Coranes de la época medieval. A propósito de
un fragmento de un mushaf de caligrafía magrebí del siglo XIII
Nuria Torres Santo Domingo
Centro de Documentación.
Casa Árabe-IEAM
La
nómina de manuscritos árabes en España no deja de aumentar. En los últimos años
ha habido noticias de hallazgos interesantes
[1] que
se unen a las colecciones y textos ya conocidos. (Torres, 1994; Viguera, 2003).
El interés por este tipo de
materiales ha propiciado que se hayan empezado a formar grupos de
trabajo, proponer estudios de postgrado, realizar conferencias,
[2] acompañado
todo ello por exposiciones que han dado la posibilidad de observar de primera
mano algunos ejemplares manuscritos.
Es momento de presentar en estas
líneas unos fragmentos manuscritos de un Corán depositado en el año 2005 en la
Biblioteca Histórica “Marqués de Valdecilla” de la Universidad Complutense de
Madrid, que presenta unas características ciertamente interesantes y que hacen
que se convierta en pieza importante. Su estudio me ha llevado a interesarme por
algunos textos coránicos de la época medieval de la zona andalusí magrebí al
tiempo que he empezado a conocer su casuística y problemática.
[3]
En árabe mushaf (pl. masahif) es
una palabra con la que se designa el texto coránico y lleva implícito un
carácter de alta consideración y respeto ante el texto sagrado del
Islam.
Escribirlo a mano, además de ser el método clásico de perpetuarlo a lo largo de
los tiempos, era considerado como acción de particular mérito religioso que cada
fiel debía promover, según su capacidad. (Pareja, 1975) Además de la división en
azoras (114) y aleyas (6236), para el uso litúrgico de su recitación
[4] el
texto se divide en varias partes o secciones. Lo canónicamente establecido son
30 partes (ğuz’,
pl. ağzā’)
cada una de las cuales está
subdividida en dos partes (hizb, pl. ahzāb).
A su vez, cada parte está dividida en cuatro cuartos (arbāʿ)
(Mensaje, 2004).
El final de cada parte suele estar indicado por unas marcas circulares y
medallones, generalmente al margen del texto.
El manuscrito estudiado se
compone de 3 fragmentos de la azora 23, denominada Al-Muminūn,
Los creyentes.
Las pocas páginas que nos han
llegado son de tamaño pequeño, con un formato cuadrado y el soporte utilizado es
pergamino. El texto presenta cinco líneas por páginas y en cada línea apenas hay
dos o tres palabras debido al gran tamaño de la letra. La escritura es la
denominada magrebí y la tinta utilizada es marrón. En claro contraste con el
tamaño de la letra se aprecian finas rayas en rojo, utilizadas para las vocales,
y marcas en azul, para la šadda, que apoyan y señalan la vocalización correcta,
y el sukūn.
Hay adornos en forma de círculo que marcan el final de las aleyas, así como
medallones que indican las partes del texto coránico.
Las 8 páginas que se conservan
no siguen una correlación entre ellas de principio a fin, pues pertenecen a
cuadernillos diferentes, lo que explica la interrupción del texto. Tampoco la
primera página que se conserva empieza por el principio de la azora 23.
El estado de conservación es
bueno en general, pero presenta una gran mancha de humedad que afecta a la
esquina inferior derecha.
Estos datos descriptivos del
manuscrito, aunque observados a primera vista, son suficientes para deducir que
nos encontramos, sin duda alguna, ante un ejemplar escrito en algún momento
entre los siglos XII a XIV en la zona del Magreb árabe, es decir, un área
geográfica que comprendía tanto Al-Andalus como el Norte de África.
Políticamente estaba bajo control del poder almorávide, al que siguió el
almohade. Pocos años después, en 1238, comienza el periodo de dominación nazarí
en el resto del territorio andalusí mientras que en el norte de África lo
haría la dinastía de los Banu Marin.
[5]
Esta región occidental del
imperio islámico estaba en contacto permanente a pesar de la frontera natural
del estrecho y las relaciones entre norte y sur eran constantes siendo los
ejemplos que nos quedan de textos manuscritos buena prueba de ello ya que, como
bien indica James, era una cultura islámica unificada. (James, 1992) Los
sucesivos poderes políticos dieron importancia al mundo libresco y no era raro
encontrar sultanes que incluso escribieron coranes de su puño y letra (Tresors
d’Orient, 1973) y llegaron a dominar varios tipos de caligrafía. Las grandes
ciudades de ambos lados del estrecho sobresalieron en el arte del libro. En
época almohade, por ejemplo, Marrakech vivió una época dorada y se convirtió en
la capital del norte de África, al-Andalus y el Sahara, siendo frecuente que
acudieran a ella ulemas procedentes de todas partes. Por la misma época se
acrecentó la fabricación del papel y fue famosa por el número de copistas. Las
tiendas de libros al lado de la mezquita Kutubiyya eran innumerables. (Sidiqqi,
1994)
Datar y documentar muestra tan
exigua de un manuscrito superviviente a adversidades extremas se presenta tarea
difícil, aunque no imposible. Las características apenas enunciadas en líneas
anteriores nos muestran el camino a seguir. El estudio minucioso de los aspectos
codicológicos (formas y soportes, tintas, cuadernillos, encuadernaciones),
paleográficos (estudio de la escritura) y decorativos es el pilar del estudio de
los textos manuscritos. Para ello nada mejor que recurrir, por una parte, a la
abundante bibliografía existente que conforman las obras de referencia, entre
las que se encuentran los catálogos de manuscritos, estudios de
paleografía, enciclopedias, diccionarios, catálogos de exposiciones, noticias de
subastas y sus catálogos, etc., donde, con mayor o menor grado de exhaustividad,
se da cumplida cuenta de los manuscritos estudiados, catalogados, expuestos u
objetos de venta.
Junto a ello, el estudio
comparativo, donde se confrontan y comparan textos de características y factura
similares, es una de las mejores opciones metodológicas para llevar a cabo este
estudio. Siguiendo este camino he encontrado un conjunto de manuscritos de
caligrafía denominada "magrebí", en cuyo estudio y observación me he detenido y
me he apoyado para documentar el manuscrito.
[6]
No cabe duda que lo primero que
llama la atención de este manuscrito es la letra. Si seguimos los varios
estudios existentes acerca de la letra y caligrafía árabe y su evolución sabemos
entonces que se trata de la denominada caligrafía magrebí.
Los excelentes trabajos sobre la
escritura (Houdas, 1886; Van den Boogert, 1989; Deroche, 2004; Muhammad al-Manuni,
1991) explican, en
grado y exhaustividad diferentes, la evolución del estilo cúfico del oriente
islámico que devino en esta forma desarrollada en el occidente. Parece claro que
este estilo de letra introducida en el occidente islámico deriva directamente de
una letra cursiva llamada a veces “cúfico roto”, o “cúfico nashí”, en cualquier
caso una escritura de transición, que daría lugar a interpretaciones regionales
ligeramente diferentes.
Para Houdas (1886), cuya obra es
fundamental, ya que se centra principalmente en esta parte geográfica, hubo
centros regionales como focos originales de desarrollo en Qayrawan, Fez,
Córdoba, Tombuctú. Como resultado de sus estudios sostiene que hay una letra
denominada desde entonces de forma unánime como “magrebí”, a la que hay que
sumar otra, que comparte características comunes pero tiene rasgos propios y que
es denominada, también de manera generalmente establecida, como “andalusí”.
Déroche admite sólo la
denominada letra “andalusí” como un subconjunto de la magrebí quedando ésta como
escritura del occidente musulmán, que comprendía una parte de España, hasta el
s. XV y que había hecho su aparición en el dominio de los manuscritos a partir
del siglo IV/X. (Deroche, 2001)
Siguiendo la misma línea, Al-Bahnasi
(1995) dice que la andalusí es una variante del estilo magrebí.
La caligrafía andalusí se
caracteriza por ser letra pequeñita y apretada, elegante y delicada, y con
numerosas líneas por página, finas pero muy densas, en los textos en los que se
utilizó, una media de 20 líneas, pudiendo llegar a tener hasta 27. Presenta
rasgos algo más cuadrados que la caligrafía magrebí. Para su escritura se
utilizaba un cálamo diferente de los usados habitualmente, y debía tener una
punta aguda similar a las de las plumas europeas. Por esta razón, el resultado
final es de poco grosor en el trazo y éste suele ser uniforme.
Por el contrario, la caligrafía
magrebí es un poco más redondeada, más grande y monumental, de lectura fácil. Su
misma naturaleza de letras grandes y amplias hace que no sea tan compacta como
la andalusí. Las líneas están más espaciadas entre sí, pudiendo tener solo desde
5 líneas de escritura por página, como es, precisamente, el caso del manuscrito
que presentamos en estas notas. Sus curvas amplias, pero delicadas y orientadas
hacia la izquierda, le confieren una cualidad única de integración. (Splendeur,
1987)
Lo más diferente en relación a
la escritura oriental es que las dos escapan a las reglas de proporción
aplicadas en aquel estilo, por lo que se concede una libertad de ejecución más
grande.
Ambos tipos caligráficos,
andalusí y magrebí, se produjeron en toda esta zona occidental, y se dieron
prácticamente los mismos estilos en las mismas ciudades siendo contemporáneos
los dos tipos. Al-Manuni (1969) así lo confirma pues indica que en el Magreb se
escribía bien con un tipo de letra o con la otra. Hacia el siglo XVI
convergieron los dos hacia el tipo de letra que se desarrolló desde entonces. (Lings
& Safadi, 1976)
Los manuscritos de letra tipo
andalusí han sido objeto de atención y estudio por parte de varios especialistas
y se conocen bien, estando muy documentados.
[7] En
general se han conservado bastante completos y en muchos casos se puede conocer
a través del colofón dónde fueron escritos, así como quién fue el copista y por
encargo de quién se realizó el manuscrito en concreto.
Precisamente, gracias a estos
datos básicos de adscripción, se han podido conocer varios manuscritos de
Valencia escritos bien con letra tipo andalusí, bien con la del otro tipo
magrebí. Varios ejemplares de aquellos, los de caligrafía andalusí, fueron
copiados por el mismo calígrafo, Muhammad b. Ġaţţūs
y algunos miembros de su familia, en la segunda mitad del siglo XII. (Dandel,
1993) El legado que nos ha llegado de esta familia es tan importante que es
muestra suficiente para que se pueda hablar de un “taller valenciano”. En
efecto, según algunos estudiosos, otros coranes del mismo tipo que no contienen
información sobre dónde se hicieron se pueden atribuir claramente a Valencia,
por sus características estilísticas, y fechar en el siglo XII. (Khemir, 1992)
Las fuentes árabes, cuando proporcionan datos biográficos sobre los miembros de
esta familia no se quedan cortos en indicar la belleza de la letra y el buen
hacer en su arte, por lo que no cabe duda que este quehacer suyo debió ser un
referente en la elaboración de maşāhif
en Al-Andalus.
De Córdoba son varios coranes
escritos con la apretada letra andalusí. Un último ejemplar, de reciente
noticia, es el que fue subastado hace pocos meses, el pasado día 7 de octubre de
2008, en la conocida sala de subastas Christie’s de Londres. Las características
de dicho manuscrito se pudieron consultar a través de internet
[8] los
días anteriores a la celebración de la subasta. Supimos entonces que había sido
escrito por Hunayn bn Ishāq
en el mes de ramadán del año 470 (abril de 1078), para la biblioteca del visir ʿAbd
al-Malik bn Sirāğ,
lo que le convierte en el texto más antiguo atribuido a la Iberia islámica, pues
es 12 años anterior al considerado por James como el más antiguo. (James, 1992)
Otros lugares de realización son
Ceuta, Sevilla y Marrakech. Cronológicamente se sitúan entre finales del s. XI y
abarcan los dos siglos siguientes.
Los manuscritos de caligrafía
magrebí por el contrario, son más complicados de identificar, ya que como dato
negativo, no se conservan muchos colofones y esto debido a la fragmentación de
textos y a su dispersión geográfica. Tanto es así que de una misma unidad
codicológica se puede inferir que hay muestras en diferentes colecciones.
[9] Por
tanto, la seguridad en la adscripción del origen del manuscrito no puede ser
concluyente, sino aproximativo.
Como este es precisamente el
objeto del estudio que nos ocupa, a medida que iba encontrando datos e
información de algunos manuscritos en las obras de referencia he procedido a
sistematizar la información en una tabla para la comparación de datos. Esta
tabla no está cerrada, ni es concluyente, ni definitiva. Simplemente es un medio
de trabajo que me ha ayudado para documentar mi manuscrito.
Después de algunas dudas
iniciales y, ante la escasez de datos encontrados acerca de unos y la
incertidumbre respecto a otros, he decidido ordenar los datos en la tabla según
el número de líneas de cada texto, una vez completados los datos tomados de las
diferentes obras de referencia. Mi experiencia profesional en bibliotecas varias
me llevó inicialmente a adoptar este método y compruebo que no es una mala
decisión. En la Dār
al-Mahtūtāt
de Sana’a, Yemen, sometida a un profundo tratamiento para la restauración,
ordenación y clasificación de más de 15000 fragmentos de pergamino,
correspondientes a unas 1000 unidades codicológicas distintas del Corán, todas
ellas incompletas, se optó por asignarles una signatura cuyo primer criterio de
clasificación es, precisamente, el de número de líneas por página. A ello se
une, en segundo lugar, la longitud máxima, en centímetros, de las líneas de una
página y, en último lugar, el número de ejemplares existentes que comparten los
mismos criterios. (Dreibholz 1999)
En lo primero que me quiero
detener, muy brevemente, observando la tabla, es que además del tipo de letra
normal, en tinta marrón con las correspondientes marcas silábicas en rojo y
azul, hay otra, mucho más elaborada, donde se marca el contorno de las letras y
se rellena con tinta de oro. El resultado final es ciertamente magnífico, de
gran riqueza y elegancia. Conocemos varios manuscritos de este último estilo,
[10] escritos
íntegramente con este tipo de preciada caligrafía.
Es evidente que esta técnica
caligráfica lleva implícito un deseo por engrandecer la misma palabra revelada,
ornamentándola en grado máximo, reforzado esto por el hecho de no poder incluir
imágenes ni elementos extraños que alteraran el carácter sagrado del mensaje
divino. La propia palabra revelada se enriquecía con la rica tinta de oro.
Este tipo de escritura
ornamental para enriquecer los textos se ha empleado además en pasajes concretos
en alguno de los manuscritos estudiados del resto de manuscritos expuestos en la
tabla.
Encontramos dos ejemplos. En el
primero se usa para recalcar alguna frase importante, como es el caso de la
sentencia
لا اله الا الله
(No hay más dios
que Allah). Se trata de aquel manuscrito, del que encontramos una parte
conservado en el Instituto Valencia de Don Juan y en la de su texto hermano de
la British Library, en algunas de sus páginas.
En el segundo ejemplo se
usa para marcar las vocales y para indicar los puntos diacríticos que acompañan
a las consonantes. Es el caso del manuscrito realizado en el preciado papel
melocotón de Játiva de la Biblioteca Ibn Yusuf, con una caligrafía muy parecida
a nuestro texto, con tan solo 6 líneas por página.
Volviendo a la tabla, respecto a
los lugares de copia, vemos que son Málaga, Sevilla y Valencia, las ciudades
donde con seguridad se realizaron algunos de estos manuscritos.
El de Valencia es
contemporáneo a los realizados por la familia Ibn Gattus.
Escrito en Málaga, incorporado
al reino de Granada en 1057, es un ejemplar en 8 volúmenes, que originalmente
tenía 20, conservado en la Biblioteca Ibn Yúsuf de Marrakech, bajo el número N.
430. Tiene un colofón que indica que se copió en la ciudad de Málaga en el año
620/1223. Según parece, está escrito en caligrafía magrebí, con letras grandes,
sólo dos ó tres palabras por líneas y cinco líneas por página. (Khemir, 1992)
Al conocer estos datos y ver que
coincidían con las características del nuestro pensé que podía tratarse de un
ejemplar hermano. La consulta del catálogo de Al-Siddiqi se reveló, sin embargo,
decepcionante, ya que él define la escritura como “andalusí”, cuyas
características sabemos que son bien distintas. Por otra parte, el tamaño del
manuscrito tampoco concuerda con el nuestro.
En otro ejemplar aparece el
nombre de Sevilla. También tuvo 20 volúmenes, y se parece enormemente al
anterior de Málaga por el estilo de la escritura y la estructura general. Los 16
volúmenes que se han conservado, actualmente también en la Biblioteca Ibn Yusuf
de Marrakech, n. 420, están fechados en el año 632/1234.
Atribuido al periodo nazarí de
Granada y datado hacia finales del siglo XIII o principios del XIV es un Corán
de sesenta volúmenes guardado en diferentes colecciones.
[11] En
este caso se trata de un texto de 6 escrituras por línea. Tiene también
características muy similares al nuestro que estudiamos hoy. Por ejemplo, los
adornos redondeados que marcan el final de las aleyas son prácticamente los
mismos que los que encontramos en el nuestro. La letra de este manuscrito es
algo más fina que la del nuestro, que es bastante más gorda y no resulta tan
fina o delicada.
Junto a la exquisita letra con
tinta de oro, la ornamentación suele concentrarse en cuadros de tipo geométrico
que abarcan la página entera, de los que se conservan magníficos ejemplos. Junto
a ello son los títulos de las suras las que suelen recibir una ornamentación más
cuidada, en forma de bandas, además del marcaje de las aleyas y de las partes en
las que se divide el texto para la recitación litúrgica con palmetas.
Prácticamente todos son del
siglo XIII, algunos del XII y muy pocos del XIV.
Casi todos son de pergamino,
excepto uno que es de papel, al parecer de Játiva, un papel de color melocotón.
El formato suele ser cuadrado y
las líneas de escritura varían entre 5 a 9.
Características del manuscrito
1. Aspectos codicológicos
1.1 Cuadernillos y contenido del
texto
En relación con nuestro texto
las 8 páginas que encontramos no siguen una secuencia continuada. Esto es así
porque solo nos han llegado los bifolios exteriores de dos cuadernillos
diferentes. Cada uno de ellos tiene, pues, 4 páginas (recto y verso, recto y
verso). Son dos cuadernillos seguidos, por lo que es precisamente en la
continuidad de un cuadernillo con otro cuando el texto no queda interrumpido.
Podría ser un cuadernillo completo de 12 páginas o ternio.
El texto quedaría así:
·
2 primeras
páginas:
·
(p. 1) recto:
final de la aleya 18; aleya 19
·
(p. 2) verso:
final de la aleya 19; aleya 20; comienzo de la aleya 21
Interrupción del texto –
continuación de las páginas externas del cuadernillo, que faltan.
·
4
páginas siguientes:
·
(p. 3) recto:
final de la aleya 30; aleya 31; aleya 32 casi completa
·
(p. 4) verso,
final de la aleya 32; 1ª mitad de la aleya 33
Las 4 páginas anteriores serían
las externas de un cuadernillo, por lo que falta el texto de las páginas que
formarían el resto.
Continuación del texto – final
del primer cuadernillo y comienzo del segundo cuadernillo
Las siguientes páginas: caso
idéntico al anterior.
·
(p. 5) recto: 2ª
mitad de la aleya 33; comienzo de la aleya 34
·
(p. 6) verso:
final de la aleya 34; aleya 35; comienzo de la aleya 36
Interrupción del texto –
continuación de las páginas del cuadernillo que faltan
·
(p. 7) recto:
final de la aleya 51; comienzo de la aleya 52
·
(p. 8) verso:
final de la aleya 52; aleya 53; comienzo de la aleya 54
Debería haber sido un volumen de
bastantes páginas, debido a la escasez de palabras de cada línea.
Semejanzas, variaciones,
diferencias
En el manuscrito del Instituto
Valencia de Don Juan, observamos que se conservan 7 cuadernillos de 12 páginas,
habiendo desaparecido algunas de ellas, un poco más grandes que nuestro texto
(186 x 190 mm) aunque sabemos que ha sido guillotinado.
1.2 Soporte escriptorio, tamaño
y formato y disposición del texto
El soporte es pergamino pudiendo
ser vitela el segundo cuadernillo por su textura, más fina y más clara que el
primero.
El formato es casi cuadrado, 170
x 170 mm, bastante al uso del utilizado para los coranes de la época. (Deroche,
2001) No se observan indicios de que haya sido guillotinado y es uno de los más
pequeños de la tabla.
La caja de escritura es de 100 x
110 mm y el texto se dispone en solo 5 líneas, habiendo por cada línea sólo 2 ó
3 palabras. La separación entre las líneas es casi perfecta, de 25 mm. El texto
está casi encuadrado en el centro de la página, ya que la separación de los
bordes de la caja de escritura con los correspondientes márgenes son de 33 mm
arriba, 40 mm abajo, 33 mm margen interno y 40 mm margen externo.
Se aprecia un trazo vertical en
seco en ambos márgenes de la caja de escritura, rectas verticales de
justificación, que sirven, indudablemente, como líneas para guiar el texto. No
encontramos, sin embargo, trazos de pautado horizontal.
Semejanzas, variaciones,
diferencias
En relación con el soporte todos
los ejemplares están escritos en pergamino, excepto el de la Bca. Ibn Yusuf, n.
431, realizado en un excelente papel de color melocotón,
[12] procedente
de Játiva, y fechado en el s. XIII.
En el manuscrito del Instituto
Valencia de Don Juan, se observan marcas de pautado seco tanto vertical para los
márgenes, como horizontal, para las líneas, lo que indica la posible utilización
de la mastara. La separación entre líneas, es también igual al de nuestro
manuscrito, de 25 mm.
De todos los manuscritos de la
tabla pocos llegan a los 300 mm siendo la excepción el conservado en Turquía, de
un tamaño mucho más grande.
2. Aspectos paleográficos
2.1. Letra y tinta
La letra tiene un trazo bastante
grueso, aunque la escritura no es tosca, se observa que se ha elaborado con
cuidado y la lectura es muy fácil.
Entre las características
distintivas propias de la letra magrebí, son muy visibles y claramente
distinguibles las siguientes:
·
alif
final escrito de arriba a abajo y sobresaliendo una pizca de la línea de
escritura
·
la nūn y el lām a final de palabra
prolongando enormemente el trazo por debajo de la palabra siguiente o
sobresaliendo del borde de la caja de escritura; igual que la waw y la rā’
·
palito de la ta
enfática inclinada hacia la derecha, en lugar de ir recta
·
la curva que da
forma al ʿayn
bastante grande, mide 10 mm, mientras que la waw mide entre 6 y 7 mm, igual que
la mim.
·
mantenimiento de
la fā y la qāf con un punto arriba y
otro abajo
respectivamente.
La tinta
del texto es de color marrón
Semejanzas, variaciones,
diferencias
En comparación con el resto de
manuscritos estudiados es el que tiene la letra más gruesa, siendo los demás de
tamaño más fino. He medido del ms del Instituto Valencia de Don Juan la altura
de la letra mim y la waw que mide 5 mm
La letra es muy parecida en todo
el corpus estudiado.
2.2. Marcas de vocalización
Las vocales están realizadas con
una pluma muy fina, de color rojo y son completamente rectas y paralelas a la
línea de escritura, donde les corresponda, bien arriba bien debajo.
Lo más sobresaliente de esto es
que dichas rayitas están colocadas entre la letra y el punto diacrítico que le
corresponde llevar, cuando lo necesita. Es decir, en el caso por ejemplo, de una
ba con kasra debajo, lo normal es que la raya que marca la i [kesra] esté debajo
de la forma de la bā’ y del punto diacrítico
que caracteriza a dicha letra. Sin embargo, vemos que aquí no ocurre así, ya que
la rayita está en medio de ambas notaciones caligráficas.
La ā larga suele estar marcada
por una rayita roja horizontal, también de color rojo.
La wasla se marca por un pequeño
círculo encima del alif. El paso del tiempo ha hecho que la mayoría de estas
marcas sean solo un pequeño borrón en el texto.
El tašdīd está hecho con tinta
azul, igual que el sukun.
Semejanzas, variaciones,
diferencias
Algunos de los manuscritos de la
Biblioteca de Cataluña también tienen esta característica respecto a la
colocación de la marca de la vocal, aunque no de forma tan generalizada como el
nuestro.
Esta misma posición de las
vocales también es la misma que la utilizada en aquel manuscrito en papel de la
Biblioteca Ibn Yusuf, con la diferencia de que aquí se trata, ya lo hemos citado
en varias ocasiones, de trazos contorneados con tinta negra y rellenas de oro,
lo mismo que los puntos diacríticos de las consonantes.
El de Granada, sin embargo, no
comparte esta característica.
3. Ornamentación
El final de las aleyas está
marcado con unos adornos de forma circular. Se trata de un círculo, que no
pretende ser perfecto, atravesado por 4 rectas que lo dividen en 8 partes. Al
final de cada recta, en la intersección con el trazo del círculo, aparecen
pequeños puntos de colores alternos, azul y rojo. Tanto las rectas como el
círculo están trazados en color negro, mientras que el interior de la
circunferencia está iluminado con tinta de oro. Dentro de cada uno de los gajos
que resultan de la división interna del círculo se pueden ver otros puntos de
color.
Khemir (1992) califica este tipo
de adorno como “soles decorados con remates a modo de rayos y donde el uso del
oro enfatiza la importancia espiritual del concepto de la luz”.
Por su parte, Bariani (2006)
tipifica esta clase de adorno como flores.
Sol que marca el final de las
aleyas
Marca en p. 2, margen interno
entre líneas 3 y 4
Marca en p. 3, margen externo,
en esquina superior izquierda
Aparecen, asimismo, dos
medallones que se componen de varios círculos concéntricos con diversas
divisiones internas, de 26 mm de diámetro. El primero presenta, en su parte más
externa, una decoración con motivos florales, mientras que el segundo decora ese
mismo espacio con líneas en zig-zag. En ambos casos, en la parte interna hay
letras en cúfico.
Marca de la parte 35, del libro
18. Situado en página 6, último renglón, insertado en el texto.
Para marcar el final de la parte
35, del libro 18 se ha optado por un medallón con una palmeta que apunta hacia
arriba, con un diámetro de 23 mm. Se aprecia la misma división en 8 partes en la
primera circunferencia exterior, decorada con puntos, que rodea dos círculos
internos una palabra en cúfico.
Dadas estos adornos, creemos que
los títulos de las suras pudieran haber sido realizadas en escritura cúfica
dorada y perfilada en negro, dentro de unas bandas de ornamentación.
Semejanzas – Variaciones -
Diferencias
Un sol muy similar a este que
marca el final de las aleyas, si no igual, se puede observar en la página de un
manuscrito conservado en Los Angeles County Museum of Art. A través de la imagen
obtenida de Internet
[13] se
aprecia el mismo diseño con los puntos internos de la circunferencia.
Una variante del sol, sin puntos
internos, aparece en varios manuscritos:
·
el del Instituto
Valencia de Don Juan, y en aquellos textos que se suponen que pertenecen al
mismo ejemplar, repartidos entre varias colecciones.
[14]
·
Lo mismo ocurre
con otro manuscrito conservado en la Biblioteca de Cataluña
Otra variante, sin puntos
internos y con una circunferencia externa aparece en:
·
una copia más
tardía, de principios del s. XV, 1405
[15] realizada
esta vez sobre papel marrón.
·
Otro ejemplar de
la British Library
[16] que
presenta la misma circunferencia pero en este caso perfectamente delineada, con
las mismas separaciones o rayos que dividen la circunferencia en 8 gajos. A
ello, se añade además otra circunferencia externa algo separada y también
perfectamente delineada. El interior también está iluminado con oro. No lleva
puntos internos. Se trata de una variante más refinada del tratamiento de este
sol.
Un antecedente muy parecido a
este sol se puede observar en un ejemplar de letra cúfica del siglo IX-X.
[17]
Adscripción del manuscrito
Es extremadamente difícil
distinguir entre coranes como hechos en Al-Andalus, o del norte de África, de
este periodo si nos basamos únicamente en la escritura o iluminación, y esto
debido parcialmente a causa del constante intercambio de población entre las dos
regiones. (James, 1992)
Muhammad al-Manuni (1969) da
información de varios andalusíes que en el siglo XIII se instalaron en ciudades
del Norte de África. Indudablemente debieron conservar sus prácticas de
escritura. El mismo autor aporta datos de varios manuscritos conservados en
algunas bibliotecas de Marruecos y que fueron escritos en Al-Andalus, entre
ellos un Corán que fue copiado en Marrakech en el año 1202/3 por un copista de
Jerez de la Frontera, todavía musulmana en aquella época. Claramente era un
andalusí que vivía en Marrakech y que seguía manteniendo su escritura de origen.
A pesar de que la caligrafía
pertenece sin duda al grupo magrebí, no creo que realmente pueda calificarse a
este ejemplar de magrebí. ¿Y si se realizó o escribió en alguna ciudad de Al-Andalus,
aunque con escritura magrebí?. Ante este interrogante es curioso observar que la
nómina de manuscritos analizados y con lugar conocido de realización indica
mayor presencia de alguna ciudad de Al-Andalus y no del Norte de África
precisamente.
La estructura general de 5
líneas por página coincide con la de un manuscrito conservado en la Bca. Ibn
Yusuf de Marrakech
[18] y
que parece ser ha sido escrito en Málaga, aunque el tamaño de este es mayor.
Respecto a la letra hay muchas
similitudes con el ejemplar del Instituto Valencia de Don Juan pero también con
aquellos conservados en la Biblioteca de Cataluña, aunque varían en el número de
líneas, 6 y 7 líneas por página respectivamente.
Todas estas características,
comunes entre estos ejemplares, nos llevan a concluir que el manuscrito objeto
de este estudio se puede datar en la segunda mitad del siglo XIII y que
probablemente haya sido realizado en algún lugar del Reino de Granada, lo que le
calificaría como de procedencia nazarí, e indudablemente como andalusí.
Propuesta de ficha catalográfica
Entramos en un asunto de
importancia trascendental, apasionante, de complicada sistematización y de no
fácil solución. (Torres, 1998). La llegada y la aparición de los modernos
sistemas de automatización a las bibliotecas, nos llevan a echar un vistazo a
través de Internet de los catálogos con datos de manuscritos árabes.
De fácil localización es el
catálogo de la Bibliothèque Nationale de France,
que incluye una catalogación de sus manuscritos, cuya consulta se puede realizar
a través de su página Web
[19]
y donde prefiere el uso de la norma EAD. Por su parte, la British Library ha
comenzado una catalogación sistemática de los manuscritos. (Baker, 2000) En la
Biblioteca Islámica de la AECID hay catalogados algunos manuscritos en su base
de datos, esta vez en transliteración, al carecer de escritura árabe. Por
supuesto, es en los países árabes donde se encuentran los mejores ejemplos. La Dār
al-Kutub de El Cairo ha trabajado mucho este aspecto y ha
colaborado en proyectos internacionales con la UNESCO. También en la Biblioteca
de la Fondation du Roi Abdul Aziz de
Casablanca se pueden ver a través de su página Web información de manuscritos
catalogados en la base de datos de su Biblioteca.
En cualquier caso, al
encontrarse este fragmento en una unidad bibliográfica bien estructurada y donde
es necesario que su identificación esté plenamente solucionada, se puede
proceder a la catalogación directa en la base de datos en uso, con el sistema
Millennium y en el formato bibliográfico MARC 21. La ficha resultante quedaría
así:
130 10 $aUniversidad Complutense de Madrid $b Biblioteca Histórica $ BH MSS 1098
245 00 $a – dahābinn
bi-hi lā-qādirūn
[18]
260 00 $a[D.m.]
|c[1300?]
300 $a[8] p. $b il.
col. $c17 cm x 17
cm
500 $a Pergamino
500 $a Árabe; letra magrebí, con
marcas de vocalización. Tinta marrón y roja y azul
500 $a 5 líneas de escritura por
hoja; caja de escritura: 100 x 110 mm
505 $aContiene: [1]. recto,
final de la aleya 18; aleya 19 – [2]. verso, final de la aleya 19; aleya 20;
comienzo de la aleya 21 – [3]. recto, final de la aleya 30; aleya 31; aleya 32
casi completa – [4]. verso, final de la aleya 32; 1ª mitad de la aleya 33 – [5].
recto, 2ª mitad de la aleya 33; comienzo de la aleya 34 – [6]. verso, final de
la aleya 34; aleya 35; comienzo de la aleya 36 – [7]. recto, final de la aleya
51; comienzo de la aleya 52 – [8]. verso, final de la aleya 52; aleya 53;
comienzo de la aleya 54
630 00 $a Corán. Azora Los
Creyentes. S. XIII. Fragmento
ANEXO 1. Ordenado por número de
líneas
LINEAS |
Lugar copia |
FecFecha |
Material |
Características
Letra |
Ilustraciones |
Tamaño |
Número de
folios |
Colección -
Signatura |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
5
|
¿?
|
sin datar
|
pergamino
|
letras grandes, solo 2 ó 3
líneas por página |
decoración:
soles |
170 x 170 mm
|
8 p.
|
Bca Histórica Marqués de
Valdecilla BH MSS 1098 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
5
|
|
S. XI
|
vitela
|
perfiles de las letras con
una pluma muy fina y rellenas con tinta de oro |
|
205 x 160 mm |
118 p. |
John Rylands
University Library 18 [691] (Manchester)
[20] |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
5
|
Sevilla
|
632 / 1235
|
|
andalusí (Siddiqi)
|
|
225 x 355
|
guz' 16 (de 20)
|
Bca Ibn Yusuf,
Marrakech - N. 429 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
5
|
¿?
|
S. XIII / s.
VII h. |
papel de Játiva
|
3 ó 4 palabras; signos
diacríticos bordeados por finas líneas marrones, rellenos con oro y plata.
Las hamza's son grandes puntos amarillos o verdes |
|
340 x 260 mm
|
|
Bca Ibn Yusuf,
Marrakech - N. 431 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
5
|
Málaga
|
620 / 1223
|
pergamino
|
letras grandes, solo 2 ó 3
líneas por página (Khemir) // letra andalusí (Siddiqi) |
|
220 x 356 mm
|
8 vol. (de 20)
|
Bca Ibn Yusuf ,
Marrakech - N. 430 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
6
|
Valencia
|
sin datar , finales S. XII-S.
XIII |
pergamino
|
|
titulares en
cúfico ornamental |
180 x 185 mm
|
33 f.
|
Biblioteca
Catalunya - Ms 1480 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
6
|
Granada?
|
finales S. XIII- principios
S. XIV |
pergamino
|
letra fina y
delicada |
|
|
|
Colección
privada Dawed (Tetuán) |
|
|
|
|
|
|
|
|
Bca. General
Tetuán - MS 884 |
|
|
|
|
|
|
|
|
Instituto Valencia de Don
Juan - 26.IV.9 |
|
|
|
|
|
|
190 x 190 mm
|
37 f.
|
British Library
Or. 12523 C |
|
|
|
|
|
|
|
|
British Library
Or. 12523 D |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
6
|
|
654 / 1256
|
vitela
|
copiado por el califa
almohade 'Umar al-Murtadà |
tít. sura en
cúfico |
|
|
British Library Or. 13192 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
6
|
|
S. XIV
|
|
|
soles como el BHMV sin
puntos internos |
|
|
Biblioteca
Catalunya |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
7
|
|
XIII / XIV
|
pergamino
|
|
tít. suras en
cúfico |
164 x 150 mm
|
86 f.
|
BNF Abe 5935
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
7
|
|
sin datar, siglo XIII /
596-696 H. |
pergamino
|
letra magrebí; titulares en
cúfico ornamental |
|
190 x 187 mm
|
34 f.
|
Biblioteca de
Catalunya - Ms. 3230 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
7
|
|
sin datar,
siglo XIII |
pergamino
|
letra magrebí, ancha y
elegante |
|
230 x 180 mm
|
46 f.
|
Biblioteca
Catalunya - Ms 2336 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
7
|
Valencia
|
568 / 1172-7
|
vitela
|
|
|
230 x 180 mm
|
|
Bibliothèque royale Rabat – 1810
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
7
|
Granada?
|
S. VII / XIII ?
|
vellum
|
|
|
255 x 240 mm
|
56 f.
|
British Library
Or 12808 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
7
|
Valencia?
|
|
pergamino
|
|
soles idénticos
al nuestro |
269,9 x 266,7
mm |
1 p.
|
Los Angeles
County Museum of Art |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
7
|
Granada?
|
finales
S.XIII-principios S. XIV=Khemir // Lings dice que probably Spain 6th / 12th
|
vellum
|
|
|
535 x 605 mm (muy
grande) |
2 vol.
|
Museo de Arte Turco e
Islámico .
T. 360 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ca. 125-1350
|
pergamino
|
|
|
|
|
Library of Congress
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
9
|
|
1648-1358
|
pergamino
|
|
|
197 x 181 mm
|
114 f
|
BNF 432
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
9
|
|
S. XIII ó XIV
|
pergamino
|
|
|
230 x 180 mm
|
46 h
|
Biblioteca de
Cataluña, Ms. 2336 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
9
|
Granada?
|
S. XIII ó XIV
|
vitela
|
perfiles de las letras con
una pluma muy fina y rellenas con tinta de oro |
aleyas marcadas
con "Aya" |
262 x 220 mm
|
|
BNF 304 - Smith
Lesouëf 217 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
9
|
|
S. XIII
|
|
|
|
274,6 x 447,6
mm |
2 p.
|
Los Angeles
County Museum of Art |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
9
|
|
|
|
perfiles de las letras con
una pluma muy fina y rellenas con tinta de oro |
aleyas marcadas
con "Aya" |
|
|
Chester Beatty
Library, Dublin, 1424 |
NOTAS
[1]
En 2003 se encontraron
dos focos pequeños de manuscritos. Uno de ellos en Cútar, Málaga, donde
había 3 manuscritos, actualmente depositados en el archivo Histórico
Provincial de Málaga, donde se ha procedido a su restauración. Uno de los
textos es un Corán con la apretada letra andalusí, sin colofón. La noticia
fue objeto de atención en numerosos medios de comunicación. El hallazgo ha
sido además, objeto de estudio (Calero, 2006)
La segunda colección
procede de Hornachos, Badajoz, donde aparecieron otros 2 manuscritos al
hacerse unas obras en una vieja casa de origen morisco. La Consejería de
Cultura de la Junta de Extremadura los adquirió, los mandó a restauración,
después los digitalizó y en 2008 apareció la edición facsímil junto con la
traducción, realizada por dos profesoras de la Universidad de Extremadura.
Ver noticia en:
http://islamextremadura.blogspot.com/2008/06/manuscritos-rabes-de-hornachos.html
y referencia bibliográfica
En el año 2003 se dio
a conocer la restauración de un texto manuscrito de la Risala, conocida obra
de Abu Zayd al-Qayrawani, por parte del Servicio de Restauración de Bienes
Museísticos de la Generalitat Valencia. El manuscrito es propiedad del
ayuntamiento de La Vilavella y data de 1460. Noticia en:
http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/noticia.asp?pkid=35019
[2]
Exposición en Valencia, 18 de noviembre a 19 de diciembre de 2004, de 22
manuscritos, con motivo de la celebración del Congreso Islam, civilización
del libro, patrocinado por el Centro Cultural Islámico de Valencia en
colaboración con la Universitat de València.
Congreso celebrado en
Granada, 30 de mayo-2 de junio de 2005, con el título Congreso internacional
sobre los manuscritos árabes en España y Marruecos. Forma parte del Proyecto
de Investigación del Ministerio de Educación y Ciencia español, titulado
“Los manuscritos árabes en España”. Se publicó un libro de actas.
(Manuscritos, 2006)
En el año 2007, del 10 de
abril al 1 de junio, se celebró en Granada la I Edición del Curso de Experto
en Conservación de Manuscritos Árabes, en el marco del proyecto I+D+I
“Nuevas tecnologías de análisis para el conocimiento de materiales y
técnicas en manuscritos árabes de Al-Ándalus”. Ver información en:
http://www.eea.csic.es/curso_manuscritos.pdf
Reunión celebrada en
Casablanca, los días 14 y 15 de abril de 2008, con el título Primavera
Internacional del Manuscrito Andalusí.
Reunión celebrada en
Madrid, 10 a 12 de noviembre de 2008, en la Casa de Velásquez, con el título Documents et manuscrits arabes de l’occident musulman
medieval. Ver folleto informativo en
http://www.casadevelazquez.org/manuscr%20arab.pdf
[3] En lo que se refiere a su
procedencia, hay que remontarse al año 2003, cuando el párroco de la Iglesia
Mayor de Briones (La Rioja) se lo entregó a doña Isabel Villagra, conocedor
aquel de la formación como filóloga árabe de esta. Procedía de los depósitos
de legajos que tenían en los archivos de dicha Iglesia y dadas las
condiciones ambientales de los archivos de la Iglesia corrían el riesgo de
perderse. Parece ser que se los entregó una persona mayor que no sabía qué
hacer con los mismos y simplemente los dejó ahí. En 2005, al ver que uno de
ellos empezaba a ponerse mal (por el cobre de la tinta), los depositó en la
Biblioteca Histórica por sugerencia de doña Isabel Gutiérrez, bibliotecaria
de la Universidad Complutense.
[5]
Almorávides: desde 1086 hasta 1121; Almohades: desde 1145 hasta 1232;
Nazaríes: desde 1238 hasta 1492.
[6]
La nómina de dichos manuscritos se puede observar en el Anexo A y se
explicará más adelante la metodología empleada. Vaya por delante, sin
embargo, que no me ha sido posible examinar la totalidad de los textos
originales, cuya observación de primera mano hubiera sido de gran utilidad.
Ello no es óbice para que con los datos recogidos no haya podido llegar a
observaciones interesantes.
[7]
James proporciona una lista documentada de 17 manuscritos, datados entre 483
H/1090 EC y el 635 H/1238 EC
[9]
Se trataría de un manuscrito
repartido entre las siguientes colecciones: 1 volumen manuscrito conservado
en la colección privada Dawed de Tetuán; otra parte en la Biblioteca
General de Tetuán, Marruecos, guardado bajo la signatura MS 884; manuscrito
26.IV.9 del Instituto Valencia de Don Juan de Madrid; manuscritos Or. 12523
C y Or. 12523 D de la British Library.
[10]
BNF Arabe, John Rylands y Chester Beatty
[11]
Ver nota 9 de dispersión de textos.
[12]
Muy parecido a este ms en papel es una página ofrecida también en Christie’s
en la mencionada subasta del pasado 7 de octubre.
[13]
http://collectionsonline.lacma.org/mwebcgi/mweb.exe?request=image;hex=M88_37SideB.jpg
[14]
Ver apud (nota 9) sobre dispersión de textos
[16]
British Library Or. 13192
[17]
BNF
Arabe 334, f. 156
[18]
Mss de la Biblioteca Ibn Yusuf de Marrakech realizado en Málaga.
[20]
Me gustaría
agradecer a Felipe Basabe Llorens y a José María Martínez, administrador y
bibliotecario respectivamente del Instituto Cervantes de Manchester, por su
valiosa y desinteresada ayuda para poder contactar con la John Rylands
University Library donde se encuentra un manuscrito especialmente valioso.
BIBLIOGRAFÍA
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Los manuscritos árabes en
España y Marruecos : homenaje de Granada y Fez a Ibn Jaldún : actas del
Congreso Internacional, Granada 2005 (2006) Edición científica, M. J.
Viguera y C. Castillo.
Granada:
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الوسيط إلى الفترة المعاصرة. الرباط
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|