La tradición medieval de las llamadas genéricamente "Mirabilia Urbis Romae", que al parecer tiene su origen a mediados del siglo XII, se mantuvo vigente durante los últimos años del siglo XV y buena parte del siglo XVI. Fue entonces cuando se publicaron los primeros ejemplares impresos de estas humildes guías de Roma, formados por una descripción somera de la ciudad y, en particular, de sus iglesias, en la que abundan las narraciones de episodios milagrosos o extraordinarios.
[José María Riello Velasco]