Ese bienestar enorme que da el recibir en la mañana la luz ayuda a llenarse de ganas para pasar el día y lo mejor, con buenos ánimos. Al contrario, cuando se vive durante unos buenos meses a la sombra de los días invernales, el efecto contrario es evidente. Por esta razón, la terapia de luz se ha convertido en un tratamiento para tratar a quienes esa deprivación les ocasiona depresiones estacionales.
La idea de que la luz tiene una influencia benéfica en el ánimo ha venido cogiendo fuerza y ya varias instituciones entre ellas El Centro para el Estudio de Ritmos Biológicos y El Tratamiento con Luz (The Centre For Light Treatment and Biological Rhythms) de la Universidad de Columbia, en Manhattan, ofrecen, luego de una valoración psiquiátrica y otras pruebas, una caja de luz, a personas que presentan síntomas de depresión ocasionada por las estaciones.
Estudios recientes sobre la asociación entre los ritmos biológicos y ciertas dolencias como la depresión crónica, el desorden bipolar, el Alzheimer e incluso la fatiga, sugieren que también en estos casos el tratamiento con la luz podría ayudarles a hacer reajustes.