La Androide se amasa el cableado de su cabeza, lleva un cuchillo en la mano, anda frenéticamente por la estancia, de un lado a otro. En un rápido golpe estrella el cuchillo contra su cuerpo, el metal resuena estruendosamente, el cuchillo se aplasta.
-Mercancía desaprovechada -masculla para sí- mercancía olvidada e inútil-. Y repite el violento acto del cuchillo, destrozando ésta vez también el mango.
Es su cuarto intento de suicidio. Primero intentó ahogarse, pero su batería de hidrógeno y sus cables orgánicos son resistentes al agua. Acto seguido probó con lanzarse desde la planta 2000 del edificio, pero el material deformable, altamente resistente de su cuerpo salvó la caída. Entonces intentó quemarse, pero sólo consiguió chamuscarse y colapsar sus circuitos del dolor. Por último intentó acuchillarse.
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