Los otros
colegios de Alcalá
La fundación cisneriana del
Colegio Mayor dedicado a San Ildefonso -uno de los seis que hubo en la España del antiguo
régimen, junto a los cuatro de Salamanca y al de Valladolid-, fue concebida desde el
principio para ser acompañada de la de otros colegios que carecían de la categoría de
mayores, por lo que a veces se denominaron "menores". Al parecer Cisneros
concibió la creación de dieciseis colegios para estudiantes pobres, que se sustentarían
con las cuantiosas rentas con que había dotado al Colegio Mayor, donde se estudiasen la
Teología y las Artes Liberales. En 1513, es decir, muy poco después de entrar en
funcionamiento la Universidad, Cisneros había ya decidido la creación de seis nuevos
colegios, en general de orden independiente, a diferencia de otros fundados con
posterioridad vinculados a las órdenes religiosas, aunque con una cierta dependencia del
Mayor, pues a veces se cursaban en ellos los primeros años: el de San Pedro y San Pablo,
único vinculado a una Orden, al tratarse de la Franciscana del Fundador, en edificio
aledaño al del Colegio Mayor, con Constituciones otorgadas por el propio Cisneros; en el
siglo XVIII Nicolás Aniceto Alcolea escribió su historia, y se publicaron sus
Constituciones y Estatutos.
El Colegio de la
Madre de Dios, conocido como Colegio Teólogo, aunque también destacaron en él los
estudios de Medicina, fue sin duda uno de los más importantes, y desde luego el que tuvo
mejor biblioteca, habiendo recibido también las Constituciones de Cisneros. El Colegio de
Santa Catalina, conocido como de los Artistas (bachilleres en Artes) o de los Físicos. El
Colegio de Santa Balbina, en recuerdo del título cardenalicio de Cisneros, también
llamado de los Lógicos, porque esta y otras disciplinas filosóficas y teológicas,
correspondientes a los primeros cursos de Artes, eran las que allí se cursaban. Los
Colegios de San Eugenio y de San Isidoro, de Gramáticos (tanto latinos como griegos), que
en el siglo XVII se fundieron en uno solo llamado de San Ambrosio.
A
partir del segundo cuarto del siglo XVI, ya tras la muerte del fundador de la Universidad,
empiezan a proliferar los colegios de las órdenes religiosas: Dominicos, Franciscanos,
Trinitarios Calzados y Descalzos, Cistercienses, Agustinos, Mercedarios Calzados y
Descalzos, Jesuitas, Carmelitas Calzados y Descalzos, Clérigos Regulares Menores,
Basilios. Quizá convenga destacar de éstos el de los Jesuitas, por su monumentalidad y
por su vinculación a la historia religiosa de Alcalá, pues en él se guardaban las
veneradas Sagradas Formas, y cómo no, por su biblioteca que rivalizaba con la del Colegio
Mayor. También los hubo de las órdenes militares, de fundación real (por Felipe II),
como el de San Felipe y Santiago, llamado del Rey, y desde luego de fundación privada,
como el de Santiago o de los Caballeros Manriques, el de Santa Catalina Mártir o de los
Verdes, el de San Ciriaco y Santa Paula o de Málaga, de fábrica suntuosa, etc.
Aquí pueden
verse las Constituciones del Colegio de Málaga publicadas sesenta años después de su
aprobación, una alegación del Colegio del Rey solicitando el título de Colegio Mayor,
las Constituciones que dieron en el siglo XVIII a los Colegios de la Concepción y de San
Pedro y San Pablo, y otros documentos.
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