Biblioteca Filipina: bibliografía de las obras impresas en Filipinas y relativas a Filipinas, hasta el año 1830, depositadas en la Biblioteca de la Universidad Complutense.

 

Aurora Díez Baños
Biblioteca Histórica

1. Colección complutense

        Entre los ricos fondos del patrimonio bibliográfico de la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid, se localiza un conjunto de obras relacionado con las islas Filipinas en las que se estudian aspectos relativos a su descubrimiento y exploración, su historia, evangelización, cuestiones económicas, etc.

        Asimismo, en el año 2006, con el ingreso de la colección bibliográfica del doctor y bibliófilo D. Francisco Guerra en la Biblioteca Histórica, se ha incorporado una importante sección filipiniana que, por una parte, ha venido a completar y a enriquecer los fondos ya existentes en la Biblioteca y, por otra, ha permitido identificar una importante serie compuesta por 32 ejemplares de obras impresas en Filipinas entre los años 1625 y 1814.

        Esta colección filipina, compuesta por casi un centenar de títulos, requería la preparación de una bibliografía que diera a conocer dichos fondos con el deseo de que, en un futuro, sus ejemplares puedan ser estudiados con profundidad por los investigadores que así lo deseen.

        Viene este artículo a presentar la bibliografía filipina de obras impresas hasta el año 1830, que se localizan en la Biblioteca de la Universidad Complutense. Está dividida en dos apartados bien diferenciados: una primera sección correspondiente a las obras impresas en Filipinas (números 1 al 32) y una segunda, donde se recogen las obras relativas a Filipinas, (números 33 al 89). Este artículo se complementa con la publicación en paralelo del Documento de trabajo de la Biblioteca Histórica de la UCM, donde se ofrece la bibliografía completa, que puede consultarse a texto completo y de forma libre.

        Es necesario señalar que a fecha diciembre de 2007, la Biblioteca se haya inmersa en proceso de catalogación retrospectiva de parte de sus colecciones por lo que podría resultar que algún otro ejemplar se identificara en los próximos meses y debiera ser añadido a estas listas.

    Para poder determinar la rareza de los títulos, se ha procedido a su localización en los siguientes catálogos:

        La mayoría de los libros incluidos en la bibliografía se localizan en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense, pero algunas, publicadas entre 1800 y 1831, pueden encontrarse en las bibliotecas de la Facultad de Filología y en el Departamento de Historia de la Facultad de Derecho, pendientes de un próximo traslado a la Biblioteca Histórica. En estos casos, se recomienda comprobar la ubicación de dichas a través del catálogo de la Biblioteca, CISNE.

2. Islas Filipinas

        Cuando en el año 1521 Magallanes y sus expedicionarios divisaban las costas de unas islas habitadas (islas Samar y Homonhon), se fijó el punto de partida de la colonización española de las islas de Poniente, Filipinas, cuyo establecimiento definitivo se fecha en 1565 con la llegada de Miguel López de Legazpi.

        Aunque geográficamente pertenecieron a Asia, las Filipinas, nombradas así en honor a Felipe II, constituyeron un apéndice de la Nueva España, una extensión de Méjico, país con el que mantuvieron una estrecha relación en la impresión y comercio de títulos relacionados con las islas, entre otros aspectos.

        La expansión ultramarina española hacia el Oriente se debió a dos motivos principales: motivos comerciales básicamente relacionados con el comercio de especias y motivos religiosos y de expansión misionera en China, Japón y las Islas Filipinas, único territorio éste último que se convirtió al cristianismo.

        La presencia de los religiosos españoles en la colonización de las islas Filipinas corre de forma paralela a la expedición de exploración y descubrimiento de Legazpi. El asesor técnico de la expedición fue un agustino, fray Andrés de Urdaneta, marino y cosmógrafo, acompañado por otros cuatro frailes más, entre los que se encontraban matemáticos, astrónomos y teólogos, en definitiva, hombres ilustrados.

        Los frailes agustinos son los pioneros en la cristianización de Filipinas desde 1565. Muy pronto se hizo patente la necesidad de otras órdenes religiosas para acelerar las tareas de conversión y fueron los franciscanos los que siguieron a los agustinos en el proceso misional. Llegaron a Manila en 1578 y allí permanecieron abriendo iglesias y conventos, como el de Nuestra Señora de Loreto, y construyendo hospitales y hospicios. Las misiones franciscanas y agustinas eran más pobladas y homogéneas que las de las otras órdenes.

        Los jesuitas estuvieron presentes en Filipinas en dos periodos: 1581-1768, marcado por su expulsión de todos los dominios españoles, y desde 1859 fecha que coincide con su vuelta a Filipinas. Posteriormente en 1587 llegaron los dominicos y por último, en 1606, se asentó en las islas la comunidad de los agustinos recoletos, comunidad fundada en 1588 dependiente de la orden de los agustinos y reconocida como orden religiosa en 1912. Allí construyeron, al igual que las otras órdenes, convento e iglesia en Manila.

        Como hemos visto, cinco eran las principales órdenes: los agustinos, franciscanos, jesuitas, dominicos y agustinos recoletos, aunque existían otras, también españolas, como los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios y los paúles, capuchinos y benedictinos y otras de religiosos extranjeros

        Hay dos fechas que convienen destacar en la historia filipina: el año 1579, fecha en la que el dominico Domingo de Salazar, misionero en Méjico durante varios años, es nombrado obispo de Filipinas por Gregorio XIII y se erige la diócesis, con sede en Manila; y el año 1594, cuando Felipe II dividió el país en zonas misionales exclusivas para las distintas órdenes religiosas.

        Como veremos, la mayoría de las obras impresas en Filipinas fueron escritas por religiosos y misioneros allí destinados.

3. Universidades y Colegios

        Las distintas órdenes religiosas contribuyeron a la educación fundando colegios de enseñanza elemental donde instruían en lectura y escritura y en la doctrina cristiana. Existieron además algunos colegios de educación secundaria pero fueron únicamente dos las órdenes religiosas, de los jesuitas y de los dominicos, las que establecieron estudios universitarios en Filipinas.

3.1 Colegio de la Compañía de Jesús
        Creado a instancias del primer obispo de Filipinas, fray Domingo de Salazar, y dirigido por los jesuitas, existía el Colegio de la Compañía de Jesús, 1595-1768, también llamado Colegio de Manila, donde se impartían enseñanzas universitarias de gramática, filosofía, teología, derecho civil y canónico... tanto a estudiantes españoles como filipinos. Contaba, como veremos con más detalle en el siguiente capítulo, con imprenta propia de la que salieron importantes trabajos escritos por profesores y misioneros eruditos en diferentes artes y ciencias, como la Historia de la provincia de Philipinas de la Compañia de Jesus.. de Pedro Murillo Velarde, entre otras muchas.

3.2 Universidad de Santo Tomás
       
La Universidad de Santo Tomás fue fundada en 1611 con la misión de preparar al clero y los seglares en la misión evangelizadora y de conversión de los pueblos orientales al cristianismo así como para el apostolado intelectual. Su ideólogo fue fray Miguel de Benavides, uno de los dominicos fundadores de la provincia del Rosario de Filipinas a su llegada en 1587.

        Su intensa actividad académica comienza en 1619, impartiendo estudios de gramática, filosofía, teología, derecho... que se fueron diversificando hasta nuestros días en los que la institución continúa con su actividad docente. Muchos de estos profesores dominicos sustituyeron la docencia en Filipinas y se adentraron en tierras de Japón, China y Vietnam para trabajar en duras misiones evangelizadoras.

        El papa Inocencio X, en su bula de 1645, concede al colegio de los dominicos el título de Universidad y en el año 1785 Carlos III le concede el título de Real. La imprenta dominica se instala en el Colegio den 1626.

4. La imprenta en Filipinas

        Al hablar del origen de la imprenta en Filipinas hay que distinguir entre dos sistemas que en un principio se utilizaron para la impresión de sus libros. Nos referimos en primer lugar al sistema xilográfico o de tablas grabadas, procedimiento tradicional de China, con el que se compusieron las que son consideradas las primeras obras impresas en Filipinas: la Doctrina cristiana tagalo-española y la Doctrina cristiana en lengua y letra china (Retana. Orígenes, n. 1 y 2, respectivamente), impresas en Manila en 1593 en la imprenta de los dominicos por oficiales chino-filipinos que conocían el arte de la impresión y de las que no se localiza ningún ejemplar.

        El segundo método utilizado para la impresión es el sistema de caracteres móviles o tipos de imprenta, propio de Europa que tiene como fundador al dominico Francisco Blancas de San José quien, con la ayuda de un chino cristiano Juan de Vera, considerado el primer impresor filipino, diseñaron y produjeron, in situ, todo lo necesario para el buen hacer de una imprenta (grabado y fundición de tipos, caja, rodillo, prensa,…) del mismo modo que dispusieron del papel y la tinta, siendo todo de fabricación local (Retana. Orígenes, p. 38 y ss.). El primer impreso tipográfico fue el Libro de las excelencias del Rosario de nuestra Señora, y sus misterios, en lengua [y letra?] tagala, del P. Francisco Blancas de San José, impreso en Binondo, barrio de Manila, en la imprenta de los dominicos a cargo de Juan de Vera en el año 1602 (Retana. Orígenes, n.3) del que no se conserva ejemplar. El primer impreso en Filipinas del que sí existe ejemplar es Arte y Reglas de la lengua tagala del dominico Francisco de San José, impreso en Bataan en 1610 por Tomás Pimpín (Medina, n. 8). Existe en la Biblioteca edición facsímil publicada en 1997 [BH R FAC80 y BH FG 3112].

        Los primeros libros impresos en Filipinas fueron realizados entre los años 1593-1640. Son los considerados incunables filipinos. De ellos se han conservado escasísimos ejemplares. El bibliógrafo Retana en su obra Orígenes de la imprenta filipina… identifica un total de cincuenta y siete títulos de incunables filipinos. La Biblioteca Histórica tiene el privilegio de custodiar dos de estos títulos, muestra de la primera imprenta filipina:

        La causa principal de su bajo número ha sido en gran medida el papel en el que, en general, eran impresos, el papel de China, o comúnmente llamado papel "de arroz", fabricado con el líber de una planta ulmácea, llamada kotsu, de calidad inferior al algodón. El alumbre utilizado para blanquear y suavizar el papel lo convertía en un soporte débil frente a condiciones de temperatura y humedad variables (propias del archipiélago), oxidándolo y oscureciéndolo con el tiempo en diferentes grados y, lo que es más problemático para su conservación, convirtiéndolo en un papel sumamente quebradizo frente a cualquier manipulación y que requiere de una correcta preservación y de complejos tratamientos de reintegración de papel.

        Es necesario señalar una peculiaridad del arte de imprimir en Filipinas. Todas las imprentas allí conocidas pertenecieron a las órdenes religiosas que hemos visto anteriormente, ningún impresor tuvo una en propiedad, sino que eran oficiales, bien miembros de la propia orden, bien civiles que estuvieron a cargo de uno o varios talleres a lo largo de su vida. Por esto, los estudios sobre imprenta filipina acostumbran a centrarse en talleres tipográficos y no en un impresor concreto, aunque también es posible estudiar la trayectoria profesional de un mismo impresor.

        Siguiendo la nutrida información que los bibliógrafos Medina y Retana nos ofrecen, exponemos aquí de forma resumida las imprentas que en Filipinas funcionaron y sus impresores a cargo:

4.1 Imprenta de los dominicos
       
La primera imprenta filipina se estableció en el Hospital de San Gabriel, fundado a la llegada de los dominicos a Filipinas como medio para evangelizar a los chinos-filipinos, los sangleyes.

        Estuvo a su cargo Juan de Vera, chino cristiano, que como ya se ha estudiado en párrafos anteriores es considerado el primer impresor filipino. Tras su muerte fue su hermano Francisco el que se hizo cargo de la imprenta. En el año 1607 fue trasladada al pueblo de Batán y queda a cargo de Tomás Pimpín quien, según Retana, podría ser considerado el "príncipe" de los tipógrafos filipinos por su buen hacer en las diferentes imprentas de las que fue regente.

        Luis Beltrán y Diego Talaghay también estuvieron al frente de la imprenta. En 1622 el hospital se amplía y se traslada a Binondo y un año después, en 1623, la imprenta se ubica nuevamente en el hospital. Finalmente se traslada a Manila y en 1626 se instala de forma definitiva en el Colegio y Universidad de Santo Tomás.

        Nombres como Jacinto Magarulau, Tomás Pimpín, Raimundo Magrisa, Luis Beltrán, Andrés de Belén, Gaspar de los Reyes, Juan Correa, Jerónimo Correa de Castro, Tomás Adriano, Juan Francisco de los Santos, Vicente Adriano y Carlos Francisco de la Cruz figuran como regentes de la imprenta dominica a lo largo de su historia.

        Afirma Retana que esta imprenta fue en ocasiones prestada para trabajos de impresión de otras órdenes, como la de los franciscanos en la obra Vocabulario de lengua tagala... del padre San Buenaventura impresa en 1613 y las Constituciones de esta Provincia de San Gregorio de Filipinas de la Orden de S. Francisco, de 1655 (Retana. Imprenta, col. 34) que Medina señala como obras impresas en imprenta franciscana. Y viceversa, algunas obras dominicas fueron impresas en las prensas franciscanas.

4.2 Imprenta de los franciscanos
        No existe un acuerdo sobre la fecha de comienzo de esta imprenta. Para Retana se estableció en el año 1692 habiendo sido las anteriores obras franciscanas impresas en la imprenta dominica; para Medina, en 1606 con la obra Vocabulario de lengua tagala... del padre San Buenaventura impresa en 1613, quizá apoyándose en esta nota del final de la obra: "En la cual se puso la primera mano y pluma A. 20. Dias del mes de Mayo del año de. 1606" (Medina, n. 18) que Retana señala como fecha de redacción de la obra y no de su impresión.

        Se admite que a comienzos del siglo XVIII, la imprenta franciscana, ubicada en Tayabás, dio a la luz sus primeros trabajos tipográficos: Vocabulario de la lengua tagala... de P. Domingo de los Santos, en 1703. La imprenta estuvo ubicada en diferentes sedes: el convento de S. Francisco de Manila, el convento de N.S. de la Candelaria en Dilao, barrio de Manila, y el convento de N.S. de Loreto, en Sampaloc, otro barrio manilense.

        A cargo del taller estuvieron los siguientes impresores: Francisco de los Santos, Lucas Francisco Rodríguez, Julián de San Diego, Pedro de la Concepción, Juan del Sotillo, Lucas de San Francisco, Tomás Adriano (impresor que trabajó con los dominicos), Baltasar Mariano, Pedro Argüelles de la Concepción, Juan Eugenio, Francisco de Paula Castilla, Vicente Atlas y Jacinto de Jesús Lavajos.

4.3 Imprenta de los jesuitas
       
Con relación a la imprenta jesuita tampoco existe un acuerdo sobre la fecha de origen. Según Medina, los jesuitas contaron con imprenta propia desde 1610 en el Colegio de la Compañía de Jesús en Manila, basándose en fecha del pie de imprenta que aparece en la traducción en lengua bisaya de la Doctrina christiana del cardenal Roberto Belarmino... (Medina, n. 15) escrita por el jesuita Cristóbal Jiménez e impresa en Manila por Manuel Gómez, español llegado a Filipinas expresamente para montar el taller tipográfico.

        Para Retana la imprenta de los jesuitas fue comprada a los agustinos de Filipinas no antes de 1622 y su origen es japonés. La historia de esta imprenta hay que trasladarla a Japón al año 1602, fecha de la llegada de los agustinos al país nipón que establecieron misiones y fundaron conventos e iglesias, una de ellas en Nagasaki dedicada a S. Agustín. Allí los jesuitas tenían imprenta y fundición y de ellos obtuvieron los agustinos todo lo necesario para establecer su propia imprenta. En 1612 comienzan las persecuciones de Ieyasu contra los cristianos, lo que obligó al cierre y traslado de la imprenta a Manila que posteriormente fue vendida a los jesuitas manilenses.

        Hay que esperar hasta 1641 para encontrar el nombre la imprenta del Colegio de la Compañía, en concreto en la portada de la Relacion del illvstre ... martyrio de quatro Embaxadores Portugueses... en la Ciudad de Nangasaqui (Medina, n. 60), a cargo del impresor Raimundo Magisa que había trabajado anteriormente en la imprenta dominica junto con Jacinto Magarulau.

        Desempañaron el puesto de regente de la imprenta Simón Pimpín, hijo de Tomás, Santiago Dimatangso, Raimundo de Peñafort, Lucas Manumbas, Gaspar Aquino de Belén, Felipe de Guzmán, Clemente de Santa Cecilia y Cardoso, Sebastián López Sabino, Tomás Adriano y Nicolás de la Cruz Bagay, ilustre impresor y grabador, autor de la obra del padre Murillo Velarde Historia de la Provincia de Filipinas de la Compañía de Jesús, segunda parte y grabador del mapa de las Islas Filipinas, que estudiaremos con el propio ejemplar, en un capítulo posterior.

        En 1767, tras la expulsión de la Compañía de Jesús, su imprenta, junto con el resto de bienes, fueron incautados por el Estado a la espera de ser vendidos o entregados a otra orden religiosa. La imprenta estuvo abandonada hasta que en 1771, a instancias del arzobispo de Manila Basilio Sancho de Sta. Justa y Rufina, queda en depósito, por real orden, en el Seminario Eclesiástico de Manila donde retoma su funcionamiento.

        Impresores como Pedro Ignacio Advíncula, Cipriano Romualdo Bagay (hijo de Juan de la Cruz Bagay), Agustín de la Rosa y Balagtas y Vicente Adriano (impresor del Colegio de Santo Tomás hasta 1804) fueron los encargados de la imprenta.

4.4 Imprenta de los agustinos
        La imprenta de los agustinos, como hemos visto anteriormente, fue traída de Japón entre 1611 y 1614 y posteriormente vendida a los jesuitas, no antes del año 1622 (Retana).

        Medina expone que su actividad se redujo a tres años, entre 1618 y 1621, ubicándose en Manila, luego trasladada al convento de San Guillermo, en Bacolor, pueblo cercano a Manila, y posteriormente al convento de S. Pablo en Macabebe o en Lubao. Impresores como el japonés Miguel Seixo y Antonio Damba trabajaron en sus prensas.

5. Selección bibliográfica

        No es nuestro afán estudiar todos los libros que se incluyen en las listas bibliográficas; únicamente una selección será aquí expuesta, dejando la puerta abierta a futuros estudiosos del tema que quieran profundizar en ellos.

        En esta bibliografía filipina la temática es variada: historia, órdenes religiosas, libros de viajes, medicina, obras para la navegación,...

        Respecto a las historias de órdenes religiosas, nos encontramos con las crónicas de los dominicos cuya obra más emblemática es Historia de la provincia del Sancto Rosario de la Orden de Predicadores en Philippinas, Iapon y China [BH FG 3074] del dominico Diego Aduarte con la colaboración de Domingo González, publicada en 1640 en las prensas del Colegio de Santo Tomás de Manila. Este incunable filipino es considerado por Medina y Retana, como el volumen más considerable y mejor hecho, tipográficamente hablando, publicado en Filipinas en el siglo XVII y obra muy rara, de la que se conocen tres ejemplares en CCPB y uno en la Biblioteca Nacional. Supone el último impreso de Luis Bertrán, de los conocidos.

        Se reimprimió, la primera parte, en Zaragoza en 1693 por Domingo Gascón Tomo primero de la Historia de la provincia del Santo Rosario de Filipinas, Iapon y China de la ... Orden de Predicadores [BH FG 3075 Y BH FLL 15697] con la continuación de la obra Tomo segundo de la Historia de la provincia del Santo Rosario de Filipinas, Iapon y China escrita por Baltasar de Santa Cruz, impresa en Zaragoza por Pascual Bueno en 1693 [BH FG 3076].

        Posteriormente, ven la luz en Manila en las prensas de la Universidad de Santo Tomás la parte tercera, en 1742, a cargo de Vicente de Salazar Historia de la provincia del Santísimo Rosario de Filipinas, China y Tunkuin ... desde el año de 1669 hasta el de 1700, [BH FG 3073] y la cuarta parte, en 1783, escrita por Domingo Collantes Historia de la provincia del Santisimo Rosario de Filipinas, China y Tunquin orden de predicadores : quarta parte desde el año de 1700 hasta el de 1765, [BH FG 3062], e impresa en papel de arroz a manos de Juan Francisco de los Santos siendo esta obra la primera vez en la que aparece el nombre de este impresor (Retana, Tablas, n. 87). Ambos ejemplares de estas terceras y cuartas partes de la crónica de los dominicos tienen la consideración de muy raros

        Las crónicas de los franciscanos en Filipinas, China y Japón, se plasman en las tres partes de las Chronicas de la apostolica provincia de S. Gregorio de Religiosos Descalzos de N.S.P.S. Francisco en las Islas Philipinas, China, Japon, [BH FG 3056-3058] de Juan Francisco de San Antonio, impresas en la imprenta del convento de Ntra. Sra. De Loreto, a cargo de Juan de Sotillos entre 1738-1741. Con portada a dos tintas. Según señala Medina (n. 202) es una obra sobresaliente. La primera parte describe las islas Filipinas con gran lujo de detalles aportando datos nuevos y actualizados a los aportados por Francisco Colín en su obra Labor evangélica de 1663 [BH FG 3061]. Especialmente valioso era este tomo entre los marinos dado que su precisión en las descripciones de las costas, hizo que lo utilizaran como derrotero, causa, según Medina, de la escasez de ejemplares conservados. Estas crónicas fueron citadas con asiduidad por historiadores posteriores por su exactitud, curiosidad y utilidad.

        En el año 1593 se autorizaron las misiones franciscanas en Japón, hasta ese momento exclusivas para los jesuitas. Estos misioneros comenzaron, junto con el resto de cristianos, a sufrir persecuciones que se volvieron especialmente violentas a partir del año 1612, tras el edicto de Ieyasu de exterminio contra los cristianos (Gutiérrez, p. 228), considerados enemigos de la religión y del Estado. Las expulsiones, las ejecuciones, las pérdidas de iglesias y residencias, la clandestinidad... vividas en primera persona por el franciscano Diego de San Francisco de 1612 a 1615, son recogidas en su Relacion verdadera y breue de la persecucion y martirios que padecieron ... en Iapon quinze religiosos ... del Orden de nuestro seraphico P.S. Francisco de las Islas Filipinas : a donde tambien se trata de otros martires religiosos ... y seculares ... desde el año de 1613 hasta el de 1624 ... [BH FG 3054]. Con falsa portada filipina (En Manila: en el Colegio de S. Thomas de Aquino, por Thomas Pimpín ..., 1625) en esta Relación se contienen las actas de la audiencia pública que el Papa Pablo V concedió en 1615 a la embajada japonesa encabezada por Hasekura Tsunenaga (Biblioteca, p. 174), actas con portada propia y pie de imprenta de México, por Juan de Alcazar, fechada la segunda portada en 1626.

        Señala Medina (n.33), que en realidad se trata de la 2ª edición de la obra, edición mejicana. Ciertos autores sostienen que se trata de impresión comenzada en Manila y concluida en México en 1626 ya que la flota que debía llevar la obra a España adelantó la partida y tuvieron que ser impresas en México (Biblioteca, p. 174 ; Medina. Ampliación, n. 423). Para el bibliógrafo Medina resulta extraño que se terminara en América una impresión comenzada en Filipinas, siendo el papel y los tipos empleados los mismos en toda la obra, determinando que se trata de la segunda edición del libro y hecha íntegramente en Méjico en 1626 (Retana. Orígenes, n.29, facs. P).

        Existen cuatro ejemplares en la Biblioteca Nacional y uno en la Universidad de Valencia. No consta en HPB ni en el Colegio de los Agustinos de Valladolid.

        Este ejemplar fue expuesto en la exposición titulada Una biblioteca ejemplar: tesoros de la colección Francisco Guerra en la Biblioteca Complutense que fue organizada en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid en 2007 para presentar la colección privada del Dr. D. Francisco Guerra, recientemente incorporada a la Biblioteca de la UCM.

        Existe en la colección un ejemplar de los estatutos de los franciscanos, Estatutos, y ordenaciones de la Santa Provincia de San Gregorio ... [BH FG 3050], impreso en el Convento de Ntra. Sra. de Loreto en el barrio manilense de Sampaloc en 1753. Según consta en la portada de estos estatutos franciscanos es una reimpresión, señalando Medina (Ampliación, n. 242), sin aclararlo, que puede tratarse de la segunda o tercera edición, de cualquier modo catalogada como muy rara, impresa en papel de arroz, de la que únicamente se conocen ejemplares en la Biblioteca Pública de Córdoba y otro en la Biblioteca Nacional. Contiene las Determinaciones de nros. charissimos hermanos de el Venerable Difinitorio, y Discretorio de el año de 1741, que en este Capítulo de 23 de Junio de 1744 se determinaron por leyes de esta Santa Provincia ...

        En relación a la historia de los jesuitas en Filipinas, tenemos que hablar de Pedro Murillo Velarde, misionero jesuita e historiógrafo que llegó a Filipinas en 1723. Tras permanecer dos años en las misiones y parroquias cercanas a Manila, fue nombrado profesor de derecho civil y canónico de la Universidad de Manila. Publicó el Cursus iuris canonici Hispani et Indici..., obra en la que además de las decretales se incluyen las Leyes de Indias, jurisprudencia y privilegios relacionados con Filipinas (ver nº 67 a 69 de la lista). Propuso instaurar en el Colegio de los Jesuitas de Manila, la cátedra de matemáticas que abarcaba entre sus objetivos la instrucción de los futuros pilotos de navíos.

        Es en 1749 cuando se edita la segunda parte de Historia de la Provincia de Filipinas de la Compañía de Jesús [BH FG 3060] en Manila en la imprenta de la Compañía de Jesús. Esta obra es la continuación de Labor evangélica de Francisco Colín de la que la Biblioteca Histórica posee ejemplar publicado en Madrid por José Fernández Buendía en 1663 [BH FG 3061. Es autor además de la serie Geographia Historica... cuyo volumen octavo (Madrid : Gabriel Ramírez, 1752) [BH FG 2768 y BH FLL 35080] trata de las islas Filipinas.

          La impresión de su Historia... estuvo a cargo de Nicolás de la Cruz Bagay, en el taller de los jesuitas. Medina (p. XLI) considera este impreso como la mejor muestra tipográfica que hubo en la imprenta filipina hasta 1810. Está impreso en papel de China.

         Nicolás de la Cruz Bagay, como otros muchos impresores filipinos, alternó las funciones de impresor con las de grabador. En el año 1734 grabó el mapa de las Islas Filipinas, probablemente la obra más importante de Murillo Velarde, del cual se incluye en esta obra que ahora tratamos una reducción del mismo (34x51 cm.), hecha en el año 1744. Continuó su labor de grabador su hijo Cipriano Bagay.


BH FG 3060

         La historia de los agustinos recoletos la firma Juan de la Concepción autor de la monumental Historia general de Philipinas... [BH FG 3088-3101]. A través de catorce volúmenes se da cuenta de la historia cronológica de las islas además de noticias relativas a la geografía, historia natural, religiones, costumbres...

        Los tomos I a V se imprimieron en 1788 en el Seminario Eclesiástico, a cargo del impresor Agustín de la Rosa y Balagtas utilizando la antigua imprenta jesuita. Tras la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767, su imprenta, junto con el resto de bienes, habían sido incautados por el Estado, pasando ésta a funcionar posteriormente en el Real Seminario Conciliar de Manila. Los tomos VI a XIV, se imprimieron en Sampaloc, en el convento de Ntra. Sra. de Loreto, por Baltasar Mariano, entre 1788 y 1792. Los tomos I y II están impresos en papel de arroz.

        Firma la viñeta alegórica del tomo I de estas crónicas, Cipriano Bagay, grabador además, junto con su padre Nicolás de la Cruz, de los mapas que se incluyen en en los tomos I, II, III, VI y IX (Medina, p. L)

        La predicación evangélica y la instrucción se llevaban a cabo en la lengua nativa, el tagalo. Fue una de las resoluciones más importantes que se tomaron con el Sínodo de Manila, celebrado entre los años 1581 y 1586. Muestra de ello es el Cathecismo Libro Bagang Pinagpapalamnan... [BH FLL 8874 ] todo en lengua tagala, del jesuita Jerónimo de Ripalda, traducido en lengua tagala por fray Luis de Amezquita, agustino, considerado un "insigne tagalista" (Medina, n. 435).

        Este Catecismo del padre Ripalda se imprimió en Manila en los años 1666, 1722 y 1747, fecha ésta última de nuestro "catecismito", ejemplar impreso en las prensas de la Compañía de Jesús a cargo de Nicolás de la Cruz Bagay. Se trata de un ejemplar raro, en papel de arroz, del que únicamente se conoce la existencia de otro en la Biblioteca Nacional. Se imprimió además el Catecismo reducido a compendio en numerosas ocasiones.

        Este título procede de los fondos de la riquísima biblioteca de los Reales Estudios de San Isidro, antiguo Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, institución docente que se incorpora a la Universidad de Madrid en torno al año 1845 mediante el Plan Pidal de Instrucción Pública. Durante el siglo XVIII se convirtió en un importante centro cultural, abierto al público, contando con más de 34.000 volúmenes. Cuando se incorpora a la Universidad conformó la biblioteca de la Facultad de Filosofía y actualmente la forman unos 38.000 volúmenes, localizados en la Biblioteca Histórica de la UCM.

        Otra obra interesante es el Ceremonial romano reformado segun el Misal nuevo... [BH FG 3072] del franciscano mejicano José Torrubia, notable trabajo que abarca un conjunto de seis tratados para la celebración de la liturgia y otras funciones eclesiásticas de los sacerdotes franciscanos en la provincia de San Gregorio, Filipinas.

        Retana (Tablas, n. 98) lo describe como un excelente trabajo tipográfico, hecho en 1797 en papel de arroz, y único impreso conocido de Juan Ignacio, impresor a cargo de la imprenta del convento de Ntra. Sra. de Loreto situado en Sampaloc, uno de los barrios de Manila. Es una reimpresión de la primera edición de 1728. Es un ejemplar raro del que hay noticia en la Biblioteca Nacional y en el Colegio de los Agustinos de Valladolid (Rodríguez, n. 3639).

        El uso de las lenguas nativas fue uno de los primeros problemas con el que los jesuitas se encontraron a su llegada a Filipinas y Japón. Tal y como señala Aduarte en su Historia, era necesario para todo predicador hacerse entender con los naturales para las tareas evangelizadoras y educativas. Dado que los jesuitas no eran los primeros europeos en Filipinas utilizaron vocabularios y gramáticas que habían sido compuestos por franciscanos y agustinos. Posteriormente, cuando se dispersaron por sus zonas misionales publicaron sus propios artes y vocabularios de las lenguas orientales.

        Existe en la colección un ejemplar incunable de 1630, el Vocabulario del Iapon: declarado primero en portugues por los padres de la Compañia de Iesus de aquel reyno y agora en castellano en el Colegio de Santo Thomas de Manila [BH FG 2997], diccionario destinado a las tareas evangelizadoras en Japón. Fue impreso en Manila en la imprenta de los dominicos, a cargo de Tomás Pimpín, indio tagalo natural de Batán (barrio de Manila), registrado como impresor con los dominicos en esta obra por última vez, y Jacinto Magarulau, a cuyo cargo queda la imprenta del Colegio a partir de este año.

        La traducción corre a cargo de un dominico, Jacinto Esquivel, del original en lengua portuguesa a la lengua castellana Vocabulario da lingva de Iapam feito por alguns Padres e Irmaos da Companhia de Iesus. – Em Nangasaqui : no Collegio de Japam da Companhia de Iesvs, 1604 (MEDINA, n. 40).

        Se califica esta traducción a la lengua castellana como obra rarísima: existe ejemplar en la biblioteca del Colegio de Agustinos Filipinos de Valladolid (Rodríguez, n. 3091; Tubangui, n. 11) y en la Biblioteca Real de Madrid, deteriorado; otro en la Compañía General de Tabacos de Filipinas (Barcelona), con portada pero falto de texto y tres ejemplares en la Biblioteca Nacional. Nuestro ejemplar, en papel de arroz, presenta la portada y hoja []2 sustituidas por copia. Constituye la primera obra, de las impresas en Manila que se conservan en esta Biblioteca Histórica.

        Con relación a la ciencia, nos encontramos con el Manual de medicinas caseras del misionero dominico Fernando de Santa María [BH FG 3345] que ofrece una importante visión de la medicina popular y las plantas medicinales de la flora filipina de la época. De esta edición de 1815, reimpresión del original de 1768, se conoce un ejemplar más depositado en la Biblioteca Nacional.

         Los colegios jesuitas dieron desde el principio una gran importancia a la enseñanza de las ciencias. Una interesante obra dedicada a la navegación es la Práctica de maniobras de los navíos [BH FG 506] de Antonio Gabriel Fernández, editada en las prensas jesuitas a cargo de Nicolás de la Cruz Bagay, en 1753. De ella no se ha localizado hasta el momento ningún otro ejemplar ni en bibliotecas ni en repertorios bibliográficos. Se trata de un manual práctico de navegación compuesto por un total de cien "proposiciones" acompañadas cada una por comentarios prácticos para el manejo de barcos en diferentes situaciones. Su autor Antonio Gabriel Fernández, según reza en la portada, fue profesor de matemáticas, aritmética y geometría en la Real Academia de Caballeros Guardias Marinas de la ciudad de Cádiz.


BH FG 506

La reimpresión de esta edición manilense corre a cargo de Ignacio Juan de Mayoralge, alférez de navío y teniente de Batallones de la Real Armada. De este título son conocidas ediciones españolas de 1732, 1774 y 1777

        Destacables son los planos y los mapas de las Islas Filipinas que se incluyen en algunas de las obras, magníficamente diseñados e impresos, como el mapa que ilustra la obra del jesuita Pedro Murillo Velarde Historia de la provincia de Philipinas de la Compañía de Jesús [BH FG 3060], firmado por el ilustre grabador Nicolás de la Cruz Bagay en el año 1744, al que nos hemos referido anteriormente.

        Con relación a la segunda parte de la bibliografía, es decir, las obras relativas a Filipinas hasta 1830 impresas fuera de las islas, está compuesta por más medio centenar de obras que, como ya comentamos anteriormente, podría aumentar en los próximos meses debido a que la colección de Filología de la Biblioteca Histórica, la más numerosa y que procede del Colegio de los Jesuitas de Madrid, está inmersa en pleno proceso de identificación y catalogación automatizada de sus ejemplares.

        En una primera lectura, nos encontramos con historias, crónicas de las misiones, correspondencia de los misioneros, etnografía, religión, legislación, interesantes libros de viajes, descripciones geográficas, mapas, tratados sobre la flora y la fauna... No sólo se imprimieron en España sino que también imprentas de Alemania, Suiza, Italia, Francia, Gran Bretaña... se empeñaron en la tarea de dar a conocer lo relativo al archipiélago filipino

        De entre la lista de títulos, destacaremos los dos siguientes:

        En primer lugar, la Relacion de las islas Filipinas... de la Compañia de Iesus [BH FG 3068] del jesuita Pedro Chirino, impresa en Roma por Esteban Paulino en 1604. Es una de las obras más antiguas relativa a la historia de Filipinas. El jesuita llego a Manila en 1590 donde, durante catorce años, estuvo a cargo de varias misiones. Posteriormente fue designado procurador a España y Roma

        Los capítulos XV y XVII resultan de los más interesantes dado que en ellos se tratan las lenguas filipinas y el alfabeto tagalo, hasta entonces desconocidos.

        Otra interesante obra son los Sucesos de las Islas Filipinas... [BH FG 3067] de Antonio de Morga. En ella se relata, cronológicamente, la historia de Filipinas, se describe la colonia española y se incluye un estudio etnográfico de los indios filipinos. Sus ocho capítulos conforman la primera historia laica de los españoles en dichas islas.

        En un principio las fuentes para la redacción de la obra fueron principalmente los informes y la crónicas de los frailes que evangelizaban el nuevo territorio. Hasta que el autor no se traslada a Filipinas en 1595 no pudo escribir la historia en primera persona. Desde este momento, que coincide con el capítulo sexto, sus relatos ganan en precisión. Desempeñó los cargos de teniente de gobernador y capitán general y fue el primer oidor de la Audiencia de Manila.

        Se imprime la obra en Méjico en 1609, dos años después de su completa redacción y de ella se conserva muy pocos ejemplares. Se ha reeditado varias veces en su lengua original, en inglés, japonés y tagalo y se ha editado en forma de facsímil en la madrileña Librería General de Victoriano Suárez en 1909 [BH FG 3940].

        El ejemplar original de esta obra fue expuesto en la exposición titulada Una biblioteca ejemplar: tesoros de la colección Francisco Guerra en la Biblioteca Complutense que fue organizada en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid en 2007 para presentar la colección privada del Dr. D. Francisco Guerra, recientemente incorporada a la Biblioteca de la UCM.

        Analizar y estudiar de forma pormenorizada cada una de las obras no es el propósito de esta breve presentación de la biblioteca filipina de obras impresas hasta el año 1830 perteneciente a la Biblioteca de la Universidad Complutense, más por falta de tiempo que de interés. Nos limitamos a la labor bibliotecaria y de investigación bibliográfica que nos corresponde que no es otra que la de presentar esta colección y ponerla a disposición de "investigadores y curiosos" en las una vez tan cercanas islas Filipinas, con el deseo de investigar y profundizar en todo lo que, sin lugar a dudas, estos títulos nos puedan ofrecer.

6. Bibliografía

  • OCIO. Misioneros dominicos en el Extremo Oriente, 1587-1835 / Hilario Ocio, Eladio Neira. - Manila : [Life Today Publications], 2000

  • RETANA, Orígenes: Orígenes de la imprenta filipina : investigaciones históricas, bibliográficas y tiográficas [1593-1640] / W. E. Retana. – Madrid : Librería General de Victoriano Suárez, 1911

  • RETANA, Imprenta: La imprenta en Filipinas : adiciones y observaciones a "La imprenta en Manila" de J. T. Medina / W. E. Retana. – Madrid : Vda.de M. Minuesa de los Rios, 1899

  • RETANA, Tablas: Tablas cronológica y alfabetica de imprentas e impresores de Filipinas (1593-1898) / W. E. Retana. – Madrid : Librería General de Victoriano Suárez, 1908

  • RODRÍGUEZ: Updated cheklist of Filipiniana at Valladolid / Isacio Rodríguez Rodríguez. – Manila : National Historical Institute, 1976

  • TUBANGUI: A catalog of Filipiniana at Valladolid / Helen R. Tubangui. – Manila : Ateneo de Manila University Press, [1973]

  • VINDEL: Biblioteca oriental : comprende 2.747 obras relativas á Filipinas, Japón, China y otras partes de Asia y Oceanía con comentarios y 96 reproducciones en facsímil.... - Madrid : P. Vindel, 1911

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