En Madrid han abierto algunas nuevas librerías de lance. Lo he descubierto en mis últimos paseos por la capital, a la fuerza espaciados y acelerados, puesto que ya no vivo allí. Junto a los clásicos locales estrechos, angustiosos, hipoventilados y absolutamente encantadores, ahora disponemos también de tiendas con música ambiental, pintura plástica y tarifas planas.
[Seguir leyendo] Rastrillo de lecturas #5