Borges en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires
VIDA Y OBRA (1910-1930)

La vocación literaria de Borges surgió a temprana edad en aquel niño que amaba los libros. A los seis años decía que sería escritor. A los nueve tradujo "El príncipe feliz" de Oscar Wilde y un primo paterno lo publicó en el periódico El País.

Entre 1914 y 1918 Borges vivió en Ginebra, donde cursó su bachillerato y profundizó en el conocimiento de la cultura europea, tan presente en su obra. En 1920 regresó a Buenos Aires.

Revista Mural: "Prisma"Un hecho fundamental en su regreso al país fue su encuentro con Macedonio Fernández. En reiteradas oportunidades, Borges confesó haber aprendido a su lado a leer con escepticismo, ya que antes, según explicó, era un lector crédulo. Nueve años después de la muerte de Macedonio, ocurrida en 1952, Borges realizó una antología de su obra y escribió su prólogo, en el que retrata a este original metafísico y poeta porteño.

En 1922 junto a Ricardo Güiraldes y Macedonio Fernández, entre otros, funda la revista literaria Proa, de la cual se publicaron sólo tres números. Antes de partir otra vez a Europa entregó a imprenta su primer libro de poemas, "Fervor de Buenos Aires". Entusiasmado con el éxito de esta primera edición, en 1925 edita "Luna de enfrente", otro volumen de versos, e "Inquisiciones", un volumen de ensayos breves. Escribe, en este período, "El Generaal Quiroga va en coche al muere", uno de sus grandes poemas.

"El tamaño de mi esperanza", publicado en 1926, conserva un estilo semejante al del primer libro de ensayos, pero se distingue por su tratamiento de temas locales: Carriego, Estanislao del Campo, coplas criollas, etcétera. El español hablado en los arrabales sudamericanos se convirtió en tema de la primera conferencia de Borges, dictada en el Instituto Popular de Conferencias de La Prensa, y apareció en 1928 integrando un volumen que llevó el mismo título de la conferencia: "El idioma de los argentinos".

REVISTA MURAL PRISMA

En 1921, de regreso a Buenos Aires después de un segundo viaje por España, en el que recibió gran influencia del escritor Rafael Cansinos Assens, Borges fundó la revista mural Prisma. Le acompañaron en esta empresa su primo Guillermo Juan Borges, Eduardo González Lanuzza, Francisco Piñeiro y su hermana Norah, quien sería la encargada de los dibujos que ilustraron cada edición. Aparecieron dos números: en diciembre de 1921 y en marzo de 1922. Cada ejemplar consistía en una única hoja y contenía un manifiesto y algunos poemas breves de Borges.

Los jóvenes salían por la noche a recorrer las calles de la ciudad con la revista y la pegaban en los frentes de los edificios públicos. Tiempo más tarde Borges diría: "Fue un cartelón que ni las paredes leyeron". Sin embargo, Alfredo Bianchi, director de la revista Nosotros, leyó uno de los murales y le pidió a Borges que escribiera un artículo donde explicara qué era el "ultraísmo", movimiento literario al que Borges pertenecía por entonces y que consideraba a la metáfora el elemento primordial de la poesía, dándole más importancia a la imagen que al contenido.

LIBROS RENEGADOS

Borges: "El idioma de los argentinos""El idioma de los argentinos", "El tamaño de mi esperanza" e "Inquisiciones", libros publicados entre 1925 y 1928, fueron obras de las que con el correr de los años renegó el autor y desterró de su producción literaria. A propósito cabe recordar una anécdota ocurrida en Oxford en 1971. Durante una charla académica un estudiante le hizo una pregunta acerca de "El tamaño de mi esperanza". De inmediato Borges aseguró que tal libro no existía y le sugirió que no lo buscara más. A continuación propuso cambiar de tema y narró anécdotas de viajes. Al día siguiente el mismo estudiante le llamó por teléfono y le confirmó que había una copia del libro en la Bodleian Library. "¿Qué vamos a hacer, María, estoy perdido!", dijo Borges entonces a María Kodama, que le acompañaba, con cara de resignación.

En las tres obras, Borges manifestó una gran preocupación por el lenguaje rioplatense y procuró utilizar los adjetivos con moderación. Hispanizó los nombres propios creando engendros como "Guillermo Shakespeare" o "Enrique Heine", y llenó sus páginas de neologismos y criollismos (tomados éstos de un diccionarios de argentinismos). Al poco tiempo tal tendencia le pareció pasada de moda, y ése fue el principal motivo de su rechazo a las tres obras y de su negativa a incluirlas en sus Obras completas. Recientemente fueron reeditadas tras la muerte de Borges, a principios de esta década, con permiso de María Kodama, resultando un lapso de casi 70 años entre las primeras ediciones y las segundas.

correo electrónico  Biblioteca de la UCM