Procedencia de los fondos El origen de la Biblioteca de la Universidad Complutense se remonta a la época de la fundación de Cisneros y a las adquisiciones del propio cardenal. En el inventario más antiguo, de 1512, aparecen ya algunas de las obras más selectas que todavía hoy posee la Universidad, como el códice de los "Libros del saber de astrología" de Alfonso X el Sabio. Otras instituciones docentes incorporadas a la Universidad, como los Reales Estudios de San Isidro (antiguo Colegio Imperial de los Jesuitas) el Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos, el Real Colegio de Farmacia o el Real Colegio de Veterinaria aportaron colecciones científicas de gran riqueza. A esto hay que añadir importantes procedencias personales que, fundamentalmente a lo largo del siglo XIX, enriquecieron notablemente las colecciones. Las bibliotecas particulares de bibliófilos como la Condesa de Campo de Alange, políticos como Juan Francisco Camacho, profesores de Universidad como Chinchilla, Hernández Morejón, Julián Sanz del Rio, Luis Simarro o Rafael Ureña o rectores como Fernando de Castro y Rafael Conde y Luque han contribuido a la formación un fondo bibliográfico de gran valor para la investigación histórica. Tan rico patrimonio necesitaba de una instalación que garantizase tanto su conservación como su utilización con fines científicos. A tal efecto se ha dirigido el proyecto de Biblioteca Histórica, para el que se han centralizado los fondos antiguos de las facultades en el edificio construido en 1928, a expensas de don Ramón Pelayo de la Torriente, Marqués de Valdecilla, en la calle del Noviciado, anejo al de la antigua Universidad de la calle de San Bernardo. La Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid es la segunda biblioteca de Madrid en cuanto a volumen de libros anteriores al siglo XIX, después de la Biblioteca Nacional, y ocupa indudablemente un puesto entre las cinco primeras bibliotecas de España. La colección bibliográfica está compuesta de unos 3.000 manuscritos, 725 incunables, y un volumen de impresos de los siglos XVI a XVIII que se aproxima a los 100.000. Posee también una pequeña colección de grabados sueltos y libros de estampas.
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