Otros modos de leer el Quijote
Graham, Kenneth: Don Quijote en Yanquilandia

Graham, Kenneth: Don Quijote en Yanquilandia / Kenneth Graham ; [traducción e ilustraciones de Ignacio Rived; portada de Félix Puente]. –1ª ed. .

Madrid : Ediciones Ensayos, l955. – 224 p.: il. ; 20cm..
FLL [A DP820GRAK7don=60].


Kenneth Graham, el autor de la novela Don Quijote en Yanquilandia, resucita a Don Quijote y lo transporta a los años cincuenta. El personaje es tratado con gran respeto: “En algún lugar de esta bendita calma manchega –escribe–, bajo el santo suelo español, hay un montón de tierra consagrada, en la que yace nada menos que nuestro muy ilustre Don Quijote de la Mancha.”

Lo presenta como un viajero sui generis, asombrado ante las incongruencias y disparates de la vida en el siglo xx, especialmente cuando la compara con las costumbres de su época. El violento choque del pasado con el presente se resuelve por la vía del humor, y el conjunto es aceptable, siempre con la creación de Cervantes al fondo, que el autor parece conocer bastante bien.

El día que comienza la historia, “a nuestro Caballero Andante se le antoja un día muy señalado...el correo ha traído a sus manos ... un libro que dice así en la portada: De cómo los ingleses se vuelven cuervos. Nuestro buen Don Quijote continúa siendo un insaciable devorador de letra impresa.”
El glorioso personaje recorre las principales instituciones americanas, entre ellas el Congreso, la Casa Blanca, la Universidad, incluso los estudios de Hollywood, donde le ofrecen un papel como estrella, representándose a sí mismo, con Marilyn Monroe como Dulcinea. A lo largo de sus peripecias, y mientras Don Quijote observa la magia de los modernos rascacielos, se van vertiendo opiniones del autor, que se lamenta del “descuido con que América considera su historia y su tradición... La huella que los conquistadores, misioneros y colonos de los siglos xvii y xviii dejaron en la civilización americana”.
La obra, constituida por treinta capítulos y un índice, se inspira en los viajes fantásticos en el tiempo, tan frecuentes en la literatura universal. Recuérdese, por ejemplo, Un yanqui en la corte del rey Arturo de Mark Twain. Es curiosa la coincidencia de este libro con el Don Quijote de Orson Welles, película que comenzó a rodarse en los años cincuenta y fue estrenada después de su muerte, en 1992; en ella el célebre personaje de Cervantes se enfrenta a las novedades del siglo xx, como en esta creación de Graham.

Kenneth Graham, escritor de origen británico, no consta apenas en los repertorios y existen escasas referencias a su obra y a su persona.
Las ilustraciones son dibujos en blanco y negro, con escasa calidad artística. Están firmadas por Ignacio Rived, también traductor de la obra, conocido por sus traducciones en el campo de la ciencia ficción y guiones cinematográficos.

En la obra figura el nombre de Felix Puente como autor de la portada, pero en este ejemplar ha desaparecido; tal vez se haga alusión a la solapa o cubierta en su origen. Este excelente ilustrador fue muy célebre en esa época por sus colaboraciones en revistas juveniles, entre ellas Volad y Chicas.

El ejemplar que se expone forma parte de la colección de la biblioteca de la Facultad de Filología de la UCM.

P.M.