Dos ejemplos
singulares: El estilo de Abanicos y À la Duseuil. El estilo de abanicos está enmarcado dentro del estilo barroco y
fue muy empleado en España desde finales del siglo XVI hasta principios
del XVIII. La decoración de las tapas se compone de hierros que imitan las
varillas desplegadas de los abanicos, realizadas con arquillos, hilos
rectos o con motivos vegetales como flores de tallo largo, que se disponen
en cuartos de abanico en las esquinas de las tapas, y en el centro, un
motivo circular, todo rodeado y enmarcado por diversos florones y ruedas
renacentistas. El interior de las varillas suele estar decorado por medio
de florones sueltos. En el motivo circular central suelen aparecer hierros
heráldicos, religiosos y de tipo vegetal. La técnica de estampación
empleada en este estilo es el dorado y fue muy empleado también en la
decoración de las cartas ejecutorias de hidalguía.
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