Guion
Despiertas en la única habitación de tu minúsculo apartamento: un cuchitril en el que cabe, a duras penas, una cama, un hornillo de gas, una mesa atestada de trastos, una tele antigua y, en una esquina, una jaula con un pájaro. Las voces en tu cabeza, ecos de la gente en la que has resonado, no te dejan dormir. No es nada nuevo. Todas las noches es la misma historia. Aún despierta, sigues escuchándolas:
JOSH: ¡Libérame, sal de mi cabeza!
[Seguir leyendo] Maiá