En torno a 1550 surge en Italia, Francia y los Países Bajos un
nuevo estilo renacentista de encuadernaciones. Casi de manera simultánea
se comprueba como en Roma, París y Amberes varios artesanos elaboran
cubiertas en las que los motivos de entrelazos (tan característicos de la
biblioteca de Grolier en las décadas anteriores) no sólo se doran, sino
que todo el conjunto es ampliamente esmaltado con diversos colores. Se
trataba de un estilo de lujo, cromático, en el que destacó el joven
Cristóbal Plantino, un joven librero de origen francés asentado en Amberes
por entonces.
Quizá en este momento sea necesario volver la mirada a Italia, origen de
los estilos más imitados en Europa durante la primera mitad del siglo XVI
y de las principales novedades técnicas. A fines del siglo XV el impresor
italiano Aldo Manucio crea un género de ornamentación renacentista
denominado estilo aldino. Las formas de sus hierros son equilibradas y
ligeras, y combinan rectas, curvas y motivos vegetales. Sus hierros se
pueden dividir en tres grupos: los de dibujo macizo, los que sólo marcan
el contorno del dibujo dejando el interior hueco y el último lo componen
los denominados azurados, y los que no están rellenos, sino que el
interior de su contorno está rayado.
Es también en Venecia, a principios del Quinientos, donde Aldo Manucio
idea el concepto de encuadernación comercial para sus impresiones. Es
decir, sencillas cubiertas de cuero y papelón doradas con sencillos
motivos de lazos. La sustitución de la madera por el cartón como soporte
de las tapas tenía antecedentes árabes, pero constituyó una revolución en
Europa. No sólo permitió abaratar el precio de las encuadernaciones, sino
que permitió la aparición de los primeros libros de bolsillo (impresos) y
de verdaderas ediciones comerciales, pues se hizo factible la posibilidad
de ofrecer en las ferias librarias de Frankfurt y de Lyon impresiones ya
encuadernadas, y a un precio competitivo.
En la primera mitad del Quinientos se desarrolla el estilo Grolier, creado
para los libros de Jean Grolier. La característica principal de este
estilo es la utilización de figuras geométricas construidas por rectas y
curvas que se entrecruzan formando entrelazos. La decoración se ejecuta en
dorado. En muchas de las encuadernaciones aparece la leyenda “Io Grolierii
et Amicorum”. Italia es la cuna de otros estilos artísticos muy
renombrados, como el Maioli, creado para la biblioteca del bibliófilo
Thomas Mahieu. Este estilo se caracteriza por la utilización de elementos
comunes al estilo Grolier, como el empleo de entrelazos, con doble
fileteado y líneas curvas, junto a los cuales pueden aparecer hierros
aldinos macizos o azurados por toda la superficie. Reserva el centro de la
tapa para motivos heráldicos, superlibris o cartelas. La estampación se
realiza mediante la técnica del dorado.
En la misma época se crea el estilo Canevari, denominado así por el
bibliófilo italiano Demetrio Canevari, si bien hoy está demostrado que su
promotor fue un noble llamado Grimaldi. Este estilo se caracteriza por la
aplicación de lacerías sin complicaciones junto a hierros aldinos. En el
centro de la tapa aparece un óvalo. Se logró así aligerar la ornamentación
de las tapas de los libros, ganando en sencillez y elegancia.
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Estilo Renacentista franco-flamenco S.XVI |
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