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El libro como espacio de creación

Sala de Exposiciones de la Biblioteca
de la Facultad de Bellas Artes


Marta Aguilar Moreno (comisaria)
Rebeca Amaro Esteban
Francisco Arenas Ayuso
Juan Jesús Cordón Campos
Ana Díaz Morales
María del Mar García Díaz
Juan Manuel González Marcos
Inma Herrera
Helena Irles Durán
Marta Pinilla Martínez

Durante el curso académico 2010-11 impartí por primera vez la asignatura Construcción y Representación del Dibujo, correspondiente a segundo curso del Grado en Bellas Artes. Durante la elaboración del programa, teniendo en cuenta la metodología propuesta, que hace que la asignatura se divida en tres prácticas: teórico-práctico, aula-taller y actividad autónoma, consideré interesante la propuesta docente de construir un libro donde éste fuera utilizado como espacio de creación. Un Libro-Arte. Este amplio concepto, tanto de forma como de contenido, permitiría al alumno trabajar con autonomía, estimular sus capacidades y su expresividad, explorar  las posibilidades técnico-plásticas puestas en práctica en los talleres e investigar acerca de la tipología del libro. La propuesta era amplia y ambiciosa; la única condición sería que el dibujo debería ser el protagonista principal. No se limitaría ni su contenido, ni su realización, y únicamente el alumno sería el responsable de su idea y su ejecución.

En  principio se aconsejó la realización de un dibujo, si no diario al menos semanal, donde se debería ir gestando el mensaje que armaría el hilo conductor narrativo; no era conveniente dejar de dibujar y se debía mantener siempre una misma idea, dándole visibilidad a través de la utilización de un lenguaje personal por medio de la representación gráfica subjetiva. El soporte material debía participar del contenido, confiriendo prioridad al mensaje. Como el Libro-Arte permite adoptar diferentes variedades, el amplio abanico que se presentaba frente a los alumnos propiciaba la creación, pudiendo estos escoger entre los parámetros estéticos y técnicos de los libros ilustrados, los livre d´artiste o livre de peintre, el libro de artista o el libro objeto.

La propuesta fue acogida con entusiasmo. Periódicamente se mostraba el proceso del proyecto y se analizaba y valoraba su estado de realización. Los formatos adoptados eran diversos, desde libros tipo códex, hasta carpetas, cajas con hojas sueltas, acordeón, rollo a la manera de pergamino... Hechos con papel, metal, plástico, tela, cristal, cerámica, cualquier tipo de material. Unos utilizaban el lenguaje para su representación frente a otros que eran meramente visuales. La capacidad de los alumnos de trabajar autónomamente fue admirable, implicándose en la creación artística de manera ejemplar.

En ocasiones el alumno utiliza el libro como espacio conceptual. En Mù, de Juanma González Marcos, se toma como referente la cultura china y su entendimiento acerca del arte como confluencia de tres factores: caligrafía, pintura y poesía. Tras varios análisis comparativos se decide abstraer la forma de árbol sintetizándola en cristales rotos y así retener el recuerdo de su belleza.

Otros experimentan con la escritura o la caligrafía en el límite de lo legible, creando un libro escritura/objeto, como es El Códice Geométrico, de Juanje Cordón Campos. La creación de nuevos códigos alfabéticos nos transporta a lugares imaginarios anteriores a la civilización humana.

Como paradigma de libro de imágenes destaca el titulado Hombre de la esquina rosada, de Francisco Arenas Ayuso: las ilustraciones acompañan al cuento de José Luis Borges creando una historia secuencial con sus imágenes, manteniendo así un hilo conductor narrativo.

Imaginació,n de Ana Díaz Morales es una caja que se transforma en una carpa de circo. Es una bella muestra de libro escultórico/objeto de gran poder tridimensional, donde se pretende homenajear al Cirque Bonjour, Cirque Imaginarie, Cirque Invisible y Cirque du Soleil.

El proyecto de Marta Pinilla Martínez es un ejemplo claro de los libros manuscritos/libros de viaje. A modo de diario o libro de viaje nos relata, a través de siete agendas Moleskine, su paso por Japón. Pinturas del mundo flotante es otra muestra de la misma autora, que podríamos considerar bajo la clasificación de libro de soporte o pintado donde la narración plástica se realiza en las páginas consecutivas del libro. Se ilustra un poema de David Prudhomme, ilustrador y dibujante de BD francés, incluyendo diversos iconos de la cultura japonesa y entrelazándolos de manera que forman olas.

El libro de Mara García Díaz, titulado Caminos, es el resultado de una interesante investigación personal que realiza la autora acerca del papel cerámico con aplicación de goma bicromatada, obteniendo imágenes fotocerámicas sobre papel-porcelana. Como tantos otros libros, su clasificación resulta complicada. Podríamos tratarlo de libro táctil, por las percepciones táctiles que genera al realzar la materia, o como libro objeto al emplear la imagen del propio libro como elemento simbólico. Fuera del muro es el título del libro objeto realizado con la técnica litográfica, fruto de la colaboración con la profesora  Mónica Oliva Lozano.

Y fruto de esta misma colaboración es el libro Redes, de Rebeca Amaro Esteban. Se trata de un poema de la autora realizado con la técnica de la litografía sobre papel japonés. El libro basa su valor estético en conseguir un máximo nivel de abstracción, absoluta simplicidad y orden nítido.

Helena Irles Durán titula su proyecto Mi espacio de creación en un libro, donde se compilan un conjunto de elementos que dan forma al cuerpo del libro.

Como libro objeto se encuentra la pieza de Inma Herrera Luque titulada Sueño inducido/Auto-huida, una cajita de medicamentos con su prospecto intervenido en el interior, perteneciente al proyecto Soledad con espectador. Se trata de una obra autobiográfica donde los aspectos formales de la propuesta son el dibujo y el soporte. En este caso es una impresión digital en papel japonés sobre cartón y papel.

Con este material comenzó la segunda parte de la propuesta docente: el espacio expositivo.

Aprovecho estas líneas para agradecer a Luis Mayo, a Ángeles Vian y a Amelia Valverde su apoyo incondicional en todo momento. Exponer en las vitrinas de la Sala de Exposiciones de la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes siempre es un reto, porque es entonces cuando la variedad del Libro-Arte se hace visible a través de las obras presentadas; libros únicos, libros de artista, libros objeto... diferentes en cuanto a ideología, formato, temática, soporte, técnicas pictóricas....  Dar una imagen coherente es la propuesta que ahora se aborda; como utilizar el espacio expositivo para que cada autor lleve a la práctica el ejercicio de hacer perceptible su obra, sin olvidar mantener una unidad con el resto de los participantes, reuniendo el pensamiento y el elemento material, el libro en su forma tangible, su cuerpo y su alma.


Marta Aguilar Moreno

Marzo 2012

 

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