Diplomático y político, comenzó su carrera en época de Carlos IV, y la prosiguió sin grandes contratiempos durante la guerra y el reinado de Fernando VII, sin llegar a ser apartado del servicio durante el Trienio Liberal. En 1796 comienza su carrera diplomática, al ser nombrado agregado en Dresde. Con la subida al trono de José Bonaparte abandonó sus funciones y pasó a la Península para ponerse al servicio del gobierno insurgente. Fue oficial de la Secretaría de Estado muchos años hasta que en 1816 pasó como secretario a París. Ocupó la Secretaría de Estado en 1819 y al cesar, volvió a Dresde como ministro. El gobierno liberal le envió en 1821 a San Petersburgo y la restauración del absolutismo le volvió a nombrar Secretario de Estado en 1826, desempeñando el cargo hasta 1832, año de su muerte. Su memoria ha quedado como la de un político oscuro, que no dejó huella en la política internacional española de la época de Fernando VII a pesar de haber desempeñado durante seis años por la Secretaría de Estado.
En la Biblioteca Histórica se guardan cinco de sus libros: los tres volúmenes del Corps Universal Diplomatique du Droit de Gens, (1726), junto con el suplemento del mismo (1739), que podemos considerar como parte de su biblioteca profesional pero con el carácter de libros de coleccionista, y una traducción francesa de las comedias de Artistófanes, igualmente del siglo XVIII.