Hay lecturas específicamente de verano y, entre ellas, además de la novela negra, habría que colocar en un lugar de honor los libros de viajes, que nos llevan de la mano de aventureros intrépidos a lugares lejanos que, con mucha probabilidad, nosotros no pisaremos nunca. Este verano encontré un viejo libro en una feria y he viajado al Sáhara con un joven británico. Son los años veinte y me empieza a rodear la arena.
Thomas Edward Lawrence, más conocido por Lawrence de Arabia, tuvo un papel muy relevante en la difusión de uno de los mejores libros de viajes que sobre el desierto se han escrito, Arabia deserta, del explorador inglés Charles M. Doughty (1843-1926). Publicado en 1888, no fue hasta la edición que realizó Lawrence de Arabia en 1921 cuando fue ampliamente conocido y valorado por el gran publico. Esta obra me cautivó hace un par de veranos y de ella dejé un breve comentario en Sinololeonolocreo.
Y, precisamente, T. E. Lawrence fue el responsable indirecto de que se escribiera otro libro de viajes sobre el desierto, en este caso el Sahara y, también por un aventurero y escritor inglés, Ronald Víctor Courtenay Bodley (1892-1970), autor de Viento en el Sahara.
[Seguir leyendo] Viento en el Sahara