La evaluación de la vida cotidiana, es decir el estudio de cómo la gente ocupa su tiempo, el cómo los sujetos "presupuestan" su tiempo diario y el cómo experimentan las distintas actividades que configuran su vida diaria es una cuestión de gran interés para los psicólogos. Por ello se han desarrollado métodos (Day Reconstruction Method, DRM) que permiten reconstruir la vida cotidiana y evaluar afectivamente las diversas actividades e interacciones cotidianas 1. Recientemente el psicólogo Enrique Echeburúa ha reflexionado en voz alta en El País 2 sobre las consecuencias del último comunicado de ETA anunciando el fin definitivo de la violencia.
La vida cotidiana de los españoles, especialmente de los vascos, debería verse afectada ya que se abre una esperanza a la recuperación del bienestar emocional que las víctimas habían perdido a causa del terrorismo. Las actividades cotidianas tales como comer, hacer ejercicio, ver la tele, ir de compras, cocinar, cuidar de los hijos, hablar por teléfono, pasear solo, salir con los amigos o con la familia tienen una dimensión afectiva que puede valorarse como positiva o negativa (entre otros valores). Seguro que hay trabajos que permitan comparar las diferencias en la valoración afectiva de estas actividades cotidianas entre sujetos amenazados por el terrorismo y la violencia frente a sujetos que viven en sociedades libres de esas amenazas. Seguro que los resultados de la comparación mostrarán un deterioro del bienestar emocional de aquellos sujetos que viven en un ambiente de conflicto permanente. Por eso, todo intento de recuperar el bienestar emocional es loable, aunque habiendo sido víctima no resultará fácil volver a disfrutar de nuevo de la vida cotidiana.
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