria en que se conceden los tratos de favor.
En cualquier caso el vector resultante no está únicamente en función del trato
preferencial recibido sino también (y a mi modo de ver en mayor medida) del proceso de
reformas económicas emprendido por Marruecos.
VIII. CONCLUSION.
La valoración de los riesgos y oportunidades que presenta
para Marruecos la Ronda Uruguay, en función de las relaciones que este país mantiene con
la comunidad, presenta tres vertientes: la referida al comercio de manufacturas, la que
trata el comercio agrario y la dedicada a la erosión de ventajas preferenciales. A
continuación se exponen las conclusiones principales del trabajo para cada vertiente.
1. El comercio de manufacturas: los efectos de la
ronda sobre el intercambio comercial de productos manufacturados no presentan ninguna
oportunidad para Marruecos, que ya disfruta de libre acceso en la práctica al mercado
comunitario. Tan sólo los escasos productos textiles que siguen sometidos a restricción
voluntaria a la exportación se beneficiarán de la liberalización progresiva del
comercio textil. Del lado de los riesgos, las concesiones arancelarias que finalmente
ofrezca Marruecos se inscribirán en el proceso de liberalización de la economía
marroquí, sin suponer ruptura alguna con la política comercial aplicada desde 1983. En
ese sentido la liberalización comercial marroquí y la aplicación en Marruecos de los
acuerdos surgidos de la Ronda Uruguay tienden a reforzarse mutuamente.
2. El comercio agrario: la reforma de la PAC,
inducida en parte por la Ronda Uruguay, presenta implicaciones importantes para Marruecos.
Del lado de las exportaciones, la arancelización de contingentes y derechos variables
(más que las rebajas arancelarias) facilita el acceso al mercado comunitario en
condiciones más competitivas para los productos mediterráneos marroquís. En cambio, del
lado de las importaciones, la misma reforma de la PAC supone un incremento relevante de la
factura cerealista dada la importancia de este producto en las importaciones y el consumo
alimentario de Marruecos. Lo mismo pero en menor medida puede afirmarse para los productos
lácteos. Una valoración cuantitativa (comparación del valor de las exportaciones de
frutas y hortalizas con las importaciones de cereales y productos lácteos) parece primar
las oportunidades antes que los riesgos, y el análisis cualitativo profundiza en esa
apreciación, en tanto las importaciones agrícolas tienden a reducirse en el tiempo y las
exportaciones a aumentar.
3. La erosión de ventajas adquiridas mediante trato
preferencial: tanto las exportaciones de productos manufacturados como agrarios se
verán afectadas por una mayor competencia externa en el mercado comunitario al mejorar el
acceso al mismo de países que no disfrutan de trato de favor. Por una parte el deterioro
de la posición en el mercado comunitario frente a otros países presenta riesgos
apreciables. En un segundo plano, la multilateralización de las rebajas arancelarias y de
la arancelización de barreras no arancelarias obligará a Marruecos a profundizar en su
extraversión comercial para compensar la pérdida parcial de las ventajas adquiridas de
que gozaba.
No son todavía conocidas las concesiones que ha realizado
Marruecos en el marco de la Ronda Uruguay, aunque ha sido uno de los países en desarrollo
más activos en el GATT desde su incorporación. La evolución del comercio exterior
marroquí refleja la creciente importancia de las exportaciones manufactureras (con
entrada libre en la Comunidad) y el descenso en las importaciones de cereales. En
cualquier caso y debido a sus acuerdos con el gran vecino del norte, la Ronda Uruguay no
plantea ni grandes riesgos ni sorprendentes oportunidades para una economía bastante
integrada con su principal socio comercial. Del lado de las exportaciones disfruta de
acceso preferente al mercado comunitario, y del lado de las importaciones está implicado
en un proceso liberalizador coherente con los resultados de la ronda. No obstante, la
reestructuración de la PAC (donde Marruecos sigue presentando la batalla comercial) y la
gradual liberalización del comercio textil suponen más ventajas para la economía
marroquí que los perjuicios originados por las concesiones comerciales y el aumento de
precios de las importaciones agrarias.
NOTAS.
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Fecha de actualización: 07/08/98