Juanito vió a un chivo negro.
-¿Quién eres? -preguntó el pequeñín.
¡Yo soy el Señor Satán!
Matías escondido en unos arbustos se divertía mucho viendo la cara de su hermano menor.
No hay nada mejor que una alucinación buena -pensó y guardó un "perturbador" de las ondas cerebrales (su último invento).
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