De las primeras
encuadernaciones al mudéjar. Las
primeras encuadernaciones artísticas se desarrollaron en Egipto hasta el siglo
VII y son las llamadas encuadernaciones coptas que en su estructura decorativa
muestran, en el centro de la tapa, una cruz diagonal junto a hierros sueltos
como figuras de animales, estrellas y círculos. Algunos de estos motivos
decorativos fueron adoptados por las encuadernaciones árabes. Las
encuadernaciones de orfebrería se empleaban generalmente para recubrir libros de
culto, como evangelarios y misales, los cuales estaban bellamente decorados con
materiales preciosos como oro, plata, marfil y piedras preciosas con las que se
decoraban escenas religiosas como el Pantocrátor, la Virgen, la Crucifixión…
sobre tapas de madera. Estas encuadernaciones proceden de la época bizantina,
entre los siglos IX al XIV, considerándose que pertenecen al estilo bizantino,
el primero que se establece en Europa. Entre los siglos XII y XIV se desarrolla
el estilo románico influenciado en su decoración por la escultura, la
arquitectura y las ilustraciones de los códices de la época como escenas de
personajes religiosos, fauna fantástica, caballeros, reyes o motivos vegetales.
En España son escasas las encuadernaciones de este estilo que se conservan.
Entre los siglos XIII al XVI, se desarrolla en los reinos cristianos de la
Península Ibérica, e iniciado por artesanos musulmanes y judíos el estilo
mudéjar. Éste, recoge las novedades introducidas por los árabes, como la
utilización de los hierros de cordelillo, que representan la adaptación a la
técnica del cuero de aquellos elementos geométricos de trenzados, denominados
arabescos, o cordones que llenan toda la tapa, el empleo de nuevas técnicas
decorativas, como el estezado, el gofrado y el dorado, el uso de la piel de
cabra o de macho cabrío finamente curtida, denominada cordobán, la sustitución
de la madera por el cartón como elemento constitutivo de las tapas y la
utilización de la forma o formato de cartera. Dentro de este estilo podemos
observar diferentes variantes:
Encuadernaciones mudéjares de rectángulo de bandas: La decoración se compone de
varias bandas o de orlas rectangulares, que encuadran un rectángulo o un rombo
en el centro de la tapa. Las orlas están profusamente decoradas con repeticiones
de hierros que forman un motivo decorativo, o con hierros sueltos. Esta
estructura es la que después, en el siglo XVI, fue seguida por los estilos
renacentista y plateresco, donde se generaliza el uso de la rueda.
Encuadernaciones mudéjares de círculo o estrella central: La estructura de la
decoración está compuesta por un círculo central, donde aparece en ocasiones una
estrella en el interior, así como cintas que salen del círculo. Es habitual la
utilización de botones, tanto en el centro del círculo como en las esquinas, y
pieles de gran calidad, como el cordobán.
Encuadernaciones mudéjares de rectángulo partido: La decoración consiste en
varias orlas recubiertas de hierros. Éstos, se repiten siguiendo un esquema
prefijado, empleando cintas onduladas, cartelas vegetales, lazos simples y
rombos de lados cóncavos.
Encuadernaciones mudéjares de lacería: La decoración se compone de una o dos
orlas o bandas que encuadran complicados dibujos geométricos, trazados con
cintas que se van entrecruzando. Estas encuadernaciones son las más parecidas a
las árabes.
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