Documentos de Trabajo
de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
Biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. UCM.
Servicios Catálogos Bases de Datos Colecciones electrónicas Econred English version

 

Autor: José Ramón de Espinola

Título: Concentración y divergencia interregional en la economía española (1986-92)

Resumen:


 

Guión

1. La dinámica regional de décadas anteriores.

2. Rasgos de las economías regionales en 1986. Las divergencias de producto por habitante, productividad y tasa de empleo.

3. La dinámica del periodo 1986­92.

3.1. Procesos de concentración espacial.

3.2. El crecimiento del producto y los cambios de participación de las regiones en la producción total.

3.3. Cambios en las estructuras productivas regionales.

3.4. La convergencia de las estructuras productivas regionales.

3.5. La evolución de la tasa de empleo.

4. Las disparidades interregionales en 1992.

4.1. Disparidades de producto por habitante.

4.2. La productividad.

4.3. La especialización del empleo.

4.4. La divergencia de la renta familiar por habitante.

5. La población en las regiones españolas.

5.1. La dinámica demográfica en el periodo 1986­91.

5.2. La situación demográfica en 1991.

5.3. Rasgos de la estructura demográfica.

6. Conclusiones.


1. La dinámica regional de décadas anteriores. La dinámica regional española de décadas anteriores se caracteriza por los siguientes rasgos:

a) En los años sesenta y setenta, continuando pautas seculares, tiene lugar un aumento de la concentración geográfica de la producción, el empleo y la población, en beneficio de las regiones tradicionalmente industrializadas, es decir, las regiones de los vértices del cuadrante noreste de la península. También se benefician de este proceso las regiones insulares (Baleares y Canarias).

b) En estos años se dan cambios generalizados en la estructura sectorial de la producción y el empleo de las regiones: caídas de la participación de la producción y el empleo agrarios, y paralelos aumentos de los sectores no agrarios. Ello tiende a aproximar algo las estructuras sectoriales de la producción y el empleo en las diferentes regiones.

c) También se dan generales y apreciables aumentos de la productividad del trabajo, y una cierta aproximación o reducción de diferencias interregionales de productividad.

d) Por último, a lo largo del periodo, y debido sobre todo a los intensos movimientos migratorios (éxodo rural), se reducen las diferencias interregionales de PIB/habitante entre regiones, dándose un proceso de convergencia de renta por habitante, aunque subsisten importantes desfases interregionales.

Cuadro 1. ESPACIOS y regiones

ESPACIOS Regiones


Cuadrante Noroeste
Galicia

Asturias

Cantabria

País Vasco

Castilla y León


Valle del Ebro
Navarra

La Rioja

Aragón

Eje Mediterráneo Cataluña

Comunidad Valenciana



Mitad Sur
Madrid

Castilla­La Mancha

Extremadura

Andalucía

Murcia


Islas
Baleares

Canarias

Ceuta­Melilla

2. Rasgos de las economías regionales en 1986. De cara a examinar la situación y evolución económica de las regiones españolas en el periodo 1986­92 se utilizan los datos estadísticos de la Contabilidad Regional de España suministrados por el INE. Las CC. AA. se agrupan con criterios de homogeneidad (económicos y geográficos) en los grandes espacios delimitados en el cuadro 1.

Las divergencias de producto por habitante. El análisis de los VAB por habitante obtenidos en las regiones permite afirmar lo siguiente (cfr. cuadro 2):



Cuadro 2. Indicadores regionales (1986­92) (100 = media nacional)

Espacios y Ind. VAB/hab. Ind. VAB/empleo Ind. empleo/hab.
regiones 1986 1992 86­92 1986 1992 86­92 1986 1992 86­92
C. NOROESTE 97,6 91,6 ­5,9 88,4 87,6 ­0,8 110,4 104,6 ­5,8
Galicia 80,3 77,8 ­2,5 66,5 70,4 3,9 120,7 110,5 ­10,2
Asturias 95,9 87,5 ­8,4 88,8 86,4 ­2,4 108,1 101,3 ­6,7
Cantabria 95,5 95,3 ­0,2 90,8 95,2 4,4 105,2 100,1 ­5,1
País Vasco 129,6 121,6 ­8,0 119,3 115,3 ­3,9 108,7 105,4 ­3,2
Castilla y León 91,4 83,0 ­8,3 88,9 83,0 ­5,8 102,8 100,0 ­2,8
VALLE EBRO 114,1 112,3 ­1,8 102,2 100,6 ­1,6 111,7 111,6 0,0
Navarra 119,2 118,5 ­0,7 103,2 102,6 ­0,7 115,5 115,5 0,0
La Rioja 138,0 127,6 ­10,4 112,4 109,9 ­2,6 122,8 116,1 ­6,6
Aragón 106,9 106,3 ­0,5 99,3 97,6 ­1,7 107,6 108,9 1,3
EJE MEDITERR 111,2 114,1 2,9 107,1 105,5 ­1,6 103,9 108,2 4,4
Cataluña 117,2 122,2 5,0 111,6 111,5 ­0,1 105,0 109,6 4,6
Com. Valenciana 101,7 101,3 ­0,4 99,6 95,5 ­4,1 102,0 106,1 4,0
MITAD SUR 91,1 93,2 2,1 100,9 102,5 1,7 90,3 90,9 0,6
Madrid 121,5 124,1 2,6 115,7 114,6 ­1,1 104,9 108,3 3,4
Cast.­La Mancha 80,6 87,3 6,8 85,0 96,7 11,8 94,8 90,3 ­4,5
Extremadura 62,6 64,6 2,0 76,5 81,6 5,1 81,9 79,3 ­2,6
Andalucía 75,9 77,3 1,5 95,4 97,1 1,6 79,5 79,7 0,2
Murcia 97,9 93,8 ­4,1 103,2 96,7 ­6,5 94,8 97,0 2,2
ISLAS 108,2 107,8 ­0,5 113,1 109,7 ­3,4 95,7 98,2 2,5
Baleares 129,2 131,4 2,2 112,7 113,6 0,9 114,6 115,7 1,1
Canarias 100,2 99,4 ­0,8 113,5 108,4 ­5,2 88,2 91,7 3,5
Ceuta y Melilla 87,5 78,5 ­8,9 110,4 97,5 ­12,9 79,2 80,5 1,3
España 100,0 100,0 0,0 100,0 100,0 0,0 100,0 100,0 0,0
I. divergencia 16,8 18,0 1,1 12,2 11,0 ­1,1 9,9 10,2 0,2

Fuente: CRE y elaboración propia

a) En 1986 las regiones con más alto producto por habitante son La Rioja (138,0), País Vasco (129,6), Baleares (129,2), Navarra (119,2), Cataluña (117,2) y Madrid (121,5).

b) En un segundo nivel, en torno a la media, se sitúan Asturias, Cantabria, Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia y Canarias.

c) Las restantes regiones registran un VAB/hab claramente inferior a la media, destacando los bajos niveles de Extremadura (62,6), Andalucía (75,9), Galicia (80,3), Castilla­La Mancha (80,6).

De manera que todo el Cuadrante Noreste de la península (incluida Baleares) genera producto por habitante por encima de la media nacional. Por el contrario, los más bajos niveles de VAB/hab corresponden a Galicia y la Mitad Sur de la península (salvo Madrid).

Los factores determinantes del producto por habitante. La descomposición del producto por habitante en factores permite estudiar las causas aparentes de las divergencias interregionales que registra dicha magnitud. Los ratios VAB/empleo (productividad aparente del trabajo) y empleo/población (tasa de empleo) son los factores en que se puede descomponer el VAB/hab. La relación entre estos ratios a nivel regional y nacional (productividad y tasa de empleo relativas) permite una primera aproximación a la explicación de las diferencias de producto por habitante entre regiones. En todo caso conviene recordar que ambos factores no son independientes entre sí, puesto que incrementos de productividad en una región pueden inducir mejoras de su competitividad y capacidad exportadora, con los consiguientes aumentos de producción y empleo. A su vez éstos pueden inducir incrementos de productividad.

La productividad regional (pr=Vr/Er) depende de tres tipos de factores:

­ las productividades sectoriales en la región,

­ la especialización del empleo regional,

­ la dimensión de las diferentes ramas.

En efecto:

pr=Vr/Er= (Vr1/Er) +(Vr2/Er) +(Vr3/Er) +...

Multiplicando y dividiendo cada sumando del segundo miembro por Eri queda:

Vr/Er=(Vr1/Er1).(Er1/Er)+(Vr2/Er2).(Er2/Er)+(Vr3/Er3).(Er3/Er)+...

Vr/Er= pr= pr1.er1+pr2.er2+pr3.er3+...

pr= Spri.eri, donde eri =Eri/Er.

Por tanto, la productividad regional es la media ponderada (por el peso del empleo sectorial) de las productividades sectoriales.

Multiplicando y dividiendo cada sumando del segundo miembro por eni= Eni/En, esto es, por la participación del empleo sectorial en el conjunto de la economía, se obtiene:

pr= pr1.(er1/en1).en1 +pr2.(er2/en2).en2 +pr3.(er3/en3).en3+...

Pero (eri/eni)= ceeri, es decir, el coeficiente de especialización del empleo de la región en la rama i. Luego

pr= pr1.ceer1.en1 +pr2.ceer2.en2 +pr3.ceer3.en3+...

pr= Spri.ceeri.eni (i= 1, 2, 3, ...ramas de actividad)

Por tanto, la productividad regional (pr) depende de tres tipos de factores:

­ las productividades sectoriales en la región (las pri),

­ la especialización del empleo regional (los ceeri),

­ la dimensión de las diferentes ramas (los eni).

En consecuencia, la productividad será mayor en las regiones cuyo empleo está especializado en sectores de alta productividad y de mayor tamaño dentro del conjunto de la economía.

El cuadro 2 permite constatar que las regiones con menor producto por habitante registran simultáneamente menor productividad y menor tasa de empleo, con la excepción de Galicia cuya bajísima productividad viene parcialmente compensada por su alta tasa de empleo. Por el contrario, las regiones con mayor VAB/hab registran productividades y tasas de empleo muy superiores a la media nacional.

El índice de divergencia interregional de VAB/hab de 1986 se sitúa en el 16,8%. Es decir, por término medio, la diferencia (positiva o negativa) entre el VAB/hab regional y nacional asciende a ese porcentaje. La divergencia de las tasas de empleo (9,9) es inferior a la de la productividad (12,2), lo cual podría inducir a pensar que tiene una mayor incidencia en los desfases interregionales de VAB/hab el factor productividad que el factor tasa de empleo.

La especialización regional. En 1986 registran relativa especialización agraria las regiones del Cuadrante Noroeste (salvo el País Vasco) y las de la Mitad Sur (salvo Madrid); especialización industrial se da en País Vasco, Navarra, La Rioja, Cataluña y Comunidad Valenciana; y especialización terciaria (y en la construcción) presentan Madrid y las regiones no peninsulares (Baleares, Canarias y Ceuta­Melilla).

Se aprecia, por tanto, que siendo el sector agrario el de menor productividad, las regiones con especialización agraria se corresponden con las regiones de menor producto por habitante y menor tasa de empleo. Por el contrario, las regiones con especialización en los sectores industrial y de servicios, sectores de mayor productividad, registran producto por habitante más elevado y tasas de empleo mayores.

3. La dinámica del periodo 1986­92

3.1. Procesos de concentración espacial. Durante el periodo 1986­92 el producto, en contra de la tendencia mantenida en décadas anteriores, deja de incrementar su grado de concentración espacial, como expresa el índice de concentración de Gini del VAB, que no registra cambio apreciable en el periodo (cfr. cuadro 3).

Cuadro 3 I. Gini (1) de VAB y población (1986­92)

Sectores 1986 1992 86­92
Agrario 0,234 0,264 0,030
Energía 0,329 0,358 0,028
Industria 0,524 0,524 0,000
Construcción 0,367 0,389 0,022
Serv. venta 0,452 0,450 ­0,002
Serv. no venta 0,382 0,378 ­0,004
P. imp. s. b. 0,419 0,425 0,006
VAB a pm 0,419 0,425 0,006
Población 0,361 0,362 0,001

Fuente: elaboración propia con datos de la CRE

(1) Elaborado a nivel de CC. AA.

No obstante, los índices de Gini de la producción sectorial ponen de relieve ciertos procesos de concentración del producto agrario y energético, y en menor medida de producto industrial. En cambio, la construcción y los servicios no destinados a la venta experimentan disminuciones en el grado de concentración. En consecuencia, se han dado tendencias concentradoras opuestas entre los sectores agrario e industrial por un lado, y construcción y servicios no destinados a la venta por otro. Estas tendencias, sin embargo, han sido de entidad reducida. En 1992 el mayor grado de concentración espacial se daba en el producto industrial (0,524), mientras que el producto agrario registraba la concentración espacial menor (0,264).

3.2. El crecimiento del producto y los cambios de participación de las regiones en la producción total. Al igual que en las décadas precedentes, en el periodo 1986­92 las regiones experimentan dispares ritmos de crecimiento económico, que provocan cambios en la participación de las regiones en la producción nacional. Tales cambios pueden ser resumidos en los siguientes puntos (cfr. cuadro 4):

1. El menor dinamismo del Cuadrante Noroeste y del Valle del Ebro reduce sus participaciones en el VAB nacional.

2. En cambio, Cataluña, la Mitad Sur (salvo Murcia) y las Islas registran mayor dinamismo productivo y en consecuencia aumentan su peso económico en el conjunto.







Cuadro 4. Dinamismo del VAB y cambios en

su distribución espacial. 1986­92

ESPACIOS y

regiones

tvaa

1986­92

Diferencia

de tvaa

Dif % VAB

1986­92

C. NOROESTE 8,84 ­1,47 ­1,80
Galicia 9,35 ­0,96 ­0,30
Asturias 8,14 ­2,17 ­0,32
Cantabria 10,07 ­0,24 ­0,02
País Vasco 9,00 ­1,31 ­0,49
Castilla y León 8,22 ­2,09 ­0,67
VALLE DEL EBRO 9,67 ­0,64 ­0,20
Navarra 10,05 ­0,26 ­0,02
La Rioja 8,59 ­1,72 ­0,08
Aragón 9,78 ­0,53 ­0,10
EJE MEDITERRANEO 10,72 0,41 0,64
Cataluña 10,99 0,68 0,69
Com. Valenciana 10,23 ­0,08 ­0,04
MITAD SUR 10,95 0,64 1,28
Madrid 10,90 0,59 0,49
Cast.­La Mancha 11,69 1,38 0,28
Extremadura 10,86 0,55 0,06
Andalucía 11,00 0,69 0,51
Murcia 9,94 ­0,37 ­0,05
ISLAS 10,56 0,25 0,09
Baleares 10,66 0,35 0,04
Canarias 10,61 0,30 0,06
Ceuta y Melilla 8,98 ­1,33 ­0,02
España 10,31 0,00 0,00
Extra­regio 7,38 ­2,93 ­0,02

Fuente: CRE y elaboración propia

La conclusión general es, por tanto, que en el periodo 1986­92 el espacio meridional manifiesta una mayor dinámica productiva que el espacio septentrional (Cataluña aparte), en contraste con la evolución histórica anterior. Dentro de la mitad norte, es el cuadrante noroeste el espacio con menor dinamismo productivo, mientras que el Valle del Ebro no parece responder a las expectativas creadas en el periodo anterior, en el que parecía configurarse como uno de los espacios más dinámicos de la economía española.

3.3. Cambios en las estructuras productivas regionales. Durante el periodo 1986­92, como fruto de las desiguales tasas a las que crecen las producciones de los sectores, se dan importantes cambios en la estructura sectorial de la producción nacional. El sector agrario (­2,2 puntos) y el sector industrial (­5,9) pierden participación en el valor total del producto, mientras que la construcción (+2,3), los servicios destinados a la venta (+3,7) y los servicios no destinados a la venta (+2,2) incrementan su peso en el PIB (cfr. cuadro 5).

Cuadro 5. La estructura productiva regional y sus cambios (1986­92)

ESPACIOS Estructura del VAB (%) Diferencias 1986­92
y regiones Agr Ener Ind Cons S. v. S. nv. Agr Ener Ind Cons S. v. S nv
C. NOROESTE 4,7 9,1 21,0 9,3 40,4 15,6 ­2,7 ­0,2 ­6,4 2,8 3,4 3,1
Galicia 7,8 9,8 15,3 10,5 40,0 16,6 ­4,7 ­0,3 ­3,9 3,1 1,9 4,0
Asturias 2,6 9,3 18,6 11,4 42,1 16,1 ­1,6 ­5,2 ­6,2 3,8 5,5 3,7
Cantabria 4,5 1,7 22,9 8,2 47,0 15,8 ­1,1 0,2 ­7,9 2,8 2,8 3,2
País Vasco 1,9 11,5 28,5 6,9 40,2 11,0 ­0,6 2,4 ­9,8 2,8 3,9 1,4
Castilla y León 5,8 7,3 18,3 10,2 38,7 19,8 ­4,0 ­1,0 ­4,6 2,2 3,4 4,0
VALLE EBRO 4,9 3,2 27,9 8,2 41,0 14,8 ­3,2 ­1,2 ­5,2 2,5 4,9 2,2
Navarra 4,1 1,7 32,7 8,7 40,5 12,2 ­3,0 ­0,1 ­4,9 3,3 4,0 0,7
La Rioja 7,2 1,9 39,3 6,6 32,3 12,7 ­3,2 0,1 ­6,1 1,6 4,2 3,4
Aragón 4,6 4,3 22,6 8,4 43,5 16,5 ­3,3 ­2,1 ­4,9 2,3 5,4 2,5
EJE MEDITERR 2,0 5,4 24,2 8,3 49,0 11,2 ­1,4 ­0,1 ­7,4 2,2 4,7 2,1
Cataluña 1,3 5,5 25,5 8,3 49,0 10,5 ­1,0 ­0,3 ­7,9 2,0 5,2 2,0
Com. Valenciana 3,3 5,2 21,7 8,3 49,0 12,6 ­2,3 0,3 ­6,6 2,5 3,7 2,3
MITAD SUR 4,7 5,8 14,1 10,1 48,2 17,2 ­2,3 0,2 ­4,9 2,3 2,9 1,7
Madrid 0,2 2,6 15,6 9,2 55,7 16,7 ­0,1 ­0,1 ­5,3 2,4 2,4 0,7
Cast.­La Mancha 8,1 13,9 16,2 11,0 34,9 15,9 ­6,0 2,7 ­3,3 2,5 2,5 1,6
Extremadura 8,7 10,2 6,2 14,2 38,1 22,6 ­5,3 ­1,7 ­2,3 2,4 4,0 2,9
Andalucía 7,7 5,6 12,7 10,3 46,0 17,7 ­3,4 0,0 ­5,7 2,1 4,4 2,6
Murcia 7,9 10,8 14,4 10,1 40,6 16,2 ­2,1 0,9 ­2,3 2,7 ­1,3 2,2
ISLAS 2,4 4,5 5,9 8,8 61,2 17,1 ­1,7 ­0,2 ­2,2 0,5 1,3 2,2
Baleares 1,6 2,8 6,5 8,1 68,5 12,6 ­1,3 0,1 ­3,1 0,2 2,4 1,7
Canarias 3,1 5,8 5,8 9,4 58,2 17,8 ­2,0 ­0,5 ­1,9 0,5 0,5 3,3
Ceuta y Melilla 0,8 1,8 1,7 6,5 41,3 47,9 ­0,6 ­0,1 ­0,2 3,6 2,8 ­5,5
España 3,8 6,2 18,7 9,2 47,1 15,1 ­2,2 ­0,1 ­5,9 2,3 3,7 2,2

Fuente: CRE y elaboración propia

Estos cambios sectoriales se dan de forma generalizada en todas las regiones, si bien con desigual intensidad. La caída de participación del sector agrario es más intensa en regiones con un importante sector agrario, como Galicia, Castilla y León, Aragón, La Rioja, Castilla­La Mancha, Extremadura y Andalucía. En cambio, la caída de participación del sector industrial es especialmente intensa en regiones tradicionalmente industrializadas como son las regiones de la Cornisa Cantábrica (Asturias, Cantabria, País Vasco), La Rioja, Cataluña y la Comunidad Valenciana.

3.4. La convergencia de las estructuras productivas regionales. El análisis de los coeficientes de Florence (cfr. cuadro 6) revela que durante el periodo 1986­92 se da la tendencia hacia una mayor concordancia entre las estructuras productivas regionales y la nacional, al aumentar el coeficiente global de Florence (de 88,5 a 89,9). Tan sólo Navarra, Aragón y Murcia reducen su grado de concordancia. Por tanto, puede sostenerse que durante el periodo continúa el proceso de convergencia de estructuras productivas, aproximándose el tamaño relativo de los sectores productivos regionales.





Cuadro 6. Coeficientes de Florence

Regiones 1.986 1.992 dif
C. NOROESTE 92,8 93,3 0,5
Galicia 89,1 89,4 0,4
Asturias 90,9 93,6 2,7
Cantabria 93,0 94,4 1,4
País Vasco 83,5 84,9 1,4
Castilla y León 90,2 91,1 0,9
VALLE DEL EBRO 89,4 89,7 0,3
Navarra 85,9 85,7 ­0,2
La Rioja 74,8 75,9 1,2
Aragón 93,9 93,8 ­0,1
EJE MEDITERR 92,1 92,7 0,6
Cataluña 90,8 91,4 0,6
Com. Valenciana 94,4 95,1 0,7
MITAD SUR 93,6 95,0 1,4
Madrid 87,0 89,8 2,8
Cast.­La Mancha 83,9 85,3 1,4
Extremadura 74,7 78,5 3,8
Andalucía 91,4 92,4 1,0
Murcia 90,6 89,2 ­1,5
ISLAS 80,2 83,8 3,7
Baleares 76,4 78,7 2,3
Canarias 82,1 86,0 3,9
Ceuta y Melilla 59,5 67,2 7,7
España 100,0 100,0 0,0
Media ponderada 88,5 89,9 1,3

Fuente: CRE y elaboración propia

Las regiones que en 1992 presentan estructuras productivas más desviadas de la nacional (más especializadas o menos diversificadas), y por tanto más susceptibles de experimentar dinámicas productivas diferentes de la nacional, son Ceuta­Melilla, La Rioja, Extremadura y Baleares.

3.5. La evolución de la tasa de empleo. En 1986 las tasas de empleo presentan una distribución geográfica muy nítida. Las tasas superiores a la media nacional se registran en la Mitad Norte y en Madrid, mientras que las inferiores en la Mitad Sur, incluyendo Canarias y Ceuta­Melilla. En el periodo 1986­92, de carácter expansivo, todas las regiones mejoran sus tasas de empleo, aunque de forma desigual. De manera que en las regiones del Cuadrante Noroeste el crecimiento de la tasa de empleo es menor que en el conjunto nacional por lo que reducen su diferencial positivo (respecto de la tasa de empleo nacional), siendo la reducción más intensa en Galicia (­2,6), Asturias (­1,9) y Cantabria (­1,5). En cambio, las regiones del Valle del Ebro (salvo La Rioja) y del Eje Mediterráneo incrementan su diferencial positivo. En la Mitad Sur, sólo Madrid y Murcia mejoran su diferencial de tasa de empleo, en tanto que el resto de la Mitad Sur lo empeora (cfr. cuadro 7).








Cuadro 7. La tasa de empleo y su evolución (1986­92)

ESPACIOS Tasa empleo y variación Diferencial tasa empleo
Regiones 1986 1992 86­92 1986 1992 86­92
C. NOROESTE 32,3 34,8 2,4 3,0 1,5 ­1,5
Galicia 35,3 36,7 1,4 6,1 3,5 ­2,6
Asturias 31,6 33,6 2,0 2,4 0,4 ­1,9
Cantabria 30,8 33,2 2,5 1,5 0,0 ­1,5
País Vasco 31,8 35,0 3,2 2,5 1,8 ­0,7
Castilla y León 30,1 33,2 3,1 0,8 0,0 ­0,8
VALLE EBRO 32,7 37,1 4,4 3,4 3,9 0,4
Navarra 33,8 38,4 4,6 4,5 5,2 0,6
La Rioja 35,9 38,6 2,6 6,7 5,4 ­1,3
Aragón 31,5 36,2 4,7 2,2 3,0 0,7
EJE MEDITERR 30,4 35,9 5,5 1,1 2,7 1,6
Cataluña 30,7 36,4 5,7 1,5 3,2 1,7
Com. Valenciana 29,9 35,2 5,4 0,6 2,0 1,4
MITAD SUR 26,4 30,2 3,8 ­2,8 ­3,0 ­0,2
Madrid 30,7 36,0 5,3 1,4 2,8 1,3
Cast.­La Mancha 27,8 30,0 2,2 ­1,5 ­3,2 ­1,7
Extremadura 24,0 26,3 2,4 ­5,3 ­6,9 ­1,6
Andalucía 23,3 26,5 3,2 ­6,0 ­6,7 ­0,7
Murcia 27,8 32,2 4,5 ­1,5 ­1,0 0,5
ISLAS 28,0 32,6 4,6 ­1,3 ­0,6 0,7
Baleares 33,6 38,4 4,9 4,3 5,2 0,9
Canarias 25,8 30,5 4,6 ­3,4 ­2,7 0,7
Ceuta y Melilla 23,2 26,8 3,6 ­6,1 ­6,5 ­0,4
España 29,3 33,2 3,9 0,0 0,0 0,0
I. divergencia 9,6 9,7 0,1      

Fuente: CRE y elaboración propia

En consecuencia, la evolución de las tasas de empleo ha sido más intensa en casi todo el cuadrante Noreste (el Eje Mediterráneo, Baleares, Murcia, Navarra, Aragón y Madrid). En los restantes espacios el aumento de la tasa de empleo ha sido menor.

4. Las disparidades interregionales en 1992

4.1. Disparidades de producto por habitante. Como fruto de la dispar evolución productiva regional del periodo 1986­92 se da una mayor divergencia interregional de VAB por habitante, tal como expresa el aumento del indicador de divergencia, de 16,8 a 18,0 (cfr. cuadro 2).

Todas las regiones del Cuadrante Noroeste reducen su índice de VAB/hab de forma notable, salvo Cantabria que lo hace de modo más suave. También el Valle del Ebro reduce posiciones, siendo especialmente relevante la caída del índice de La Rioja. En cambio, en la Mitad Sur, salvo en el caso de Murcia, los índices mejoran de manera apreciable, especialmente en Castilla­La Mancha. En el Eje Mediterráneo aumenta sensiblemente el índice de Cataluña.

El aumento de la divergencia interregional cabe por consiguiente atribuirlo a la influencia de tendencias diversas. Por un lado el incremento del índice de VAB/hab de algunas regiones de mayor nivel (Baleares, Madrid y Cataluña), y por otro el empeoramiento del índice de regiones con producto por habitante inferior a la media nacional (Galicia, Asturias, Castilla y León, Murcia, Canarias y Ceuta­Melilla). Estas tendencias divergentes han pesado más que las tendencias convergentes derivadas de la evolución del VAB/hab en el resto de las regiones.

4.2. La productividad. El análisis del índice de productividad regional permite captar la existencia de notables diferencias entre regiones, como expresa el indicador de divergencia (cfr. cuadro 2). Sin embargo, en el periodo 1986­92 se ha dado cierta convergencia interregional de productividad, descendiendo el indicador de divergencia del 12,2% en 1986 al 11,0% en 1992.

El análisis de la productividad pone de manifiesto que en 1992 era el Cuadrante Noroeste (salvo el País Vasco) el de menor productividad. En el Valle del Ebro destaca la productividad de La Rioja, en el Eje Mediterráneo la de Cataluña, y en la Mitad Sur la de Madrid. En cambio, Extremadura comparte con Galicia y Castilla y León los últimos lugares del "ranking" regional de productividad.

El análisis de la productividad por sectores revela que en el sector agrario se da alta disparidad interregional de productividad (con un índice de divergencia de 35,6%). El Cuadrante Noroeste es el espacio que presenta menor productividad agraria, en cambio el Valle del Ebro (por Navarra y La Rioja) es el de más alta productividad agraria. En la Mitad Sur, destacan Andalucía y Murcia, que obtienen índices muy por encima de la media nacional. Finalmente las tres regiones no peninsulares (Baleares, Canarias y Ceuta­Melilla) ofrecen también productividades agrarias claramente superiores a la media nacional.

Cuadro 8. Indices de productividad del empleo total. 1992

ESPACIOS y regiones TOTAL AGRA ENER IND CONS SER V SER NV
C. NOROESTE 87,6 63,4 74,4 99,3 93,0 86,6 97,1
Galicia 70,4 48,8 126,0 82,4 80,8 77,9 90,5
Asturias 86,4 42,4 20,6 111,1 106,8 86,2 91,9
Cantabria 95,2 99,4 40,5 107,3 91,7 99,7 100,0
País Vasco 115,3 211,0 256,7 104,7 113,6 102,4 100,9
Castilla y León 83,0 75,2 56,0 99,9 88,2 78,0 102,4
VALLE DEL EBRO 100,6 135,3 57,0 105,7 100,3 102,9 105,4
Navarra 102,6 185,0 70,9 100,9 119,1 104,7 102,4
La Rioja 109,9 190,3 82,9 139,2 90,8 103,6 101,6
Aragón 97,6 109,9 53,1 98,3 94,8 101,9 107,4
EJE MEDITERRANEO 105,5 110,8 134,7 97,9 100,4 105,1 100,6
Cataluña 111,5 104,8 120,6 105,4 104,7 108,5 106,8
Com. Valenciana 95,5 115,8 177,3 84,3 93,0 99,2 92,2
MITAD SUR 102,5 131,7 130,5 103,3 105,1 102,2 96,9
Madrid 114,6 72,0 65,9 114,7 117,2 120,0 92,4
Cast.­La Mancha 96,7 127,3 268,0 89,3 85,2 86,6 106,8
Extremadura 81,6 92,9 207,7 73,4 89,8 72,9 102,2
Andalucía 97,1 141,9 122,9 105,1 105,6 93,2 97,6
Murcia 96,7 148,5 205,9 76,1 101,1 90,0 104,9
ISLAS 109,7 125,6 76,5 83,6 92,7 105,1 121,2
Baleares 113,6 133,3 49,6 64,9 81,5 117,9 120,0
Canarias 108,4 123,4 96,3 103,4 99,5 98,7 120,9
Ceuta y Melilla 97,5 128,7 24,1 105,3 98,7 84,6 125,5
España 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
I. divergencia 11,0 35,6 54,9 9,7 9,9 10,8 6,4
IPREni (1) 100,0 40,4 629,9 90,9 99,0 117,3 76,6

(1) IPREni: (VAB/E)ni/(VAB/E)n

Fuente: CRE y elaboración propia

La producción energética es la que registra la divergencia interregional de productividad más alta (con un índice de divergencia de 54,9%), siendo el País Vasco, la Comunidad Valenciana, Castilla­La Mancha, Extremadura y Murcia las regiones con más alta productividad energética.

El sector industrial es, por el contrario, uno de los sectores que presenta menor divergencia interregional de productividad, registrando en 1992 un índice de divergencia de 9,7%. Entre las regiones con mayor productividad industrial destacan La Rioja, Madrid y Asturias. En cambio, Galicia, Comunidad Valenciana, Extremadura, Murcia y Baleares son las regiones con menor productividad industrial.

Los servicios destinados a la venta generan en 1992 un índice de divergencia interregional de productividad (10,8%) bastante semejante a la del sector industrial. La productividad en estos servicios alcanza los valores más altos en Madrid y Baleares, y los más bajos en Galicia, Castilla y León y Extremadura. Por último, los servicios no destinados a la venta ofrecen el menor índice de divergencia interregional de productividad (6,4% en 1992), obteniéndose los valores más elevados en las regiones no peninsulares.

4.3. La especialización del empleo. Los datos de 1992 permiten dibujar el mapa de las especializaciones del empleo:


Cuadro 9. Coef. de especialización del empleo regional (1). 1992

ESPACIOS y regiones TOTAL AGR ENER IND CONS SER V S. NV
C. NOROESTE 100 171 175 99 95 87 93
Galicia 100 299 89 70 100 77 86
Asturias 100 138 636 77 100 90 100
Cantabria 100 113 64 109 92 95 100
País Vasco 100 28 84 168 76 96 83
Castilla y León 100 171 176 81 104 87 106
VALLE DEL EBRO 100 96 93 142 90 85 93
Navarra 100 61 41 178 82 84 81
La Rioja 100 110 41 166 87 73 91
Aragón 100 109 129 120 94 88 99
EJE MEDITERRANEO 100 51 68 139 95 104 78
Cataluña 100 37 83 144 96 107 73
Com. Valenciana 100 73 45 131 93 100 86
MITAD SUR 100 96 74 75 107 103 121
Madrid 100 7 73 84 98 113 137
Cast.­La Mancha 100 164 81 94 136 83 95
Extremadura 100 202 65 37 140 91 120
Andalucía 100 139 72 63 103 102 117
Murcia 100 136 83 98 105 92 99
ISLAS 100 56 106 41 113 136 103
Baleares 100 35 105 61 122 140 79
Canarias 100 71 105 32 111 136 106
Ceuta y Melilla 100 16 120 9 70 101 247
España 100 100 100 100 100 100 100
Eni/En (2) 100,0 9,3 1,0 20,6 9,3 40,2 19,7

(1) CEEri = 100.(Eri/Er)/(Eni/En).

(2) Estructura del empleo nacional

Fuente: CRE y elaboración propia

­ En el sector agrario se da especialización agraria en las regiones del Cuadrante Noroeste (Galicia, Asturias, Castilla y León) y de la Mitad Sur (Castilla­La Mancha, Extremadura, Andalucía y Murcia).

­ En el sector energético están relativamente especializadas las regiones de Galicia, Asturias y Castilla y León.

­ En el sector industrial presentan especialización el País Vasco, el Valle del Ebro y el Eje Mediterráneo.

­ En el sector servicios, las Islas, Ceuta­Melilla y Madrid (cfr. cuadro 9).

4.4. La divergencia de la renta familiar por habitante. El nivel de renta familiar por habitante de una región depende sobre todo de su VAB/hab, pero también de los flujos de rentas (de trabajo y capital) y transferencias entre regiones y con el resto del mundo.














Cuadro 10. Indices de VAB y RFBD por habitante. 1986­91

ESPACIOS 1. VAB/habitante 2. Renta fam/hab 2 ­ 1
Regiones 1986 1991 86­91 1986 1991 86­91 1986 1991
CUADR. NOROESTE 97,6 91,8 ­5,8 101,7 99,4 ­2,3 4,1 7,6
Galicia 80,3 77,5 ­2,8 86,2 86,2 0,0 5,9 8,6
Asturias 95,9 87,2 ­8,7 104,3 102,3 ­2,0 8,4 15,1
Cantabria 95,5 94,6 ­0,9 106,1 100,5 ­5,6 10,6 5,9
País Vasco 129,6 121,5 ­8,1 123,6 121,4 ­2,2 ­6,0 ­0,1
Castilla y León 91,4 84,4 ­7,0 98,5 94,1 ­4,4 7,1 9,7
VALLE DEL EBRO 114,1 114,2 0,1 115,2 117,8 2,6 1,1 3,6
Navarra 119,2 120,8 1,6 114,5 127,6 13,1 ­4,7 6,8
La Rioja 138,0 127,5 ­10,5 116,4 112,8 ­3,6 ­21,6 ­14,8
Aragón 106,9 108,5 1,6 115,3 114,7 ­0,6 8,4 6,2
EJE MEDITERRANEO 111,2 113,7 2,5 106,2 111,1 4,9 ­5,0 ­2,6
Cataluña 117,2 121,5 4,3 110,1 117,5 7,4 ­7,1 ­4,0
Com. Valenciana 101,7 101,5 ­0,2 100,0 101,0 1,0 ­1,7 ­0,4
MITAD SUR 91,1 93,2 2,1 91,4 90,4 ­1,0 0,3 ­2,9
Madrid 121,5 123,6 2,1 113,8 115,7 1,9 ­7,7 ­7,9
Cast.­La Mancha 80,6 86,3 5,7 85,2 83,1 ­2,1 4,6 ­3,2
Extremadura 62,6 64,4 1,8 69,0 72,3 3,3 6,4 7,9
Andalucía 75,9 77,7 1,8 80,6 77,5 ­3,1 4,7 ­0,3
Murcia 97,9 96,4 ­1,5 93,4 88,8 ­4,6 ­4,5 ­7,5
ISLAS 108,2 106,6 ­1,6 109,6 104,3 ­5,3 1,4 ­2,4
Baleares 129,2 130,3 1,1 132,1 131,4 ­0,7 2,9 1,1
Canarias 100,2 98,0 ­2,2 98,9 92,1 ­6,8 ­1,3 ­5,9
Ceuta y Melilla 87,5 80,8 ­6,7 111,1 101,6 ­9,5 23,6 20,8
España 100,0 100,0 0,0 100,0 100,0 0,0 0,0 0,0
I. divergencia 16,7 17,8 1,1 12,3 14,9 2,6 ­4,4 ­2,9

Fuente: CRE y elaboración propia

Los datos de renta familiar disponible por habitante que ofrece la CRE sólo alcanzan el año 1991, obligando a considerar el periodo 1986­91. Se aprecia que en 1991 la divergencia interregional de renta familiar/hab (14,9) es inferior a la de VAB/hab (17,8). Por tanto, rentas y transferencias reducen (­2,9) la divergencia derivada del proceso productivo. En todo caso, se aprecia que el efecto corrector de divergencia de las rentas y transferencias es menor, puesto que en 1986 fue de ­4,4 puntos. En consecuencia, las rentas y transferencias continúan siendo un factor de convergencia interregional, aunque de menor entidad.

En consecuencia, puesto que en el periodo se ha dado un aumento de la divergencia de VAB/hab, y a la par se ha reducido el efecto corrector de divergencias de las rentas y transferencias, el resultado es un aumento de la divergencia de renta familiar por habitante (de 12,3 a 14,9%).

Las regiones "beneficiadas" por el comportamiento de rentas y transferencias son Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Navarra, Aragón, es decir el Cuadrante Noroeste y el Valle del Ebro (salvo La Rioja); en la mitad Sur tan sólo Extremadura; y fuera de la península Baleares y Ceuta­Melilla. Las restantes regiones, especialmente La Rioja, Madrid, Cataluña, Murcia y Canarias resultan "perjudicadas".

5. La población en las regiones españolas. En el estudio de la estructura y dinámica demográfica se utilizan datos del INE de los Censos y Padrones municipales, y se agrupan las regiones con arreglo al cuadro adjunto.

ESPACIOS y Regiones
  Madrid
CENTROS Cataluña
    Com.Valenciana
  País Vasco
    Cantabria
  Norte Asturias
    Galicia
SUB­   Navarra
CENTROS Valle Ebro Aragón
    La Rioja
  Sur­ Andalucía
  Sureste Murcia
  Castilla y León
INTERIOR Cast.­La Mancha
  Extremadura
  Baleares
ISLAS Canarias
  Ceuta y Melilla

Fuente: INE y elaboración propia

5.1. La dinámica demográfica en el periodo 1986­91. El estudio de los datos de población regional correspondientes a los años 1986 y 1991 permite obtener algunas conclusiones:

1º. El conjunto de la población española en los cinco años comprendidos entre 1986 y 1991 aumenta a la tasa de variación acumulativa anual de 0,21%, muy inferior a la registrada en períodos anteriores, y próxima al crecimiento cero.

Cuadro 11. Indices de Gini de la población (1960­92)

Años I. Gini Periodos Difer. I. Gini
1960 0,276 60­70 0,066
1970 0,342 70­75 0,017
1975 0,359 75­80 0,013
1980 0,372 80­86 ­0,011
1986 0,361 86­92 0,001
1992 0,362 80­92 ­0,010

Fuente: CRE y elaboración propia

2º. Al igual que ocurre con la producción, durante el periodo no se dan cambios apreciables en el índice de Gini de la población. De manera que, tras el fuerte proceso de concentración de producto y población de los años sesenta y setenta, el producto y la población modifican esta tendencia a partir de los años ochenta. La población registra en todo caso un menor grado de concentración que el producto total (cfr. cuadros 3 y 11).

3º. En estos años, se aprecia cierta "normalización" de los comportamientos regionales anteriores a 1975, dentro de una tónica general de menor vitalidad demográfica, puesto que los Centros (salvo el País Vasco que acrecienta su crisis demográfica) recobran progresividad y el Interior vuelve a la regresividad. Se mantiene, sin embargo, la pujanza demográfica adquirida desde 1975 por el Sur­sureste. Los espacios más progresivos se encuentran, por tanto, en los Centros, en el Sur­sureste y en las Islas, mientras los espacios regresivos se sitúan en la Cornisa Cantábrica (salvo Cantabria), en Galicia y en el Interior.

4º. Las provincias españolas en el período 1986­1991 se comportan de forma muy desigual: 17 provincias han tenido comportamientos progresivos, 9 lo han tenido estancado y 24 se han comportado de manera regresiva.

­ Las provincias con comportamiento progresivo están situadas en los espacios siguientes:

+ siete, en las CC.AA. centrales: Madrid, Tarragona, Gerona, Valencia, Alicante, Castellón, Alava,

+ dos, en el Valle del Ebro: Zaragoza y La Rioja,

+ cinco, en el Sur­sureste: Sevilla, Cádiz, Huelva, Almería y Murcia,

+ las tres provincias insulares: Baleares, Las Palmas y Tenerife.

Nótese que, de estas diecisiete provincias, doce se encuentran en el litoral mediterráneo y suratlántico. En el interior peninsular sólo Madrid, Alava, La Rioja, Zaragoza y Sevilla se comportan progresivamente. Por tanto, en este período la población española ha incrementado su peso en provincias del litoral mediterráneo, Islas, Valle del Ebro y Madrid.

­ Las provincias con estancamiento demográfico han sido las siguientes:

+ en las CC.AA. centrales: Barcelona y Lérida;

+ en la Cornisa Cantábrica: Cantabria;

+ en el Valle del Ebro: Navarra;

+ en el Sur­sureste: Córdoba, Málaga y Granada;

+ y en el Interior: Valladolid y Toledo.

­ Las provincias con comportamiento regresivo se sitúan en los siguientes espacios:

+ en la Cornisa Cantábrica: Vizcaya, Guipúzcoa y Asturias,

+ Galicia: sus cuatro provincias,

+ Valle del Ebro: Huesca y Teruel,

+ Sur­sureste: sólo Jaén,

+ y en el Interior: todas las provincias de las dos Castillas y Extremadura, salvo Valladolid y Toledo.

En consecuencia, los espacios demográficamente regresivos se sitúan en en la Cornisa Cantábrica y Galicia y en la España interior.

5º. En suma, en el período 1986­91, el Eje mediterráneo en sentido amplio (incluyendo las provincias andaluzas), el triángulo Sevilla­Cádiz­Huelva, las Islas, el Valle del Ebro y Madrid son los escenarios de las dinámicas demográficas más intensas, dentro de una tónica general de reducción del crecimiento que aproxima la tasa nacional a cero

5.2. La situación demográfica en 1991. Según el Censo de Población de 1991, la población de derecho en España es de 38.872.268 habitantes, en torno al 12% de la población de la CEE. España es el quinto país de la CEE en volumen de población, tras Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. El análisis regional pone de relieve los siguientes hechos (cfr. cuadro 12):

1. En los Centros reside el 44% de la población española, en los Subcentros el 37%, en el Interior el 13% y en las Islas el 6%. Ello implica que la concentración demográfica es muy desigual en los diferentes espacios. En los Centros y en las Islas se dan altas concentraciones demográficas, en los Subcentros concentraciones intermedias (bajas en el Valle del Ebro) y en el Interior bajísimas concentraciones.

2. Si analizamos la concentración (habitantes por Km2), podemos comprobar las muy altas densidades de las CC.AA. centrales: Madrid (619), Cataluña (190), Comunidad Valenciana (166) y País Vasco (290).

3. El dato provincial señala que las provincias con mayor densidad son: Madrid (619), Barcelona (602), Vizcaya (521), Guipúzcoa (339), Santa Cruz de Tenerife (226), Alicante (220), Pontevedra (200), Valencia (197) y Las Palmas (189).

4. De las once provincias de los Centros, seis tienen densidades muy por encima de la media nacional (77 hab/km2) y de la CEE (144): Madrid, Barcelona, Vizcaya, Guipúzcoa, Alicante y Valencia. Sólo Lérida (29) presenta densidad inferior a la media nacional.

Cuadro 12. La estructura regional de la población española. 1991

ESPACIOS Y Regiones % superficie % población Dens.
  Madrid 1,6   12,73   619
CENTROS Cataluña 6,3 13,9 15,59 43,65 190
    Com.Valenciana 4,6   9,92   166
  País Vasco 1,4   5,41   290
    Cantabria 1,0   1,36   100
  Norte Asturias 2,1 9,0 2,81 11,20 104
    Galicia 5,9   7,03   93
SUB­   Navarra 2,1   1,34   50
CENTRO V. Ebro Aragón 9,5 12,6 3,06 5,08 25
    La Rioja 1,0   0,68   52
  Sur­ Andalucía 17,3 19,5 17,85 20,54 80
  Sureste Murcia 2,2   2,69   92
  Castilla y León 18,7   6,55   27
INTERIOR Cast.­La Mancha 15,6 42,6 4,27 13,55 21
  Extremadura 8,3   2,73   26
  Baleares 1,0   1,82   141
ISLAS Canarias 1,4 2,4 3,84 5,98 205
  Ceuta y Melilla ­­­   0,32   ­­­
ESPAÑA   100,0 100,0 100,0 100,0 77

Fuente: INE y elaboración propia

5. En las Islas también se da una alta densidad demográfica muy por encima de la media nacional: Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas y Baleares (141).

6. En los Subcentros del Norte encontramos densidades algo superiores a la media nacional: Cantabria (100), Asturias (104) y Galicia (93). El dato provincial gallego, sin embargo, ofrece fuertes contrastes entre la muy alta densidad de Pontevedra (200) y La Coruña (139) y las bajas densidades, inferiores a la media nacional, de Lugo (39) y Orense (49).

7. En el Sur­sureste, Andalucía (80) y Murcia (92), la densidad se sitúa algo por encima de la media nacional. Pero Andalucía, al igual que Cataluña, el País Vasco y Galicia presenta acusadas diferencias entre las densidades de las provincias litorales e interiores. Así Córdoba (55) y Jaén (47) concentran mucha menos población que Málaga (160) y Cádiz (146).

8. En el Valle del Ebro, las densidades siguen la habitual pauta de baja densidad de la España interior: Navarra (50), Zaragoza (49) y La Rioja (52) tienen bajas densidades; Huesca (13) y Teruel (10), todavía inferiores.

9. Finalmente las CC.AA del Interior presentan también bajísimas densidades en casi todas sus provincias. Unicamente Valladolid (60) se aproxima algo a la media nacional. Y dentro de este conjunto despoblado, llaman la atención las muy bajas densidades de Soria (9), Guadalajara (12) y Cuenca (12).

Rasgos generales de la estructura demográfica. El conjunto de España presenta, en consecuencia, una estructura demográfica caracterizada por los siguientes rasgos:






















Cuadro 13. Estructura demográfica española (1960­90)

GRANDES Provincias % s/total nacional Variaciones
ESPACIOS   1960 1991 1960­91
  Madrid 8,16   12,73   +4,57  
CENTROS Cataluña 12,63 33,32 15,59 43,65 +2,96 10,33
    C. Valenciana 8,12   9,92   +1,80  
  País Vasco 4,41   5,41   +1,00  
    Cantabria 1,40   1,36   ­0,04  
  Norte Asturias 3,23 13,50 2,81 11,20 ­0,42 ­2,30
    Galicia 8,87   7,03   ­1,84  
SUB­   Navarra 1,32   1,34   +0,02  
CENTROS V. Ebro Aragón 3,57 5,64 3,06 5,08 ­0,51 ­0,56
    La Rioja 0,75   0,68   ­0,07  
  Sur­ Andalucía 19,32 21,93 17,85 20,54 ­1,47 ­1,39
  sureste Murcia 2,61   2,69   +0,08  
  Cast. y León 9,48   6,55   ­2,93  
INTERIOR Cast­La Man 6,55 20,60 4,27 13,55 ­2,28 ­7,05
  Extremadura 4,57   2,73   ­1,84  
  Baleares 1,44   1,82   +0,38  
ISLAS Canarias 3,14 5,03 3,84 5,98 +0,70 +0,95
  Ceuta­Melilla 0,45   0,32   ­0,13  
ESPAÑA   100 100 100 100 0,00 0,00

Fuente: INE y elaboración propia

1º. Un peso acusado en los vértices del cuadrante noreste de la península. En ese cuadrante, especial intensidad tienen Madrid (619) y Barcelona (602), que constituyen los dos polos demográficos de mayor importancia. También el País Vasco, particularmente Vizcaya (521) y Guipúzcoa (339), destaca por su elevada densidad, así como Alicante (220) y Valencia (197). Los cuatro vértices, pues, constituyen los soportes fundamentales de la estructura espacial de la demografía española. En ellos reside cerca del 40% de la población total.

2º. Fuera del cuadrante noreste, encontramos elevadas densidades en determinadas provincias de Galicia, Cornisa Cantábrica, Andalucía y en las Islas: Pontevedra (200) y La Coruña (139); Asturias (104) y Cantabria (100); Málaga (160), Cádiz (146) y Sevilla (116); y Baleares (141), Santa Cruz de Tenerife (226) y Las Palmas (189), respectivamente. En estas diez provincias reside casi el 25% de la población total española.







Cuadro 14. Provincias españolas de alta densidad demográfica

REGIONES Provincias % del total Difer
  de alta densidad 1960 1991 60­91
  Madrid 8,16 12,73 +4,57
  Barcelona 9,22 11,97 +2,75
  Vizcaya 2,44 2,97 +0,53
CENTROS Guipúzcoa 1,54 1,74 +0,20
  Valencia 4,67 5,45 +0,78
  Alicante 2,33 3,32 +0,99
  Total Centros 28,36 38,18 +9,82
  La Coruña 3,36 2,82 ­0,54
  Pontevedra 2,32 2,31 ­0,01
NORTE Asturias 3,23 2,81 ­0,42
  Cantabria 1,40 1,36 ­0,04
  Total Norte 10,31 9,30 ­1,01
  Sevilla 4,04 4,17 +0,13
ANDALUCIA Málaga 2,54 2,99 +0,45
  Cádiz 2,64 2,77 +0,13
  Total Andalucía 9,22 9,93 +0,71
  Baleares 1,44 1,82 +0,38
  Las Palmas 1,49 1,97 +0,48
ISLAS Sta. Cruz de Tenerife 1,65 1,87 +0,22
  Total Islas 4,58 5,66 +1,08
Total provincias alta densidad 52,47 63,07 +10,60

Fuente: INE y elaboración propia

3º. Por tanto, en las 16 provincias españolas más densamente pobladas, con densidades mayores a 100 hab/Km2 (un 30% por encima de la media), reside el 63%, casi los dos tercios del total (cfr. cuadro 14). Nótese que de ellas todas, salvo Madrid y Sevilla, son provincias geográficamente periféricas, de manera que la demografía española sigue sigue respondiendo a las pautas expresadas por R. Perpiñá en su "Corología", que determinaba seis dasicoras (zonas densas): madrileña, barcelonesa, levantina, vasca, gallego­asturiana y andaluza.

6. Conclusiones

1. En 1986 todo el Cuadrante Noreste de la península, buena parte de la Cornisa Cantábrica y las Islas genera producto por habitante por encima de la media nacional. Por el contrario, los más bajos niveles de VAB/hab corresponden a Galicia y la Mitad Sur de la península (salvo Madrid) y Ceuta­Melilla. La divergencia interregional del VAB/hab se sitúa en el 16,8%. Las regiones con menor producto por habitante son las que registran simultáneamente menor productividad y menor tasa de empleo.

2. Durante el periodo 1986­92 se detiene las tendencia concentradora de la producción y la población, en contra de la tendencia mantenida en décadas anteriores. El análisis del crecimiento de la producción regional detecta un menor dinamismo productivo en el Cuadrante Noroeste y en el Valle del Ebro. En cambio, Cataluña, la Mitad Sur y las Islas registran una dinámica productiva superior, gracias a la cual incrementan su peso en el VAB.

3. Durante el periodo 1986­92 se dan importantes alteraciones en las participaciones de los sectores en la producción. Tanto el sector agrario como el sector industrial reducen notablemente su participación en el PIB, mientras que los servicios y en menor medida el sector energético incrementan su peso en el PIB. Estos cambios sectoriales son generales en todas las regiones, si bien de desigual intensidad. La caída de participación del sector agrario es más intensa en regiones con un importante sector agrario, en cambio, la caída de participación del sector industrial es especialmente intensa en regiones tradicionalmente industrializadas. Todo ello ha provocado un cierto proceso de convergencia entre las estructuras productivas de las regiones y la nacional.

4. En cuanto a las tasas de empleo, en 1986 las tasas superiores a la media nacional se registran en la Mitad Norte, mientras que las inferiores en la Mitad Sur. Sin embargo, por el desigual crecimiento de las tasas de empleo, se dan mejorías relativas en el Valle del Ebro, el Eje Mediterráneo, las Islas, Murcia y Madrid, mientras que el Cuadrante Noroeste y la Mitad Sur (salvo Madrid y Murcia), experimentan incrementos relativamente menores, empeorando su posición relativa.

5. Aunque subsisten apreciables diferencias interregionales de productividad, sin embargo en el periodo 1986­92 se da cierta convergencia.

6. El análisis de la especialización del empleo regional correspondiente a 1992 permite detectar especialización agraria en regiones del Cuadrante Noroeste y de la Mitad Sur (Galicia, Asturias, Castilla y León en Cuadrante Noroeste, y Castilla­La Mancha, Extremadura, Andalucía y Murcia, en la Mitad Sur). Especialización energética se da en Galicia, Asturias y Castilla y León, especialización industrial en País Vasco, Valle del Ebro y Eje Mediterráneo. Finalmente, elevada especialización en el sector terciario se registra en las Islas y Madrid.

7. Durante el periodo aumentan las diferencias interregionales de VAB/hab. Todas las regiones del Cuadrante Noroeste reducen de forma notable su VAB/hab relativo. También el Valle del Ebro pierde posiciones. En cambio, en Cataluña y en la Mitad Sur (salvo Murcia), los índices mejoran.

8. El aumento de la divergencia de producto por habitante en el periodo se debe fundamentalmente al no funcionamiento del mecanismo demográfico, corrector tradicional de divergencias interregionales de producto por habitante, y a la pérdida de protagonismo productivo del Cuadrante Noroeste, que ha afectado negativamente a la posición de regiones de bajo nivel de producto por habitante.

9. Aunque la renta familiar disponible por habitante en 1991 registra menor divergencia interregional que el producto por habitante, sin embargo en periodo 86­91 la divergencia de la renta familiar por habitante aumenta, debido no sólo al proceso de divergencia de VAB/hab, sino también al debilitamiento del efecto corrector de divergencia de las rentas (trabajo y capital) y transferencias.





Menú principal de la Biblioteca de la Universidad Complutense
Catálogo BUC Servicios Bibliotecas de Centros Internet por materias Búsquedas

Sugerencias: Biblioteca de Económicas y Empresariales. Servicios de Internet -- Universidad Complutense

Fecha de actualización: 10/08/98