Historia de los Fondos

La Universidad Complutense recibió esta denominación por ser la sucesora de la fundada por Cisneros en Alcalá de Henares a fines del siglo XV y principios del XVI. El "Reglamento general de instrucción pública" de 1821, durante el trienio constitucional, creó la Universidad Central trasladando a Madrid la de Alcalá, de la que incorporaba sus enseñanzas, su profesorado y su biblioteca, inaugurándose solemnemente en 1822, y aunque repuesto Fernando VII como rey absoluto al año siguiente, dejaba sin efecto las disposiciones del trienio anterior, la instalación de la Universidad en Madrid quedó definitivamente reconocida por la Real Orden de la Reina Regente de 29 de octubre de 1836. Por el "Plan de Instrucción Pública" de Pedro José Pidal, de 17 de septiembre de 1845, incorporó las enseñanzas de Medicina establecidas en el Real Colegio de San Carlos fundado por Carlos III en 1779, las de Farmacia procedentes del Real Colegio de Farmacia establecido por Carlos IV en 1806, y asimiló las de Filosofía impartidas en los Reales Estudios de San Isidro de Madrid.


Rodrigo Ximénez de Rada. "Breviarium historiae catholicae". [BH MSS. 138]

Procedencia de los fondos

El origen de la Biblioteca de la Universidad Complutense se remonta a la época de la fundación de Cisneros y a las adquisiciones del propio cardenal. En el inventario más antiguo, de 1512, aparecen ya algunas de las obras más selectas que todavía hoy posee la Universidad, como el códice de los "Libros del saber de astrología" de Alfonso X el Sabio. Otras instituciones docentes incorporadas a la Universidad, como los Reales Estudios de San Isidro (antiguo Colegio Imperial de los Jesuitas) el Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos, el Real Colegio de Farmacia o el Real Colegio de Veterinaria  aportaron colecciones científicas  de gran riqueza. A esto hay que añadir importantes procedencias personales que, fundamentalmente a lo largo del siglo XIX,  enriquecieron notablemente las colecciones. Las bibliotecas particulares de bibliófilos como la Condesa de Campo de Alange, políticos como Juan Francisco Camacho, profesores de Universidad como Chinchilla, Hernández Morejón, Julián Sanz del Rio, Luis Simarro o Rafael Ureña o rectores como Fernando de Castro y Rafael Conde y Luque han contribuido a la formación un fondo bibliográfico de gran valor para la investigación histórica.

Tan rico patrimonio necesitaba de una instalación que garantizase tanto su conservación como su utilización con fines científicos. A tal efecto se ha dirigido el proyecto de Biblioteca Histórica, para el que se han centralizado los fondos antiguos de las facultades en el edificio construido en 1928, a expensas de don Ramón Pelayo de la Torriente, Marqués de Valdecilla, en la calle del Noviciado, anejo al de la antigua Universidad de la calle de San Bernardo.

La Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid es la segunda biblioteca de Madrid en cuanto a volumen de libros anteriores al siglo XIX, después de la Biblioteca Nacional, y ocupa indudablemente un puesto entre las cinco primeras bibliotecas de España. La colección bibliográfica está compuesta de unos 3.000 manuscritos, 725 incunables, y un volumen de impresos de los siglos XVI a XVIII que se aproxima a los 100.000. Posee también una pequeña colección de grabados sueltos y libros de estampas.

 

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