Prólogo.
Tranquilo, no pasa nada.
Palacio Rojo: Deja de leer. Cierra el libro. Al llamarlo así, quizás exagero. Esto no es un libro. Incluyendo este aviso al principio, creo que actúo de buena fe. Espero que cunda el ejemplo y advertencias como ésta se lean en las cubiertas de tantas pretendidas novelas, poemarios y ensayos. Denuncien a los papelistas que les estafan con anunciadas historias que merecen ser leídas, versos que merecen ser aprendidos, frases que merecen ser repetidas, repetidas hasta que se conviertan en verdad. No a mí.
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