DAR + GERUNDIO EN EL ESPAÑOL ANDINO ECUATORIANO:
SINTAXIS, SEMÁNTICA Y ORIGEN
Hella Olbertz
Universidad de Leiden / Biblioteca
Nacional, La Haya
h.g.olbertz@umail.leidenuniv.nl
0. Introducción[1]
Una de las características más notables del español andino ecuatoriano (EAE) es
la alta frecuencia con la cual aparece el gerundio en el habla informal (cf.
Toscano Mateus 1953: 272 sigs.), tanto en subordinadas adverbiales como en
perífrasis. La alta frecuencia de las construcciones de gerundio se debe al
contacto con el quichua,[2]
el cual ha llevado a usos innovadores del gerundio en las dos funciones (Muysken
1984: 115-117; Haboud 1998: 199-227). Con respecto a las perífrasis, Niño
Murcia (1995) y Haboud (1997) muestran que, además de las usadas en español
general (EG),[3] el gerundio
se combina frecuentemente con verbos transitivos como botar,[4] dejar, mandar y con el verbo ditransitivo dar para formar construcciones de distintos grados de
gramaticalización, inexistentes fuera del español andino:
(1) Le boté pegando (Haboud 1997: 201)[5]
‘La/lo pegué sin querer’
(2) Si dejas botando ahí los lentes, ha de ser
porque no las necesitas, ¿no es cierto? (Gómez Rendón, com. pers.)
‘Si dejas los lentes tirados por ahí, será porque (...)’
(3) [un
médico habla sobre una paciente que le había pedido un masaje]
imagínate, si le doy un masaje en el cáncer
que tiene, le mando destrozando (Haboud, com. pers.)
‘(...) la destrozo/cuando se vaya quedará destrozada’
(4) Te doy cocinando los domingos (Haboud
1997: 212)
‘Cocino por ti los domingos’
En el presente trabajo
estudiaré la construcción con el verbo dar
por ser la más compleja desde el punto de vista sintáctico y por ser de uso
frecuente en el habla de todas las clases sociales en la sierra del Ecuador. En
el primer apartado trataré la cuestión de si dar + gerundio es perífrasis en el sentido estricto. El segundo
apartado está dedicado a la sintaxis de la construcción, que se describirá a
partir del uso de dar como predicado
léxico. En el tercer apartado me ocuparé de los aspectos semánticos y
pragmáticos del uso de dar + gerundio
y en el cuarto de su origen quichua. El quinto apartado consistirá en el
resumen de los resultados encontrados.
El material lingüístico que forma la base primordial de esta
investigación es el Corpus de Salcedo
(CS) (Muysken 1978), un corpus de 32 horas de conversaciones informales
grabadas en Salcedo, una pequeña ciudad en la provincia ecuatoriana de Cotopaxi
(cf. Muysken 1981: 126-128, 1984: 106-107 para más detalles). A partir de las
informaciones procuradas por Muysken (com. pers.), he subclasificado a los
informantes en (i) bilingües con predominio del quichua (BQ), (ii) bilingües
con predominio del español (BE), (iii) monolingües de clase baja (peones,
obreros, vendedores) (M1) y (iv) monolingües de clase media (comerciantes,
funcionarios) (M2). Para la presente investigación he utilizado solamente los
fragmentos del corpus cuyos hablantes se pueden agrupar de manera inequívoca en
esas cuatro categorías. Adicionalmente me valgo de unos apuntes tomados del
habla espontánea de habitantes de Quito, sobre todo de clase alta (profesores
universitarios). Para la descripción del español general parto del Macrocorpus de la norma lingüística culta de
las principales ciudades del mundo hispánico (MC) (Samper Padilla,
Hernández Cabrera y Troya Dénis eds. 1998).
1. Perífrasis
En mi definición, una perífrasis verbal de gerundio es la combinación
productiva e indivisible de un verbo finito gramaticalizado con el gerundio de
un predicado verbal principal (cf. Olbertz 1998: 32 sigs.). El que el verbo
finito esté gramaticalizado y la construcción sea indivisible implica que la
perífrasis es un predicado complejo. Esto significa que la relación entre el
verbo finito y el gerundio no es de naturaleza hipotáctica o paratáctica y que
el gerundio tampoco funciona como adverbio de manera. Si fuera así, el gerundio
se podría sustituir por una construcción adverbial (5), por una cláusula
relativa explicativa (6) o por una proforma adverbial (7); además sería posible
omitirlo en todos los casos:[6]
(5) Entonces, se quedaba hasta muy tarde estudiando
(MC-La Paz 03)[7]
a. (...) se quedaba hasta muy tarde para estudiar
b. (...) se quedaba hasta muy tarde
(6) llegó un cable (...) al Consejo Británico
diciendo que (...) (MC-Lima 08)
a. llegó
un cable al Consejo Británico, que decía
b. llegó
un cable al Consejo Británico
(7) ... los meses pasan volando (MC-Lima 10)
a. así
pasan los meses
b. pasan
los meses
En la perífrasis, el
verbo finito ha llegado a ser auxiliar y el gerundio es el predicado principal.
Por lo tanto, no es posible ni la sustitución ni la omisión del gerundio.
Dependiendo del contexto, la sustitución y omisión puede dar lugar a
construcciones agramaticales, como es el caso en las variantes de (8), o a
construcciones que, siendo gramaticales, tienen un sentido completamente distinto
del original; tal es el caso en las variantes de (9).
(8) Después, el hospital ha venido creciendo y
cambiando (MC-Bogotá 07)
a. *el
hospital ha venido para crecer y cambiar
b. *ha vendido el hospital, que crece y cambia
c. *así ha venido el hospital
d. *el
hospital ha venido
(9) yo no andaba vacilando ni nada (MC-San
José de Costa Rica 02)
a. #yo
no andaba para vacilar ni nada
b. #yo
no andaba así
c. #yo no andaba
Así queda demostrado que
los verbos quedarse, llegar y pasar en los ejemplos (5) a (7) no forman perífrasis de gerundio,
mientras que las combinaciones de venir
y andar con gerundio de (8) y (9) sí constituyen perífrasis.[8]
Volvamos ahora a la construcción de dar más gerundio en EAE. Para demostrar que esta construcción es
perífrasis, voy a comparar su funcionamiento con un caso de otra variedad de
español en la que incidentalmente concurre el verbo dar con un gerundio:
(10) Nos
daban libretos explicando todas las cosas (MC-Madrid 13)
(11) [sobre
la posibilidad de encargar la imprenta de unas tarjetas postales]
¿Ónde le pueden dar haciendo las
tarjetas? (CS-BE 28b 8)[9]
‘¿Dónde le pueden hacer las tarjetas?’
En (10), libretos es obviamente argumento
paciente del verbo dar y el gerundio
está en función atributiva de libretos
y por lo tanto se puede parafrasear como cláusula relativa (10a.) (cf.
Fernández Lagunilla 1999: 389 sigs.). Además como es de rigor en las
construcciones de gerundio no perifrásticas, existe la posibilidad de la
omisión (10b.):
(10) a. Nos daban
libretos que explicaban todas las cosas
b. Nos
daban libretos
En cambio, en (11), las tarjetas no es argumento de dar sino de hacer y ello queda reflejado en el orden respectivo de estos
constituyentes. De modo que paráfrasis, como las de (10) arriba presentadas,
son gramaticales pero significan algo muy diferente:
(11) a. #¿Ónde
le pueden dar las tarjetas que hacen?
b. #¿Ónde
le pueden dar las tarjetas?
Ahora bien, cuando
intentamos producir una paráfrasis sin el argumento paciente las tarjetas, el resultado, sigue siendo
semánticamente distinto:
(11) c. #¿Ónde le pueden dar?
La conclusión es que dar funciona como verbo auxiliar en la
construcción ilustrada por el ejemplo (11) y que en EAE dar forma una construcción perifrástica de gerundio.
2. Sintaxis
Para determinar la estructura sintáctica de una perífrasis, es esencial ver
hasta qué punto la construcción forma una unidad, lo cual depende del grado de
auxiliarización del verbo finito, es decir, el grado en que ha perdido su
autonomía (cf. Lehmann 1985). Un verbo autónomo se define (i) por su valencia o
estructura de argumentos y (ii) por su significado. Una representación
esquemática de la valencia de dar
podría ser la siguiente:
(12) dar
[V] (x1:
<hum>)Ag (x2)Pac (x3: <hum>)Rec
Este “marco predicativo”
de dar, basado en Dik (1997, I:
78-97), contiene la información siguiente: el verbo ([V]) dar tiene tres argumentos, que contienen una variable (x) para
indicar que el referente tiene que ser una entidad concreta.[10]
El primer argumento (en lo sucesivo: A1) tiene la función semántica
de agente (Ag), el segundo (en lo sucesivo: A2) la de paciente (Pac)
y el tercero (A3) la de receptor (Rec). Al primer y tercer argumento
se les aplica la restricción de que el referente tiene que ser una persona.
Prescindiendo de expresiones idiomáticas como p. ej. dar la gana,[11]
el marco predicativo refleja fielmente la estructura de dar tal como se nos presenta en varios usos:
(13) el
Chimborazo antes daba, daba suerte a los pobres (CS-BE 12a 4)
(14) el capataz
está dando órdenes (CS-BE, 11b 3)
(15) [en
una tienda; habla la vendedora, mientras está atendiendo a otro]
ya, ya le voy a dar mi hijito, ya le voy
a dar, un ratito. (CS-M1 21a 6)
En (13) aparecen todos
los argumentos, aunque el primero no tiene referente humano, sino que se
refiere a un volcán. Sin embargo el marco predicativo refleja correctamente la
intuición lingüística del hablante, debido a la cual interpretamos esta
referencia como una personificación del volcán. En (14) y (15) no aparecen todos
los argumentos, en (14) falta el tercero y en (15) no figura el segundo. Pero
aquí tampoco es el caso que falle el marco predicativo de dar en (12), ya que representa el conocimiento implícito del
hablante, que le permite dar por supuesto un argumento no realizado, cuya
identidad infiere del contexto.
Los ejemplos (13) a (15) nos pueden servir de base para una
descripción abstracta del significado elemental de dar: ‘transferir una entidad de una persona fuente a otra persona
meta’.
Habiendo visto las propiedades de dar como verbo autónomo, pasemos ahora a considerar las propiedades
que mantiene en la perífrasis:
(16) Voy a llamar a Carlitos para que me dé
haciendo una copia (Quito, Irene 1/5)[12]
‘(...) para que me haga una copia’
En este caso, parece como
si la valencia de dar permaneciera
intacta: el A1, con referente humano, y el A2, una copia, pueden interpretarse como
argumentos tanto de dar, como de hacer, al igual que ocurre con el A3,
realizado por el clítico me. Si
eliminamos el gerundio, la oración sigue siendo gramatical aunque ciertamente
no sea equivalente semánticamente a la oración original.
(16) a. #(...) para que me dé una copia
Aunque (16a.) describe
una acción distinta de la de (16), ambas son semánticamente compatibles, puesto
que hacer una copia para alguien puede, tarde o temprano, llevar a la entrega
de esta copia a la persona en cuestión. Sin embargo, la relación entre dar y el verbo principal es distinta en
muchos casos. Veamos dos ejemplos más:
(17) [el
grifo está abierto para llenar una regadera]
Dame cerrando la llave cuando esté llena,
por favor (Quito, Irene 4/5)
‘Cierrame el grifo (...)’
(18) déme viendo si va a haber lluvia o no
(Hurley 1995a: 249)
‘mírame a ver si va a llover o no’
Lo que tienen en común
los usos de dar + gerundio en (17) y
(18) con el de (16) es que el A1 “compartido” por dar y el verbo principal tiene un
referente humano. Con respecto al A2, la interpretación
correferencial es difícil en (17) e imposible en (18). Esto es obvio cuando
suprimimos el gerundio igual que en (16a.):
(17) a. ##dame la llave cuando esté llena, por favor
(18) a. *déme si va a haber lluvia
En relación con el
original, la variante (17a.) es semánticamente inapropiada en un doble sentido.
En primer lugar, hay una diferencia semántica igual a la que existe entre (16)
y (16a.). En segundo lugar, (17a.) es semánticamente incompatible con (17):
cerrar un grifo no tiene nada que ver con la entrega de un grifo. Por lo tanto,
la llave ‘el grifo’ en (17) es
argumento de cerrar, pero no de dar. El caso es más extremo en (18a.),
que es agramatical, porque si va a haber
lluvia es una proposición, y como tal no puede ser argumento de dar.
A propósito de los A3 en (17) y (18), no es posible
que sean argumentos tanto del predicado principal y de dar, ya que al no haberse descrito transferencia alguna de
identidades, no puede haber receptor. Antes de ver cuál es la función del
clítico me en los ejemplos vistos
hasta ahora, es útil considerar primero la valencia de los predicados léxicos
con los que se suele combinar dar.
En general estos predicados suelen tener dos argumentos, es
decir que en general se trata de verbos transitivos (cf. Hurley 1995a: 248),
como en el ejemplo (19), si bien también se da con otro tipo de verbos
bivalentes (20):
(19) Déme manejando esta camioneta. (Hurley
ibíd.)
‘Condúzcame esta camioneta’
(20) dame saliendo del juego, no entiendo nada
‘ayúdame a salir del juego (...)’ (Haboud 1997: 212)
Mientras que traer en (19) es un verbo transitivo, en
el sentido de que su A2 tiene función de paciente, salir tal como está usado en (20) es
bivalente porque requiere un argumento con función de fuente (cf. Dik 1997: I,
120 sigs.). Cabe señalar, incidentalmente, que dar + gerundio se combina con verbos intransitivos:
(21) No tengo más lágrimas. ¡Dame llorando!
‘(...) llora por mí’ (Haboud 1998: 217)
(22) Por favor, vamos, déme trabajando en mi casa
(Hurley 1995a: 249)
‘(...) trabaje en mi casa para mí’
El verbo principal
también puede tener tres argumentos:
(23) Dame vendiendo el libro a María (Haboud
1997: 213)
‘Hazme el favor de vender el libro a María ’
Incluso es posible que el
dar auxiliar aparezca junto con el dar léxico:
(24) Él nos da dando la ropa a la costurera
(ibíd.)
‘Él nos da la ropa a la costurera’
Volviendo a la cuestión
de la función del clítico que aparece con dar,
cabe observar que en estos dos ejemplos con predicados ditransitivos los
clíticos me y nos no son correferenciales con los A3, a Maria y a la costurera, respectivamente. De modo que aquí el clítico no
puede ser argumento del predicado principal. Para indicar que tampoco lo es en
los demás cosas, me voy a valer de una prueba sintáctica: si el clítico es
argumento del verbo principal, debe haber “subido” de la posición enclítica
detrás del gerundio a la posición proclítica delante del auxiliar y por lo
tanto debe ser posible su conmutación a la posición enclítica originaria, sin
que se vean afectadas la gramaticalidad y la aceptabilidad pragmática de del
enunciado.[13] Aplicada a
los ejemplos (4) y (19) a (22), esa prueba rinde un resultado negativo:
(4) a. *Doy cocinándote los domingos
(19) a. ??Dé manejándome esta camioneta
(20) a. ??da saliéndome del juego, no entiendo nada
(21) a. ??Da llorándome.
(22) a. ??Por favor, vamos, dé trabajándome en mi casa
La variante de (4) es
semánticamente inaceptable por ser contradictoria: el clítico en (4a.) se
interpreta automáticamente como argumento paciente de cocinar, y aunque fuera teóricamente posible que se cocinara al
oyente, es imposible cocinarlo todos los domingos. Además tal acción
difícilmente se puede concebir como un favor al oyente. Las demás variantes son
discutibles (cf. también Haboud 1997: 223 sig.). La conclusión debe ser que el
clítico es la realización de un argumento del auxiliar, que se corresponde al A3
de dar como predicado léxico. Con
respecto a la función semántica de este argumento, ésta ya no puede ser la de
receptor, puesto que el uso del auxiliar dar
no se limita a contextos compatibles con su significado léxico de ‘transferir’.
Como el uso de la perífrasis con dar
está limitado a verbos agentivos,[14]
la función semántica que se debe atribuir al argumento de dar es la de beneficiario. Esta función semántica requiere predicados
agentivos pero es menos específica que la función de receptor, o sea que la
función de beneficiario se puede combinar con una variedad de predicados mayor
que la de receptor.[15]
La estructura sintáctica de la perífrasis queda resumida en la
representación esquemática (25).
(25) dar [Vfin] (x0: <hum>)Ben pred [Vger] (x1: <hum>)Ag
(An) [n
³ 0]
Esta representación
refleja el hecho de que dar es
auxiliar porque concurre obligatoriamente en forma finita (= dar [Vfin]) con un predicado verbal en
forma de gerundio (= pred [Vger]). El auxiliar dar tiene un argumento propio, cuya función semántica es la de
beneficiario (Ben) y cuyo referente tiene que ser humano. Los demás argumentos
son los del predicado principal, que necesita por lo menos un argumento en
función de agente y con referente obligatoriamente humano. Si el verbo léxico
tiene más argumentos, éstos pueden referir a cualquier tipo de entidad, incluso
a proposiciones, tal como vimos en el ejemplo (18); ésta es la razón por la que
he optado por la variable “A” en vez de “x” en la representación. El argumento
de dar tiene el subscripto “0” para
indicar que queda apartado de la valencia del complejo verbal en su totalidad,
que está determinada por el predicado principal. Si comparamos la estructura de
(25) con la del dar léxico, que
repito aquí, se observa que el auxiliar ha perdido gran parte de su autonomía,
si bien no toda:
(12) dar
[V] (x1:
<hum>)Ag (x2)Pac (x3: <hum>)Rec
En la perífrasis, dar mantiene algún resto de su estructura
original ya que sigue teniendo un argumento propio e impone restricciones al
primer argumento del predicado verbal. Sin embargo, ha perdido su vigor con
respecto al resto de la valencia de este verbo y tampoco impone restricción
alguna a su semántica.
3. Semántica
Con respecto a la semántica de la perífrasis, ya he señalado que dar auxiliar ha perdido el valor de
‘transferir’. ¿Cuál es entonces el sentido que aporta en la perífrasis? Como se
puede inferir de las traducciones al EG dadas hasta ahora, la perífrasis es un
instrumento gramatical para la introducción de un beneficiario, para lo cual el
EG suele recurrir al dativo o a una expresión preposicional. El enunciado en
(26), que es agramatical en EG pero no en EAE,[16]
es un ejemplo más:
(26) Dame (sic) usted tapando con ese cubierto, ve (CS-M1 03b 7)
‘Tápemelo usted con ese paño (...)’
Ahora bien, en diez de
los catorce casos del corpus de Salcedo y en uno de los seis apuntados en Quito
se deja de explicitar ese argumento beneficiario:
(27) [una vendedora
habla con su vecina, que pasa para dejarle algo]
en la chamiza (...) dé poniendo, ¿no? (CS-M1
01b 7)
‘póngamelo en la chamiza’
(28) [una
mujer llama a la puerta y le dice al mayordomo:]
dé llamando al patrón (CS-BE 12a 4)
‘llámeme al patrón’
(29) [anuncio
en el que se ofrece ayuda en varios trámites terminando por...]
Damos vendiendo sus propiedades
(Quito, 10/5)
‘Vendemos sus propiedades por usted’
En tal tipo de casos la
mera presencia de dar auxiliar indica
que hay un beneficiario, o sea que se pide o realiza la acción descrita en
favor de una persona cuya identidad se infiere del contexto o de la situación.
En casos como los de (27) a (29) con los sujetos referidos al hablante o al
oyente, la sintaxis suele servir para identificar al beneficiario. Cuando el
sujeto de la oración se refiere al oyente, como en (27) y (28), el beneficiario
suele ser el hablante, y cuando el sujeto es el hablante, como en (29), el
beneficiario suele ser el oyente.[17]
Cuando el sujeto del enunciado no se refiere ni al hablante ni al oyente, sino
a una tercera persona, el contexto suele ayudar a recuperar el referente
beneficiario:
(30) Entonce (sic), la carga que ha dado sobrino recogiendo, entonce (sic) tío va cargando (CS-BQ 09b 3)
‘Entonces, la carga que el sobrino le ha recogido, el tío la va cargando’
Sin embargo, hay casos
menos obvios. En el ejemplo (31) no está claro si el referente del beneficiario
es la hablante o bien la hablante y su marido o bien su hija:
(31) [una
informante menciona al investigador una muñeca que éste le trajo a su hija dos
años antes]
la muñequita que (usted) dio comprando
ahí (CS-M1 05a 4)
En la interpretación
semántica de dar + gerundio que
presenta Toscano Mateus (1953) un enunciado como (31) no sería ambiguo. Según
(Toscano Mateus: 284), la perífrasis “siempre [significa] una acción que hace
una persona en vez de otra”. De modo que en el ejemplo (31) el referente del
beneficiario debería ser o bien la hablante o ella y otra persona. La
implicación teórica sería que lo que hasta ahora hemos llamado “beneficiario”
debería ser algo como “beneficiario-sustituido”. Aún siendo consistente con
todos los ejemplos de dar + gerundio
presentados hasta aquí, este análisis no es siempre apropiado, ya que hay dos
casos en el corpus de Salcedo en los que la interpretación del beneficiario
como sustituido es improbable o incluso imposible:
(32) nos da
trayendo (la leche) de (...) Tanicuchí (CS-M1 01b 5)
‘nos trae (la leche) de Tanicuchí #(en lugar de nosotros)’
(33) [mientras
está conversando con el investigador y su esposa, la informante llama a su hijo
de dos años y medio]
Saluda al señor Pedrito, ve. Dales
conociendo. (CS-M1 07b 2)
‘Hazme el favor de conocerles #(en lugar de mí)’
En el ejemplo (32) la
improbabilidad de la interpretación del beneficiario como sustituido se
desprende del contexto. El oyente, una persona con fuerte acento extranjero,
acaba de contar que es de Tanicuchí. La hablante de (32) no está nada
convencida de lo que ha contado su interlocutor y el enunciado citado en (32)
es su reacción irónica y desafiante. Se desprende del contexto que ella nunca
va a Tanicuchí, por lo cual la interpretación del beneficiario como sustituido
resulta forzada. El ejemplo (33) es más complejo por su estructura sintáctica,
que es ambigua. En la primera lectura, en (33a.), les es la realización del argumento beneficiaro de dar y el beneficiario es correferencial
con el A2 no especificado de conocer.
En la segunda lectura (33b.), el clítico les
no se refiere al beneficiario, sino que es el A2 de conocer que ha “subido” de la posición
enclítica a la proclítica. De modo que el beneficiario estaría implícito y, de
acuerdo con la regla general presentada en el comentario a los ejemplos (27) a
(29), se referiría al hablante.
(33) a. (...) Dales conociéndo(les).
(33) b. (...) Da(me) conociéndoles.
En ambas lecturas es
imposible la interpretación del beneficiario como sustituido, ya que las
personas en cuestión se conocen entre sí (33a.) y la hablante ya las conoce
(33b.). De modo que la única interpretación posible es la de beneficiario sin
más. Estos ejemplos indican que el “sustituido” no forma parte del significado
de la construcción, sino que es un correlato del uso preferencial de dar + gerundio en contextos de sustitución
(Haboud 1997: 212, 1998: 216 sigs.).
Dar + gerundio se
emplea frecuentemente en ruegos directos en forma de imperativo: nueve de los
catorce casos del corpus de Salcedo y cinco de los seis casos apuntados en
Quito son imperativos. Dado que en los imperativos el beneficiario es el
hablante, el uso de dar + gerundio
forma parte de una estrategia pragmática: se hace referencia explícita al
beneficio del hablante, o sea al favor que haría el oyente al hablante si
cumpliera, de modo que la perífrasis es una expresión gramatical equivalente a
la expresión léxica por favor. Como
tal, la perífrasis sirve para mitigar la fuerza ilocutiva imperativa (Hurley
1995a; 1995b) y puede concurrir con otros mitigadores:
(34) [un portero
está llevando el equipaje de un inquilino y no tiene las manos libres]
Hágame el favor de darme cerrando la
puerta (Quito, 9/5)
‘Hágame el favor de cerrar la puerta por mí’
(35) Señor Pedrito, no sea malito, déme cogiendo
un huevito (CS-M1 03b 7)
‘Señor Pedrito, por favor, cójame un huevo
El ejemplo (34) ilustra
la combinación con un mitigador léxico común en EG, mientras que la expresión
imperativa no ser malito ilustrada en
(35) es un mitigador léxico específico de la región.[18]
4. Origen
Con respecto al origen quichua de dar
+ gerundio, hay dos teorías.[19]
Según la teoría más común (Toscano Mateus 1953: 284 sig.; Hurley 1995a: 248
sigs.; Niño Murcia 1995: 90 sig.), la construcción es un calco de una
construcción quichua:[20]
(36) Tanta - ta pasa- chi- shpa ku- wa- y
(Haboud 1998: 219)
pan- ac pasar- caus- sub dar- me- imp
‘Dame pasando el pan’ (EAE)
‘Pásame el pan’ (EG)
El quichua dispone de dos
sufijos subordinantes adverbiales, ‑shpa
y ‑kpi, cuya función se parece
mucho a la del gerundio español. El primero, ‑shpa, se emplea cuando los A1 del predicado subordinado
y del predicado subordinante son correferenciales. En cambio, el uso de ‑kpi indica que no se da tal
correferencialidad (Cerrón-Palomino 1987: 278 sig.; Catta 31994:
174). Si prescindimos del orden de palabras (SOV en quichua y SVO en español),
la construcción presentada en (36) con el morfema subordinante ‑shpa es completamente paralela a su
traducción en EAE.
La otra teoría es la de Haboud (1998: 218 sigs.), quien muestra
que la expresión de beneficiario con la construcción con ‑shpa es empleada sobre todo por
quichuahablantes que tienen un cierto dominio del español, mientras que fuera
del contacto con el castellano se prefiere el morfema verbal honorífico ‑pa- en imperativos, cuya función
equivale a ‘por favor’ en español (Cole 1982: 31):
(37) miku- pa- y
comer- hon- imp
‘coma por favor’ (ibíd.)
Este morfema es el
resultado de la fusión del morfema benefactivo ‑pu- con la marca verbal de la prima persona de objeto ‑wa- específica del quichua ecuatoriano
(Taylor 1982, citado por Haboud 1998: 220). Haboud explica en detalle que los
conceptos semánticos que forman los “ingredientes” de este morfema son
paralelos a los de dar + gerundio en
EAE y concluye que “(las) funciones que se codifican morfológicamente en
quichua (...) deben realizarse en el castellano con estructuras sintácticas,
para lo cual se aprovecha de la perífrasis gerundial atemporal” (1998: 221).
Dicho de otra manera: la perífrasis española es la expresión de un concepto
semántico expresado por medio de un morfema en quichua. Esto implica que la
construcción perifrástica quichua, a su vez, debe de ser resultado del contacto
con el español.
Los datos cuantitativos[21]
del corpus de Salcedo apoyan la teoría de Haboud:
|
palabras |
casos |
pormilaje |
Bilingües BQ |
44.497 |
5 |
0,11 |
Bilingües BE |
32.359 |
3 |
0,09 |
Monolingües M1 |
46.666 |
6 |
0,13 |
Monolingües M2 |
30.146 |
0 |
0 |
Total |
153.668 |
14 |
0,09 |
Lo que vemos aquí, es que
la frecuencia de dar + gerundio no es
mayor en el habla bilingüe que en el monolingüe, lo cual sí se esperaría en el
caso de un calco de una construcción del sustrato (cf. Olbertz forthc.). Otro
dato a favor de la teoría de Haboud (1998) es el hecho de que la construcción
perifrástica con ‑shpa
ejemplificada en (36) no se da en quechua general sino que es específica del
quichua ecuatoriano (Cerrón-Palomino 1996: 263 sig.). Por consiguiente es
lógico que esta construcción deba su origen a las circunstancias lingüísticas
específicas del Ecuador, a las cuales pertenece el origen y el uso del morfema ‑pa.
De todo esto podemos concluir que dar + gerundio no ha sido calcado del quichua, sino que tanto la
perífrasis quichua como dar +
gerundio deben ser productos de un proceso más complejo de influencia mutua o
incluso de convergencia lingüística (Appel y Muysken 1987: 154 sigs.). Sin
embargo, se debería investigar más a fondo el tema para llegar a conclusiones
de carácter menos azaroso.
5. Conclusión
En este trabajo he mostrado que la construcción innovadora dar + gerundio del español andino ecuatoriano es una perífrasis
parcialmente gramaticalizada. La construcción sirve para introducir un
beneficiario en el enunciado sin que haga falta hacer referencia explícita al
argumento beneficiario. Por lo general, se sostiene que dar + gerundio procede de un calco del quichua, pero resulta que la
situacion es más compleja y que la determinación del origen de la construcción
exige un estudio más detallado.
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[1] Les agradezco sus valiosos comentarios a Ysolde Bentvelsen, Jorge Gómez Rendón, César Montoliu y Antje Muntendam. La responsabilidad por los defectos que pueda tener este artículo desde luego es mía.
[2] Quichua es la variedad del quechua hablada en los Andes ecuatorianos. En este artículo, el uso del término “quechua” quedará reservado para las variedades habladas fuera del Ecuador y para la familia de lenguas correspondiente.
[3] Siguiendo a Granda (p.ej. 1995) empleo el término “español general” para indicar cualquier variedad que no sea muy marcada social y/o geográficamente y que, por lo tanto, sea comprensible sin más para todo el mundo de habla hispana.
[4] El verbo botar en EAE significa ‘tirar’, ‘echar’ o ‘dejar que se caiga (una cosa)’. El valor de la perífrasis de no intencionalidad probablemente está derivado de ‘dejar que se caiga (una cosa)’ (cf. Haboud 1997: 211 sig.).
[5] El habla de la sierra ecuatoriana es extremadamente leísta en el sentido de que le(s) se usa para la referencia a personas de ambos sexos en función de objeto cualquiera (cf. Kany 21951: 103-104; Toscano Mateus 1953: 205).
[6] La sintaxis del gerundio es mucho más compleja de lo que cabe exponer en el presente contexto; para un análisis sistemático y detallado véase Fernández Lagunilla (1999).
[7] Detrás de la sigla “MC” (Macrocorpus) sigue el origen del hablante y el número de la entrevista.
[8] Obsérvese que manipulaciones de este tipo sirven únicamente para averiguar si cambia la gramaticalidad y el significado del enunciado en cuestión. No se toma en cuenta el valor pragmático del enunciado, que casi siempre se ve afectado por cualquier paráfrasis.
[9] La sigla “CS” (Corpus de Salcedo) y la sigla de la categoría de hablante (BQ=bilingüe con dominancia quichua, BE=bilingüe con dominancia española, M1=monolingüe clase baja, M2=monolingüe clase media), van seguidas del número de la cinta y de la página del transcripto correspondiente.
[10] Entiendo por “entidad concreta” personas, animales y cosas y también entidades más abstractas siempre que sean entidades contables representadas lingüísticamente por medio de un sustantivo, como p. ej. besos, bofetadas y órdenes.
[11] El uso del marco predicativo para la representación de expresiones idiomáticas queda explicado en Dik 1997: I, 103 sigs.
[12] La mención “Quito” se refiere a los apuntes tomados en Quito, va seguida del nombre del hablante siempre que se conozca y de la fecha del apunte.
[13] Compárese en este contexto la variabilidad de la posición del clítico en el siguiente ejemplo de estar + gerundio: Los niños estarán bañándose – Los niños se estarán bañando.
[14] En los catorce casos hallados en el corpus de Salcedo y en los seis casos apuntados en Quito, dar siempre se combina con verbos de este tipo. En ninguno de los estudios consultados se hallan ejemplos con otro tipo de predicado.
[15] La diferencia entre receptor y beneficiario es que el primero suele formar parte de la valencia de verbos ditransitivos, mientras que el segundo suele tener función adverbial. Esta diferencia tiene su reflejo en una diversidad de propiedades sintácticas, cuya esencia es que la función de beneficiario es más periférica que la de receptor. En inglés, por ejemplo, es posible asignar la función de sujeto al receptor, pero la asignación de sujeto al beneficiario es discutible (cf. Dik 1997, I: 262 sigs. para una visión tipológica general).
[16] Lo que llama la atención en este ejemplo es la ausencia del clítico de objeto directo. En analogía con quechua, que no tiene marca anafórica para los objetos de tercera persona, el español de toda la zona andina hace un uso muy escaso de los clíticos de objeto directo o indirecto de tercera persona (Toscano Mateus 1953: 202 sig.; Muysken 1984: 110 sig.; Cerrón-Palomino 1987: 274 sig.; Granda 1996).
[17] Empleo los términos “oyente” y “hablante” para referirme al emisor y destinatario de un enunciado sin tomar en cuenta el canal por el que se comuniquen.
[18] Para más detalles sobre el funcionamiento de dar + gerundio y de otros mitigadores sintácticos en enunciados directivos en forma de imperativo cf. Hurley (1995a, 1995b).
[19] También existe una teoría según la cual dar + gerundio “tiene sus raíces en el mismo español y debería explicarse mediante el fenómeno de analogía” (Albor 1972: 317). Tal explicación podría ser válida en un caso de perífrasis como lo es dejar + gerundio, que puede estar relacionada con dejar + participio en EG, pero no en un caso completamente innovador como lo es dar + gerundio.
[20] Abreviaturas empleadas en las glosas por orden alfabético: ac = acusativo, ben = benefactivo caus = causativo, hon = honorífico, imp = imperativo, pas = pasado, sg = singular, sub = subordinante.
[21] Dada la poca frecuencia de dar + gerundio en la totalidad del corpus, hay que interpretar estos datos con cierta cautela, ya que en parte pueden ser productos del azar.