Mis líneas de investigación académicas se centran, a nivel económico-político, en el análisis de las teorías del valor económico, en la influencia de los avances técnicos, tecnológicos y científicos en la producción económica y en las relaciones sociales, económicas y políticas que se desarrollan conjugadamente con esos avances. También estudio temas de economía mundial, geoeconomía, geopolítica y relaciones político-económicas, centrado de manera especial en Iberoamérica. A nivel político, me centro en el análisis de los procesos políticos iberoamericanos del presente, en la dialéctica de clases y de Estados en Iberoamérica y Europa, y en el estudio de diversos movimientos políticos, religiosos, culturales e ideológicos. A nivel filosófico me centro en el análisis ontológico y gnoseológico de la Economía Política, en el estudio de la idea de producción y, a otro nivel, en Filosofía Política, Filosofía de la Ciencia y Filosofía y Teoría Política iberoamericana.
Los temas que orientan mis estudios académicos son los mismos que orientan mis ideas filosóficas, económicas y políticas, que podrían sintetizarse así. En primer lugar la Hispanidad, como conjunto de hombres y mujeres que en el Mundo hablan, piensan, sienten y se relacionan en idioma español y en idioma portugués, y que ocupan una porción de la tierra muy determinada: Iberoamérica, entendiendo Iberoamérica como el conjunto de naciones que en el Mundo hablan español y portugués, más allá del centro americano de esa totalidad político-cultural. Considero que Iberoamérica debe orientar sus esfuerzos a fortalecer esa unidad en lo cultural, en lo económico y en lo político, frente a terceras unidades que pretenden ejercer la hegemonía universal. Y considero que esa hegemonía podría, y debería, ser ejercitada por una Iberoamérica unida. Mi idea de Hispanidad, además, está muy alejada de ideas trasnochadas de la misma elaboradas desde posturas ideológicas contradistintas de las mías, de índole tradicionalista, reaccionaria o españolista-idealista.
En segundo lugar el socialismo, como sistema económico de reparto del valor producido en la sociedad y de la propiedad alternativo a sistemas más individualistas. Entiendo que, aún habiendo una idea genérica de socialismo, han existido y existen diversos modelos socialistas de organizar una sociedad, no siendo siempre compatibles entre sí. Considero que la unidad de Iberoamérica sería más sólida desarrollando un modelo socialista específico que tenga en cuenta las peculiaridades propias que históricamente la han conformado como plataforma continental geopolítica. Considero, además, que un socialismo iberoamericano es la única vía digna que permitiría a nuestras naciones, a nuestros ciudadanos y trabajadores hispanos, llevar una vida más digna y mejor. El socialismo iberoamericano es la única vía que permitiría mitigar las radicales desigualdades sociales, económicas y políticas que sufrimos los 500 millones de personas que trabajamos, vivimos y nos relacionamos en la Plataforma Iberoamericana.
En tercer lugar el materialismo filosófico. Mi acercamiento al marxismo me llevó, ya en la carrera, a conocer la obra deGustavo Bueno, y a no dejarla desde entonces. El primer libro que me leí de él fue El mito de la Izquierda, el cual considero que es una obra maestra de la Filosofía Política. Considero que el materialismo filosófico es el sistema filosófico más sólido, potente y racionalista radical del presente, además de ser la teoría crítica filosófica mejor elaborada hasta ahora. A mi juicio, el materialismo filosófico no es sólo una doctrina cuya finalidad principal consista en la trituración de las ideas y mitos oscuros, irracionales y confusos que atraviesan, y a veces, organizan nuestras sociedades. Considero, además, que esa capacidad crítica del presente debe ser coherente con la totalidad de la obra de Gustavo Bueno, y que debe orientarse, coherentemente por tanto, a la consecución de una Alianza Socialista Iberoamericana, expresión de Ismael Carvallo. Pues ser materialista filosófico es también ser socialista y defender la Hispanidad. Y así se debe ser si se entiende la obra de Gustavo Bueno y otros dentro de un sistema filosófico que tiene una determinada trayectoria y sigue una determinada tradición. No entender el materialismo filosófico así lleva al nihilismo filosófico, a la interpretación protestante de la obra de Bueno (o bien tomando solo partes que gusten más que otras y hacer de ellas el sistema, o bien interpretando literalmente palabras de Bueno sacadas siempre de contexto para hacerlas congeniar con prejuicios políticos e ideológicos establecidos de antemano), y al triturar por triturar.
De la conjunción de estas tres ideas surge en 2007 la bitácora Izquierda Hispánica, que en 2010 se convierte en asociación cívico-política. Esta asociación tiene como pilares ideológicos irrenunciables la Hispanidad, el Socialismo y el Materialismo Filosófico, cuyo fin proléptico es la consecución de esa Alianza Socialista Iberoamericana, teniendo como hoja de ruta la acción crítico-política materialista. Solo esto es ser materialista filosófico, frente a desviaciones fenomenológicas, idealistas, marxistoides o liberales, y frente al anquilosamiento de instituciones nacidas cuando la totalidad de las obras de Gustavo Bueno no se habían escrito, ni tampoco de otros importantes seguidores del sistema.