El poema está dedicado al poeta francés Paul Verlaine (1844-1896), uno de los escritores idolatrados por Rubén. Verlaine, como Rubén, tenía tendencia a la bebida; Verlaine, como Rubén, navegaba en una intensa crisis entre misticismo católico y paganismo vital y estético. Esta evidente coincidencia hizo de Rubén se interesara por Verlaine. De su admiración por el poeta francés deja constancia Rubén en las "Palabras liminares " de sus Prosas profanas y en la Historia de mis libros. Pero, ¿quién fue Verlaine?

INICIO

 Página anterior