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Atreverse a dar, aprender a recibir

Andoni Calderón Rehecho 27 de Mayo de 2013 a las 13:37 h

Distintos encuentros a finales de año, añadidos a otros más lejanos en el tiempo, y a algún compromiso aceptado hicieron que me planteara la creación de un portal similar a ALFINBUC o al de Evaluación de la actividad investigadora, en este caso dedicado al Conocimiento Abierto, que en mis planes iniciales abarcaba en sendas pestañas Open Access, Open Software, Open Innovation, Open Courses, Open Data y Licencias. El inminente cambio de nuestra web ha motivado que quedara en suspenso a pesar de haber dado los primeros pasos. Entre las intervenciones de finales de año que tuve la suerte de presenciar estuvo la de Antonio Lafuente en las jornadas de la RBIC. Posteriormente, preparando una conferencia sobre animación a la lectura descubrí a Joaquín Rodríguez, en cuyo blog (Los futuros del libro) me enteré de que en breve aparecería un librito del que era autor junto a Lafuente y Andoni Alonso (con prólogo de Piscitelli) en el que se abordaban buena parte de las cuestiones que había pensado para el portal. Desde ese momento estuve insistiendo en comprobar si estaba disponible en algún lugar (¿por qué en electrónico sólo para Kindle y la familia Apple?) hasta conseguirlo en papel y leerlo: ¡Todos sabios!: Ciencia ciudadana y conocimiento expandido.

 

La propuesta básica es que los ciudadanos deben participar en las tomas de decisiones, en el avance del conocimiento, en el encuentro de soluciones, que la ciencia y el conocimiento no deben alojarse en torres de marfil alejados de las necesidades reales de la sociedad, que no pueden supeditarse exclusivamente al beneficio económico ni considerar que el crecimiento puede ser infinito, que hay determinadas cuestiones que son un bien común y no deben ser convertidas en fuentes de beneficios sólo individuales.

Reivindican un ágora abierta, una ciencia abierta (alejada de la impactitis y de las tres enfermedades que le aquejan desde la II Guerra Mundial: revistitis, dolaritis y burocratitis), un gobierno colegiado del procomún que abogue por una alfabetización digital colectiva, el acceso indiscriminado a medios que favorecen la participación y una educación que subraye la capacidad crítica para poder abordar la transversalidad del saber y que "todos tengamos la posibilidad de aportar nuestra sabiduría al debate colectivo".

 

El prólogo de Alejandro Piscitelli resume bastante bien las líneas generales del texto, que se amplían en la introducción y se desarrollan en cada uno de los tres capítulos: open ágora, open science, open nature (el medio ambiente, la privacidad, el cuerpo y la salud), que en ocasiones ponen el foco en los mismos aspectos tratados con diferente tono. El resultado global es muy interesante aunque al mismo tiempo nos proporciona una sutil sensación de que falta algo, de querer más.

 

Una de sus virtudes es la inclusión de multitud de ejemplos de las distintas cuestiones que aborda (hipervinculando el discurso), incluyendo The fishing game que da la vuelta al tramposo ejemplo que plantea la tradicional presentación de la tragedia de los comunes. También la mención de muchos conceptos, como -sin ser exhaustivos- cogestión, Open source, Open document, Open peer review, Open internet, Open bit, Open data, tecnocidano, Science shops, Games with a purpose, tecnología GRID, innovación abierta, Open business, Open Access, tecnologías de la humildad, patent pool, MMOG (juegos de participación masiva en línea), cifrado de clave pública, biotecnología, Open rating, ciencia 2.0, software abierto, economía del don, potlach...

 

Internet es la clave puesto que es la conjunción de los desarrollos tecnológicos que han abierto la posibilidad de plantear buena parte de las reivindicaciones que se hacen, constreñidas antes en sus movimientos. Es a la vez "medio de comunicación, plataforma de concitación y mecanismo de reivindicación", puede convertirse en una "poderosa máquina de computar", es la que permite "la plena inserción de la ciudadanía en la gobernanza del mundo" [lo que Bustamante Donas plantea como hiperciudadanía digital], la que ha supuesto la revolución editorial que es la revolución digital. Pero debe evitarse su fragmentación y asegurar su independencia y neutralidad tecnológica: "No puede haber una Internet abierta si los protocolos, sistemas y herramientas no son compatibles entre sí."

 

La ciencia (ciudadela y campo de lucha) es seguramente el eje vertebrador: "Hacer ciencia es hacer públicos sus resultados." Se defienden los datos abiertos (open data) ya que el 80% de los datos producidos en laboratorio no se hacen públicos, se mencionan -desterrando- los mitos que hablan de la imposibilidad de una ciencia ciudadana y colaborativa y se asegura que "el saber es solamente una vana erudición cuando no sirve para fundamentar una convivencia mejorada". Los datos que se liberan deben ofrecerse de manera completa, de fuentes primarias, en tiempo real, accesibles sin discriminación, interoperables e informáticamente procesables, en formatos no propietarios mediante licencias de libre acceso. La web del futuro trabajará con datos buscando el "sentido escondido en grandes cantidades de datos".

 

La economía debe estar al servicio de la sociedad y no a la inversa y si quiere seguir existiendo en el siglo XXI tendrá que considerar además de los beneficios a las personas y al planeta. El reto es conseguir los tres elementos concurrentes para que cualquier proyecto colectivo sea viable: un sistema declarado y explícito de premios, estímulos o galardones; un sistema de vigilancia compartido que sancione las infracciones y un mecanismo para obtener recursos para ganarse la vida.

 

Frente a estrategias deliberadas de creación de dudas, de incertidumbre, de exceso de información; frente a "nuevas formas de analfabetismo inducido por la creciente y continua hiperespecialización y fragmentación de los conocimientos necesarios" es necesario un mapa de competencias del siglo XXI, con nuevos entornos de aprendizaje y la alfabetización digital de la que hablábamos al principio.

En este ámbito, como en el de buena parte de los mencionados, los profesionales de la información tenemos algo que decir. Como muestran los post que lo acompañan en el blog.

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