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François Maréchal y un ex libris para la biblioteca

François Maréchal y un ex libris para la biblioteca*

Del 14 de noviembre al 12 de diciembre de 2011

Sala de Exposiciones de la Biblioteca
Universidad Complutense de Madrid

Participantes en el concurso de ex libris:

Verónica Díez Jiménez (1er premio)
Laura Madrid Amador (2º premio)

Cristina Ardisana Caballero
Luis Monroy Esteban
Mª Teresa Barranco
Ángel Rollán Arce
María Martín Ayala
María Tudela Klett
Clara Cuéllar Aguilera
Irene Marcos Ruiz
Joaquín Martínez Pérez
Irene Muñoz Martín
Begoña Martín Cueli
Juana Navío Soto
Alicia Otero Fernández

Tan antiguo como el libro, e indisolublemente unido a su historia, este sello característico de una biblioteca y de su propietario habita escondido entre las páginas de sus volúmenes y es testimonio inequívoco de un especial amor por el libro. La necesidad de dejar constancia de su pertenencia se ha manifestado de múltiples maneras, siendo el ex libris la más singular por constituir en sí misma una pequeña obra de arte.

El término ex libris es una alocución latina que significa "de los libros de" y que se materializa en una estampa de reducidas dimensiones adherida al reverso de la cubierta del libro. Debe figurar en ella la palabra ex libris, el nombre del propietario de la biblioteca y una imagen alegórica o afín a él.

Es condición indispensable para que pueda ser considerado como tal que haya sido realizado con cualquiera de las técnicas de grabado o de estampación, siendo las más comúnmente utilizadas la xilografía y la calcografía.

Para crear un ex libris hace falta realizar varias operaciones ([1]):

Conocer al futuro propietario. Como si se tratara de la consulta de un psicólogo, hay que conversar con el cliente para conocer su personalidad, sus gustos, sus aficiones y el tipo de libros que componen su biblioteca. Estos datos son esenciales para realizar el boceto preliminar.

Estudiar y documentarse para preparar los bocetos. Se realizan dos bocetos, dibujados en papel vegetal que permite su traspaso posterior a la plancha. Se estudia, en primer lugar, la composición y los tipos de letra. Algunos ex libris requieren un estudio iconográfico cuando se trata, por ejemplo, de representar personajes históricos. Lo mismo sucede cuando es preciso representar monumentos, símbolos de oficios, etc.

Presentar el boceto. El cliente selecciona el boceto que más le gusta, con sus comentarios y, a veces, modificaciones, y también escoge el tipo de papel y el color de la impresión.

Grabar la plancha. Se reporta el dibujo en la plancha. En madera se repasa el dibujo con tinta china para que no se pueda borrar durante las distintas pruebas. La plancha de metal se dibuja con la punta de acero y se repasa con el buril. Para el aguafuerte se hace lo mismo con el barniz. En la madera al hilo se corta con cuchillas y se vacía con gubias en U y V y con formones. En la madera a la testa se utilizan buriles y velos rayados.

Estampar las pruebas y realizar tirada. Durante el proceso de grabar es necesario realizar pruebas de estado para evaluar el trabajo y corregirlo. El grabador trabaja en negativo y en particular, para los ex libris, hay que tener cuidado para no invertir la representación de las letras que se graban al revés. Para controlarlo con facilidad, el dibujo en el papel vegetal permite verificar a contraluz la exactitud de la posición de estos elementos.

Entregar los ex libris. De nuevo es el encuentro con el cliente en la espera de su reacción y con la ilusión de haber realizado lo que deseaba. El trabajo que supone la realización de un ex libris es minucioso y permanece íntimamente unido al buen gusto y refinamiento asociado con lo que representa un libro que bien merece este regalo.

La exposición que presentamos es, en sus dos facetas, una ocasión única para introducirnos en esta manifestación artística ligada al grabado y no excesivamente bien conocida. Se ha querido aunar en ella tanto la experiencia de un artista consagrado, con la propuesta de creación de un ex libris para nuestra biblioteca asumida por alumnos de grabado que, en algunos casos, se iniciaban en dichas técnicas.

François Maréchal, nacido en Normandía pero afincado en España desde los años sesenta, es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y una de las figuras esenciales dentro del grabado, y en concreto de la xilografía. En su inabarcable obra, el ex librismo es parte de la misma, con más de doscientas estampas realizadas desde 1981. En ellas, se pone de manifiesto no sólo su extraordinaria técnica, sino la capacidad de representación de diferentes realidades, simbologías e imágenes naturalistas. Alejadas del impacto visual de sus xilografías, y quizás también de su sentido trágico, en estas pequeñas obras se integran una diversidad de soluciones plásticas que reflejan la idiosincrasia de la persona a la que van destinados, creando un mundo de infinitos matices en los que se recrea.

Por otra parte, se exponen las obras premiadas y seleccionadas en el concurso que este año se celebró en la Facultad de Bellas Artes de la UCM para dotar de un ex libris propio a su Biblioteca. Resultó ganadora la obra de Verónica Díez Jiménez, y como segundo premio, la presentada por Laura Madrid Amador. Además, se muestran los trabajos presentados por Cristina Ardisana Caballero, Luis Monroy Esteban, Mª Teresa Barranco, Ángel Rollán Arce, María Martín Ayala, María Tudela Klett, Clara Cuéllar Aguilera, Irene Marcos Ruiz, Joaquín Martínez Pérez, Irene Muñoz Martín, Begoña Martín Cueli, Juana Navío Soto y Alicia Otero Fernández.

 

Gema Navarro Goig


[1]   EL PROCESO DE CREACIÓN DE UN EX LIBRIS. Extracto de un texto de François Maréchal publicado en el Boletín informativo de Xylon Argentina, 2º cuatrimestre 2010.

*Del 8 al 26 de noviembre de 2011 Maréchal expone en la Galería Orfila(Madrid)

 

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