"Nuestras escuelas y nuestros periódicos nos han enseñado a percibir como actos de altruismo todo lo que hacemos"
"El engaño no estaba en lo que decían, sino en lo que callaban"
Siempre me he preguntado por qué la deuda generada por dictadores o similares, cuyo principal capital se encuentra en cuentas particulares de prestigiosos bancos de algunos de los más respetables países del mundo, debía ser afrontada por la población del país, abandonada a su suerte y engañada o meramente ignorante o ajena a todos los tejemanejes de sus gobernantes; cuando hace dos meses me encuentro con un libro curioso (Confesiones de un gángster económico) en el que se explica una forma de actuar que está muy relacionada, aunque en realidad tiene otros objetivos. Se trata de un personal especializado preparado para hacer análisis económicos a medio y largo plazo prediciendo grandes éxitos a países con especial interés (grandes reservas energéticas, recursos naturales, posición estratégica, etc.). Este éxito precisa de la construcción de infraestructuras sólidas y extremadamente caras que llevarán a cabo sobre todo empresas estadounidenses. Y la previsión rigurosamente científica permite que se realice la financiación por parte de las instituciones oportunas. El truco consiste en lograr que ésta sea tan grande que no pueda ser devuelta en su totalidad (sí la parte que pague a las empresas constructuras) y deje a los países en manos de acreedores, a la sazón bancos (incluyendo el mundial), FMI y el Gobierno estadounidense que pueden utilizar a los gobiernos de esos países a su antojo. Algo me suena...
John Perkins, un empresario estadounidense, nos contará cómo llegó a ser uno de los principales ejemplos de gangster económico (EHM: Economic Hit Man), su proceso de reflexión y arrepentimiento y cómo pudo quedarse al margen ayudado por todo lo que sabía sobre la cuestión. En el camino nos llevará por Indonesia, Panamá (incluyendo la de Torrijos), el Ecuador del boom petrolífero, el Irán de Mosadek donde empezó el cambio, nos contará la lotería mayúscula del acuerdo con Arabia Saudí (los Bush y la familia real dos de las dinastías más poderosas del mundo y con más años de connivencias), el ojo puesto en el mundo musulmán, en el que el petróleo hace difícil que se dé un endeudamiento, algún cambio táctico tras el 11-S.
Se lee de manera fluida y resulta cuando menos interesante.
Curiosamente acabo de leer una visión diferente sobre el dictador al uso y cómo influye en su pobre país (sin grandes riquezas, claro) o se influyen mutuamente, en el capítulo 8 (Por qué los países pobres son pobres) de El economista camuflado de Tim Harford (el camuflaje es demasiado liviano, tal vez consista sólo en decir que está camuflado: salvo algunas interpretaciones un tanto ingeniosas se centra en lo que Perkins asegura que se ha aceptado como un credo). Si, no obstante, alguien se sintiera atraído por su lectura, recomendaría como contrapunto la de Retirar la escalera de Chang, Ha-Joon, obra en la que se desmonta la idea de que el libre comercio ha sido la enseña de algunos países a partir de determinado siglo, algo que cualquiera con un poco conocimiento de la Historia ya sabía. Esa postura sólo se ha defendido después de disponer del "músculo" económico suficiente para competir y vencer.