La Rima XXIX de Gustavo Adolfo Bécquer esconde tras de sí siete siglos de tradición literaria europea a través de los cuales se repite una escena: un amor adúltero que se consuma tras la lectura de otros amores similares.
En la Europa del siglo XII renacen, en lenguas vulgares, la lírica y la novela. Primero en lengua francesa, pero pronto en otros idiomas, se configuran y expresan los ideales poéticos de la cortesía y los anhelos caballerescos. Es la eclosión del mundo literario del amor cortés y de las aventuras caballerescas que pronto se difundirán por la Europa occidental.
RIMA XXIX
La bocca mi bacció tutto tremante..
Sobre la falda tenía
el libro abierto,
en mi mejilla tocaban
sus rizos negros,
no veíamos las letras
ninguno, creo,
mas guardábamos ambos
hondo silencio.
¿Cuánto duró? Ni aun entonces
pude saberlo.
Sólo sé que no se oía
más que el aliento
que apresurado escapaba
del labio seco.
Sólo sé que nos volvimos
los dos a un tiempo,
y nuestros ojos se hallaron
y sonó un beso.
.........................
..........................
Creación de Dante era el libro,
era su Infierno.
Cuando a él bajamos los ojos,
yo dije trémulo:
¿Comprendes ya que un poema
cabe en un verso?
Y ella respondió encendida:
-¡Ya lo comprendo!
[Seguir leyendo] ¿Comprendes ya que un poema cabe en un verso?