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Presentación Rafael Puyol Antolín (Ver catálogo) Rector de la Universidad Complutense
Desarrollo de la psicología española contemporánea Simarro: deuda de honor(Ver
catálogo) Comisario de la exposición: |
Introducción El hombre: los años de formación El compromiso con la ciencia y la sociedad Los inicios de la psicología experimental Los psicólogos en el exilio La consolidación de una ciencia y una profesión
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. El hombre: los años de formación Los años de niñez y juventud de Simarro son tiempos agitados. Guerras carlistas, pronunciamientos militares, agitación colonial, comienzos de la modernización (ferrocarriles, planes de estudios, legislación). Frente a los grupos conservadores, se significó muy pronto como una figura radical y republicana y defensora a ultranza del librepensamiento. Vivió uno de los períodos más convulsos de la historia española. Su juventud se desarrolló en el seno de una España que se debatía entre dos tendencias contradictorias: la apertura hacia Europa en forma de un desesperado intento de recuperación del lugar preponderante que el país tuvo en el concierto internacional y, al mismo tiempo, la consolidación de un estado social y mentalmente conservador. Las guerras carlistas, las constantes insurrecciones militares, la guerra de África, la Revolución de 1868, las revueltas estudiantiles que preludiaron la caída del régimen monárquico de Isabel II e incluso el surgente movimiento obrero, influyeron decisivamente en la formación de un joven Simarro educado en el ambiente romántico de la Valencia de mediados del XIX. En el plano intelectual, el radicalismo de este joven estudiante de medicina se hizo patente en su encendida defensa del positivismo en el Ateneo Valenciano. Por ello se enemistó con uno de sus profesores de medicina. Esta circunstancia, unida a la perdida de su plaza como profesor en el Colegio de San Rafael por motivos también ideológicos, obró como detonante en su decisión de trasladarse a Madrid. El entorno familiar
Simarro en Madrid: Medico, investigador y profesor En Valencia Simarro, participó en la Junta Revolucionaria (1869) y en el levantamiento cantonal. Allí inicia sus estudios de medicina. Su defensa del positivismo en el Ateneo y su radicalismo, le obligaron a terminarlos en Madrid en 1874.En Madrid frecuenta el Ateneo y la Institución Libre de Enseñanza (ILE) de la que es miembro fundador por su amistad con Giner de los Ríos. También colabora en la Escuela Práctica Libre de Medicina y Cirugía, organizada por Pedro González de Velasco (1815-1882) fundador del Museo Antropológico de Madrid donde enseña higiene, tema de su tesis doctoral (1875). En su tesis muestra una orientación monista y evolucionista. Evolucionismo y positivismo encontraron eco en publicaciones, como la Revista Contemporánea de José del Perojo. Las primeras publicaciones de Simarro aparecen en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Al crearse el Museo Pedagógico, Simarro se implica en el mismo como profesor de psicología fisiológica, organizando allí en 1894 un pionero Laboratorio de Antropología Pedagógica.
La estancia en París: maestros y amigos Comenzó a ejercer en Madrid como médico del Hospital de la Princesa, de la Beneficencia y del Manicomio de Santa Isabel pero en 1880, se siente desconectado de los progresos científicos y toma la decisión de ir a estudiar a París (1880-1885). Como recuerda su amigo el doctor Cortezo, Simarro se quejaba de la falta de clima intelectual apropiado para hacer ciencia en España: "yo necesito ir a París, y después… a donde haga falta". En París pasó cinco años estudiando con histólogos, neurólogos y psiquiatras como Duval, Ranvier, Magnan o Richer y Charcot en La Salpétrière. También trató a personajes españoles del exilio como al filósofo y ex presidente de la I República Española Nicolás Salmerón.
El compromiso con la ciencia y la sociedad La vuelta de Francia supuso para Simarro un cierto éxito como neuropsiquiatra en su propia clínica y la reincorporación en el Hospital de la Princesa Pero en una conferencia que pronunció en 1886 en el Ateneo de Madrid sobre Pedro Mata y Mateu Orfila se lamenta: "las obras del genio exigen siempre la colaboración del medio". El retorno a Madrid supuso también su reencuentro con la ILE. Ello le indujo a preocuparse estrechamente por la aplicación de la psicología experimental a los problemas de la pedagogía como se muestran en El exceso de trabajo mental en la enseñanza Simarro neurohistólogo
La Cátedra de Psicología Experimental en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid En 1902 sale a concurso la cátedra recién creada de psicología experimental, que obtuvo Luis Simarro presentando un trabajo sobre la iteración que fue publicado en el BILE. Proyecta un laboratorio que no llegó a lograrse. Esta nueva tribuna le sirvió para dar a conocer la nueva psicología. Solía recomendar a sus alumnos como libro de texto el Compendio de Psicología de Wundt. Como defensor del evolucionismo y el asociacionismo, dio a conocer autores como William James, Francis Galton, T. Ziehen o W. Bechterev. Su discípulo Viqueira recopiló unas notas de sus clases en La Psicología Contemporánea (1930). Sus clases, muy concurridas, no eran fáciles de aprobar. Simarro en sus trabajos de la cátedra, cuenta con la ayuda de Cipriano Rodrigo Lavín quien a su muerte será su albacea y dirigirá el laboratorio de psicología experimental de la Fundación Simarro en la Facultad de Ciencias. Laboratorios y docencia. Pasión y necesidad Simarro, persona de claro talante empírico, siempre fue un apasionado del trabajo de laboratorio y no dudo en crear uno, de carácter modesto, en su primera vivienda madrileña del Arco de Santamaría.Tras edificar la casa de General Oráa, junto al palacete de Lázaro Galdiano, instaló en ella la gran biblioteca que poseía. En los bajos de su casa y de la contigua del Dr. Madinaveitia establecieron un magnifico laboratorio privado del que pudieron beneficiarse N. Achúcarro, G. Rodríguez Lafora y L. Calandre. Más tarde, hizo también esfuerzos en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central para fundar un laboratorio universitario, que apenas pudo desarrollarse. Realizó estudios sobre hipnotismo y localizaciones cerebrales. Mantuvo estrechas relaciones con intelectuales españoles e iberoamericanos como el psicólogo Carlos Octavio Bunge, el economista español Antonio Flores de Lemus o el poeta Juan Ramón Jiménez o su viejo amigo Giner de los Ríos. El Dr. Simarro: vida profesional Junto a su labor académica Simarro mantuvo siempre una actividad profesional clínica muy destacada. Realizó peritajes forenses muy relevantes como son los de los casos del cura Galeote, o su contrainforme a uno de Charcot y Hardy sobre Martín Larios, o el de la fuga del Infante de Orleáns. Su figura como profesor investigador le llevó a participar en el comité directivo la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas y ejercer como docente en temas psicopatológicos en el recién creado Instituto de Criminología que dirigió Rafael Salillas. Ciudadano Simarro Mantuvo siempre un republicanismo activo defendiendo la libertad de pensamiento, el monismo y el agnosticismo, hasta el final de su vida. Fue miembro activo de organizaciones como la Asociación para el Progreso de las Ciencias, la Liga Monista, que hacia de la ciencia la base de la comprensión del mundo; también perteneció a la Federation Internationale de la Libre Pensée y enconado opositor a la pena de muerte. Tras la Semana Trágica (Barcelona 1909), salió en defensa de Francisco Ferrer Guardia, fundador de la Escuela Moderna de Barcelona acusado de inducir la revuelta. En 1910 publicó su único libro sobre El proceso Ferrer y la opinión europea, con una repercusión internacional. En 1913 fundó la Liga para la Defensa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que se destacó en la defensa de los sindicalistas tras la huelga general de 1917, apoyó a Unamuno y proporcionó apoyo en casos de conflictos sociales. Afiliado a la Masonería Española desde su juventud, llegó a alcanzar el rango de Gran Maestre.
La Biblioteca de Simarro. La Fundación
Los inicios de la psicología experimental Las primeras escuelas La psicología española se desarrolla a partir de dos núcleos, uno en Madrid, con Simarro y Giner y otro en Barcelona liderado por Ramón Turró i Darder (1854-1916). El proceso respondía a la inquietud cultural y social de comienzos del siglo XX. No fueron "escuelas rivales" sino que compartieron una línea de trabajo aplicada. La Escuela de Madrid se orientó hacia la neuropatología, manteniendo una proximidad con las concepciones psicopatológicas, sociales y humanistas. Sus discípulos Gonzalo R. Lafora y N. Achúcarro realizaron estudios destacados en neuropatología. Algunos discípulos iniciaron su carrera como profesores de filosofía de enseñanza media y otros como M. Navarro Flores se orientaron hacia la psicología aplicada al igual que Vicente Viqueira que fue autor del primer trabajo de psicología publicado en Alemania por un español. Otras figuras próximas fueron J. Besteiro, R. Altamira o Juan Zaragüeta. La de Barcelona se inclinó hacia un modelo biológico y fisiológico en sentido amplio. En ella tuvo un lugar destacado la investigación experimental de laboratorio. Junto a Turró destaca A. Pi Suñer. La psicotecnia La tradición psicológica madrileña, orientada hacia la intervención terapéutica en la escuela y el trabajo tuvo, entre otros frutos, la fundación del Patronato Nacional de Anormales (1915). Paralelamente en Barcelona se estableció el Institut d'Orientació Profesiona (1918) que pronto alcanzó una importancia extraordinaria bajo la dirección de Emilio Mira. En 1922, aparece el Instituto de Reeducación Profesional de Inválidos del Trabajo dirigido por César de Madariaga y Antonio Oller que fue una de las cunas de la psicología en nuestro país. En 1924 Primo de Rivera estableció la enseñanza profesional. El Instituto de Reeducación de Inválidos se convirtió en Escuela de Orientación Profesional en Madrid y el Instituto ya existente en Barcelona. En 1928 ambos centros se consolidan como Institutos de Orientación Profesional y se crean una red de oficinas-laboratorio por todo el país, dependientes de aquellos. Los colegios de jesuitas también aplicaron la psicotecnia a la educación. En la II República, el Instituto de Barcelona se adscribió a la Generalidad de Cataluña y el de Madrid se convirtió en Instituto Nacional de Psicotecnia (1934) y la psicotecnia española se incorporó plenamente al movimiento científico de la época. Expresión de este desarrollo de esta psicología fueron las primeras publicaciones especializadas y los Congresos Internacionales de Psicotecnia celebrados en Barcelona (1921, 1930) y la introducción de los primeros test. José Germain (1898-1986) y Mercedes Rodrigo (1891-1982) hicieron la primera adaptación baremada del test de Binet Terman, iniciando la psicología aplicada. Irradiación de la psicología al mundo de la cultura La psicología atrajo también el interés de figuras como Ortega, D'Ors o Marañón, que realizó un trabajo convertido en un clásico en el estudio de la emoción. Las nuevas ideas ganaron adeptos entre educadores, como D. Barnés, y magistrados, políticos S. de Madariaga, economistas (Gual Villalbí), patólogos (Novoa Santos), ingenieros (C de Madariaga), pintores o escritores y poetas (Sánchez Mejías, autor de un drama inspirado en ideas psicoanalíticas). La tribuna de la Residencia de Estudiantes se hizo eco de muchos de estos desarrollos. Entre los nuevos campos de aplicaciones destaca el de la psicología jurídica y la "paidología" en el mundo educativo. La expansión de una ciencia En el mundo académico el crecimiento de esta nueva ciencia se refleja en las tempranas traducciones de autores de relieve: Pavlov (traducido poco después de aparecer la edición rusa), Freud, (cuyas obras completas se publican por primera vez en castellano, tras la edición original alemana), Piaget (pionero de la psicología evolutiva) y Koffka (autor de una obra fundamental en la psicología de la forma), que proporcionan obras fundamentales de la nueva psicología. Se realizan los primeros trabajos de adaptaciones de test de inteligencia (Germain-Rodrigo, Orellana, Gil de Fagoaga). La psicotecnia se extiende al mundo militar. Los psicólogos españoles recibieron el encargo de organizar en Madrid en 1936 el XI Congreso Internacional de Psicología. La guerra civil impidió su celebración y obligó a trasladarlo a Paris en 1937. España que perdimos, no nos pierdas guárdanos en tu frente derrumbada, conserva en tu costado el hueco duro de nuestra ausencia amarga. PEDRO GARFIAS (1939) La Guerra Civil supuso el abrupto final de una situación de progreso dentro del panorama psicológico español. El apoyo que muchos intelectuales e investigadores otorgaron al Gobierno republicano motivó que buena parte ellos abandonaran el país. Para la psicología en particular este exilio masivo tuvo efectos devastadores. Pero la labor de los psicólogos emigrados fue muy positiva y creadora.Rodríguez Lafora, en México, contribuyó al desarrollo de la psiquiatría, la neuropsicología y una adecuada política sanitaria de la salud mental. Fundó además, con Isaac Costero un Instituto de Estudios Médicos y Biológicos (1941) y algunos otros centros. Emilio Mira, creador del test miokinético, se instaló al cabo en Brasil. Fundó el ISOP (Instituto de Seleçao e Orientaçao Profissional) y, en 1948, los Arquivos Brasileiros de Psicotécnica. Contribuyó decisivamente a la introducción y divulgación de la psicotécnica en el mundo latinoamericano. Ángel Garma, el primer gran psicoanalista español, recaló en Argentina (1938). Su trabajo resultó decisivo para comprender el desarrollo que el psicoanálisis ha tenido históricamente en aquél país. Fundó la Asociación Psicoanalítica Argentina (1942) y la Revista de Psicoanálisis (1943), ejerciendo además una influyente labor de magisterio y formación. Mercedes Rodrigo, educadora y psicotécnica, marchó a Colombia en 1939. Allí fundó un Instituto de Psicología Aplicada y organizó la titulación en psicología (1948). En 1950, obligada a salir del país fue a Puerto Rico, donde continuó trabajando. Otros muchos nombres de los psicólogos emigrados merecen ser citados: José Peinado, Francisco del Olmo, Juan Cuatrecasas, Guillermo Pérez Enciso,... Todos ellos contribuyeron al desarrollo de la psicología en sus países de adopción. También fuera de España realizaron investigaciones relevantes Lorente de No y Ajuriaguerra. La consolidación de una ciencia y una profesión La posguerra. La escuela de José Germain Tras un tiempo en el exilio, José Germain decidió regresar a España con una idea perfectamente definida: reconstruir aquella ciencia psicológica que la tragedia de la Guerra Civil había truncado. Y la tarea no era sencilla porque no había quedado demasiado en pie. De hecho, fue sólo a finales de la década de 1940 que el panorama comenzó a ser propicio para sus intereses.En 1946 da un primer paso con la fundación de la Revista de Psicología General y Aplicada. Luego, en 1948 y por mediación del Padre Gemelli, se encargará de la dirección de un departamento de psicología experimental en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Este fue el núcleo de irradiación desde el que renacería la psicología científica española.El Departamento del CSIC, potenció la formación de especialistas y formadores de las nuevas generaciones de psicólogos, como Yela, Pinillos, Siguán, Secadas, Úbeda, Pertejo, Forteza, Álvarez Villar y García Yagüe entre otros. También fundó Germain en 1952 la Sociedad Española de Psicología (SEP) y en 1953 de la Escuela de Psicología y Psicotecnia, en el seno de la Universidad de Madrid, que formó a un cierto número de profesionales y que, sirviendo de ejemplo para la formada en Barcelona (1964), fue el origen del desarrollo de la profesión. Renacimiento de la psicología Desde los años 50 los psicólogos fueron incorporándose a empresas importantes, y ocuparon puestos técnicos en los Institutos Provinciales de Psicología y Psicotecnia -hoy extinguidos- o en el CSIC donde el P. Barbado (profesor de psicología en la Facultad de Filosofía y Letras) fue director del Instituto Luis Vives. En campos afines, como la neuropsicología, los trabajos de Rodríguez Delgado en USA tuvieron resonancia internacional. La puesta en marcha de los estudios de psicología generó la elaboración y publicación de manuales (Pinillos, Cruz Hernández...), estudios especializados (análisis factorial, psicología organizacional, estudios del desarrollo, elaboración de tests y pruebas: Yela, Secadas, Pinillos, García Yagüe, M.E. Romano, Gonzalo,Tranque, grupos TEA y MEPSA). Desde ese momento, el desarrollo ha sido enorme, con la creación del Colegio Oficial de Psicólogos y de numerosas Facultades de Psicología. Hoy son innumerables los profesionales trabajando en la administración y en empresas privadas y públicas, mientras un gran número de investigadores realizan estudios que publican en revistas nacionales e internacionales. Desarrollo e institucionalización de la psicología El gran crecimiento de la psicología como ciencia y como profesión ha tenido lugar tras establecerse la licenciatura en psicología en la universidad, primero como sección en la Facultad de Filosofía y Letras (1968) y más tarde como Facultad de Psicología independiente (1980). La primera Facultad fue la de la Universidad Complutense que inició sus actividades en 1980 con Jesús Amón como decano. Ese mismo año se estableció el Colegio Oficial de Psicólogos, organización profesional que ha dado respaldo social a los psicólogos. Su primer decano fue Carlos Camarero. Hoy la psicología ha alcanzado un gran desarrollo tanto, por las investigaciones y estudios que se llevan a cabo, como por la presencia profesional del psicólogo en numerosos campos de la actividad social. En su conjunto este campo científico está completamente integrado con la actividad de los psicólogos del mundo contemporáneo.
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