La historia del libro a través de las colecciones de la Universidad Complutense.

La imprenta española en el siglo XVI:
Humanismo y Renacimiento

El renacimiento, tanto en ciencia como en arte, significa el intento de superación de la Edad Media y la construcción de una nueva cultura para una sociedad donde al clero se superpone una monarquía fortalecida y una incipiente burguesía. La recuperación del saber de la antigüedad clásica, las labores de depuración filológica, el descubrimiento de nuevos horizontes científicos, la pervivencia del escolasticismo, los debates sobre las reformas eclesiasticas, erasmistas y antierasmistas, lucha entre ciencia y dogma... Para todo ello, el libro será la más rica savia que ayudará, definitivamente, al fin de la Edad Media y al nacimiento de la Edad Moderna.

El libro español del XVI se impregna de humanismo y se suma a las diversas y, en muchas ocasiones, contradictorias corrientes intelectuales de un siglo que se debate entre la tradición y la renovación en la ciencia, la cultura y la religión.

Dos de las figuras claves del humanismo español son el Cardenal Cisneros y Antonio de Nebrija. El primero, además de ser una figura política de primer orden, supo crear una ambiente cultural que abrió ventanas a la modernidad. Fue mucha su influencia y su prestigio, editándose múltiples obras sobre su vida como la escrita por Alvar Gómez de Castro, De rebus gestis a Francisco Ximenio Cisnerio (Alcalá, Angulo, 1569).

Antonio de Nebrija, con su Gramática de 1492, que tambien posee la Biblioteca Histórica, se empeña en dotar a la lengua castellana de reglas que la fijasen y la permitiesen ser compañera del imperio, convirtiéndose así en uno de los pensadores de mayor influencia en el desarrollo de nuestra cultura. Otras de sus muchas obras es la aquí expuesta, Apologia earum rerum quae illi obijciuntur (Granada, 1535).

Pedro Ciruelo, el famoso "Maestro Ciruelo", es el personaje más representativo del modelo humanista implantado en el Colegio-Universidad de Alcalá. Filósofo, astrónomo, teólogo, matemático, aquí está representado por su más famoso libro matemático el Cursus quattuor mathematicarum artium liberalium impreso, como muchas de sus obras, por la imprenta de Brocar en 1516. En el ejemplar expuesto se mezclan el texto tipográfico, las ilustraciones científicas y capitales xilográficas y las anotaciones manuscritas de alguno de los alumnos o profesores que estudiaron en él pues, no hay que olvidarlo, los libros que guarda la Biblioteca Histórica proceden, en su gran mayoría, de instituciones educativas y fueron comprados y conservados para ser libros de estudio.

En el campo de la ciencia, los grandes descubrimientos geográficos del siglo hicieron posible el conocimiento y estudio de nuevas plantas y medicinas, como las descritas por el médico y naturalista Cristobal de Acosta en Tractado de las drogas y medicinas de la Indias Orientales con sus plantas debuxadas al biuo (Burgos, Martín de Victoria, 1578). Esta obra, con numerosas ilustraciones xilográficas, tuvo una gran difusión por Europa.

 


MEDINA, Pedro de
Primera y segunda parte de las Grandezas
y cosas notables de España...
Alcalá de Henares: Juan Gracián, 1595.
30x20 cm. [FLL Res. 490].

La medicina española mantuvo durante este siglo un pulso entre la anatomía galénica, de tradición medieval, y las nuevas corrientes vesalianas. Ambas tendencias están presentes en nuestras aulas y en nuestros libros siendo el más representativo de la primera Bernardino Montaña de Monserrate, con su obra Libro de la anathomia del hombre (Valladolid, Sebastián Martínez, 1551), y abriendo una nueva escuela de anatomía Juan Bravo, cuya obra, In libros Galeni de differentijs febrium commentaria (Salmanticae, Ioannes Ferdinandus, 1596) tiene, en el ejemplar expuesto, portada con decoración dorada e iluminaciones a mano.

La cosmografía y navegación españolas encuentran en Pedro de Medina su mejor valedor quien, como casi todos los hombres doctos de la época, se dedicó a varias disciplinas. Aquí se expone su Primera y segunda parte de las Grandezas y cosas notables de España (Alcalá, Juan Gracián, 1595) con brillante resolución de la portada en la que aparece en grabado xilográfico el mapa de España.