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Mañana es siempre demasiado tarde (VIII Jornadas CRAI)

Andoni Calderón Rehecho 6 de Mayo de 2010 a las 20:04 h

Faraón Llorens y Margarita Taladriz

Los días 29 y 30 de abril, en la Universidad de Alicante, han tenido lugar las VIII Jornadas CRAI con el tema "Aplicación al mundo laboral de las competencias informacionales e informáticas (CI2)", fruto de la colaboración de dos sectoriales de la CRUE: REBIUN y CRUE/TIC.


(Acceso a todas las presentaciones de las jornadas)

Vamos a empezar por las conclusiones, no vaya a ser que no podamos redactar más allá.


Fueron presentadas por Faraón Llorens, Vicerrector de Tecnologías e Innovación Educativa de la Universidad de Alicante y Margarita Taladriz, Directora de la Biblioteca de la Universidad Carlos III, que dirige la línea 1 de REBIUN (dedicada al aprendizaje). Para conseguir seguir "haciendo camino"...:

  • Las competencias deberían ser explicitadas por las autoridades académicas e implementadas desde la escuela
  • Imprescindible conocer el lenguaje que se habla en el mundo digital ("sin él no soy nada")
  • Necesaria la colaboración entre Universidad y empresa (lo que no supone plegarse a lo que éstas digan sino escucharlas)
  • Impulsar y consolidar la implicación del personal bibliotecario e informático en la impartición de estas competencias, que debe ser una formación integradora, fundamentada en equipos
  • Incluir en el suplemento al título la certificación de estas competencias
  • Homogeneizar la terminología para que nos entiendan desde fuera
  • Hay que aumentar la visibilidad de los objetos de aprendizaje para adaptarlos a nuestra realidad y traducirlos, para no inventar la rueda.

 

Con anterioridad, había tenido lugar una mesa redonda en la que intervenían los protagonistas de ambos días (docentes y empleadores fundamentalmente) moderados por el Secretario de la Universidad Rovira i Virgili, Antoni González Senmartí, de cuyas palabras hemos tomado el título de la noticia y que proporcionó un marco de lo que él consideraba la situación actual de la Universidad.

Comenzó haciendo referencia a una idea de Carles Monereo y José Luis del Pozo ("a menudo profesores del siglo XX forman a alumnos del XXI con métodos del XIX") y aclarando que lo que la Universidad debe hacer es obtener un producto (el estudiante) de una materia prima que es diferente de la que había antes y por tanto hay que actuar de manera distinta, ya que requieren la inmediatez absoluta y están acostumbrados a utilizar la informática.
También se refirió al proceso de Bolonia, los diferentes ciclos y la necesidad de unos conceptos fundamentales básicos unidos a cómo encontrar la información fundamental, para lo que es preciso enseñar a pescar a los estudiantes (= los que se esfuerzan <--> alumnos = los que se alimentan).
Vuelve a Bolonia diciendo que nos ha proporcionado una "moneda" única universitaria (ECTS) que posibilita la movilidad y servido de pretexto para actualizar nuestra metodología, no limitándonos a transferir conocimiento ya que es imposible explicar todos los conocimintos (que además quedarán obsoletos) sino que hay que aprender una metodología.

Perspectiva desde el fondo de la sala

Emplaza tanto a docentes como a empleadores a opinar sobre lo que dijeron unos y otros.

José Luis Colveé, Director general de ANETCOM, preguntaría cómo se incluyen las CI2 no ya en los estudiantes sino en la propia universidad y subraya la casi inexistencia de flujos de comunicación entre universidad y empresa, aunque muchas veces se deba más a la actitud del mundo de la empresa. Remarca que nunca había visto las habilidades sociales incluídas (parece que se dan por supuesto) y pediría articular un recurso informático que pueda facilitar el conocimiento de los requerimientos académicos de las Universidades.

José Manuel Sánchez, de DOPP Consultores, dice que la universidad acerca a las empresas pero de manera insuficiente porque éstas se quejan de tener que enseñar a trabajar a los egresados. Se pone como ejemplo: cuando salió de lla Facultad de Económicas no habia visto una empresa en su vida. Cree que la labor de la universidad es proporcionar la materia prima: cuanto mejor sea ésta mejor funcionarán las empresas.

Iñaki Iriondo (ver post del mismo sobre su intervención en la jornada), Vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Complutense, comenta cómo en su facultad hay periodos de prácticas en empresas de 6 meses o más, que conceden entre 15 y 20 créditos, que el 40% de los estudiantes que las realizan obtienen su primer empleo en la empresa en la que hicieron las prácticas.

Considera que el problema es el exceso de oferta de titulados: en los años 70 había unos 500.000 y ahora millón y medio de estudiantes, lo que supone entre 100.000 y 150.000 graduados al año, que el tejido productivo no puede absorber, lo que se traduce en salarios bajos.

En la economía laboral se calcula el coste que supone el acceso a la universidad con su beneficio en la vida laboral. Normalmente el beneficio son salarios más altos pero la diferencia ha tendido a reducirse con los de los que no han tenido formación universitaria. Cuando había crecimiento económico la economía absorbía a más graduados.

A esto se añade la teoría del filtro. Cuesta mucho obtener información sobre los nuevos titulados: el título se convierte en una credencial que revela la capacidad. Pero los filtros de exigencia son muy desiguales según titulaciones lo que se traduce en desigualdades en los resultados. Por ejemplo, en las ingenierías el filtro es muy alto, mientras que es medio en el caso de Económicas, por lo que se preferirá a un ingeniero antes que a un economista. En Medicina el filtro es muy alto cuando se entra en la universidad (lo que supone que casi todos los que entran acaban).
Él piensa que las CI2 no van a cambiar este modelo; al menos de momento.

Jordi Pérez, Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida de la Universitat Pompeu Fabra, está de acuerdo con lo básico de este razonamiento pero si tiene que elegir entre dos ingenieros probablemente elegiría al que -además de haber pasado el flitro de conocimientos básicos- tuviera esas competencias (las CI2).

Elena Viñuales, Responsable de Selección y Formación de Unitrónics, cree que se valoran tanto aptitudes como actitudes y cuestiones que complementan el título, como las competencias o los valores.

 

4 ponentes con la intervención de Iñaki Iriondo

Hay un intercambio de opiniones en los que se habla de si primero filtra el título y otras cuestiones, como si es importante o no el puesto (por ejemplo, para marketing quizás mejor un economista simpático)... aunque todos admiten que hay unas carreras más valoradas que otras y que posiblemente el cliché esté construido desde el mundo de la empresa.

José Manuel Sánchez considera que se valora todo simultáneamente, incluyendo las vivencias personales porque pueden tener mucha influencia en el propio curriculum y porque las empresas buscan personas normales.

José Luis Colveé recuerda que estamos hablando de primer empleo, ya que después de éste hay muchos más elementos que valorar.

En este sentido, Jordi Pérez opina que es más barato un recién licenciado que alguien con experiencia y que la vinculación entre universidad y empresa ya no es tan rara.
Deberían determinarse las competencias que deben reunirse al graduarse y los centros educativos decidir cómo implementarlas. Considera muy importante la acreditación (el portafolio del que habló en su primera intervención) y el conocimiento del mundo empresarial en el que se incluirá.

 

En el turno de intervención del público, Roser Lozano, de la Rovira y Virgili, reflexiona sobre que uno de los principales empleadores es el sector público y cómo sus sistemas de selección son del siglo XIX mientras que su sistema de trabajo es del XX o del XXI. Piensa que en este ámbito hay que tender puentes entre universidad y sectores públicos. Pone su ejemplo de Directora de Biblioteca Pública en la que los que aprobaban la oposición elegían la plaza y ella debía adaptarse a su perfil en lugar de que los que llegaban se adaptaran al perfil requerido.

José Luis Colveé cree que la ley de Función Pública es nefasta para la promoción, para trabajar... incluso para el propio funcionario; y además los sindicatos son reacios a medir la productividad y a cambiar los criterios establecidos.

José Manuel Sánchez dice que nunca debería ocupar un puesto de servicio directo al público alguien a quien no le guste comunicarse. Este tipo de puestos es el escaparate de la institución o empresa y debe ser ocupado por personas con un perfil distinto, que hay que identificar, formar de acuerdo al mismo y quitar de él a quienes no lo tengan.

Primer plano con varios de los presentes detrás

Hay algunos otros comentarios sobre cómo solucionar la comunicación entre empresa y Universidad, la necesidad de que las universidades no compliquen la tarea de los empleadores (por ejemplo, con múltiples instancias con capacidad de negociación), cuál es el papel de las bibliotecas en la formación de competencias, la valoración o no de las Humanidades, cómo en EE.UU. la unión entre empresas y universidades es fuerte, trabajando algunas de éstas como verdaderas empresas...

El moderador piensa que las universidades tienen muchas deficiencias pero que han mejorado muchísimo; aunque los más jóvenes no lo sepan.
Cree que donde se debe mejorar es en estructura y organización, en procedimientos y en transferencia de resultados e innovación.

Margarita Taladriz dice que las bibliotecas llevamos 8 años preparándonos para Bolonia, con el CRAI como ejemplo, integrando servicios dispersos, participando en el Campus o Aula Virtual, siendo gestores de información, uniéndose con laboratorios de idiomas... Participamos en proyectos europeos, viajamos, observamos, comparamos... hacemos benchmarking.

 

El moderador hace una última pregunta sobre la valoración del título de Doctor por parte de las empresas:

Elena Viñuales dice que ahora se valora mientras que antes no tanto. Hay algunos proyectos actuales en los que es condición sine qua non. Es menos común en algunos ámbitos como el de las Telecomunicaciones, que es donde ella trabaja.

José Manuel Sánchez cree que tradicionalmente no se ha valorado. Quizás no estaba bien vendido ya que se ha ligado a la necesidad de prolongar la vida del estudiante como alternativa a un mercado difícil; al mismo tiempo que ha habido un desprestigio de los master durante mucho tiempo seguramente porque a cualquier cosa lo denominaban así. 
Ahora se está percibiendo que se vuelve a la Universidad para hacer un doctorado y la empresa lo está viendo bien. Hay que recordar que no es lo mismo alguien con 30 años y un doctorado que alguien con 45 y ese mismo doctorado.

Antoni González Senmartí, el moderador, finaliza la mesa redonda agradeciendo el trabajo de la Universidad de Alicante por estas jornadas y haciendo un llamamiento a cubrir una asignatura pendiente: ya son unos años juntos de informáticos y bibliotecarios en el seno de la CRUE, vamos a ver si se consigue poner entre ambos a los vicerrectores académicos.

 

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